domingo, 15 de octubre de 2023

La Robla

El Procurador general de la nación y del rey, 6 de abril de 1813.

Oviedo 10 de marzo 

El Sr. Comandante general ha recibido noticias fidedignas de que 300 franceses de infantería y caballería, que días pasados salieron de León a recorrer sus contornos, llegando por esta parte hasta la Robla, se han reunido ya en aquella capital llevando una considerable presa de ganados, que pasaban de 400 reses con otros. varios efectos; que lo dirigieron todo a Valladolid con muchas personas distinguidas, que tomaron en rehenes de las contribuciones que aún no se habían llenado, y la plata de las iglesias y monasterios que el traidor Losada robó en aquellas cercanías, y que en León permanecen solamente 1.100 hombres siempre dispuestos a hacer marcha. 

El Castellano, 14 de agosto de 1836

El comandante general de León fecha 10, al incluir por duplicado el parte que ganando horas mandó del general Espartero relativo a la completa derrota de la facción de Gómez, aprovecha la ocasión para manifestar que D. Isidoro Álvarez Acevedo, comandante de la Guardia Nacional de aquella ciudad el día anterior desde Cofiñal dice:

Observación de la línea de la izquierda de Valdeburón; recibo el oficio de V. S. en este momento que son las once de la mañana a mi regreso de Tarna, donde pernocté con el comandante de la Guardia movilizada del partido de Riaño y Vega Cervera que con 100 hombres de Nacionales me acompañó.

La Nación, 23 de enero de 1868.

Dice «El Eco de León»:

«El viernes 17 del corriente tuvo efecto la apertura de la sección del ferro-carril de Asturias de esta ciudad a la Robla y la del de Galicia desde Astorga a Brañuelas; a la cual, que se verificó, según también indicamos sin ningún aparato oficial, asistió el director de la compañía concesionaria de ambas vías que al efecto bajó de la corte.

La marcha de trenes en los expresados dos trayectos es la siguiente: 

Vía descendente, el tren número primero (misto) que sale de esta estación a las siete y veinte minutos de la mañana, llega a Astorga a las nueve y a Brañuelas a las diez y cinco.

El tren número tres (correo) que sale de aquí a las doce y cincuenta minutos, pasa por Astorga a las dos y veintisiete, y arrancando de aquella estación a las dos y treinta y dos, llega a Brañuelas a las tres y treinta y dos.

A las doce y cuarenta y ocho minutos parte también de esta estación el tren-correo de la línea de Asturias y llega a la Robla a la una y cuarenta y dos.

Vía ascendente: El tren número cuatro (misto) sale de Brañuelas a las seis y cincuenta y cinco minutos y llega a esta estación a las nueve y cuarenta. 

El número seis (correo) sale de Brañuelas a las doce y veintiuno de la tarde y llega aquí a las tres y tres, para partir a Palencia a las tres y veintitrés. El duplicado de este mismo tren arranca de la Robla a las dos y veinte, y llega a esta, en donde se refunde con el que viene de la línea de Galicia, a las tres y catorce.

MINERÍA EN LA PROVINCIA DE LEÓN, LA MINERÍA 22 de enero de 1873

Sr. Director del periódico LA MINERÍA. León 22 de Enero de 1873. 

Muy Sr. mío y de toda mi consideración: Animado de la mejor intención hacia la industria minera de esta provincia, expongo a continuación una breve reseña de la importancia de aquella, rogando a V, se sirva, si lo estima por conveniente, darla cabida en las columnas de su ilustrado periódico, a cuyo favor le quedará reconocido su afectísimo atento y seguro servidor Q. B. S. M.. Julián Arenas. 

Aun cuando en razonadas memorias y en científicos informes, publicados en distintas épocas y suscritos por distinguidos Ingenieros de Minas así nacionales como extranjeros, se ha dado a conocer la importancia minera de la provincia de León y el gran porvenir que espera a esta por las numerosas y ricas capas de carbón y hierro que la cruzan en todo su largo, en dirección próximamente de E. a O., conviene, sin embargo; insistir una y otra vez en tan interesante asunto, a fin de que, llamando sobre él la atención de los industriales, alcance la minería de esta provincia en un breve plazo el desarrollo que en las actuales circunstancias, reclaman ya con urgencia esos dos poderosos elementos de la industria tan codiciados hoy, y que tan abundantemente posee: Carbón y Hierro. 

Ningún medio es mejor para tal objeto que el periódico LA MINERÍA, que con tanto acierto V. dirige. Por otra parte; la circunstancia de haber estado V. al frente de este Distrito minero; la de haber publicado V entonces, en 1855 una extensa y curiosa memoria en la que supo exponer, no sólo las buenas condiciones que para todos los ramos de la agricultura disfruta esta provincia, sino lo favorecida que ha sido por la Naturaleza en lo relativo al reino mineral; y la de conocer V. por consiguiente estas localidades mineras que a su laboriosa actividad deben sin duda, así como la comarca toda, la iniciativa de las principales mejoras que hoy disfrutan, me deciden también a dirigirle esta ligera reseña de las sustancias que con más afán se buscan en el movimiento minero que aquí se observa; reseña que, trazada solamente a grandes rasgos, resultará incompleta, notándose en ella necesariamente los infinitos claros que mi insuficiencia ha de dejar, tratándose de una materia que exige una suma de conocimientos de que yo carezco. 

He dicho antes que las capas de carbón y hierro cruzan la provincia en todo su largo de E. a O., y así es en efecto; en esta última región, la del O., hay abundantes y potentes capas-filones de óxido férrico, sin que hasta este día pueda decirse que existe sobre ninguna de ellas un verdadero y bien entendido sistema de laboreo. Se explotan sin orden ni concierto dichos minerales en varias minas en los términos de la Chana, Peñalba, Paradasolana y Santa Lucía, para abastecer algunas forjas y nada más. Son muchos los puntos en que dichos minerales asoman a la superficie corriendo próximamente de E. a O. 

En término de Villafeliz de Babia hay una capa-filón muy rica de óxido férrico anhidro de 2,m60 de espesor, reconocida en más de 600 de longitud. Existen grandes capas de 10, 20 y hasta de más de 50 metros de espesor, ya de dicho óxido férrico, ya de arenisca y caliza impregnadas de hierro, siendo muy frecuentes las que de estas contienen de 50 a 40 por 100 y no pocas las que llegan al 60 y hasta el 70 y 75 por 100, especialmente las primeras, ó sean las de óxido férrico. Sobre algunas de ellas hay también minas en los términos de Pradilla, Montealegre, Viñayo, Portilla, Villamanín, Correcillas, Lugueros, Alege, Alegico, Arlaban; sin hacer mención de otra infinidad de puntos en que los minerales de hierro en grandes capas, próximas muchas veces a las de carbón, corren largas distancias. 

La circunstancia de hallarse aquí en contacto los hierros y carbones en muchas localidades, es sumamente favorable y de ella han de aprovecharse los industriales para montar la fabricación de hierro en los mismos puntos en que existen los minerales, realizando así el pensamiento y proyectos emitidos por los Sres. Ingenieros que se han ocupado de este importante asunto. 

Que hay en la provincia carbones más que suficientes, no sólo para llevar a feliz término aquella idea, sino también para abastecer sobradamente a los mercados del interior, lo demuestran muy claramente las extensas memorias escritas por los Sres. Ingenieros Jefes de minas que han estado al frente de este Distrito. En ellas se ocupan principalmente de las formaciones carboníferas de Valderrueda, Sabero, Matallana y La Magdalena; de las muchas capas de hulla reconocidas en cada una de ellas por galerías de dirección hasta de 1.800 metros de largo, como sucede en Sabero; del espesor término medio de las capas y millones de toneladas de hulla que fácilmente y con pocos gastos, pueden extraerse sobre el nivel de aguas del país, que es muy considerable. 

Una prueba de la importancia de cada una de estas formaciones, es el gran número de pertenencias demarcadas en ellas hace muchos años. En la de Valderrueda posee la Sociedad de Crédito Mobiliario Español en tres cotos mineros 179 pertenencias (2.685 hectáreas), en las que desde hace tiempo, han venido excavándose galerías y pozos para reconocer alguna de las capas de aquella formación. 

