El Porvenir de León, 18 de mayo de 1901
BANQUETE
Soberbio resultó el celebrado el lunes por los leoneses residentes en Valladolid, el cual fue ofrecido al sabio y distinguido Catedrático de esta Universidad D. Laureano Diez Canseco, por su reciente nombramiento de Vice-Rector de esta Universidad.
A las ocho de la noche, hora designada para celebrar el banquete, el espacioso comedor del Restaurant del Imperial, resultaba insuficiente para contener tanto Leonés como allí había, a las ocho y cuarto entró en el salón el sabio abogado y joven Alcalde de esta Capital D. Enrique Gavilán Almuzara, el cual aunque no leonés por su nacimiento, es leonés por su sangre, y quiso con su asistencia al banquete demostrar a Canseco lo mucho que lo quiere y le admira.
A las ocho y media llegó el Dr. Laureano Diez Canseco, acompañado de D. José Cabellos, su aparición en el comedor fue recibida con una prolongada salva de aplausos, los cuales duraron hasta que, colocados en la mesa, dio principio el banquete, durante el cual reinó la mayor alegría.
Al destaparse el champagne, se levantaron a brindar Enrique Barthe, Arsenio Fraile, Villarino, Lumbreras y García Otero, los cuales felicitaron a Canseco por su nombramiento, haciendo votos porque los triunfos obtenidos por Laureano se sucedan. Después de estos señores se levantó a brindar el Alcalde de esta capital, el cual empieza diciendo, “que aunque no es leonés, quiere a León como si fuera su cuna, pues allí nació el ser que mas quiere en este mundo, su padre".
Señala a León como una de las ciudades mas bonitas, dedica hermosas frases a la Catedral a cuya inauguración promete asistir. Hace votos porque León llegue a colocarse al nivel de las primeras capitales de España, para lo cual dice que es necesario unirse nuestros hombres para lograrlo. Elogia mucho a Canseco y termina diciendo, que el corazón ahoga las palabras, y que él con el corazón en la mano, envía a León en nombre del pueblo que representa un cordial abrazo.
Durante su brindis el joven Alcalde es interrumpido infinidad de veces por los aplausos, y al final es abrazado y muy felicitado por los leoneses.
Acto seguido se levantó a brindar Canseco, lo cual hace muy emocionado, dice: Agradece en el alma aquel banquete, por el cual daba gracias a sus queridos paisanos, dedica a el Alcalde la mayor parte de su brindis y dice que sino de Alcalde, lucharemos por llevarle de Gobernador a León.
A talento y voluntad todos me ganan pero a corazón nadie, porque de sobra sabéis que los leoneses todo lo que dicen lo sienten de corazón.
Termina su brindis diciendo, que el señor Royo Villanova. director del Norte de Castilla y profesor de esta Universidad, ha sentido en el alma no poder asistir al banquete por ser este solo de leoneses, que le rogó que en su nombre les saludara, lo cual hacia.
Al sentarse es objeto Canseco de muchas felicitaciones, y acto seguido se acordó que al terminar el banquete se fuera a saludar al señor Royo a la redacción del Norte, y darle las gracias por su adhesión.
El banquete terminó a la una, sintiendo que el tiempo fuera tan veloz en su carrera; pues nos privaba de estar al lado de Canseco, a quién sus paisanos tanto quieren y admiran.
Durante el banquete el simpático Enrique Cabellos hizo unas instantáneas en grupos.
Los ramos que adornaban las mesas fueron remitidos a la señora del Rector, a Juanita Cabellos, y a las bellas hermanas del Alcalde.
Terminado el banquete nos dirigimos a la redacción del Norte, donde fuimos recibidos amablemente por el señor Royo el cual se alegró mucho de tener el gusto de saludarnos, saludo que agradecemos en el alma por el cual le damos las gracias.
En fin, señor director, una hermosa fiesta de leoneses que quisieron rendir un tributo de admiración y de cariño a Laureano Canseco. que por su modestia y claro talento, ha logrado que en Valladolid so lo quiera y admire.
¡Viva León!
Los LEONESES, Valladolid y Mayo 1901.
