A finales de marzo de este año salió de nuevo a la luz el estado de las negociaciones del Ministerio de Defensa para vender el tanque Leopard a Arabia Saudí. La crisis de Oriente Medio (primero en Egipto y después con el conflicto en Libia) y el repentino interés de Alemania por liderar el proceso habían bloqueado peligrosamente las negociaciones del contrato, que corría serio peligro de ser cancelado.
Uno de los primeros obstáculos que apareció en el camino era que la industria germana quería liderar las conversaciones de este apetecible contrato que, de cerrarse, podría suponer la venta de hasta 250 carros de combate por 3.000 millones de euros. La razón de su interés era que aunque esta versión del Leopard ha sido desarrollada por Santa Bárbara Sistemas, filial española del gigante norteamericano General Dynamics, la patente es alemana. En concreto, de los grupo Krauss Maffei y Rheinmettal. De hecho, el vehículo sigue exportándose en su version alemana y desde el sector no se descartaba que ya hubieran realizado una oferta a título particular con una versión algo más moderna.
España firmó un acuerdo para ensamblar una versión de estos tanques en la factoría de General Dynamics-Santa Bárbara en Sevilla que no contemplaba la venta a terceros países, por lo que está obligada a obtener un nuevo "plácet". Esta operación se preveía fácil porque más de un 30% de los ingresos del contrato se quedaría en Alemania, pero el ejecutivo germano podría estar intentando liderar la venta directamente con Arabia Saudita y lograr así el mayor porcentaje de negocio. Según los alemanes el lugar de fabricación de los carros debe decidirlo el cliente y, posteriormente, se deber dar autorización por parte de Alemania, y todavía no hay pronunciamiento firme de ninguna de las dos partes.
De cerrarse la operación, Santa Bárbara Sistemas buscaría socios de confianza, como ya ocurriera en el contrato de los 240 carros de combate Leopard que se vendieron al Ejército español. Empresas como Indra, Amper, Tecnobit, Navantia o Sapa aportarían su experiencia en el proceso y lo liderarían de manera conjunta. En este sentido, las conversaciones se estarían liderando desde Isdefe, una sociedad pública dependiente de Defensa.
Uno de los aspectos que España tiene pendiente de cerrar con vistas a la posible venta de carros a Arabia Saudí es el reparto de tareas entre las empresas, españolas y extranjeras, que vayan a participar en el proyecto.
Una de las posibilidades que se baraja es que el contratista principal sea una joint venture que se crearía al efecto entre Santa Bárbara e Indra. No obstante, todavía no hay nada acordado. El contrato podría suponer la participación de casi 50 ó 60 empresas, de España y de fuera.
El propio acuerdo que se firmó en diciembre de 1998 para la compra, por parte de España, de 223 tanques Leopard y 16 carros de recuperación ya contó con múltiples protagonistas, principales candidatos a repetir en un nuevo contrato.
Así, como contratistas principales participaron Santa Bárbara (el sistema completo), Navantia (el motor), SAPA (la transmisión) o Indra y Amper (sistema de combate). Del exterior, tomaron parte empresas propietarias de distintas patentes y responsables de la transferencia tecnológica correspondiente. Así, hubo que contar con las alemanas Krauss-Maffei Wegmann (KWM), Rheinmetall, MTU, Renk o STN Atlas (ahora de Rheinmetall), entre otras sociedades.
La operación incluiría la instrucción del personal saudí y el mantenimiento de los carros de combate durante todo su ciclo de vida. El Ejército del Reino saudí ya conoce las prestaciones de este tanque, porque ha visto in situ sus evoluciones en España. El modelo que se vendería sería parecido al que tienen las Fuerzas Armadas, pero con algunas modificaciones para poder soportar las temperaturas extremas de la Península Arábiga.
Otra de las razones para pensar que el contrato se podría cerrar de manera satisfactoria es que Arabia Saudí conoce de sobra los productos de General Dynamics, ya que cuenta en su Ejército con 315 carros de combate M1A2 Abrams, fabricados por la multinacional norteamericana.
El poder militar saudí en torno a sus vehículos blindados es espectacular, aunque algunas unidades son bastante antiguas. A los Abrams habría que sumar los AMX30 franceses, fabricados por la antigua Giat, una empresa que ya no existe y que es el origen de Nexter, el grupo que hoy fabrica el famoso carro de combate Leclerc.
La firma de este contrato, que sería el mayor de venta de armas que realizaría España, podría suponer una tabla de salvación para Santa Bárbara Sistemas en España. La filial de General Dynamics busca desesperadamente carga de trabajo para sus intalaciones y Trubia, cerca de Oviedo, sería una de las grandes beneficiadas en el caso de vender los carros de combate a Arabia Saudí, puesto que montaba los tanques Leopard para el Ejército español, una tarea casi finalizada.
A primeros de abril se comentaba en los medios de comunicación la guerra comercial y diplomática desatada entre los países que aspiran a hacerse con el jugoso contrato. Entre ellos, España, Francia y Estados Unidos.
El Gobierno español, en noviembre del año pasado, aprovechó una visita a España del ministro adjunto de Defensa, Khaled bin Sultan, para ofertar los Leopard, el tanque estrella del Ejército de Tierra. En aquel momento, casi se dio por hecho un acuerdo para la venta de 250 blindados, en lo que sería la operación armamentística más importante protagonizada por España, de unos 3.000 millones de euros. Pero el optimismo trasladado a la opinión pública a finales del año pasado no sentó nada bien en el Ministerio de Defensa, encargado de pilotar el proceso, que ha dado orden a todos los implicados en las negociaciones de aplicar una política de "apagón informativo" sobre el posible contrato.
Uno de los obstáculos que tendrá que solventar el Gobierno español será el de la competencia internacional. Los propios saudíes ya han advertido que hay otros países interesados en hacerse con el contrato. Y es que el reino saudí no depende de un único proveedor. Sus carros de combate, en la actualidad, proceden de Estados Unidos (M1A2 Abrams, sobre todo) y Francia (AMX-30), países muy interesados en participar en un nuevo contrato. Sobre todo en el caso galo, ya que existe mucho interés por vender el Leclerc, un tanque que solo tiene un cliente de exportación (Emiratos Árabes).
De hecho, la actividad reciente de Nexter (el fabricante del Leclerc) en Oriente Próximo se ha intensificado, con varios contratos para venta de munición firmados en los últimos tres meses, así como un acuerdo para proporcionar equipamiento adicional para los carros de combate que operan en los Emiratos Árabes.
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