domingo, 19 de junio de 2022

Fusilado, pero no muerto

El Imparcial , 15 de marzo de 1822, 

La comisión de premios presentó su dictamen acerca del expediente promovido por Juan Antonio García, soldado del regimiento de infantería de Bailen, el cual fue fusilado por los facciosos de Burgos y se salvó la vida, dejándole por muerto con cuatro balazos. En él opinaba que este expediente pasase al gobierno, para que con la instrucción oportuna le diera el premio que creyese conveniente.

El señor Infante manifestó que el individuo de que se trataba era uno de los ocho que pasaron por las armas las cuadrillas de bandidos de la provincia de Burgos, que este hombre, de quien tanto habían hablado los papeles públicos, pudo fugarse lleno de balazos, después de haberle tenido por muerto los facciosos, que por lo tanto era de parecer que la comisión de premios propusiese determinadamente el que juzgase oportuno.

El señor Canga manifestó que a este individuo se le dió por el gobierno un premio ridículo e insignificante, y que el interesado no contento con él, pidió viudedad para su mujer, diciendo que como fusilado debía considerársele por muerto. Por lo que opinaba que esta solicitud debía pasarse con recomendación al gobierno para que concediese al interesado un premio correspondiente a sus grandes padecimientos. Así se acordó.

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