Mares y océanos dan cada vez menos pesca, lo que reduce la capacidad de empleo del sector pesquero, y albergan, sin embargo, innumerables desechos plásticos. Un doble problema cada vez más agudo para el que la comisaria de Pesca de la Unión Europea, la griega Maria Damanaki, cree haber encontrado la solución: la captura de plásticos. Habrá resultados en términos de descontaminación y los pescadores podrán trabajar en épocas en las que no pueden pescar. La patronal europea de reciclado de plásticos aplaude la iniciativa. Pescadores e industriales, acompañados de autoridades locales y europarlamentarios, tienen previsto lanzar a finales de mes un proyecto piloto sobre pesca de plástico en la Costa Azul.
El Mediterráneo, cuna de la civilización occidental, mar de tres continentes, se está convirtiendo lenta pero decididamente en un vertedero. El pasado verano, un estudio franco-belga estimó que sus azules aguas escondían 250.000 millones de pequeños objetos plásticos y que del orden de 500 toneladas de plástico estaba ya disueltas entre las olas. Una carrera hacia la muerte, en vista de la lentitud, próxima al siglo, con que se renuevan las aguas del mar Mediterráneo, en las que viven, conforme a los datos de la Comisión, el 6% de las especies marinas, aunque solo el 1% cuantitativo.
Envases de plástico acumulados en una playa granadina a principios del año pasado, algunos de productos fitosanitarios tóxicos.
Atacar el problema en su raíz (educación, controles y sanciones, reducción de objetos que se pueden arrojar al mar, como las omnipresentes bolsas de plástico) puede no ser suficiente, según las estimaciones de Bruselas, que también piensa en otros mares y océanos, no solo en el Mediterráneo. El Fondo Europeo de la Pesca ofrece al sector pesquero la posibilidad de desarrollar proyectos a favor de la conservación del medio marino,tales como pescar envases.
El beneficio no será sólo la descontaminación de las aguas, sino también el hecho de que muchos de los desechos serán reciclables, lo que también proporcionará beneficios económicos.
La idea, que no es una iniciativa legislativa ni un plan que la Comisión pretenda imponer a los Gobiernos, es solo una sugerencia sin apenas eco en las capitales europeas, que como administradoras del Fondo Europeo de la Pesca (FEP) tienen la última palabra. España dispone de 1.131 millones de euros con cargo a ese fondo para el periodo 2007-2013. La Administración pesquera española valora esta iniciativa, que permite diversificar la actividad pesquera en determinados periodos, como son las vedas; supone una renta complementaria al colectivo de pescadores y un indiscutible beneficio medioambiental. Además, dicen en el Ministerio de Medio Ambiente, que los pescadores tienen una amplia experiencia y un profundo conocimiento del medio marino y, en este sentido, pueden ser piezas clave para actuar en este tipo de nuevas actividades.
El sector del reciclado de plásticos de Alemania, Francia y Dinamarca aplaude el plan y ya está movilizado. El año pasado se pagaron en Francia, y con apoyo del fondo, 375 euros por tonelada de plásticos recuperada y se recogieron unas 1.000 toneladas, señala Oliver Drewes, portavoz de Damanaki.
Se trataba de desechos capturados sin intención por las redes de los pescadores, a quienes ahora la Asociación Europea del Reciclaje de Plásticos (EuPC) quiere, con ayuda de la Comisión y sus subvenciones pesqueras, ver convertidos en pescadores de basura flotante. La patronal habla de complementar el FEP con contribuciones propias para el pago de las redes especiales necesarias para el objetivo, que hoy cuestan entre 16.000 y 40.000 euros, según su tamaño.
La nueva red es una adaptación de la concebida para controlar vertidos de crudo, que ahora cercará y capturará plásticos y otros objetos flotantes. La red está totalmente hecha de plástico, según informa Alexandre Dangis, director de EuPC, en la web de la organización. No captura peces y es 100% reciclable. La malla es un invento de Thiery Thomazeau, un antiguo pescador francés, quien calcula que con ella se pueden recoger entre dos y ocho toneladas de desechos flotantes, en función del tamaño del aparejo. Según él, el plan podría crear nuevas oportunidades para los pescadores jóvenes que ahora lo pasan mal económicamente y dudan del futuro de esta profesión.
El próximo día 20, en las aguas de la delicada Saint-Jean Cap-Ferrat (Costa Azul francesa), donde la patronal europea del reciclado de plásticos tiene previsto celebrar su asamblea anual, se lanzará el plan piloto, que también está previsto desarrollar en otras tres localidades de la costa atlántica. En la operación intervendrán barcos adaptados para la misión, cuyas capturas no se descargarán en la lonja sino que serán transportadas a plantas de reciclaje.
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