La de Sabero, que es más pequeña en superficie, presenta en los términos de Sotillos y Olleros capas tan potentes de hullas crasas, que han llamado la atención de cuantos han tenido ocasión de reconocerlas. Su parte más rica está ocupada por 40 pertenencias (600 hectáreas) que posee allí en varias minas la Sociedad Palentina Leonesa, que hace años montó en el centro de ellas, en Sabero, una ferrería a la inglesa, para beneficiar los muchos minerales de hierro que también posee dicha Sociedad en varias minas no lejos de la fábrica. Los desembolsos que esta empresa ha hecho, han sido muy considerables, viéndose obligada a pesar de sus esfuerzos, a suspender los trabajos de las minas y fábrica por la carencia de medios fáciles y económicos de trasporte. 

La de Matallana es muy grande: están reconocidas en ella unas 15 capas de carbón de buena calidad, con un espesor desde 0,m40 a 8 metros, presentándose todas las variedades que la industria reclama para sus diferentes usos; le hay muy a propósito para la cokizacion, para el alumbrado, para fraguas, hogares, etc. Esta formación en la parte reconocida, comprende unos 20 kilómetros de largo por 5 de ancho, extendiéndose por los pueblos de Aviados, La Valcueva, Matallana, Víllalfeide, Orzonaga, Serrilla, Vegacervera, Coladilla, Santa Lucía, Ciñera, La Pola y otros; pueblos estos tres últimos por donde pasa la vía férrea de Asturias. Existen unas 160 pertenencias (1.700 hectáreas) demarcadas hace años a varios particulares; habiéndose solicitado otras 1.800 hectáreas más en registros incoados de dos meses a esta parte. 

En la de la Magdalena que es más pequeña, hay también demarcadas unas 60 pertenencias (900 hectáreas) que pertenecen en su mayor parte a la Sociedad La Ventajosa y comprenden la parte más rica de esta formación que aunque estrecha, tiene también reconocidas unas diez capas desde 0,m40 a l,m20 de espesor de excelentes hullas crasas. 

Donde mayor escala han alcanzado los trabajos por galerías y pozos ha sido en las de Valderrueda y Sabero: en esta durante la época en que la fábrica de fundición estuvo en marcha por los años de 1850 al 60. En las de Matallana y la Magdalena los trabajos han sido muy limitados; ni aun los necesarios para abastecer de hulla los mercados de esta capital. La carencia absoluta de medios fáciles y económicos de trasporte para dar salida a los carbones, hace que la mayor parte de las minas enclavadas en las formaciones ya dichas, se hallen paralizadas; y de no vencer este inconveniente, no se levantará la minería de esta provincia de la inacción en que se encuentra. 

Comprendiéndolo así los dueños de las citadas pertenencias, se ocupan desde hace tiempo en allanar esta dificultad. Para ello la Sociedad de Crédito Mobiliario Español, terminó los estudios de un ferro-carril, de unos 60 kilómetros, desde Valderrueda a Sahagún. La Sociedad Palentina Leonesa, dueña de la fábrica y minas de Sabero, tiene aprobado y subvencionado por el Estado otro ferro-carril, que partiendo de Sabero, termine en la estación del Burgo de la línea del N.O. 

El mayor número de capas de hulla que contiene la formación de Matallana, está en los términos de este mismo pueblo, Villalfeide, Vegacervera, Coladilla, La Valcueva y Orzonaga, siendo sumamente fácil dar salida a dicho combustible con la construcción de un ramal de ferro-carril de unos 14 kilómetros que, desde La Valcueva pasando al valle de Fenar y marchando por todo él en contacto con varios pueblos, termine en la estación de la Robla. Esta idea viene fijando más cada día la atención de los mineros de tan rica comarca, esperando sin duda para su realización la protección del Gobierno que, de haberla solicitado oportunamente, es de creer la hubieran conseguido ya, toda vez que así como para Sabero, se trata de una obra de utilidad pública, no solo de gran importancia, sino poco costosa, porque el valle es muy llano y no ofrecerá más obras de fábricas que pequeñas alcantarillas y un estrecho puente sobre el rio Torio. 

Las capas de carbón que, pertenecientes también a la formación de Matallana, bajan, atravesando los altos de Coladilla y Llombera a los términos de Santa Lucia, La Pola y Ciñera, son los que sin género de duda, se hallan, hoy en mejores condiciones de explotación por ser las que están más próximas al ferro-carril, de uno a tres kilómetros de camino llano en algunos puntos. Estos carbones se presentan allí en grandes afloramientos de capas hasta de diez metros de espesor; y aun cuando en las labores superficiales eran de mala calidad, empleándolos únicamente en la fabricación de cales por ser muy secos, han bastado algunos metros de avance en galería sobre las capas para que dicha calidad haya mejorado hasta el punto de venirlos empleando ya con buen resultado la Empresa de este ferro-carril en las locomotoras y máquinas de vapor de los talleres de esta estación. 

Aparte de la fácil salida que puede darse a los carbones de Matallana, Orzonaga, etc., hay también en aquella comarca muchos y buenos minerales de hierro, circunstancia sumamente favorable y de la que seguramente puede sacarse hoy gran partido construyendo altos hornos para fabricar allí el hierro con aquellos mismos carbones; porque aun cuando sea una verdad que estos, el día que cuenten con vías económicas de trasporte, harán la competencia en precio en toda Castilla a los de otras comarcas, la opinión de la generalidad de los Ingenieros que han tratado esta materia es que la mayor parte de los carbones de la provincia de León, deberá destinarse exclusivamente a la fundición de los muchos y ricos minerales de hierro que, ya en contacto, ya a cortas distancias de aquellos, se presentan en cantidades fabulosas. 

En análogas circunstancias a las últimamente expuestas respecto de la formación hullera de Matallana, se encuentra la de la Magdalena, distante también unos 14 kilómetros de la estación de la Robla; y todo lo expuesto respecto de la primera, puede aplicarse a la segunda, toda vez que es fácil dar salida a sus carbones y que allí muy próximo a estos, existen de la misma manera muchas y potentes capas de mineral de hierro. 

Además de estas comarcas en que los carbones se presentan en mayor cantidad y de mejor calidad, se han reconocido en la del Bierzo muchas capas de carbón muy seco, en los términos del Fabero, Arlanza, Santibañez de Montes, Igüeña, Tremor, Pobladora, Espina y otros; las que siguiendo por el de Ponjos y el valle de Valdesamario, corren algunas hasta Santa María de Ordás, en que empiezan a ser recubiertas por terrenos más modernos hasta la collada de Bobia, donde aparecen de nuevo y de mejor calidad; y corriendo sin interrupción hacia el Este, atraviesan el rio Luna y siguen hasta Santiago de las Villas, unos once kilómetros, que son los que comprende la formación de la Magdalena.

Crecida de los ríos, LA MONARQUÍA 12 de marzo de 1888

León 11 (11,35 mañana).—El gobernador al ministro de la Gobernación: 

Los ríos crecen de una manera imponente a consecuencia del rápido deshielo. El Bernesga, según telegrama del alcalde de Gordón, viene desbordado y sigue aumentando poderosamente su caudal, y un riachuelo, según dicen de la Robla, ha interceptado la vía en el kilómetro 26, a la salida de la estación de dicho pueblo, cubriendo 78 metros lineales del ferrocarril, sin que se pueda fijar la altura de las aguas, ni el daño qué estas han producido. Sin embargo, se considera muy difícil que el tren correo número 460 de hoy, que ha de partir de Busdongo, pueda pasar del expresado kilómetro. El tiempo templado y lloviendo. Temo por las riberas, y he avisado a los alcaldes con quienes puedo comunicarme de los peligros, para que tomen precauciones y avisen a los de otros pueblos ribereños.  

La estafeta de León, 26 de diciembre de 1891, página 2

Copiamos de nuestro apreciable colega El Noticiero Bilbaíno: 

«Tenemos una verdadera satisfacción en dar cuenta a nuestros lectores de una noticia importantísima para la Compañía del ferrocarril hullero de La Robla a Balmaseda, y por tanto; importante también para las industrias todas que esperan el combustible de las cuencas de Castilla. El túnel de La Parte, en la provincia de Burgos, 15 kilómetros más allá de Espinosa de los Monteros, túnel que tendrá 950 metros de longitud, ha sido roto felizmente el día 14 a las seis de tarde. Es la única obra de empeño que la Compañía de La Robla tiene en su trayecto, y vemos que está ya perforado en su galería de dirección, a pesar de tan gran longitud, en breve tiempo, llevando, según noticias, muy adelantados los franqueos y revestimientos por ambas bocas. Nos congratulamos. como llevamos dicho, de tal noticia, y felicitamos sinceramente por ella a la indicada Compañía del ferrocarril hullero de La Robla a Balmaseda».

