viernes, 16 de septiembre de 2016

Las tres carabelas de Colón en el cuarto centenario del descubrimiento


En la revista "La ilustración española y americana" del 15 de mayo de 1893 se da cuenta de la entrega en La Habana de dos de las carabelas construidas para la celebración del cuarto centenario del descubrimiento de América.

LA HABANA.

Entrega a España de las carabelas Pinta y Niña, construidas en Barcelona a expensas de los EE. UU. de la América del Norte.


Los Estados Unidos de la América del Norte han tomado el cuarto centenario del descubrimiento de América por pretexto para mostrar su gran vitalidad y poderosa iniciativa queriendo tomar la dirección de los festejos con que el Nuevo Mundo ha conmemorado el viaje de los españoles dirigidos por Colón, Haya o no pensamiento político en esta conducta, debemos agradecer a los norteamericanos la justicia que nos hacen, por lo que ésta vale en si y por lo que contrasta con el desdén de algunas naciones, principalmente el de Italia, donde en Congresos geográficos y
otras fiestas casi se ha prescindido de nuestra patria.

Deseaba el gobierno de los Estados Unidos que en la Exposición de Chicago figurasen las tres carabelas con que Colón y sus compañeros cruzaron el Atlántico, y por su cuenta se construyeron en Barcelona la Pinta y la Niña, habiéndolo sido sido ya por la del español, en Cádiz, la Santa María. Los cruceros de la marina de guerra norteamericana Newark y Bennington condujeron á la Habana las pequeñas embarcaciones, para entregarlas allí a España. Nuestro grabado de la pág. 328 representa el acto de la entrega, el cual tuvo la mayor solemnidad.

A las siete y media de la mañana del día 21 señaló el vigía del Morro la proximidad de los buques americanos, llevando a remolque las carabelas. Los buques de la escuadra española surtos en la hermosa bahía engalanáronse con la bandera americana en el palo mayor, saludando con quince cañonazos. Los americanos correspondieron con iguales demostraciones de cortesía. Por la noche los buques iluminaron con luz eléctrica y farolillos de colores.

En los muelles de la Luz y Caballería la muchedumbre de espectadores era innumerable. La población lucía sus galas de fiesta, y de noche secundó la iluminación de la bahía iluminando todas las fachadas de las casas.

La entrega verificóse el día siguiente (22). A las cuatro de la tarde hallábanse a bordo de la Pinta el comandante del Newark y el teniente de navío Bernontour, en representación del Almirante norteamericano, y los Sres. García de la Vega y Roldán en la del comandante general del apostadero. El comandante del crucero Newark pronunció breves palabras, muy lisonjeras para los marinos españoles del siglo XVI, a quienes llamó los primeros del mundo, a las que respondió con otras no menos cariñosas y elocuentes el capitán de fragata Sr. Garcia de la Vega.

Concluidos los discursos, se arriaron en las carabelas las banderas americanas, saludadas por los buques de guerra españoles. Al izarse la bandera española, saludáronla en igual forma los americanos.


Del 1 de mayo al 31 de octubre de 1893 Chicago celebró su «WORLD'S COLUMBIAN EXPOSITION», que fue, quizás, la manifestación más importante y popular de cuantas se organizaron en el Mundo para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América. Ese era el destino de las tres carabelas.


EXPOSlCIÓN UNIVERSAL COLOMBINA DE CHICAGO

El palacio de la Agricultura visto desde el lago Míchigan.

