El texto de este artículo está extraido de la versión digital del diario EL PAIS.
Los batiscafos tripulados rusos Mir-1 y Mir-2 descendieron hoy a 1.680 metros hasta el fondo del lago siberiano Baikal, el más profundo del mundo. Hasta ahora, la profundidad del lago siberiano, que acumula la quinta parte de las reservas de agua dulce del planeta, se estimaba en 1.637 metros, después de que el batiscafo soviético Pisis-11 se posara en el fondo del lago en 1991.
La inmersión se realizó en el mismo centro del Baikal, entre la isla de Oljón y la península de Sviatói Nos. Es el lugar más profundo del lago y aquí nadie había descendido hasta el presente. El lago, que acoge la quinta parte de las reservas de agua dulce del planeta, tiene más de 25 millones de años. El primer sumergible en alcanzar el fondo del Baikal fue el Mir-2 a las 10:15 hora local (06:15 GMT), mientras el Mir-1 sólo descendió hasta los 1.580 metros debido a un fallo técnico en el sistema de navegación, según la agencia Itar-Tass.
La expedición zarpó del puerto hacia las 7.00 hora local (medianoche del lunes en España), según informaciones de la agencia Ria Novosti recogidas por otr/press. Una barcaza con los aparatos Mir-1 y Mir-2 (Mir significa paz en ruso) a bordo se dirigió hacia la isla de Oljón, la zona más profunda del lago. La travesía tuvo una duración de quince horas, de las cuales cinco se reservaron para el viaje de ida y tres, para la inmersión.En el lecho del lago los Mir colocaron una pirámide de acero inoxidable de un metro de altura con el escudo de Rusia y de la república siberiana de Buriatia, cercana a Mongolia. Cada uno de los batiscafos contaba con una tripulación de tres personas, entre las que se encontraban dos pilotos, el gobernador de la república siberiana de Buriatia, Vyacheslav Nagovitsyn, un científico, el propietario de la compañía inversora Metropol, Mikhail Slipenchuk, quien financió la misión a través de la fundación para preservar el Lago Baikal, así como el diputado de la Duma Vladimir Gruzdev. Tras tocar el lecho subacuático, los Mir y sus ocupantes regresaron sanos y salvos a la superficie tras unas seis horas bajo el agua, donde fueron izados por la nave nodriza -una gigantesca barcaza de 62 metros de eslora- y brindaron con champán.
El batiscafo MIR durante la campaña del Titanic.La misión científica está organizada por el Fondo de Asistencia para la Protección del Lago Baikal y dirigida por Artur Chilingárov, vicepresidente de la Duma o cámara de diputados e investigador polar. Su financiación corre a cargo de organizaciones científicas y ecológicas no gubernamentales y empresas privadas.
La expedición, que realizará este año y el próximo más de cien inmersiones en el Baikal, se propone determinar con exactitud su profundidad, detectar posibles fuentes subterráneas de procesos termales, tomar datos tectónicos -el lago experimenta unos dos mil seísmos anuales de baja intensidad- y examinar restos arqueológicos. Según los científicos, el lago podría acoger gases como el metano, que en caso de calentamiento global podrían ser liberados, lo que elevaría peligrosamente la temperatura de nuestro planeta.
De hecho, supuestamente debido al cambio climático, la temperatura del Baikal ya ha aumentado en 1,21 grados desde 1946, tres veces más que el resto del planeta. También se tratará de verificar las hipótesis de la existencia en ese lago de formas de vida sin oxígeno y, además, los científicos aprovecharán para despejar otra incógnita: las reservas y los recursos energéticos del lago. La expedición y sus resultados serán plasmados en una película documental, cuyo objetivo es concienciar a todo el mundo sobre la necesidad de cuidar la naturaleza.
Los batiscafos Mir, en servicio desde 1987, son capaces de bajar a una profundidad de hasta 6.000 metros. Los Mir ya hicieron historia el pasado año al clavar la bandera tricolor de Rusia en el fondo del océano glacial ártico, justo debajo del Polo Norte geográfico a 4.261 metros de profundidad. Además, estos batiscafos también participaron en la toma de imágenes de los restos del “Titanic“, que fueron utilizadas después en la famosa película dirigida por James Cameron; y en la liquidación de las secuelas radiactivas provocadas por el hundimiento del submarino nuclear “Kursk“ el año 2000.
Con una superficie de 31.500 kilómetros cuadrados, 636 kilómetros de largo y 23.400 kilómetros cúbicos de agua, el Baikal supera con creces el volumen conjunto de agua de los cinco Grandes Lagos de Estados Unidos y Canadá. El lago alberga 848 especies de animales que no existen en ninguna otra parte del mundo, como la “golomianka“, pez vivíparo que habita a 1.000 metros de profundidad, o el diminuto “epishura“, un cangrejo de apenas uno o dos milímetros de longitud.
En Cartage se puede ver una cronología de la exploración submarina.
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