MINAS.— Por D. Luis Trancon, apoderado de D. Sebastián Álvarez, vecino de Santullan, se ha presentado solicitud de registro de 19 pertenencias de la mina de carbón «Asuncioncita» sita en término de Olleros y Sotillos (Cistierna). D. Bernardino González, solicita registro de 160 pertenencias de la mina de carbón «Deseada» «Bienvenida» en término de Fuente de Peña Corada (Cistierna). D. Facundo Martínez Mercadillo, apoderado de D. Félix Murga, 6 pertenencias de la mina de carbón «Fermín» en término de Llombera (Pola de Gordon). D. Ángel Merino, ampliación de 40 pertenencias a la mina de carbón «Victoria» en Vegacervera. Por D. Facundo M. Mercadillo, como apoderado de D. Félix Murga, se han presentado demasías de 6 pertenencias de la mina de hulla «Esperanzita», 20 id. de la mina «Paquito», y demasía a la mina «Segundo», en terrenos sitos en Orzonaga (Matallana de Vegacervera).

En el Boletín oficial de la provincia de Santander del 30 de Diciembre de 1891 se da cuenta de la RELACION rectificada de las fincas rústicas que han de ser expropiadas para el emplazamiento del ferrocarril hullero de la Robla a Valmaseda (3.ª sección), dentro de los límites de la provincia de Santander, partido de Reinosa, sitas en el término del Ayuntamiento de Las Rozas. 

1 Collantes, Murga y Compañía
2 Ferrocarril de la Fábrica
15 D. Mariano Argüeso Fernández

Diario oficial de avisos de Madrid, 6 de julio de 1892. 

PARTE OFICIAL

Gaceta de ayer.

PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINISTROS

SS. MM. el Rey y la Reina Regente (Q. D. G.) y Augusta Real Familia continúan en esta corte sin novedad en su importante salud.

REAL DECRETO

En el expediente y autos de competencia promovida entre el Gobernador civil de la provincia de León y el juez de instrucción de La Vecilla, de los cuales resulta:

Que don Valentín Alonso anunció ante el Juzgado municipal de Robles, el hecho de que de un prado de su propiedad, llamado Valdaquín, habían sido extraídos 12 pies de chopo, y llevados por varios hombres trabajadores a la vía de la estación de Robles, a los lavaderos de las minas de «Matallana»:

Que instruida causa en el Juzgado referido a consecuencia de la expresada denuncia, se practicaron varias diligencias del sumario, constando en la misma una certificación del acto de toma de posesión de varias fincas de don Valentín Alonso, vecino de Robles, a favor del representante de la línea férrea de Robles a Valmaseda; certificación de la que resulta: que en 3 de Agosto de 1891 el teniente de alcalde de Robles dio posesión a don Miguel de Ortuve, representante de la compañía citada, de las fincas expropiadas a don Valentín Alonso, en dicho término municipal, para la construcción del ferrocarril de la Robla a Valmaseda, haciéndolo a nombre y por todos los demás en la finca denominada la Era del Cardabal:

Que a nombre del ingeniero de minas, representante de la referida Compañía hullera, y de acuerdo con la Comisión provincial, el Gobernador de León requirió de inhibición al Juzgado, fundándose: en que por virtud del expediente de expropiación, seguido y aprobado con arreglo a la ley y reglamento de expropiación forzosa, la Compañía concesionaria del ferrocarril hullero de la Robla a Valmaseda, se había hacho dueña de la finca que fue propiedad de don Valentín Alonso, habiendo entrado en posesión de la misma, y al ser dueño de la finca, podía disponer libremente de ella, sin obstáculos ni entorpecimientos de ninguna clase, cortando los árboles en la misma existentes, sin que por ello incurriese en responsabilidad civil ni criminal exigible ante los Tribunales ordinarios; que aún suponiendo que no hubiese sido expropiada toda la finca de don Valentín Alonso, y en que en esa parte no expropiada se hallasen los árboles cortados por el representante de la Compañía, es incompetente el Tribunal ordinario para conocer del hecho de que se trata, toda vez que cuando una finca ha sido en parte objeto de expropiación, y las necesidades de la obra pública exigen ocupar mayor extensión que la expropiada, esta ocupación, ya sea temporal, ya sea definitiva, no puede paralizar las obras ni ser objeto de interdicto, pues la ley establece el procedimiento que se ha de seguir para indemnizar a los propietarios, y si no puede ser objeto de interdicto, menos ha de serlo de un procedimiento criminal, sobretodo teniendo en cuenta, que cuantas cuestiones se suscitan por casos como el presente caen inmediatamente en la esfera de la Administración; que se está, por tanto, en uno de los casos en que, por excepción, pueden suscitarse competencias en los juicios criminales, puesto que a los funcionarios de la Administración correspondería castigar la falta, en el supuesto que existiera; que si esto no fuese bastante, hay que tener presente que si existe una cuestión previa que decidir, que consiste en determinar si los árboles a que se refiere la denuncia se hallaban dentro de la finca expropiada a don Valentín Alonso y si fueron objeto de expropiación é indemnización, lo cual corresponde depurar y decidir a la Administración: el Gobernador citaba los artículos 4.°, 14, 20 y 42 de la ley de Expropiación forzosa, el artículo 89 de la ley de Obras públicas, el 60 de la ley estableciendo la clasificación general de los ferrocarriles y los artículos 2.º y 3.º del Real decreto de 8 de Septiembre de 1887. 

Que sustanciado el incidente, el Juzgado sostuvo su jurisdicción, fundándose: en que la certificación de la toma de posesión a que se ha hecho referencia no expresa la huerta o prado de Valdaquín, en el que se cortaron y en la que sustrajeron los árboles de que se trata; en que no consta que el repetido prado ó huerta, ni parte de él, hayan sido expropiados; que tampoco resulta que los árboles hubieran dejado de pertenecer al denunciante; que el hecho que se persigue puede constituir un delito, cuyo conocimiento corresponde a la jurisdicción ordinaria; el Juzgado citaba los artículos 2.º y l1 de la ley de Enjuiciamiento criminal y el Real decreto de 8 de Septiembre de 1887: 

Que el Gobernador: de acuerdo con la Comisión provincial, insistió en su requerimiento resultando de lo expuesto el presente conflicto, que ha seguido sus tramites: Visto el art. 3 º del Real decreto de 8 de Septiembre de 1887, que prohíbe a los Gobernadores promover contiendas de competencia en los juicios criminales, a no ser que el castigo del delito ó falta haya sido reservado por la ley a los funcionarios de la Administración, ó cuando en virtud de la misma ley deba decidirse por la Autoridad administrativa alguna cuestión previa de la cual dependa el fallo que los Tribunales ordinarios o especiales hayan de pronunciar:

Considerando:

1.º Que según resulta de los antecedentes se ha seguido el expediente de expropiación de fincas del denunciante, habiendo tomado posesión de ellas el representante de la Sociedad del ferrocarril hullero de Robla a Valmaseda:

2.º Que en tal concepto, a la Administración corresponde decidir si los árboles cuya corta ha dado lugar a la denuncia estaban ó no comprendidos en la expropiación, pudiendo influir esa resolución en el fallo que en su día hubieran de dictar los Tribunales:

3.° Que se está, por tanto, en uno do los casos en que pueden promoverse contiendas de competencia en los juicios criminales; Conformándome con lo consultado por el Consejo de Estado en pleno;

En nombre de Mi Augusto Hijo el Rey D. Alfonso XIII, y como Reina Regente del Reino, Vengo en decidir esta competencia a favor de la Administración.

Dado en Aranjuez a veintiocho de Junio de mil ochocientos noventa y dos.—MARÍA CRISTINA.— El Presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo. 

De La Robla á Boñar (El Heraldo de Madrid. 23 de julio de 1892, página 1.)

(IMPRESIONES DE VIAJE) 

Hace muy pocos años que por primera se habló, como se habla de tantas cosas que no han de hacerse nunca, de un ferrocarril de vía estrecha que. partiendo de La Robla (en el de León á Gijon) terminara en Valmaseda, poniendo en comunicación directa con Bilbao la zona carbonífera de las provincias de León, Palencia y Burgos.

La Justicia, 12 de agosto de 1893. 

Ferrocarril modelo

Un notable adelanto se ha practicado en el ferrocarril hullero de La Robla a Valmaseda. Se ha ensayado, a presencia del señor ingeniero de la división de ferrocarriles del Noroeste, la comunicación telefónica fuera de las estaciones, de tal modo, que un tren en plena vía, parado, puede comunicarse inmediatamente con todas y cada una de las estaciones de la línea. Los resultados fueron admirables: se habla desde cualquier punto, a los cinco minutos, a cualquier estación, por lo cual los trenes de viajeros llevarán ya los aparatos portátiles y será ésta la primera línea en España, y creemos que en el extranjero, que disfrute de tan esencial y utilísima innovación. Así lo dice La Estafeta, de León. 