El palacio de la Agricultura que nuestro grabado de la pág. 325 representa, es de los más vastos y hermosos edificios de la Exposición Universal Colombina de Chicago. Elévase a orillas del mismo lago Míchigan, sobre el que cae la principal fachada, frente al palacio de las Artes Liberales y de las Manufacturas. Mide 800 pies de largo por 500 de ancho, siendo su altura del suelo a la cornisa de unos 65 pies. Las magníficas columnas del pórtico tienen 50 pies por 5 de diámetro. El vestíbulo es vastísimo y está decorado con estatuas alegóricas de las diferentes industrias agrícolas. De el se pasa a una rotonda magnífica de 100 pies de diámetro, cubierta por una cúpula de cristal a 134 pies del suelo. Los pabellones extremos están también dominados por torres de 96 pies de alto. En torno de estas torres hay grupos de estatuas de proporciones gigantescas, que á su vez sostienen un inmenso globo. En el centro, sobre la cúpula central que domina todo el inmenso edificio vese la estatua de Diana, también de un tamaño colosal

El palacio ha sido construido con arreglo a los planos de los arquitectos Mac-Kim, Mead y White, autores de otras muchas construcciones de las más notables de la monumental ciudad de Nueva York.

En el número de la misma revista del 8 de mayo de 1893 también se da noticia del viaje de la réplica de la carabela Santa María hacia Chicago.

FIESTAS EN HONOR DE LA NAO SANTA MARÍA
en San Juan de Puerto Rico.

De las tres pequeñas embarcaciones (Pequeñas eran todas las que españoles y portugueses emplearon para descubrir) que llevó Colón en su viaje a las Indias por Occidente, volvieron dos a España: la Pinta, con el intrépido Pinzón a Galicia, y la Niña, con el Almirante, a Cádiz. En el Nuevo Mundo quedó una: la Santa María. Por un capricho de la casualidad, al conmemorarse el descubrimiento, sólo la nao que lleva el nombre de la embarcación que no volvió ha seguido de Europa a América el rumbo de la flotilla descubridora.

La llegada de la Santa María a San Juan de Puerto Rico fue muy festejada en la capital de la isla. Tres días duraron los agasajos de los puertorriqueños al buque y a sus tripulantes. Nuestro grabado de la pag. 301 representa, según fotografía del Sr. Alonso, que ha tenido la bondad de enviarnos D. Antonio de Ciria, la solemnísina misa dé campaña celebrada en la plaza de Alfonso XXII de aquella capital, en el acto de entregar el Sr. Alcalde al comandante de la Santa María, Sr. Concas, la bandera que la ciudad ha ofrecido al histórico buque.

España no puede dejar de agradecer a sus hijos de allende el Atlántico, las honras que la tributan, y que son la más alta recompensa de sus grandes sacrificios a la civilización. 


TRANSPORTE DE UN CAÑÓN KRUPP DE 124 TONELADAS
a la Exposición de Chicago.

El famoso constructor alemán de cañones ha querido mostrarse en el certamen universal de Chicago, digno de su gran reputación, y ha enviado un cañón monstruo, el mayor que ha salido de sus talleres.
Las dificultades que ha habido que vencer para transportar esta enorme masa, pueden compararse con las de su ejecución. Condújola al través del Océano el magnífico vapor Longueil y fue a desembarcarla en Sparrows Point, único sitio de la costa de los Estados Unidos en que existe una grúa capaz de suspender tal peso. Esta grúa pertenece a la Maryland Steel Company, fue puesta a prueba la víspera, (6 de Abril) y levantó 130 toneladas.

Los vagones en que el cañón fue transportado pertenecen a la Pensylvania Rail Road, y son de planchas de acero fuertemente entrelazadas. Pueden sostener un peso de 285.000 pounds o libras. (Véase nuestro segundo grabado de la pág. 304.) Este cañón monstruo arroja proyectiles de 2.200 libras, y ha sido comprado por el gobierno italiano pro 500.000 pesetas.


En el número de la misma revista del 30 de mayo de 1893 se informa de la inauguración de la exposición Colombina.




En el número de la misma revista del 15 de junio de 1893 se amplia la información sobre la exposición y la vida de la ciudad de Chicago.


En el número de la misma revista del 22 de junio de 1893 se amplia la información sobre la exposición y la vida de la ciudad de Chicago.


En el número de la misma revista del 30 de junio de 1893 se amplia la información sobre la exposición y la vida de la ciudad de Chicago.


En el número de la misma revista del 30 de julio de 1893 se amplia la información sobre la exposición y la vida de la ciudad de Chicago.


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