Ayer martes efectuo con éxito sus primeras pruebas con rayos X, un año después de su inauguración, el sincrotrón ALBA, que actuará como un microscopio de gran precisión, un paso más para recibir a los primeros investigadores, en otoño.
El sincrotrón, que de momento, se ha librado de los recortes presupuestarios, ha dedicado los últimos doce meses en completar la construcción del complejo de aceleradores de electrones, en realizar pruebas de funcionamiento y en la construcción de las siete estaciones experimentales.
En los últimos días, se han logrado abrir los obturadores que separan el acelerador de la línea de luz, que permite el paso de los rayos X (Radiación sincrotrón) a una de las líneas de la nave experimental.
Se trata de un paso importante para la puesta en marcha de esta línea, que se dedicará a la microscopía de Rayos X, y permitirá analizar células. Estas pruebas se han realizado después de haber recibido hace unas semanas los permisos correspondientes del Consejo de Seguridad Nuclear.
La instalación ALBA está formada por un acelerador lineal y un sincrotrón que acelera los haces de electrones hasta velocidades próximas a la de la luz (99,99% de la misma).
Los electrones son inyectados en un anillo de almacenamiento de 270 metros de perímetro para producir radiación electromagnética (Luz de sincrotrón) en un espectro continuo de longitudes de ondas entre el infrarrojo y los rayos X, capaz de analizar muestras de pequeñas dimensiones, tales como estructuras cristalinas, nuevos materiales, análisis de contaminación, muestras biológicas o arqueológicas.
Las características de esta "fábrica de luz" le permite conocer la estructura de la materia, lo que la hace útil en todos los campos de la ciencia, como la nanotecnología, y abre la puerta al diseño de nuevos fármacos y diagnóstico de terapias médicas.
Levantado junto al campus de la Universidad Autónoma de Barcelona esta fuente de luz de sincrotrón, de tercera generación, es la más importante del suroeste de Europa, y sus dispositivos lo hacen equiparable a instalaciones similares existentes en Alemania, Suiza, Francia y el Reino Unido.
ALBA, cuya construcción ha supuesto una inversión de más de 200 millones de euros, se ha librado de los efectos del recorte presupuestario, gracias a que, cuando comenzó la crisis, ya tenía transferidos los recursos necesarios para la fase de inversión inicial, y posteriormente no ha sufrido desviaciones presupuestarias relevantes.
Ambos factores son relevantes, porque la crisis ha coincidido de lleno con la fase en la que suelen aparecer las desviaciones presupuestarias en los proyectos de grandes infraestructuras. No obstante mantener el sincrotrón a nivel mundial requiere un esfuerzo continuado de inversión para mantener la posición y evitar la obsolescencia prematura.
La llegada de los primeros equipos de investigadores está ligada al avance de las pruebas de los distintos equipos (Complejo de aceleradores y cada una de las estaciones experimentales), con el grado de incertidumbre que ello conlleva, aunque se prevé para el próximo otoño.
Estos primeros grupos externos ayudarán a completar la puesta en marcha y a validar su correcto funcionamiento, lo que en este ámbito se conocen como "friendly users". La estación experimental que en estos momentos se encuentra más avanzada y que, previsiblemente, recibirá a los primeros grupos, es la línea de Microscopía, dedicada al análisis de muestras biológicas.
Cuando las estaciones experimentales estén funcionando a pleno rendimiento, el acceso a las mismas se hará mediante convocatorias públicas y un proceso de selección basado en el mérito científico, realizado por un comité externo independiente.
Aunque los usuarios industriales serán una fracción pequeña de la actividad total del sincrotrón, en comparación con los de perfil científico, los responsables de ALBA quieren que estén presentes. En este sentido, ya han establecido algunos contactos preliminares.
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