Diario de Burgos, 17 de agosto 1893, página 3

De tres incendios se ha dado conocimiento al gobierno civil de esta provincia, ocurridos el. día 11 del actual. Uno tuvo lugar en el monte titulado la Concha, en término de la Puebla de Arlanzón, en el kilómetro 475 de la línea férrea de Irún á Madrid. El otro se originó en el monte llamado Penalamera, en término de Villasana de Mena. Este incendio se atribuyo a que se desprendió alguna chispa de la máquina del ferrocarril hullero de la Robla a Valmaseda. Se calculan en 10 hectáreas de terreno lo incendiado.

El tercer incendio ha tenido lugar en unas heredades de la villa de Fuentecen también en el mismo día 14. Este incendio se cree haya sido intencional, y se culpa a un tal Ignacio Adrados, vecino de Roa, y se calculan en unos 800 matojos de viñedo lo incendiado. Afortunadamente no ha habido desgracias personales en ninguno de ellos y las pérdidas materiales no han sido de gran consideración. Tanto el benemérito cuerpo de la guardia civil, como las autoridades y vecindario de las respectivas localidades han rivalizado en valor y decisión para extinguir el voraz elemento, y evitar que se propagara a los terrenos inmediatos. Se ha dado conocimiento de los hechos a las autoridades y se practican con actividad las diligencias para esclarecer el origen y demás causas de los siniestros.

En "La ilustración española y americana" del 30 de julio de 1894.

" De la Exposición del Círculo de Bellas Artes de Madrid publicamos dos cuadros. El del Sr. Cutanda, titulado "En peligro inminente", está inspirado en un asunto que podríamos llamar de actualidad.

El tren marcha á todo vapor por terreno despejado y llano que permite extender la vista en un dilatado horizonte. La vía férrea describe una curva en la que aparece otro tren marchando en dirección contraria. El maquinista tira desesperadamente de la válvula para dar paso al vapor y producir el agudo silbido que ha de advertir del peligro al de la locomotora que hacía él avanza, y el guardafreno aprieta con todas sus fuerzas el freno para disminuir la marcha y con ella el peligro.

¡Hermoso drama de la vida moderna que el Sr. Cutanda ha pintado con gran valentía! "

Diario de Burgos, 27 de agosto de 1894, página 2

El Ferrocarril de La Robla a Valmaseda

Desde Guardo escriben a un periódico de Bilbao lo siguiente:

«Terminadas el día 18 las pruebas oficiales en el puente del Ebro, de 50 metros de luz, con resultado satisfactorio, se esperaba ayer 20 la llegada a esta villa del director del ferrocarril hullero de La Robla a Valmaseda, Sr. Zuaznavar, acompañando al Sr. Fesser, ingeniero de la división del Noroeste, y demás individuos que formaban la plana mayor de la inspección facultativa del Gobierno, para practicar las pruebas estáticas y de velocidad en el puente del Carrión, y girar la última visita oficial a la línea para dar la aprobación a su próxima apertura. La importante villa de Guardo quiso demostrar la gratitud eterna de que era deudora al iniciador de este ferrocarril, y al efecto el ayuntamiento en masa, precedido de un pueblo reconocido, esperó a la comitiva. 

A las cuatro de la tarde nos encontrábamos sobre el puente del Carrión, en cuyos cuatro costados se leía en gruesos caracteres el lema siguiente: «La villa de Guardo saluda a la liga vizcaína de productores: ¡Viva la industria nacional! ¡Viva Vizcaya! La villa de Guardo saluda al Consejo Administrativo y a su amable y digno director, iniciador de este ferrocarril.» Sobre el puente tremolaba la bandera de la matrícula de Bilbao. Dada la orden por el señor director, salieron de la estación para las pruebas estáticas y de velocidad las máquinas número 24 «Esla», y la núm. 28, «El Ebro» con 4 wagones cerrados de la serie G., cargados con 10.000 kilos de lastre. Se dio principio a las primeras pruebas, colocándose sobre el puente las dos citadas máquinas y 4 wagones, con lo que resultaba un peso de 144 toneladas.

El tiempo que estuvo actuando la indicada carga fue de 30 minutos, resultando de estas pruebas estáticas una flecha de 20 milímetros, volviendo exactamente a su posición normal una vez levantada la carga. Las pruebas de velocidad con igual peso, de 25 a 40 kilómetros, produjeron flechas de diferencia en muy pocos milímetros de las precedentes, quedando demostrada la calidad inmejorable del acero, así como la gran escrupulosidad en el reblonaje. El resultado excelente obtenido en ambos puentes honra mucho a la casa constructora y al joven é inteligente ingeniero D. Nicolás Tous, bajo cuya dirección fueron montados. 

La apertura oficial del ferrocarril hullero de La Robla a Valmaseda será regularmente en la primera decena del próximo mes de Septiembre, y entonces los señores Zuaznavar y Oraa darán fin a la obra emprendida hace cuatro años de 284 kilómetros de vía, Obra que sorprende al genio más activo.»

NOTICIAS VARIAS (El Día - 9 de septiembre de 1894, página 2.)

Telegrafían de León que el tren núm. 3 de la Compañía del ferrocarril hullero de La Robla á Valmaseda fue apedreado por varios muchachos, resultando herida en la cabeza una señora que viajaba en él. El autor de la agresión fue detenido y entregado a los tribunales.  

En el Museo de San Telmo, en San Sebastián, se puede ver esta hermosa pintura de Enrique Martínez Cubells. Se trata de la obra "El accidente ferroviario", pintada en 1894 y propiedad del Museo del Prado.

En la revista "La ilustración española y americana" del 22 de junio de 1896 aparece este retrato de maquinista en su locomotora.

En la máquina que arrastra un tren y en el maquinista que la guía, hay motivo bastante para la inspiración del poeta y del artista. Cuanto más poderosa y arrogante parece ella, tanto más grande se nos antoja el que la ha creado y la gobierna. Pero la grandeza de él pertenece al orden espiritual, y es una nueva prueba de la superioridad de éste sobre la materia. El profundo talento de pintor y las dotes de observador que el Sr. Gil ha mostrado en su dibujo El maquinista, nos ha inducido á reproducirlo, seguros de que agradará á los lectores. (Véase la pag. 368.)

La siguiente fotografía nos muestra la portada de la revista "Blanco y negro" del 19 de marzo de 1898.


Bonita estampa de la dotación de una antigua locomotora.

El País, 17 de abril de 1898

Salus Populi

Se habla estos días de las notables dificultades con que tropezará el gobierno al hacer el acopio de carbón mineral, para nuestros acorazados. Por de pronto, Inglaterra cerrará el mercado de este combustible a las dos naciones beligerantes, quedando cada cual en situación de importarla allí donde pueda. 

Nosotros poseemos carbón en abundancia y ahí están los importantes criaderos de Asturias y los que ahora empiezan a ser explotados en toda la zona, que recorre el tren hullero de la Robla a Valmaseda, amén de las de Bélmez, Espjel y otros puntos. 

Con lo explotado ordinariamente pueden llenarse las necesidades del momento, y para aprovisionar a los barcos que se alisten a la guerra y ya para constituir los primeros depósitos de donde han de nutrirse para lo sucesivo. Hasta ahora nuestras principales industrias se servían de Inglaterra, no porque fuera el combustible de mejores condiciones, sino por la baratura de los trasportes; de aquí que la extracción de nuestros carbones no tenga el desarrollo que debía, a pesar de ser tan abundantes los criaderos. 

En previsión de lo que pudiera ocurrir, sería conveniente que por el gobierno se procediese a la incautación de las minas existentes, ya que los actuales poseedores se niegan a suministrar el combustible a los precios corrientes. ¡Valientes patriotas los carboneros, que se atreven a hacer mercancía con las desgracias que afligen a la Patria! 

El Liberal, 13 de septiembre de 1898, página 4

Nuestro corresponsal en La Robla nos da cuenta de la llegada a la estación de dicho pueblo de 119 soldados repatriados. Estos llegaron el día 7, procedentes de Santander, por la línea del ferrocarril hullero de La Robla a Valmaseda, en un tren especial formado en la estación do Mataporquera. En la estación de La Robla fueron obsequiados los sodados con caldo, vino de Jerez, gallina, merluza y ternera, todo ello perfectamente condimentado y servido en espaciosas mesas colocadas en el andén.

