Fue en 1937 cuando vio la luz el primer prototipo operativo del Citroën 2 CV, un modelo de 370 kg, con capacidad para cuatro personas, hasta 50 kilos de equipaje y una velocidad máxima de 50 km/h. Como curiosidad, solo tenía un faro.
El Salón del Automóvil de París en 1939 iba a ser su puesta de largo, con 250 ejemplares, pero el comienzo de la Segunda Guerra Mundial dio el traste con el plan.
Finalmente fue en julio de 1949 cuando comenzó su producción, manteniendo su idiosincrasia de automóvil pequeño con un motor de dos cilindros refrigerado por aire de 375 cc y 9 CV, que tenía una punta de 50 km/h. Su propuesta fue un auténtico éxito y los pedidos a la marca francesa fueron masicos.
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