Álvaro de Figueroa y Torres, conde de Romanones, llevaba un mes de veraneo en San Sebastián cuando se produjo el golpe de Estado de julio de 1936. A los 73 años, ya retirado de la política, el exalcalde de Madrid y tres veces presidente del Gobierno se había ido al norte buscando el fresco para terminar su libro de semblanzas sobre los cuatro presidentes de la Primera República. Ante la incertidumbre abierta por la sublevación militar, el 19 de julio decidió abandonar su casa del Alto de Miracruz, en Villa Casilda, alejada del centro, y refugiarse con su mujer en el Hotel María Cristina.
Romanones acompañado del anarcosindicalista Ángel Pestaña en 1922
El panorama no resultó menos caótico: los empleados del hotel se habían declarado en huelga y los huéspedes debían arreglar a diario sus habitaciones y hacerse la comida. Al día siguiente, Romanones recibió la visita del embajador francés Jean Herbette, un republicano liberal con experiencia diplomática en la Rusia soviética entre 1924 y 1931. Herbette le comentó que no era prudente intentar cruzar a Francia por el peligro que suponía el comité republicano que custodiaba la frontera y se lo llevó en su coche oficial a la casa de un amigo común en Fuenterrabía. Gracias a este traslado, Romanones se libró de engrosar la lista de casi de un centenar de víctimas que dejaron los enfrentamientos en el María Cristina entre milicianos y falangistas y huéspedes partidarios del golpe de estado entre los días 21 y 23.
Pero el nuevo alojamiento de Romanones no tardó en descubrirse. Dos automóviles de milicianos se lo llevaron detenido el 17 de agosto a los bajos del Ayuntamiento de Fuenterrabía, convertidos en prisión improvisada. Al aparecer la noticia de su arresto en el diario Frente Popular, el embajador Herbette se dirigió de inmediato al despacho del gobernador civil, Antonio Ortega Gutiérrez, para reclamar la liberación inmediata de su protegido. ¿Por qué? Léon Blum, primer ministro francés, era veraneante habitual en Hendaya, en donde coincidió con Álvaro Figueroa y su familia en el Hotel Euskalduna entre 1922 y 1927.
El día 19, Herbette telegrafió a su superior, el ministro de Asuntos Exteriores, confirmando que el detenido tenía buena salud y que estaba custodiado por cuatro hombres de confianza, armados, para impedir cualquier tentativa de asesinato.
Romanones pasó seis días en los calabozos del Ayuntamiento. Pero el Consejo de Ministros de la República decidió finalmente que el conde debía recibir un salvoconducto para abandonar el país. El gobernador se empleó a fondo para convencer a la Junta de Defensa de San Sebastián.
El 22 de agosto, el día en el que Romanones concedió una entrevista al diario Frente Popular en la que reconocía que no había sufrido molestia alguna, fue asesinado en la Cárcel Modelo el político republicano reformista Melquíades Álvarez. La posibilidad de ver repetido el escándalo de un asesinato similar con Álvaro Figueroa, aún más grave por su repercusión internacional, movilizó a Indalecio Prieto y Largo Caballero, quienes ordenaron al gobernador Ortega que protegiera y posibilitara la salida de España de Romanones.
La liberación se produjo al final el día 25. Herbette recogió a Romanones y a su esposa y los condujo en coche diplomático hasta la frontera. Pernoctaron en San Juan de Luz y a la jornada siguiente se dirigieron a un hotel-balneario en Dax, a cuarenta kilómetros de distancia, en la carretera hacia Mont-de-Marsan.
La Libertad, 14 de julio de 1936
LA MUERTE DEL JEFE DE RENOVACION ESPAÑOLA
A las tres de la madrugada del lunes varios individuos penetraron en casa del señor Calvo Sotelo para llevárselo detenido
Horas después su cadáver, que presentaba dos heridas de bala, era identificado en el cementerio del Este
La noticia del asesinato del teniente de Asalto D. José del Castillo se extendió rápidamente por Madrid, causando en todas partes penosa impresión e indignación sin límites.
Durante toda la noche apenas se habló de otra cosa en los cafés, en los centros oficiales y en los domicilios de los partidos de Izquierda. Los comentarios eran acres, recordándose por todos la reciente muerte del capitán Faraudo, Alrededor del asesinato del teniente Castillo empezaron a circular pronto toda clase de rumores. La mayoría fueron desmentidos rápidamente. Tan sólo se concretó y adquirió realidad la sensacional noticia de la desaparición del diputado monárquico D. José Calvo Sotelo.
