martes, 1 de febrero de 2011

Robot MIURA 42 de los TEDAX

Ante un paquete sospechoso aparecen los TEDAX. Desactivar una bomba no es tan sencillo como cortar el cable rojo o azul. En la realidad se ponen trampas y contra ellas diferentes tecnologías como taladros, radiales, rayos X, etc. El objetivo es evitar a toda costa que explote o cause víctimas. Este tipo de robots aparecieron en los años 80 del siglo pasado para manejar y desactivar bombas. Los Grupos de Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos de la Guardia Civil intervinieron en 2007 en 77.500 actuaciones, entre falsas alarmas, inspecciones preventivas, artefactos simulados o bombas reales.

El traje del desactivador esta compuesto de tejidos ignífugos, blindado con kevlar y nomex y pesa 37 kilos. Hacen falta dos personas para colocarlo. El casco pesa 9 kg y cuenta con sistemas de ventilación.

El modelo de robot Proytecsa Miura, que utilizan los TEDAX de la Guardia Civil, está fabricado en España, pesa 620 Kg y cuesta unos 125.000 €. El Miura mide de largo 3,5 metros (con el brazo extendido), de ancho 67 Cm y de alto 1,35 metros. Todo se maneja con un joystick y un PC portátil, que ofrece las imágenes de las 5 cámaras visibles e infrarrojas del robot, por vía inalámbrica, incluso hasta 200 metros de distancia.

La pinza del robot actua con una fuerza de prensión de casi 4 toneladas y una rotación de 360º. Puede levantar un coche y manipular un sistema de inspección por rayos X.

A mediados de 2009, la firma de capital de riesgo Miura Private Equity adquirió el 60% de Proytecsa, compañía nacional especializada en productos y soluciones tecnológicas avanzadas para el sector de la seguridad. Proytecsa se centra en el diseño, desarrollo, producción y comercialización de productos de seguridad enfocados a entidades financieras, Cuerpos de Seguridad del Estado, Ministerios y otras compañías privadas relacionadas con el sector de la seguridad.

En la actualidad, Proytecsa concentra su actividad en cinco líneas de negocio: valla de seguridad para limitar el paso a zonas de acceso restringido, robots para desactivación de explosivos, puertas de seguridad y esclusas para entidades financieras, pasos de control de acceso a estaciones de metro y sistemas de vigilancia y seguridad.

Esta compañía fue fundada en 2001 como resultado de una escisión de la empresa familiar Sallén Electrónica, operativa desde 1988. Las instalaciones centrales de Proytecsa se encuentran en Binéfar (Huesca) y posee centros de mantenimiento en Madrid y Melilla. La compañía tiene un volumen anual de ventas de cerca de 20 millones de euros y cuenta con una plantilla de unos 100 empleados.

Miura pretende consolidar a Proytecsa como una empresa líder en el sector de productos de seguridad a nivel nacional, incrementando su penetración en mercados clave como el ferroviario y el de obra civil. Asimismo, se pretende dotar a la compañía de un gran alcance internacional en países tanto europeos como de Oriente Medio, en donde ya se han iniciados varios proyectos con distribuidores locales.

La entrada en la compañía oscense, supone la segunda transacción de Miura Private Equity, firma de capital riesgo fundada a mediados de 2007 por Luis Seguí y Juan Leach, y presidida por Juan Rosell, que gestiona un fondo de 100 millones para realizar inversiones, debutando en 2008 con la compra de la cadena de sastrerías Atrezzo.

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