Buscando otras cosas en la red, me encontré con este curioso autómata que fuma cigarrillos sin parar. La página Gajitz merece que se le dedique un tiempo a perderse por sus artículos.
La máquina de fumar de Kristoffer Myskja es el ejemplo perfecto de una máquina sin sentido, pero bonita. La máquina de fumar acaba con todos los cigarrillos de su cargador, uno a uno, dejando a su alrededor las colillas en el suelo. La máquina coge un cigarrillo del depósito y lo situa en el alojamiento en donde será encendido. Una vez que el cigarrillo está fijado en su sitio, se enciende, mediante una resistencia eléctrica y se activa el ritmo de quemado mediante una aspiración del aire, producida por una bomba de aire eléctrica. Una vez acabado, la colilla se desprende de la máquina y cae, dejando un montón de basura en la base de la misma.
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