Al circular los primeros rumores en la madrugada del lunes, la gente, acostumbrada a los bulos extraordinarios puestos en circulación una y otra vez durante los últimos días, se negaba rotundamente a darles crédito. Al principio las noticias no podían ser más confusas. Mientras unos afirmaban que el diputado monárquico había sido detenido, otros aseguraban de manera rotunda que había resultado muerto.
Aunque, como decimos anteriormente, la gente rechazaba en un primer instante todos estos rumores, la persistencia con que circulaban obligó a los periodistas a realizar las primeras investigaciones, Habían de transcurrir varias horas antes de esclarecer el suceso. Sin embargo, ya se tenía desde un principio la convicción de que algo extraordinario había sucedido al Sr, Calvo Sotelo.
Se confirma el secuestro del señor Calvo Sotelo
Las primeras investigaciones de los periodistas dieron un resultado completamente nulo. Cuando preguntaron en la Dirección general de Seguridad —donde había sido trasladado el cadáver del teniente Sr. Castillo—, no consiguieron obtener respuesta alguna.
Sin embargo, pronto advirtieron que había un movimiento desusado tanto en la Brigada de Investigación criminal como en otras dependencias. Aunque este movimiento pudiera estar, en parte, justificado por el atentado perpetrado en las primeras horas de la noche, los informadores tuvieron la impresión de que en el curso de la noche había sucedido algún otro hecho de parecidas características.
Poco después, algunos periodistas consiguieron obtener en el propio ministerio de la Gobernación, a donde se habían dirigido en busca de noticias, confirmación de los rumores. Allí no dieron el menor detalle, y lo único que pudo saberse fue que en las primeras horas de la madrugada varios individuos se habían presentado en casa del diputado monárquico, obligándole a acompañarles.
Infructuosas pesquisas de la Policía
Cuando la Policía tuvo conocimiento del secuestro del diputado monárquico, inició inmediatamente sus investigaciones para dar con su paradero. Numerosos automóviles ocupados por agentes de Vigilancia salieron en todas direcciones, procurando encontrar a los individuos que se habían llevado con ellos al Sr. Calvo Sotelo. Durante toda la madrugada se desplegó una actividad inusitada, Pero todos los trabajos dieron un resultado negativo y fue absolutamente imposible saber a dónde había sido conducido el diputado monárquico.
Entre tanto, en la Dirección general de Seguridad se realizaban toda clase de gestiones para dar con una pista de los secuestradores. Detenidamente fueron interrogadas todas las personas que podían aportar el menor detalle, como los criados y los guardias que custodiaban el domicilio del líder monárquico. También declaró el portero de la casa. Pero aunque todas las declaraciones resultaron coincidentes respecto a la forma en que se efectuó la detención, no pudo averiguarse nada absolutamente en relación con el camino seguido por los autores de la detención.
Cómo se verificó la detención del diputado monárquico
Aunque los informadores tropezaron durante todo el día de ayer con enormes dificultades para poder conocer detalles exactos de la forma en que se desarrollaron los hechos, consiguieron, después de largas investigaciones, un relato exacto de la forma en que se efectuó la detención del Sr. Calvo Sotelo. De los datos recogidos se deduce que se efectuó de la siguiente manera.
Pocos minutos después de las tres de la madrugada de ayer lunes se detuvo una camioneta ante la casa número 82 de la calle de Velázquez, domicilio de D. José Calvo Sotelo. Del vehículo descendieron siete u ocho individuos que penetraron inmediatamente en la casa. Subieron la escalera, y, una vez en la puerta del piso que habitaba el diputado monárquico, llamaron al timbre. Tuvieron que esperar unos momentos, al cabo de los cuales una criada se acercó a la puerta. Miró por la mirilla de dicha puerta y preguntó:
— ¿Quiénes son ustedes y que quieren?
Los individuos dijeron que abriese inmediatamente la puerta, porque necesitaban hablar con el señor Calvo Sotelo. La sirvienta dudó un momento, y después les franqueó la entrada. Una vez dentro preguntaron por el diputado monárquico. La criada afirmó que estaba descansando.
— Pues entonces dígale usted que haga el favor de salir.
Calvo Sotelo salió, completamente vestido con un traje gris, a los pocos instantes. Los desconocidos le dijeron entonces:
— Tenemos orden de que nos acompañe usted.
El diputado monárquico preguntó por el motivo de la detención. Los desconocidos le replicaron que lo ignoraban; pero que cumplían órdenes recibidas. El Sr, Calvo Sotelo aún se resistió, haciendo valer su condición de diputado a Cortes. Pero sus interlocutores se limitaron a decir que, a pesar de todo, tendría que acompañarles.