PARA LA KERMESSE
La distinguida señorita María Alonso Llamazares ha recibido los siguientes objetos con destino a la Kermesse que se ha de celebrar el día 27:
D. Antonio del Pozo, — Un centro de cristal.
D. Bernardo Llamazares, — Un centro de mesa.
D.ª Luisa del Brio. — Una figura de porcelana.
D. Ramon del Riego. — Un servicio de thé.
D. Mariano Andrés. — Una pieza de tela blanca.
D. Arsenio Alonso, — Un servicio para escritorio.
D. Gonzalo Llamazares. — Dos jarrones de porcelana.
Hermanas Carmelitas. — Un bonito acerico bordado en sedas,
Los objetos remitidos por los señores Garrote, Diaz Jiménez, Argüello y Balbuena (D. Isaac), y cuya lista publicamos en nuestro número anterior, lo hicieron como particulares y no en nombre de los centros y corporaciones que representan.
Los objetos remitidos por D.ª Adelina Villaboa de Manrique y D.ª Marcelina Carballo, lo han sido a nombre de las señoritas María Alonso Llamazares y Petronila Arriola,
Mensajero leonés. 2 de marzo de 1905
DE SOCIEDAD
Con motivo de celebrar ayer su fiesta onomástica la bella y simpática Eudosia, sobrina de la distinguida Sra. D.ª Rosario Otazu, viada de Alonso, se celebró en casa de esta señora una reunión donde lo más selecto de nuestra sociedad pasó una velada muy agradable y entretenida.
Entre las señoritas que asistieron recordamos a las siguientes: Consuelo Miranda, Emma Acevedo, Asunción Eguiagaray, Consuelo Noriega, Petronila Arriola, Mercedes Sanz, María y Carmen Ponce de León, Consuelo Granizo, Indalecia Sánchez, Asunción Muñiz, Manola G. Alfonso y otras que sentimos no recordar. También asistieron gran número de muchachos. La señora y señorita de la casa hicieron los honores de la misma con la proverbial galantería y amabilidad que las distingue, obsequiando espléndidamente a sus amigos. Entre los concurrentes se hacían comentarios muy poco favorables para los autores de la pesada broma de la víspera.
Mensajero leonés. 26 de diciembre de 1905
Noche de Asalto
Tengo oído que lo pasado fue lo mejor: cuando algún viejo recuerda sus tiempos se alegra su cara y nos parece verle en aquella época en que se consideró feliz. Yo siempre he amado lo presente, yo quisiera vivir en el porvenir, los tiempos que llegan los adivino más perfectos que los pasados, los que vendrán les sueño más ideales que los presentes.
Por el salón del antiguo Casino desfilaron los matrimonios jóvenes del día, de la distinguida sociedad que constituirá los futuros: es de lo que quiero hablaros, diciéndoos que es un conjunto simpático do distinción y elegancia que nos era desconocido.
Entrar un domingo en el salón a las ocho de la noche y veréis una señorita de blanco, cabello de oro, muy esbelta y rodeada de cuatro o cinco jóvenes que desean llevar a su carnet un compromiso de baile; esa amable e ideal amiga nuestra es Eudosia Otazu, que sin querer con su eterna sonrisa tiene pendientes a todos de sus palabras.
Más lejos encontramos dando disculpas por no poder cumplir con todos a la simpática Consuelo Noriega...
— «No le he visto a V. hasta ahora... lo siento mucho... Para el domingo bailaremos el segundo wals.»
Acabamos de ver entrar a una pareja muy hermosa, todos los jóvenes que en las puertas del salón están comentando, fijan en ella su atención y vemos algunos que después de respetuoso saludo apuntan su nombre en el «carnet» de estas recién llegadas entreteniéndolas un rato con su agradable charla... No podemos suponer que lo que las digan sea adulación: se trata de nuestras bellas amigas Asunción Eguiagaray y Petronila Arriola.
Al bailar un rigodón nos llama la atención algo que se mueve mucho: a un amigo que está al lado le decimos que es muy bonita y que es ideal la inocencia de esa cara; reconocimos a Carmina Pontvianne que pasaba sin llevar en sí más preocupación que la alegría de divertirse.
Más grave, más seria, pareciendo que escachaba una canción de amor pasaba una morena muy simpática que al llegar delante de nosotros nos dedicó una amable sonrisa que no adivinamos si de convencimiento o de duda y quedando un momento grabada en nosotros esa ideal silueta de María Alonso.
