Oimiakón es el pueblo más frío del mundo. Ubicado en la República de Sajá, al este de Siberia, este municipio, que no llega a los 500 habitantes, tiene el dudoso honor de haber registrado la temperatura más baja jamás alcanzada en un lugar habitado. Fue un 26 de enero de 1926, cuando el mercurio marcó -71,2ºC. Tiene un intenso invierno de nueve meses, mientras las otras estaciones duran un mes cada una. Se da la curiosidad de que los niños van al colegio a -50ºC, pero si el termómetro marca -52ºC se quedan en casa.
Para llegar a este poblado se debe tomar la carretera M56 rusa, una solitaria ruta de dos mil kilómetros de largo, que casi todo el año permanece llena de hielo y nieve. También llamada "La carretera de los huesos" porque a sus orillas permanecen los restos de miles de presos que murieron congelados construyendo la ruta.
Uno de los veinte asentamientos humanos que se encuentran en el lugar es Oimiakón, un pueblecito de apenas medio millar de habitantes a más de 30 kilómetros de la carretera principal al que se puede acceder durante el invierno en motonieve, avión o vehículo todo terreno.
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