En 1910 se descubrieron las primeras macro-geodas de Naica. En la mina de Naica-Peñoles, a una profundidad de 120 m, se descubrió una cueva de casi 80 metros de largo, completamente cubierta por cristales de selenita de hasta dos metros de largo, por lo que pasó a llamarse «Cueva de las Espadas». La belleza de esta cueva era tal que se cerró para preservarla, equipándola con escaleras de madera para la visita de geólogos y especialistas.
La Cueva de los Cristales fue descubierta en el año 2000 por casualidad, durante unos trabajos de perforación de una galería, en las profundidades de la Mina de Naica, en el Estado de Chihuahua, México. Se trata de una verdadera macro-geoda: una cueva completamente recubierta por cristales transparentes de selenita, es decir yeso muy puro, algunos de los cuales superan los 12 metros de largo.
Dentro de la cueva la temperatura es de alrededor de 48° C y el aire está saturado de humedad, por lo que uno se encuentra en una situación de «cocción al vapor», por lo que solo se puede permanecer allí entre 3 y 4 minutos.
El yacimiento de la mina de Naica es de origen hidrotermal y está constituido por filones de sulfuros y estratos de silicatos en calizas del Cretácico, de los cuales extraen actualmente unas 600 mil toneladas anuales que contienen oro (0,15 gramos por casa tonelada), plata (164 gramos por tonelada), plomo (4,87 %), zinc (0,3 gramos por tonelada), cobre (1,3 gramos por tonelada) y cantidades menores de tungsteno y molibdeno. Hasta ahora, se han extraído 29 millones de toneladas de mineral de la mina y se ha encontrado un deposito que contiene otros 6 millones de toneladas de mineral.
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