Entusiasmados y sin fijarse en nadie vemos pasar una pareja muy enamorada, su expresión parecía de felicidad, se miraron y creímos adivinar en sus ojos el porvenir feliz que se han ideado, esa pareja al pasar ha dejado en nosotros un agradable perfume de amor; con quien él bailaba se llama Cesárea Vázquez.
En un wals sobresalía una pareja muy elegante que bailaba con suprema distinción, su rostro nos indica sentimiento y la vemos de nuevo con mucho gusto entre nosotros: esa esbelta figura era de Consuelo Miranda que pasaba apoyándose en uno de los que siempre la han admirado.
Animando el salón y teniendo una frase de afecto para cada amigo vemos pasar a Manolita García Alfonso y Elisa Mateo, la primera nos impresiona por su gracia y la atención con que se hace escuchar de los que se acercan a saludarla; en la segunda, vimos un reflejo de bondad que nos hizo pensar en lo feliz que sería quien pase la vida escuchando sus palabras que no pueden decir más que cosas buenas.
Después nos fijamos en un grupo de jóvenes que venían muy alegres, en la serie nueva que viene a empujar a la debilitada; distinguimos entre ellas a María Pallarés, Carmen Gatón, María Noriega: esta representación de la nueva juventud nos alegra más que nadie, en sus corazones anida con la inocencia, la esperanza y las plumas de ese nido son un manojo de ilusiones que como todas el tiempo acabará con ellas. Nosotros las deseamos muchos días de capullo pues cuando sean la hermosa rosa que todos admiran, es que tiene muy cerca la noche que ha de marchitarlas.
Charlando entran en el salón don Cayo Balbuena y don Sabas M. Granizo, vienen a llevarse una pareja que al marchar debilita el cuadro de hermosura que admirábamos. Asunción pide a su abuelo que la deje un baile más, «le tengo comprometido con... después de bailar este vamos enseguida.»
Nosotros admiramos aquellos ojos rasgados que nos dicen un adiós hasta el domingo. Consuelo al marchar se ve rodeada de varios amigos que atestiguan sus muchas simpatías y la expresan su sentimiento por no haber podido alcanzar su turno. Sonriendo la vemos marcharse y se disuelve el grupo de jóvenes que por un momento se quedan tristes.
Salimos de aquel salón y поз encontramos con la tristeza de la noche, no nos imaginábamos que al abandonar la alegría nos encontráramos con una noche que parecía querer hablarnos de los que alguna pena les alejaba, de aquel baile.
QUERAL
El Porvenir de León, 7 de Junio de 1918
SUSCRIPCIÓN para la Coronación de Nuestra Señora de la Virgen del Camino, patrona de León.
EN ALHAJAS
D. Buenaventura Bustamante Pablos; donó todas las alhajas de plata que poseía, consistentes en docena y media de cuchares grandes, docena y media de tenedores grandes, una docena de cucharillas, una docena de cuchillos de postre, cuatro cuchillos grandes y un cucharán grande. D. Gabriel Rodríguez, de Santa Lucía, una pepita grande de oro. D.ª Gregoria Paz, dos pendientes de oro con dos topacios. D. Antonio Alonso y familia, tres monedas antiguas de plata, dos de cinco pesetas cada una y otra de cincuenta céntimos.