A tan benéfico acto cooperaron el jefe de la estación D, Vicente Bartolomé, el cura párroco D. José Bayón, el alcalde D. Andrés Díez y el secretario del Ayuntamiento D. Pedro Villa.

La Compañía del Norte, enterada de la llegada da loa repatriados, puso a disposición de éstos un tren especial para conducirlos a León.

En La Vid (León) se inició el día 8, a las cuatro de la tarde, un violento incendio, que, favorecido por el viento, redujo a cenizas 14 casas. No ocurrieron desgracias personales, pero las materiales han sido de mucha consideración. El incendio quedó dominado a las diez de la noche. En la extinción del incendio se distinguió la guardia civil y el joven ingeniero de Minas D. César Iglesias. 

El Cantábrico, 26 de noviembre de 1902, página 2

DESDE LAS ROZAS

Nuestro corresponsal en Las Rozas nos dice que el día 21 del actual, a las seis y media de la tarde, entre la estación de aquel pueblo y la de Montes Claros, el tren mixto dela Robla a Mataporquera arrolló al llegar al puente del Ebro, sitio del Pedrón, siete yeguas, que fueron horriblemente destrozadas, cayendo algunas de ellas al río, desde unos 20 metros de altura. Éstas desgracias ocurren en aquella línea con bastante frecuencia, pues para una extensión de diez kilómetros por donde la línea férrea atraviesa cinco pueblos, no existen más que diez pasos a nivel y a su cuidado sólo dos guardas. En los nueve años que el ferrocarril hullero lleva en explotación, los trenes han matado cinco personas. Por quien corresponda debían adoptarse algunas medidas para evitar tan sensibles accidentes.

El Cantábrico, 25 de febrero de 1903, página 2

Montes incendiados 

Nos dicen de Las Rozas que el día 15 del actual la máquina del tren correo ascendente del ferrocarril hullero de Valmaseda a La Robla pegó fuego por dos partes al monte llamado de Valdearroyo, perteneciente al Ayuntamiento de Las Rozas, y por otro sitio al monte del Pedrón, propiedad de la excelentísima señora doña Jenara Merino de la Mora. Visto por el guarda jurado y algunos vecinos, dieron aviso a la cuadrilla de trabajadores de dicho ferrocarril que pudo sofocarlo. De haber ocurrido el hecho de noche, hubieran sido destruidas mil hectáreas por el fuego. 

Diario de Burgos, 24 de noviembre de 1904, página 2

Días pasados ocurrió una desgracia en la línea del ferrocarril hullero, sitio llamado «La trinchera del padre». Hallábase arando con una yunta de vacas en una finca próxima Rosendo López, de 50 años, vecino de Dosante, cuándo se le escaparon aquellas, internándose en la referida trinchera. En aquel momento llegó el tren Correo, que arrolló al infortunado labrador, fracturándole ambas piernas, y a una vaca, matándola en el acto.

Noticiero salmantino, 28 de noviembre de 1904, página 2 

LEON. — Por la montaña nieva copiosamente. El hullero de la Robla circula con gran dificultad y se teme no pueda salir de Cistierna. En algunos pueblos de los Argüellos, como Redipuertas, hay ya una vara de nieve. En Pajares también se teme que el puerto se cierre pronto.

El Cantábrico, 12 de enero de 1905, página 2

Un lobo con ruedas.

— Hace ya más de diez años, o sea desde que se inauguró el ferrocarril hullero de La Robla, a Valmaseda, que no se han vuelto a ver animales dañinos por estos montes de Los Carabeos y sus contornos, estando en la creencia de todos que han sido ahuyentados por efecto de los trenes. Pero si bien es cierto que no ha habido lobadas, no por eso ha sido menor el número de reses muertas por los trenes, pues es muy raro el mes que no es arrollada alguna res, Hace cuatro días fueron muertas por el tren correo de dicha línea, diez ovejas del barrio de Barruelo, de Los Carabeos, en un momento de descuido por el pastor que estaba a la vista. Si pudiera ser o hubiera sido sustituido dicho ferrocarril por una carretera, los vecinos de estos pueblos habríamos ganado un veinticinco por ciento en la ganadería y pastos, pues sólo la Compañía y grandes comerciantes son los beneficiados.

Mensajero leonés. 17 de julio de 1905, página 2.

Fiesta brillante 

Inauguración de un Balneario en Boñar 

Decididamente nos favorece el día. A las cinco de la mañana estamos ya muchos leoneses esperando el correo de Madrid, para marchar á Boñar, donde por atentas invitaciones sabíamos que se inauguraría el recientemente construido Balneario que aprovecha las aguas del abundante manantial conocido por La Calda. 

Mensajero leonés. 24 de agosto de 1905, página 2.

De La Robla a Puente Almuhey 

Este trayecto que recorre la línea hullera de La Robla á Bilbao, se ve con frecuencia concurrido de viajeros que desean visitar los muy curiosos rincones de tan deliciosa parte de la montaña de León. 

Yo, que a semejanza de las mujeres soy curiosísimo hasta el extremo de preguntar a el que viaja a mi lado ¿dónde va V? y que él sorprendido de la curiosidad me contesta atentamente, he podido establecer la comparación entre viajeros que circulan por este trayecto (que yo visito a menudo) a causa de asuntos propios y los que lo hacen por curiosidad.  

El Cantábrico, 6 de noviembre de 1907, página 1 

UNA PAGINITA MÁS

Como no es el Boletín oficial de la provincia uno de los periódicos de mayor circulación, al público no ha llegado la noticia de una multa de quinientas pesetas que el Gobernador civil, señor Cedrún de la Pedraja, impuso con fecha 20 de septiembre último a la Compañía del ferrocarril de la Robla a Valmaseda. O si llegó, no la dieron los diarios con tanto y tan sabroso detalle como la da el periódico oficial que el día 2 del actual ¡vino bueno! Resulta que en la noche del 19 a1 20 de marzo último — por el Gobierno civil se resuelven las cosas de ferrocarriles en mínima velocidad — pudo ocurrir un choque entro Cistierna y Carabeos por haberse quedado dormido en una máquina el maquinista Ángel García y el fogonero José Saiz, así como el conductor y cuatro guardafrenos que ocupaban el furgón, al cual no seguían más unidades. Un tren de mercancías que esperaba en Carabeos, para salir, a que llegase la máquina a Mataporquera, salió al fin, con toda clase de precauciones, y se encontró a la pobre locomotora abandonada, y sin presión, en el kilómetro 173. 

Resulta del «oportuno expediente», que dio a luz el Gobierno civil a los siete meses justos, que el maquinista, el fogonero y el guardafreno habían tenido un exceso considerable de servicio sin el suficiente descanso, que el personal de guardafrenos carecía de los conocimientos necesarios para el servicio de trenes, y que mientras el subjefe de Mataporquera prestaba servicio de factor de trasmisión en las mismas horas de servicio del jefe titular, el preferente de circulación de noche se encargaba a un joven de 18 años, y que no estaba autorizado para relevar a jefes, ó lo que es lo mismo, que no se le conceptuaba apto para intervenir en la circulación, y, en fin, «que se utiliza personal menor de edad para el servicio de trenes, lo que puede dar margen a responsabilidades, en caso de un siniestro, para los jefes que los utilizan.»

Este botoncito no es de la legión de honor, pero para muestra basta. Estos servicios ferrocarrileros encomendados a menores de edad, estos maquinistas que se duermen en el camino, con el fogonero, el conductor y los guardafrenos, son de lo más pintoresco que se puede hallar en la materia, y esta máquina parada y convertida en una modesta posada del Peine, en una locomotora fantasma, perdida entre los montes ó por los valles, y ocupada por los siete durmientes, se presta a sacar un interesante cuento de los que vende baratitos don Saturnino Calleja. 

¿Y qué decir de ese tren de mercancías que sale en busca de una máquina, cuidando mucho de no tropezar con ella, y al cabo la encuentra, sin que en la locomotora solitaria y triste dé el personal señales de vida? «¡Diantre! — se diría el maquinista despierto —. Estos socios han tirado la máquina y se han ido!» Y bajaría a recogerla, y al hallar a los compañeros en brazos de Morfeo, tocaría diana a su manera. ¡Pobres empleados, rendidos por el cansancio, que así olvidaron sus penosos deberes! ¡Cuántas cabezadas no darían! ¡Cómo los párpados les harían traición, allí, junto al calorcito del hogar! Acaso alguno hubiera visto La Bruja y recordase el momento: «Con el calorcito se me aumenta el sueño y me voy quedando la mismo que un leño...» Y la locomotora, entregada a sus impulsos, seguiría andando, andando, y en vista de que se acababa el carbón, y de que el personal roncaba, acabaría por dormirse también, si es que usan el sueño las locomotoras.

