Este verano he pasado pro Bilbao y he vuelto a caer en estos espacios comunes para los amantes del tornillo y el remache. A continuación pongo alguna fotografía del puente colgante.
Los constructores del puente colgante fueron el vasco Alberto de Palacio y el francés Fernando Arnodin. Cada uno de ellos registró la patente a su nombre, en París y Bilbao el 5 de noviembre de 1887.
La presentación simultánea de un mismo proyecto en dos países distintos sugiere que Palacio y Amodin habían creado el puente transbordador en colaboración y secretamente habían llegado a un acuerdo para repartirse el mercado internacional explotando patentes individuales.
Hay muchas razones para suponer que la idea matriz de un carretón rodando a gran altura sobre un puente y con una barquilla suspendida del mismo se le ocurriese inicialmente a Alberto de Palacio a mediados de 1887, bien por intuición propia o porque le habían llegado noticias de otros proyectos que se formulaban en Norteamérica e Inglaterra. Posiblemente también pensó en unos pilares ligeros de estructura metálica para sostener los carriles de rodadura, similares a las torretas de los tranvías de mineral que Palacio conocía muy bien, por haber desarrollado alguno de los sistemas utilizados en la cuenca minera vizcaina.
Sin embargo, tratando de concretar de una manera más eficaz y segura el tipo de puente que convenía al mecanismo fue a dar con Fernando Arnodin, a través del constructor de Sáint Sauveur Arras, J. Grassin.
Arnodin se sintió seducido por la novedosa idea y le dio forma poniendo en práctica las técnicas de puentes suspendidos con cables que había desarrollado en muchas obras anteriores.
De hecho no solo los cables, sino también los atirantamientos, los sistemas de fiadores, los carros de dilatación de las torres y la viga armada que hace de tablero guardan una completa coincidencia con otros puentes colgantes patentados por su empresa constructora. Palacio, que tenía una sólida experiencia en sistemas motores y de tracción, forjada durante su trabajo con Víctor Chavarri en las minas del Covarón, pudo poner el remate final al capítulo mecánico del proyecto.
El Puente, en lo que tiene de Transbordador, sería invención de Palacio y, en lo que tiene de Colgante, aportación de Arnodin. Afortunadamente es ambas cosas al mismo tiempo y precisamente eso es lo que le hace original y novedoso.
Cabe suponer que si en principio ninguno de los dos mostró especial interés por aclarar públicamente estos extremos o por proclamar su condición de único inventor, es porque habían llegado a algún acuerdo de reparto del mercado de cara a la explotación individual de la idea. Palacio se reservó la posibilidad de ponerla en práctica inmediatamente en la ría de Bilbao y Arnodin la de promoverla en el futuro a través de su empresa de construcciones metálicas, pensando sobre todo en el horizonte francés.
Estos elementos mecánicos que se muestran en las siguientes fotografías pertenecieron al puente colgante, y en algún momento se sustituyeron. Ahora se encuentran junto al puente en la margen derecha de la ría.
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