martes, 26 de agosto de 2025

El riesgo profesional del minero en 1937

El riesgo profesional del minero, Cuaderno 1°

ESCUELA DE INGENIEROS DE MINAS, MADRID - Ríos Rosas, núm. 7 (1937)

HOJAS SUELTAS DIVULGADORAS SOBRE MINERÍA Y METALURGIA 

NÚM. 501. Se envía gratis a los obreros y alumnos que la pidan y a precio de coste a las empresas mineras que envíen el importe de los ejemplares que soliciten. Coste: Ptas. 0,30.

Algunas estampas y algunos consejos para precaverse de posibles accidentes del trabajo en la mina 

Está muy extendida la creencia de que el oficio de minero es el más peligroso a de todos los conocidos. Las grandes catástrofes ocurridas de tiempo en tiempo (en 1906, Courriéres, con 1.100 muertos; en 1925, Mina Minister Stein de Dorirtund, con 136; en 1930, mina Ana de Alsdorf, con 271) y su gran publicidad han contribuido a generalizar esa creencia. Sin embargo, las estadísticas demuestran que la navegación causa al año más muertes que la minería, y qué entre los ferroviarios se ocasionan más lesiones seguidas de incapacidad permanente para continuar trabajando que entre los mineros.

Pero, hay que reconocerlo, el de minero es un oficio arriesgado. Todos los años paga la minería española un triste tributo de 130 vidas y además quedan gravemente heridos otros 200 hombres.

No abordamos ahora el tema de si esa cifra total de bajas (330) es excesiva o es moderada en comparación con otros países, en relación con el pueble medio de las minas, o con la producción minera. 

Nos queremos ocupar, divulgándola, de la obligación de todo minero de contribuir a disminuir los accidentes. En toda organización de trabajo, los accidentes que se producen están motivados por una de estas cuatro circunstancias:

1.ª Por peligro inherente a la naturaleza del trabajo.

2.ª Por defectos en la organización o en los medios de trabajo.

3.ª Por descuido imputable a la misma víctima del siniestro:

4.ª Por descuido imputable a persona distinta del lesionado.

Contra esos cuatro defectos, hay cuatro remedios, que se traducen en:

Técnica, organización, instrucción y disciplina

y dos lemas fundamentales que deben quedar bien inculcados en la mente de todo minero y de todo Agente que colabore en esta industria básica:

1.º Ante todo seguridad personal, 

2.º Todos para uno y cada uno para todos 

Las Escuelas de Minas distribuidas por España entera pueden contribuir en su misión docente a divulgar nociones y noticias que vayan encaminadas a aplicar y perfeccionar esos cuatro remedios indicados, reservándose a la de Madrid el papel de editora de los apuntes, estampas, relatos y noticias sobre accidentes del trabajo que cualquier profesional se sirva remitir. Toda divulgación en esta materia presta un servicio útil.

La invitación queda hecha; y como el movimiento se demuestra andando, comenzamos a andar, pero antes quede testimoniada aquí viva gratitud a la Caja Sindical de Mineros de Westfalia en Bochum por su amable permiso para utilizar los dibujos de su libro “Der Bergmanns-freund” (El amigo del minero) para estas HOTAS SUELTAS.

De cada 100 casos de muerte por accidente del trabajo en la mina débense:

40, a caída de piedras sueltas y a hundimientos.

35, a lesiones ocasionadas en el transporte y en la extracción.

10, a explosiones e intoxicaciones por gases y polvo. 
 
5, al manejo de explosivos; y quedan 
 
10, que se deben a diversas causas.

El mayor número de accidentes en la mina provienen, pues,

Caída de piedras sueltas

Es indispensable el

Reconocimiento previo del terreno

Todos los días, ANTES DE COMENZAR EL RELEVO (y también muy a menudo durante la jornada), hay que reconocer bien el cielo del avance para comprobar si el techo y los hastiales están firmes y seguros. Para eso se hacen sonar los lisos, golpeándolos con el astil; pero esos toques han de hacerse desde sitio bien seguro o fortificado.


Fig, 114.-No hagas nunca el toque de los lisos sospechosos colocándote debajo.

Fig. 115.-Toca siempre desde debajo de una trabanca o ponte fuera de la plomada de las grietas que veas o que presumas.

Esa herramienta que ves se usa menos en España que en otros pаíses mineros. No es la pica ligera de picar, ni la pica regadera, tan clásica en Asturias, donde quizá se ha exagerado su ligereza. Es la picocha, de una sola punta, robusta y con astil amable y reforzado donde más sufre.

Fig. 124.-Avance imprudente bajo un pastión suelto.

Fig. 125. Accidente por no haber reconocido el techo.

Cuando se avanza una galería de dirección, ocurre, a veces, con la trepidación de los barrenos, que en el techo, que parecía sano, unas grietas cruzadas que pasan desapercibidas a la luz de la lámpara dejan un pastión suelto. (Fig. 124.)

Es un peligro gravísimo.

Por no advertirlo a tiempo, por no haber reconocido el techo sonándolo con toques, se puede ocasionar un desprendimiento con las consecuencias que se aprecian en la Fig. 125.

¡Y qué fácil es evitarlo!

HAY QUE RECONOCER BIEN EL TECHO CON LOS TOQUES NECESARIOS, Y SI NO RESULTA DE CONFIANZA HAY QUE POSTEAR CON EMBASTONADA PROVISIONAL, COMO TE INDICA LA FIGURA 126.

