miércoles, 24 de julio de 2019

El curtidor artesano


En la Fábrica de Curtidos de la Familia González, se aúnan tradición y experiencia con el saber hacer transmitido de generación en generación desde 1887. La actividad industrial del curtido de pieles en Santa María del Páramo tuvo una gran importancia, llegando a existir, en sus mejores tiempos, hasta cinco tenerías y dado que sus trabajos requerían mucha mano de obra, tuvo un gran efecto económico y social, en la comarca pobre y deprimida del Páramo Leonés.


Su máximo esplendor lo podemos situar á principios del siglo XX, empezando a decaer la actividad, al finalizar la Guerra Civil, en los años 40 y 50. La mecanización del campo dio la puntilla a esta industria. La última fábrica que cerró su actividad, lo hizo en los años 70.


Pero aun sigue trabajando, entre sus paredes de tapial, techo de cañizo y teja árabe, la última tenería, fundada a finales del siglo XIX, (1887), por Don Froilan González Prieto, hombre activo y emprendedor, pasando los conocimientos del curtido de padres a hijos, siendo, hoy en día, la quinta generación de curtidores. Es su tataranieto, Genaro González Alonso, último eslabón de la cadena, el encargado de seguir la tradición del curtido artesano, en el mismo sitio en que lo hicieron sus antepasados, haciendo muchas labores igual que, cuando se empezó a trabajar, en el siglo XIX. Se puede decir que, la fabrica de curtidos de Santa María del Páramo es una reliquia del pasado, un monumento histórico vivo, que intenta mantener la tradición más pura, del curtido de pieles.

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