EN METÁLICO
D.ª Asunción S. Chicarro, viuda de Arriola 1.000 pesetas, Excmos. Sres. Condes de Cerrajería 250, D. Buenaventura Bustamante 250, D.ª Elosipa Piñán de Llamazares 200, D.ª Narcisa Fernández, viuda de Balbueua 200, D. Bernardo Zapico 200. D.ª Camila Balbuena de Barthe l00, D.ª Inés Balbuena de Miranda l00, Hermandad de Animas del Santo Malvar del Hospital 100, D.ª Fernanda Argüello, viuda de Moreno 150, D. Fernando Sánchez Chicarro 200, D.ª Petronila Arriola de Zapico 100, D. José Sánchez Chicarro 100, D.ª Hortensia González una moneda de oro antigua, de 21 y cuartillo 5,30 , D. Antonio Manuel Zapico Arriola 50, D. Alfredo Barthe de Prado 50, D. Remigio Miranda de Prado 50, D.ª Pilar Sainz de Prado 25, D. Antonio Arriola 50, D.ª Concepción Reyero de Muñiz, de Matallana 25, D. Emilio Luís Zapico Arriola 50, D.ª Tarsila Villar de Reyero, de Matallana 10, D. Manuel Arriola 50, D. Demetrio Suárez, de Valmartino 5, Una señora de pueblo 2, D. José Cañón, de Villarquite 1,5 , D.ª Anita Roldán de Lescún 25, D.ª Julia Uriarte, una moneda de oro 25, D.ª Agustina de Celis 5, D.ª Jerónima Candanedo 5, D.ª Ángeles Viejo 5, D.ª Arsenia Pedrosa de Gago 25, D.ª Paca Quijano 5, D.ª Anselma N. viuda de Quijano 5, D.ª Gregoria de Paz 5, D.ª María Fernández, viuda de Eguiagaray 100, D.ª Lucía León 2, D.ª Eudemia Sandoval 0,30 D.ª María Díez 0,45 D.ª Dolores Torre 0,5 Una devota 0,5 Doña María Canda 0,10 D.ª María Jiménez 0,10 D. Benito Zurita 0,25 Una señora 2,00 Doña Brígida Cano 0,50 Novella 1,25 Doña Teresa Martínez 0,30 D.ª Adelaida Vega l,00 Don José Fernández 10,00 Doña Decorosa Caballero 5,00 D.ª Adela Rodríguez 5,00 RR. PP. Capuchinos 10,00 D. Raimundo Granizo 10,00 D. Antolín G. Cuñado 40,00 RR. Religiosas Benedictinas del R. Monasterio de Carbajal 5,00
Enrique Gavilán Almuzara
Enrique Gavilán Almuzara nació en Valladolid el 30 de octubre de 1868, siendo sus padres Marcelino Gavilán, natural de Salamanca y María de los Dolores Almuzara, natural del pueblo leonés de Villamañán. En las elecciones municipales celebradas en Valladolid el 11 de noviembre de 1901 salió elegido como alcalde, dejando el cargo en 1902.
Enrique, que en aquel entonces era diputado albista a Cortes, se casó el 30 de junio de 1918 en la capilla del palacio Episcopal, en Madrid, con la Srta. Caridad Estelat.
Enrique fue senador por la provincia de Valladolid en 1923.
El 1 de noviembre de 1893, El Norte de Castilla publicó una noticia que marca el final de una etapa y el comienzo de otra. La noticia era la siguiente:
«Cambio de empresa de El Norte de Castilla. Anteanoche y por escritura pública otorgada ante el notario don Ignacio Bermúdez Sela, el propietario de nuestro periódico, don Luis N. Gaviria, transfirió la propiedad de El Norte de Castilla a la señora viuda de Bonifaz y al señor don César Silió».
Santiago Alba y Bonifaz era menor de edad, no cumpliría los 21 años hasta el día 24 del mes siguiente; por esa razón su abuela realizó la compra en su nombre. Santiago Alba se casó posteriormente con Enriqueta Delibes, a su vez prima de César Silió y tía carnal del escritor Miguel Delibes, quien sería director del periódico desde 1958 a 1963.
Santiago Alba Bonifaz es considerado «uno de los prohombres del liberalismo dinástico», durante el reinado de Alfonso XIII llegaría a ejercer como ministro de Marina, de Instrucción Pública y Bellas Artes, de Gobernación, de Hacienda y de Estado. Se exilió durante la dictadura de Primo de Rivera, si bien tras la proclamación de la Segunda República regresó nuevamente a la primera línea política de la mano del Partido Radical. En esta época llegaría a ejercer como presidente de las Cortes.
Enrique Gavilán Almuzara murió el 20 de febrero de 1944.
El hermano de Enrique, Pedro Gavilán Almuzara, nació en 1860 en Villamañán y falleció en 1931 a la edad de 71 años. El 30 de junio de 1888 se casó en Maón, Menorca, con Pilar Bofill Orfila. Ejerció como farmacéutico.
En sus más de cien años de vida, Marcelino Gavilán Bofill recorrió a caballo caseríos y aldeas de Valladolid y León como médico de familia antes de convertirse en uno de los pioneros en el campo de la otorrinolaringología.
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