¡Página bien obscura, como un nocturno, de la vida obrera! ¡Cuántos casos de sumisión a Morfeo ocurrirán por exceso de servicio en esos ferrocarriles españoles! ¡Cuántas veces irán los viajeros pensando que el personal vigila y una parte del personal irá roncando!... ¿Qué culpa tienen ellos, los empleados, de que la Naturaleza no se haya dignado hacerles de acero como el hombre ha hecho a las máquinas? Las Compañías de ferrocarriles que exigen a su personal esos trabajos excesivos, debieran encargar sus servicios no a individuos de carne y hueso, sino a sujetos hechos de piezas de fundición: Y así se anunciaría: «Se necesitan maquinistas de hierro colado y guardafrenos de aluminio para tal ó cual compañía de ferrocarriles. 

¿Qué pasó a los siete durmientes para caer a la vez presa del sueño? ¿Estarían cenando opíparamente aquel embutido de carne de cabra que dan en Montes Claros y que se llama algo así como «sabaderia»  o «sabadiega» ó cosa por el estilo, y, de pronto, en lo más arduo de la masticación, se les presentaría don Gonzalo de Ulloa? ¿Estarán ya desgravados los narcóticos en los Carabeos? ¡Sabe Dios si esa enfermedad contagiosa del sueño, que acomete a los habitantes de la India, se habrá extendido hasta Mataporquera! Una Mataporquera que es toda una Matagentera, a juzgar por las obligaciones que allí se imponen a los obreros, pues se recordará que un señor propietario de una fábrica de vidrio allí establecida confesó ingenuamente ante la Audiencia y el Jurado que sus manchoneros se vuelven locos, o mueren prematuramente, por efecto de un inevitable agotamiento físico. Para dictaminar sobre esta afirmación no se dignó reunirse la Junta de Reformas Sociales, que está echando ahora medias suelas, tapas y tacones a la moral, con una solicitud verdaderamente plausible. 

No sería el sueño de los justos el que gozaban aquella noche los empleados del ferrocarril hullero, porque para una máquina y un furgón siete empleados no eran los justos, sino muchos más. Pero bien pudieron pasar a la mansión de los mismos, si a consecuencia del sueño aquel ocurre un choque. Pudo chocar con la locomotora el tren de mercancías. Lo que no pudo chocar, ni choca ni chocará es que empleados a quienes se hace trabajar con, exceso, como resulta del sietemesino expediente, se entreguen a Morfeo, en pleno cumplimiento de sus deberes. Las Compañías que abusen del personal, instalen un despertador a cada locomotora, pero no le hagan trabajar con exceso, no sea que hasta el despertador se duerma. Y no amenacen al empleado diciéndole: «Si usted tiene sueño, l'echo!»... Porque esto es mentar la soga en casa del ahorcado. 

Recoja usted, Sánchez Diez, esta página del trabajo que nos llega, con un retraso de siete meses, como sí viniese por correo de por Cisterna y Carabeos, donde en marzo, cuando el caso ocurrió, debía de dar muchísimo gusto dormir en medio de la vía, sobre los blandos divanes de un furgón y de una locomotora. — N

Locomotora Montesclaros hacia 1910.

Diario de Burgos, 29 de diciembre de 1917, página 2

— A causa de fuerte nevada, han quedado paralizadas las comunicaciones en la vía de La Robla. El temporal de nieves es general en toda la provincia. 

Santander 28. El alcalde de Las Rozas comunica que sigue nevando, con viento huracanado. Existen ventisqueros de hasta 16 metros. El ferrocarril hullero no circula desde anteayer. Sin comunicación con las minas de carbón y la fábrica de vidrio, donde trabajan 1.500 obreros, que están parados. Los alimentos para tanta gente escasean. Los labradores, aterrados, no saben que hacer con los ganados, por falta de cebo.

El porvenir de León, 29 de abril de 1918, página 1

Un hombre destrozado por el tren

A las 21 de anoche, fue arrollado por la maniobra en estación, un individuo llamado, según cédula personal que llevaba, Francisco García Pardo, de 35 años y natural de Valladolid. Según informes adquiridos, el infortunado Francisco, pretendía atravesar las vías en dirección al pueblo, demostrando su posición que había caído desde una de las garitas al centro de la vía.

Los primeros auxilios fueron prestados por el digno juez y médico D. Tomás Sarabia, señor Capitán de la guardia civil y un sacerdote. Tuvo necesidad el señor Sarabia de recoger gran numero de pedazos de carne pertenecientes al cuerpo del pobre hombre, el que falleció en el instante de ser arrollado. En vista de carecer de fondos para costear el ataúd y entierro, unas cuantas virtuosas y caritativas personas de este pueblo abonaron lo preciso para ello.

Sería muy conveniente, que la digna Compañía del Norte, construyera una pasarela que comunicara, sin peligro, ambas estaciones con el pueblo. Se suceden los casos que ocurren. al atravesar las vías en dirección al pueblo, pues conociendo la situación de la estación del Hullero y Norte, al lado opuesto del pueblo, y las muchas maniobras que se efectúan en esta estación, donde siempre se hallan estacionados gran número de vagones, no es de extrañar ocurran todos los días accidentes desagradables.

La pasarela es necesaria, en bien de este pueblo, de los señores viajeros que a esta llegan y hasta de los mismos empleados, que en repetidas ocasiones se ven obligados a detener las maniobras. No dudo que el pueblo de La Robla solicitará de la Compañía del Norte la tan necesaria pasarela, pues su falta ocasionará a diario sensibles desgracias.

EL CORRESPONSAL, La Robla 27 abril 1917.

Diario de la Marina, 10 de septiembre de 1918, página 2

PARA EL PROXIMO INVIERNO

El problema del carbón

Se ha facilitado en el Ayuntamiento la siguiente nota oficiosa:

«La Alcaldía-presidencia, que viene realizando incesantes gestiones para surtir a Madrid de carbón en el próximo invierno, ha recibido los siguientes ofrecimientos:

Marcas:

100. Cok de pila de Santullano, con vagones para hacer las expediciones que existen disponibles para su embarque, 3.000 toneladas.

101. Hulla semigrasa, todo uno, sobre vagón, La Robla o Mataporquera, y se pueden contratar hasta 5.000 toneladas sin vagones, con 7.300 calorías, 15,20 por 100 de cenizas y 16,20 por 100 de materias volátiles.

102. Hulla, todo uno, con más de 50 por 100 de granado de vapor, en La Robla, sin vagones, con 15,20 por 100 de cenizas y 15,18 por 100 de materias volátiles. Se pueden servir de 100 a 200 toneladas diarias.

103. Hulla semigrasa, todo uno: se ofrecen hasta 20.000 toneladas, con 30 por 100 de cribado, galleta y granza, 7.000 calorías, 20,28 por 100 de materias volátiles, 14,18 por 100 de cenizas, Análisis garantizado. Se pueden servir 2.000 toneladas mensuales, puestas en San Esteban de Pravia o de Nieva.

104. Hulla, semigrasa, todo uno: se ofrecen hasta 20.000 toneladas sobre vagón, La Robla o Mataporquera, con calorías 7.200, materias volátiles, 18,22 por 100. Se pueden entregar 2.000 toneladas mensuales sobre vagón, estación ó puerto de Bilbao.

105. Hulla, todo uno, de La Robla, con 25 por 100 de galleta y 25 por 100 de cribado. Resto granza, grancilla y menudo, con 7.700 calorías, 10,12 por 100 de cenizas y 26,25 por 100 de materias volátiles. Carbón fijo, 63,64 por 100; cok, 73,74 por 100. Se pueden servir de 1.000 a 1.500 toneladas mensuales sobre vagones.

106. Hulla, todo uno, de llama larga, graso, sobre vagón, cerca de Mataporquera, con 8.000 calorías, 10,12 de cenizas, 26.28 por 100 de materias volátiles. Hay disponibles 1.000 toneladas, y se pueden contratar de 400 a 500 toneladas mensuales.

107. Hulla todo uno, grasa, de Boñar, con 7.000 calorías, 25,30 por 100 de materias volátiles y 18 de cenizas, con 15 a 30 por 100 de grueso entre galleta, cribado, galletilla y granza; el resto, menudo, sobre vagón.

108. Antracita, todo uno, con 15 a 30 por 100 de cribado, galleta, galletilla y granza, resto menudo, sobre vagón, en Puente Almuhey. Se dispone de 20.000 toneladas para su inmediato embarque, y se pueden contratar de 500 a 600 mensuales sobre vagones.

