Desde el terremoto del 11 de marzo pasado mucho se ha hecho con diversa, pero frecuentemente mala, suerte. Han pasado 26 días y la situación aunque mejor no está controlada.
A continuación paso a elucubrar cual podría ser una vasta operación de control de la central, que pasa por un desmantelamiento parcial de toda la zona destruida, para cerrarla definitivamente o aprovechar parte de sus elementos. Unos de sus elementos más valiosos, dado que los edificios están muy deteriorados, son las vasijas de los reactores y las salas de turbinas correspondientes.
Para neutralizar la actividad de las barras de combustible se introducira ácido bórico en polvo dentro de la vasija del reactor, a través de la entrada del rociador superior, de forma que se introduzca entre las barras de combustible.
La operación comienza por el derribo de la mayor parte de la estructura destruida por las explosiones y su transporte a una zona próxima para proceder a su descontaminación e inertización. Para empezar se ha de desmantelar una parte del entramado de tirantes de hormigón, que formaba parte de la estructura de la cubierta original de los reactores. Para derruir esta parte se pueden utilizar explosivos para destruir los puntos que los unen y ganar tiempo en la retirada de escombros, al igual que en el resto del derribo controlado del resto de la estructura. La alternativa a los explosivos es una cizalla hidráulica, pero su manejo es mucho más lento y el tiempo en este caso es oro.
En cuanto se pueda se procederá a extraer las barras de combustible gastadas y depositarlas en unas nuevas piscinas de construcción mixta metálica-hormigón, construidas al lado de los reactores, para que puedan ser manipuladas y transportadas en una sola operación, mediante una grua de torre. Es necesario sacar las barras de combustible gastado, ya que las piscinas que las contienen se encuentran en la parte superior del edificio de los reactores y todo ello ha de ser derribado. En las nuevas piscinas estancas, que por el momento pueden quedar al aire libre, será fácil instalar el sistema de refrigeración necesario.
Todo el movimiento de materiales se puede hacer de forma rápida con grúas torre desplazables sobre raíles. Estas grúas conviene que sean telemandadas a distancia con la ayuda de cámaras y focos para su trabajo nocturno. La empresa Potain, y otras muchas, fabrican este tipo de grúas. Para poderlas instalar con rapidez se puede proceder a instalar sus vías directamente sobre la calle que pasa al lado de los edificios de los reactores, montando tramos completos de los utilizados en los ferrocarriles japoneses, juntando, más o menos, los ejes de los tramos de vías en función de lo que necesite la grúa. De esta forma, mediante maquinaria de vía apropiada, se puede tender toda la vía necesaria en uno o dos días, pudiéndose aprovechar la misma vía para introducir trenes de vagones que retiren los escombros o trenes con plataformas para llevarse toda la maquinaria pesada.
Por cada edificio de reactor a derruir se utilizan dos grúas de torre, con torres de diferente altura para que puedan operar conjuntamente. Su misión es tanto el manejo de los restos de la construcción, recogidos con pinzas y cucharas bivalvas adecuadas, como el de la maquinaria de desmontaje, tal como cizallas, sopletes, etc. El derribo de cada uno de los edificios de los reactores puede durar unos 5 días, trabajando de forma paralela se pueden derribar todos al mismo tiempo disponiendo de las grúas y los trenes necesarios. Todo pasa a ser un problema de logística, se ha de conseguir esta maquinaria y se ha de llevar e instalarla en el lugar de operaciones.
Una vez extraidas las barras de combustible se podrá proseguir con el derribo de toda la estructura de hormigón, hasta llegar a la cubierta de hormigón de las vasijas de acero de los reactores, que tiene una parte enterrada por debajo del nivel del suelo. Sería deseable derruir la Cámara de Relajación de Presiones para eliminar todos los huecos posibles al lado del núcleo del reactor.
Sería deseable disponer de un túnel de lavado, con agua a presión, de los escombros de hormigón, para retirar de su superficie el material radiactivo y, posteriormente, almacenarlo en algún lugar cercano para su posterior triturado o vertido controlado en un lugar definitivo.
El agua procedente del lavado se ha de descontaminar en una instalación de filtrado por ósmosis inversa, que eliminaría todas las partículas y moléculas mayores que las del agua. El agua de rechazo, se puede evaporar en condiciones controladas para no emitir radiación a la atmósfera, quedando un concentrado sólido que se ha de envasar en contenedores adecuados a su grado de radiactividad. Todos estos contenedores clasificados se almacenarán provisionalmente en una zona cercana.
En el proceso se habrán de retirar multitud de elementos metálicos, como la grua y el mecanismo de carga y descarga. Se habrán de retirar multitud de tuberías, aislando la vasija del reactor mediante tapas atornilladas a las bridas de salida.
Una vez llegados a la cubierta exterior de hormigón del vaso del reactor se ha de actuar según se desee reutilizar los vasos, con lo que se habrá de proceder a extraer los restos de las barras de combustible, o sellar los reactores para siempre, con el combustible en su interior.
En el caso de extraer el combustible de la vasija del reactor se habría de volver a inundar de agua la misma, retirando las tapas de hormigón y desatornillando la tapa de acero. Algunas barras de combustible saldrán enteras, pero muchas de ellas saldrán en parte, ya que el resto se habrá fundido y se tendrá que recoger de alguna forma del fondo de la vasija, entre el mecanismo de las barras de control, que posteriormente también se habrá de desmontar.
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