Cuando el empresario israelí Amit Goffer quedó paralítico por un choque automovilístico en 1997 inició una búsqueda para ayudarse a él y a otras víctimas a caminar de nuevo.
De esta investigación ha surgido el ReWalk que es como se llama este exoesqueleto, que unido a las piernas permite, mediante unos sensores y motores, que los pacientes paralíticos se pongan de pie, caminen e incluso suban escaleras. Goffer fundó la empresa Argo Medical Technologies Ltd. para comercializarlos, y después de varios años de pruebas, las piernas robóticas estarán a la venta el próximo enero. La empresa ARGO ha obtenido el apoyo de Technionseed, un organismo que promueve la innovación en Israel.
El aparato puede ayudar a los parapléjicos a levantarse y caminar, utilizando muletas para tener mayor estabilidad, simplemente con inclinarse hacia adelante y mover la parte superior de su cuerpo de diferentes maneras.
El aparato, que tiene un peso de 16 kilogramos, se coloca encima de la ropa, mediante dos abrazaderas para las piernas equipadas con sensores de movimiento. A su vez, tiene articulaciones motorizadas que responden a cambios sutiles en el movimiento de la parte superior del cuerpo y a los cambios en el equilibrio. Así, el usuario controla el traje por medio de cambios en el centro de gravedad y movimientos en la parte superior del cuerpo.
Además, el dispositivo tiene un control remoto en la muñeca para elegir entre pararse, sentarse, caminar, bajar o subir escaleras.
El aparato activa los sensores del cuerpo y pone en marcha las piernas robóticas cuando la persona se inclina. Un arnés alrededor de la cintura del paciente y sus hombros mantiene el aparato en el lugar correcto, mientras que una mochila que se coloca en la espalda lleva el ordenador que lo controla y la batería recargable de tres horas y media de autonomía.
El aparato costará unos 100.000 dólares.
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