109. Antracita, todo uno, de Bembibre, con 25 por 100 de galleta, 25 por 100 de galletilla y 50 por 100 de granza, grancilla y menudo; calorías, 7.600. Se pueden hacer contratos por 3.000 toneladas mensuales, por un año o más, sobre vagones.

110. Antracita de primera, lavada, en Linares (Asturias), cribado y granza.

111. Antracita, todo uno, en estación entre La Robla y Valmaseda. Se ofrecen 500 toneladas mensuales sobre vagones: se aceptaría contrato por un año. Calorías, 7.500; materias volátiles, 12 por 100, y cenizas, 9 por 100. Se compone de galletilla, galleta y cribado, a 25 por 100, y de granza y grancilla otro 25 por 100; el resto, menudo.

112. Antracita de Bembibre mitad galleta y mitad cribado, con vagones. Calorías, 8.000, y menos del 7 por 100 de cenizas. Se pueden contratar de 1.000 a 1.500 toneladas mensuales.

113. Antracita. Se ofrece importante cantidad, con vagones.

114. Carbón «lslán» en Villabona. Se ofrecen 1.000 toneladas.

115. Lignito. Se ofrecen des vagones diarios. Su análisis; Calorías, 5.480; materias volátiles, 56,10 por 100; cok,43,36 por 100; humedad, 13,80 por 100; azufre, 5,42 por 100; hidrocarburo, 46,94 por 100; cenizas, 11,50 por 100, y carbón fijo, 22,54 por 100.

116. Lignito. Se ofrecen 1.000 toneladas mensuales sobre vagón Barcelona. Calorías 6.000; volátiles, 42 por 100, y cenizas, 14 por 100. Garantizado.

117. Cok, de Mieres, de pila sobre vagones.

Después de entregada la nota anterior, el alcalde dijo a los periodistas que sigue preocupándose de traer carbón a Madrid, porque, según los datos que le han facilitado, ni los almacenes ni los detallistas tienen cantidad bastante para comenzar la campaña de invierno.

El porvenir de León, 25 de agosto de 1919, página 2

De La Robla

Ayer, a las seis de la tarde, una máquina del ferrocarril hullero, estaba haciendo maniobras en la estación de La Robla y arrolló a una vaca del vecino de aquel pueblo Feliciano Gutiérrez, mutilándola completamente. No estaría demás que se ejerciese un poco más de vigilancia que en la actualidad, para que en lo sucesivo no ocurran desgracias personales en aquella estación, pues parece ser que las maniobras se hacen sin cerrar el tránsito en los pasos a nivel.

El Mundo, 10 de noviembre de 1927

CATASTROFE FERROVIARIA 

Un ciclón vuelca un tren de viajeros

Dos muertos y varios heridos. Al medio día comenzó a circular por Madrid que había ocurrido una catástrofe ferroviaria. Poco rato después se confirmó el rumor por un telegrama fechado en Bilbao y recibido en el ministerio de Fomento, firmado por el interventor de Estado. 

El telegrama dice lo siguiente: «Según telefonema de la estación de Cadagua, de la línea de La Robla, a las diez y media de la mañana de hoy el tren número 14 de ayer, que había salido de Bilbao en dirección a León, que marchaba a su hora, compuesto de máquina, furgón y tres coches de viajeros, inmediatamente después de haber salido de un túnel situado en el kilómetro 257, a consecuencia de un fuerte ciclón, volcó el convoy, excepto la máquina. Los coches descarrilados se deslizaron por un talud, hasta la coronación de un muro de sostenimiento. Resultaron muertos, a consecuencia del accidente, el guardafreno del tren, Lorenzo Virtus, y el vecino de Lezama Aureliano Sánchez. Heridos graves, José Práxedes, vecino del mismo pueblo que el anterior; los obreros de las brigadas 28 y 29 Bartolomé Fernández y Segismundo Pereda, que acudieron a prestar auxilio al contemplar el accidente. En Espinosa de los Monteros se formó un tren socorro, que acudió al lugar del suceso con personal sanitario para atender a los heridos, los que después de la primera cura, se les trasladó al pueblo de Espinosa.» 

El Heraldo de Madrid, 11 de noviembre de 1927

INFORMACIÓN DE UN TESTIGO 

COMO Y POR QUE OCURRIÓ LA DOBLE CATASTROFE FERROVIARIA DE LA ROBLA 

El huracán dificulta las operaciones de salvamento. Instantes de angustiosa confusión.-¡Se ha roto la cuerda! Escenas emocionantes. 

(DE NUESTRO CORRESPONSAL, ANTONIO LLANOS)

La primera noticia

Tan pronto como se recibió la primera noticia del siniestro, el jefe de la estación de Espinosa de los Monteros, D. Pedro Martínez, dispuso la formación de un tren de socorro, que partía para el lugar del suceso momentos después. Componían el convoy cuatro unidades y la máquina del tren siniestrado, que había venido a Espinosa para demandar auxilio.

En el tren de socorro embarcamos los doctores D. Manuel Gutiérrez y D. Celestino Marañón, provistos de abundante material sanitario; los jóvenes de Espinosa de los Monteros Antonio Arroyo y Pedro López, varios obreros de vías y obras y el informador.

A oscuras

Para evitar otra posible catástrofe marchábamos con grandes precauciones, no obstante la urgencia del caso. La máquina silbaba con frecuencia para evitar cualquier contratiempo en los pasos a nivel. Tan de prisa hubo do organizarse el tren de auxilio, que no dio tiempo a encender el alumbrado de los coches. íbamos, pues, a oscuras. Gracias a unas linternas de mano pudo prepararse el botiquín.

Patrullas de obreros.—Más facultativos

Al pasar por la estación de Bercedo se unieron a nosotros nuevas patrullas de obreros y los médicos de Villasante y Lezama, hermanos señores Rueda. También se nos entregó en esta estación un farol de los que emplean los guardaagujas, y que sirvió eficazmente para manipular en los botiquines.

Horrible espectáculo

Momentos después llegamos al lugar del siniestro. El espectáculo que se presentaba ante nuestros ojos era horrible. El viento huracanado bamboleaba el tren de socorro que acababa de llegar. La lluvia caía a torrentes. En el fondo de un barranco veíanse varias unidades. De entre los montones de astillas partían ayes lastimeros en demanda de socorro. Los primeros momentos fueron de indescriptible confusión.

Inmediatamente se procedió a las .operaciones de salvamento por los operarios de vías y obras. Los médicos se veían acosados por los heridos que se encontraban en los senderos de los railes. El doctor D. Manuel Gutiérrez, como sus compañeros los señores Marañón y Rueda, con sus valijas de material sanitario, tan pronto descendían al barranco como se metían en los coches para atender a los heridos que a ellos eran trasladados. No sólo se multiplicaron para cumplir su cometido como médicos, sino que contribuyeron también en las maniobras más penosas y arriesgadas al ayudar a los obreros.

La carencia de elementos dificulta los trabajos

El tren de socorro, habida cuenta los pocos minutos en que fue organizado, llevaba más elementos de los que se podía imaginar. Pero no eran, por desgracia, suficientes. Por otra parte, en Espinosa de los Monteros se carece de muchas cosas precisas para casos análogos al que nos ocupa. Así que, excepto el material y el personal sanitario, no pudo llevarse otra cosa que sirviera para resolver los graves problemas que se presentaban.

En constante peligro

Los coches del tren descarrilado yacían en la mitad del barrancal y suspendidos en equilibrio de tal forma que constituían una amenaza inminente para quienes trabajaban con picos y palas al pie de los vagones. 

La soga de la muerte

Para sacar de entre los coches al guardafreno Lorenzo Virtus, que tenía las piernas agarrotadas, y según su propia manifestación sin lesión alguna, se tendió una larga soga que, amarrada a los carriles, llegaba hasta los coches. Se pretendía elevarlos un poco, con objeto de lograr un hueco por el que pudiera salir la víctima, que a grandes gritos e incesantemente demandaba auxilio. Varias personas comenzaron a tirar de la cuerda. Es en este momento cuando sobrevino la verdadera catástrofe.

Verdadera catástrofe 

La fuerza del viento amenazaba con arrojar al fondo del barranco a cuantos maniobraban con denuedo a fin de procurar el salvamento del guardafreno. La lluvia azotaba furiosamente los rostros. La luz que suministraban los faroles era insuficiente para poder trabajar. En los semblantes de los heridos, que eran convenientemente asistidos por los facultativos, se reflejaba el estupor y la zozobra. Súbitamente se partió la cuerda. Los obreros que junto al tren siniestrado cavaban infatigables por salvar al guardafremo Virtus, vieron con horror que el material se les echaba encima. Bien pronto comenzaron a aparecer los heridos, que, gateando par el barranco y cubiertos de sangre, locos de terror, solicitaban auxilio. 

