El andén de la estación de ferrocarril de mi pueblo tiene pequeñas partículas de cobre entre las baldosas. Cuesta verlas, pero algunas tienen unas medidas lo bastante grandes como para que brillen al Sol. Imagino que estos pequeños trozos de cobre proceden del patín de los pantógrafos de los automotores y locomotoras que pasan por aquí.
Este trozo tiene unos 6 mm de largo y en él se pueden apreciar varias cosas. Por una parte parece estar laminado por la presión entre el patín y la catenaria, formando varias láminas pegadas.
Por una de sus caras se haya ligeramente fundido, fruto sin duda de un chispazo, al rozar sin hacer buen contacto entre catenaria y pantógrafo.
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