Adviértelo bien: Los desprendimientos de piedras sueltas son el mayor peligro de la mina.

Fig. 126.-Avance protegido.

No basta reconocer los lisos del techo de la galería. Hay que revisar con toques los hastiales.

Escucha y mira un caso ocurrido en la mina R.

Tres mineros estaban saneando un avance del día anterior. Habían franqueado el sitio suficiente para colocar dos portadas; pero como el techo parecía firme quiso Juan (el del sombrero), ahorrarse el trabajo de posteo. Ni siquiera había dado unos "toques" al hastial de la izquierda, donde le ves trabajando, como le habían recomendado.

Se retiraron un rato a tomar un bocado. Oyeron en ésto un gran ruido como de hundimiento. Volvieron alarmados al avance. De aquel hastial izquierdo se había derrumbado una peña que hacía como de jamba del frente y con ella se había hundido el techo, que parecía tan firme. La ausencia momentánea y casual de los obreros salvó dos vidas.

No se puede dejar confiada una vida a la casualidad. Juan fue despedido, a petición de sus compañeros, POR NO HABER RECONOCIDO LOS HASTIALES COMO ESTABA MANDADO.

¿Falta de compañerismo? No. El verdadero compañerismo consiste en velar por la seguridad de todos.

Para tu seguridad, disciplina.

No lo olvides, los derrumbamientos pueden también provenir de un hastial agrietado.

No creas que el peligro de desprendimiento viene solamente del cielo de la galería o del techo de la capa. También en el muro puede haber corrimientos que ocasionen derrumbes. Cuando la capa está muy inclinada, el buen minero ha de escoger con cuidado la forma adecuada de entibar.

En la figura 131 de la página siguiente verás un caso singular que justifica la necesidad de reconocer también la solidez del muro de la capa.

Como el muro parecía firme, se había balseado sobre él un entalle para apoyar los pies correspondientes de las portadas.

El carbón del cielo de la galería comenzó a agrietarse y a cargar sobre la embastonada, haciendo presión sobre el entalle de asiento.

Fig, 131.-Balseo peligroso de un pie al muro de la capa.

Cedió el liso del muro, resbalando (argayando). La figura 132 explica las consecuencias.

Al balsear los pies de los cuadros, si has entallado el muro para buscarles asiento, asegúrate bien de que el liso entallado queda sano.

Un corrimiento de la bałsa donde descansa el pie de un cuadro puede ser la causa de una catástrofe en toda la galería.

Fig. 132.-Desprendimiento de carbón y de piedra por un imprudente balseo.

Ya volveremos a otros ejemplos de fortificación de galeria.

Vayamos ahora a un caso de posteo de un tajo de arranque bien sencillo, como el que se presenta a menudo en Puertollano. 

Capa casi horizontal; techo bastante firme, pero el carbón muy barreado, con vetillas estériles de pizarra intercalada o con vetas alternadas de distinta capacidad y cohesión.

Fig. 121.-Descalce imprudente.

Fig. 122.-Consecuencias de descalzar sin posteo,

Al avanzar una guía en capa horizontal, después de escuadrar el frente y entibar con un cuadro o una portada bien próxima al corte, suele reanudarse el avance con rozadora o con martillo picador, socavando en una veta inferior para abatir después las vetas superiores yа descalzadas. Es lo que se llama labor de descalce.

Aunque no se penetre más de 1,50 metros en la socava, hay necesidad de sostener provisionalmente con estemples cortos y galápagos la veta superior, como en la Fig. 123. Es una medida indispensable.

Por no postear de antemano al comenzar el descalce (Fig. 121) se corre el grave peligro de derrumbamiento que muestra la Fig. 122.

Al comenzar el descalce no dejes nunca de postear para sostener bien la veta de arriba.

Fig. 123.-Descalce posteado.

Los avances en terreno flojo o bajo un techo poco consistente se realizan en labor de conquista, clavando largos estacones inclinados de hierro o de roble que se llaman agujas o piquetes, según sus dimensiones. Estas agujas se apoyan en la trabanca del último cuadro, de modo que queden bien ceñidas al cielo de la galería para no dejar huecos, y han de ser fuertes y con el voladizo no muy largo.

Es de todos modos un trabajo muy arriesgado.

Fig. 133.-Agujas de avance con voladizo demasiado largo. ¡Labor peligrosa!

Si las agujas son débiles o si el voladizo es largo cuando el techo se desmorona y carga súbitamente sobre esa embastonada volada, se produce un hundimiento de fatales consecuencias.

Fig. 134.-Consecuencia fatal.

Y es bien fácil remediarlo. Fíjate en la figura 135 que sigue. Cuelga con unos estribos de hierro unas alargaderas de las dos últimas trabancas, con el voladizo necesario para que alcance a la portada próxima y trabaja protegido por la camada provisional que te debes preparar con costeros o bastones. 

Sobre esas prolongas puedes apoyar provisionalmente la trabanca del cuadro siguiente. Si las escoges de buena escuadría y las acuñas bien en los estribos, trabajarás con una gran seguridad. 
 
Sea con una fila de agujas bien fuertes, sea con un replén colgante de costeros y bastones, protégete siempre.

Fig. 135.-Embrochalado de protección sobre prolongas colgadas.

El uso de estas embastonadas provisionales para protección de los avances es reglamentario en algunas cuencas hulleras.

En alguna empresa se llaman longarinas a estas alargaderas colgadas.

C.. BERMEJO, IMPRESOR

Stma. Trinidad, 7.--Tel. 31199.--MADRID








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