Enorme confusión 

La confusión y el desorden aumentaban, y hubo un momento en que nadie sabía lo que hacer ni adonde dirigirse. 

Muertos y heridos 

Al rodar el material, las ruedas de uno de los coches, que estaban a poca altura de la cabeza del guardafreno, cayeron sobre él, seccionándosela. Al lado del tren trabajaba con verdadero ahínco el joven Aureliano Sánchez, que se había ofrecido voluntariamente para coadyuvar a las operaciones de salvamento, y quedó horriblemente aplastado. Los heridos a quienes se prestó asistencia fueron: Don Severino Goñi Azparren, ambulante de Correos, pronóstico reservado, que al caer al abismo el coche se arrojó por la ventanilla, sin abandonar la valija de correspondencia. El Sr. Goñi se hallaba dominado por una gran crisis nerviosa. Pudo salvar la vida echando a correr monte abajo, a pesar de que los coches rodaban precipitándose detrás de él. D. José Domper, que viajaba con su hija, que también resultó herida. Pronóstico reservado. Segismundo Pereda, obrero de la brigada 29. Pronóstico reservado. Práxedes Santa María. Pronóstico reservado. Bartolomé Fernández, de Quintana. Pronóstico reservado. También hubo más heridos, que se trasladaron a sus domicilios. 

Emocionante escena

 Cuando se prestaba asistencia a los heridos, en los coches del tren de socorro oyéronse los lamentos de una pobre mujer que, sendero adelante, corría alocada. Tratábase de la madre de Aureliano Sánchez, una de las víctimas. Algunas de las víctimas que se encontraban en el tren de socorro descendieron de los coches para prodigar a la afligida madre el consuelo que necesitaba. 

Hacía Espinosa de los Monteros 

A la una y media de la madrugada, y en vista de que nada podía hacerse por los que perecieran bajo los coches, se organizó el regreso del tren de socorro. La marcha hubo de ser lenta, a fin de que el huracán no hiciera descarrilar al tren. Los heridos, una vez en Espinosa, fueron trasladados a sus respectivos domicilios en un automóvil cedido por D. Adolfo Rojas. La autoridad judicial Apenas partió del lugar del siniestro el tren de socorro de Espinosa de los Monteros llegó otro tren conduciendo al Juzgado, al ingeniero de la Compañía y abundante y adecuado material con sus correspondientes brigadas. Pronto, y orientados por las órdenes del ingeniero, se pudo sacar a las víctimas de debajo de los coches. El juez instruyó las diligencias oportunas. 

Catástrofe sobre catástrofe 

Lamentable es lo ocurrido. Mas en medio de las sensibles desgracias hay que dar gracias a que gran parte del personal que había acudido a prestar auxilio se hallaba en la parte de los railes, que, de haber bajado al fondo del barrancal, hubiese perecido la mayoría. Los trenes circulan normalmente. 

Nuestro comentario 

No podemos señalar responsabilidades, en primer lugar porque creemos no pueden exigirse, pues el buen deseo guió a todos, y en segundo lugar, porque aunque creyéramos que las había, no habíamos de ser nosotros los indicados para señalarlas: ya está el juez de instrucción en funciones de su sagrado ministerio. 

El Heraldo de Madrid, 17 de noviembre de 1927.

Un muerto y siete heridos graves en un vuelco

LEÓN 17.—En la madrugada de hoy ha ocurrido un grave accidente entre las estaciones de La Robla y Pola de Gordón. A las seis y cuarto de la mañana una camioneta cargada de gente se dirigía desde Cabornera a La Vecilla. Para ello es necesario cruzar la vía en el kilómetro 27,717 de la misma, donde existe una gran curva para llegar al paso a nivel. Sin que hasta la fecha se sepan las causas, es lo cierto que al atravesar el paso a nivel citado llegó el tren 1.522. La camioneta fue arrollada, resultando muerto Tiburcio Sabugal, de cincuenta y dos años, y heridos graves Eulogio Fernández Díaz, de sesenta y cuatro años; Manuel Jacarés Rueda, de treinta y uno; María Arnexo Nieves, de sesenta y tres; María del Pilar Fernández Arnexo, de sesenta y seis; Pilar Martínez García, de cuatro meses; Encarnación García Sabugal, de veintisiete años, y Luzdivina Sabugal Anduero, de cuarenta. Como decimos, todos ellos están en grave estado, y uno con un brazo separado del tronco. Se dirigían a La Vecilla, con objeto de prestar declaración en un sumario.

Parece ser que la guardesa del citado paso a nivel, llamada Eleusipa de las Alas, estaba en León, donde vino a consultar por un niño que tiene enfermo. Al servicio del paso a nivel quedó un chico de quince años.

Debido a la oscuridad de la madrugada parece ser que el maquinista del tren no se dio cuenta hasta llegar a La Robla, donde observó cierta rozamiento en la máquina, que le hizo suponer la existencia de algún accidente, pues al cruzar por dicho paso a nivel creyó notar algo extraño.

Lamentamos el accidente, deseando a los heridos rápida mejoría. 

La Libertad, 27 de abril de 1935

GRAVE ACCIDENTE FERROVIARIO

Descarrila un tren correo y resultan tres muertos y varios heridos

Parece que se debió al exceso de velocidad

León, 26.—En el kilómetro 74 de la línea de La Robla ocurrió un grave accidente ferroviario. Entre las estaciones de Prado y Puente Almuhey, el tren correo número 2, de Bilbao-León, que iba a bastante velocidad, descarriló en una curva existente en ese sitio. Al parecer, el correo descarrilado traía más velocidad de la marcada que permite esta clase de vía, que es de las llamadas estrechas. El exceso de velocidad era debido al retraso de veinticinco minutos.

El maquinista, que iba agarrado al regulador, quedó colgado de él, por lo que la máquina siguió funcionando. Se cree que correría un espacio de 30 a 40 metros. La máquina marchó al lado derecho de la vía, y los coches de viajeros, al lado izquierdo.

Los primeros momentos fueron de gran confusión. Los viajeros, en número más crecido que de ordinario, con motivo de la feria que se celebraba en Puente Almuhey, venían bastante apretados. El coche último se empotró en el inmediato, dando lugar a que varios viajeros sufrieran contusiones, que, afortunadamente, no revistieron gran importancia. 

Las víctimas 

Rápidamente se acudió en auxilio de las victimas, y fueron recogidos los cadáveres de Jerónimo Delgado, de setenta y seis años, vecino de Corral de las Arrimadas, y Ángel Robles, de cincuenta y cinco años, de Santa Olaja de Porma. El primero era capataz ferroviario retirado. El viajero resultó ser un ganadero de Santa Olaja de Porma y venía de la feria. Resultaron heridos los siguientes pasajeros: Víctor Fernández, de treinta y ocho años, vecino de Bilbao, con fractura de ambas piernas y pérdida de una oreja. Daniel Fernández, con fractura del muslo derecho, guardafreno, de treinta y cuatro años de edad, de La Robla, muy grave. Víctor Fernández, de dieciocho años, vecino de Cistierna, menos grave. Gabino Rabanilla, guardafreno, pronóstico reservado. Cecilio Fernández, maquinista, pronóstico reservado. Rufino Sánchez, guardafreno, leve. Alicio Rueda, guardafreno, leve. 

También sufrieron heridas los guardias civiles Francisco Vélez Suárez, con una herida incisocontusa en el labio inferior y erosiones en la mano derecha, de pronóstico leve. Víctor Sánchez, con una herida incisocontusa en la región frontal, leve; y Juan Gómez, de veintidós años, con contusiones en el vientre. 

Resultaron bastantes más heridos, aunque no de gravedad. Todos ellos fueron llevados a Puente Almuhey y algunos a sus respectivos pueblos. Los más graves fueron traídos en automóvil al sanatorio del doctor Miranda, en la capital, acompañados de dos médicos. El herido Víctor Fernández Tapia falleció en el sanatorio esta mañana. Era un comerciante establecido en Bilbao, en la calle de Iralabarri.

Guardaagujas esperando el paso de un tren en España en el 1966.

En el bloc "7 merindades" he encontrado esta bonita fotografía de un tren correo arrastrado por una locomotora tunecina, a su paso sobre el puente del pantano del Ebro, en el Ferrocarril de La Robla.



















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