Parece ser que el Sr. Calvo Sotelo pretendió llamar por teléfono a la Dirección general de Seguridad, cosa que no consintieron los desconocidos. Entonces el Sr. Calvo Sotelo hubo de salir de su casa y montar en la camioneta en que llegaron los que habían acudido a detenerle.
Al poco rato de efectuarse la detención, la familia del diputado monárquico comunicó la noticia a otros diputados monárquicos y a los ex diputados tradicionalista y alfonsino, respectivamente, Joaquín Bau y Andrés Amado, los cuales se pusieron al habla inmediatamente con el director general de Seguridad y con el ministro de la Gobernación, quienes se mostraron extrañadísimos, porque no habían dado ninguna orden de detención contra Calvo Sotelo ni éste había llegado preso a ninguna dependencia oficial.
Fue entonces cuando, convencidos de que el Sr. Calvo Sotelo había sido victima de un secuestro y quizá de un atentado, empezaron a practicarse activas diligencias policiacas con el resultado negativo de que anteriormente informamos a nuestros lectores.
Aparece en el cementerio el cadáver del Sr. Calvo Sotelo
Durante varias horas no se tuvo pista alguna para conocer el paradero del diputado monárquico detenido. Avanzada ya la mañana se recibió la noticia de que durante la madrugada había sido entregado a los guardas del cementerio del Este un cadáver sin caja, con la cara cubierta de sangre. Se inquirieron noticias concretas y ampliatorias y se supo que antes de las cuatro de la madrugada se detuvo ante la puerta del cementerio una camioneta de la que descendieron varios hombres. Llamaron a la verja, haciendo levantarse al conserje. Los desconocidos le dijeron que traían con ellos el cadáver de un sereno que habían encontrado muerto.
El conserje les pidió entonces la orden judicial para hacerse cargo del cadáver, Los individuos se limitaron a decir que ya se le enviarían después, Ante su actitud, el conserje accedió a abrir, Entonces, de debajo de uno de los asientos de la camioneta sacaron el cadáver de un hombre vestido con traje gris, que condujeron hasta el depósito del cementerio.
Una vez que dejaron el cadáver se marcharon los desconocidos, y el conserje, sin dar gran importancia al hecho, se retiró a descansar, convencido de que por la mañana llegarían las correspondientes diligencias judiciales. Pero como éstas no llegasen a la hora que las esperaba, y, en cambio, conociese el rumor del secuestro del diputado monárquico, avisó a sus jefes superiores en el Ayuntamiento de la entrega anormal del cadáver efectuada por la noche. Los jefes municipales dieron cuenta a la Dirección general de Seguridad. Rápidamente acudieron al cementerio varias autoridades, que identificaron el cadáver, que era el de D. José Calvo Sotelo.
En el cementerio
Tan pronto como por el director del cementerio y el concejal delegado, Sr. Muiño, fue reconocido el cadáver del Sr. Calvo Sotelo, se enviaron allí fuerzas de Seguridad y Policía, bajo el mando del comisario Sr. Aparicio, para que custodiasen el Depósito. También, y tan pronto como se conoció la noticia, acudieron numerosos elementos derechistas, especialmente monárquicos, entre ellos los señores Álvarez de Toledo, Albiñana, Suárez de Tangil y los ex marqueses de la Eliseda y las Marismas.
Los periodistas intentaron ver el cadáver; pero les fue negada terminantemente la entrada en el Depósito,
Las heridas que presentaba el cadáver
Durante todo el día circuló por Madrid el rumor de que el cadáver del Sr. Calvo Sotelo presentaba mutilaciones debidas a las numerosas heridas recibidas. Esto no es cierto. Tan pronto como fue reconocido el cadáver, se trasladaron al cementerio dos médicos forenses, quienes reconocieron el cadáver y dieron cuenta de las heridas que presentaba.
El cadáver del Sr. Calvo Sotelo no presentaba más que dos heridas de bala. Una, con orificio de entrada por el ojo izquierdo y de salida por la región occipital, con pérdida de la masa encefálica, y otra en el pecho, que posiblemente interesaba el corazón,
Las grandes manchas de sangre que cubrían por completo su cara y que hicieron pensar en los primeros instantes en heridas de arma blanca, obedecían al gran derrame ocasionado por la herida de la cabeza.
Varias detenciones
Durante el día de ayer se han efectuado varias detenciones en relación con la muerte del Sr. Calvo Sotelo. Se ha efectuado la de los guardas del cementerio que se hicieron cargo del cadáver.
