Los árboles están entre los seres vivos más antiguos del planeta. La relación que establecemos con ellos los convierte casi más en animales que en vegetales: por los sonidos que emiten cuando los atraviesa el viento, por la intensidad con la que nos acompañan, por su importancia en la propia supervivencia del planeta, por el papel que los bosques ocupan en nuestra imaginación. Pero, además, los árboles cuentan historias. Su vida está tan ligada a la de la humanidad que reflejan nuestros sueños y nuestros anhelos, pero también lo que nos ha ocurrido a lo largo de los siglos.
Dragos centenarios, un bosque polaco que recuerda al de Fangorn, de ’El señor de los anillos’ (El bosque primigenio de Bialowieza), y ginkgos que sobrevivieron a la bomba de Hiroshima. Árboles que alientan a soñar con viajes.
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