La Policía ha tratado también de determinar la vida del Sr, Calvo Sotelo durante todo el día anterior a su muerte. Se ha sabido que el diputado monárquico pasó toda la mañana y parte de la tarde en el vecino pueblo de Galapagar. A las seis de la tarde regresó a su domicilio, diciendo a los agentes encargados de su custodia que se retirasen porque no se proponía salir de su domicilio hasta las doce de la mañana de ayer lunes. Los agentes se retiraron entonces, dando cuenta a la Dirección general de Seguridad de que el Sr, Calvo Sotelo había llegado sin novedad a su domicilio.
La Institutriz de los hijos del Sr. Calvo Sotelo relata cómo fue este detenido
Hasta las once y cuarto de la noche estuvo trabajando en el Palacio de Justicia el juez de guardia, D. Ursiginio Gómez Carbajo. Ante su presencia compareció la institutriz de los hijos del señor Calvo Sotelo, señorita René Pimipx.
Lo que dice el portero de la casa en que vivía el ex ministro de la Dictadura
El portero de la casa en que vivía el Sr. Calvo Sotelo, Agustín García, guardia de Seguridad retirado, dijo ante el juez, según nuestros informes, que el domingo, a las once y cuarto de la noche, entornó la puerta de la casa, pues nunca llegaba a cerrarla, al objeto de que pudiesen refugiarse en el portal los guardias que prestaban servicio de vigilancia al señor Calvo Sotelo.
A las cuatro y algún minuto de la madrugada oyó ruido en la escalera, como de bastante gente que bajaba, y salió para enterarse de lo que ocurría. Vio cómo descendía por la escalera el Sr. Calvo Sotelo, al que rodeaban ocho o nueve personas.
Don José bajaba la escalera sin la menor violencia y completamente tranquilo.
Al llegar al umbral de la puerta cambió varías palabras con un paisano, que, exhibiéndole un carnet le ordenó que subiese a una camioneta que se hallaba parada frente a la puerta principal, y en la que había otras varias personas.
Los tres detenidos pasan a la Cárcel Modelo
Como presuntos participantes en la muerte del Sr. Calvo Sotelo han sido detenidos Andrés Pérez Molero, Antonio Oñate Escribano y conductor Bayo Cambronero. Estos tres individuos fueron anoche interrogados por el juez Sr. Gómez Carbajo. Después del interrogatorio fueron trasladados a la Cárcel Modelo, donde han quedado rigurosamente incomunicados en los calabozos.
También parece ser que han sido detenidos dos empleados del cementerio del Este,
El conde de Vallellano y el señor Fuentes Pila solicitaron, en nombre de la familia, hacerse cargo del cadáver
En las primeras horas de la noche se personaron en el Juzgado de guardia el conde de Vallellano y el Sr, Fuentes Pila, quienes, en nombre de la familia del Sr, Calvo Sotelo, solicitaron hacerse cargo del cadáver de éste, El juez les contestó que no podría complacerles en su demanda hasta después que le fuese entregado el dictamen de la autopsia que había de emitir el médico forense, Informe que tendría en su poder a primera hora de la mañana de hoy.
El Sr. Iglesias del Portal es nombrado juez especial
Para intervenir en las diligencias sumariales por la muerte del Sr. Calvo Sotelo ha sido nombrado juez especial el magistrado del Tribunal Supremo Sr, Iglesias del Portal.
La Inhumación del cadáver del Sr. Calvo Sotelo
Parece que hoy será enterrado el cadáver del Sr, Calvo Sotelo, sin que esta madrugada se hubiera precisado aún la hora,
Al acto se le dará la solemnidad que apetezca la familia dentro del cementerio.
Por tratarse de un diputado asistirá una representación de la Mesa de la Cámara, que ostentarán el vicepresidente tercero, Sr. Rosado, y el primer secretario, señor La Bandera.
Los periódicos de Barcelona comentan la muerte de Castillo y Calvo Sotelo
Barcelona, 13. — «La Rambla» dice; «Han sido asesinados el teniente Castillo y el diputado Calvo Sotelo. Nosotros protestamos de los dos asesinatos.»
Por su parte, «La Ultima Hora», órgano nocturno de la Esquerra, dice: «Esto no puede continuar. En la sección correspondiente el lector encontrará noticias del asesinato del teniente Castillo y del diputado y jefe de las derechas monárquicas, Sr. Calvo Sotelo, uno y otro ocurrido en Madrid en las últimas horas.
Texto del proyecto de la Constitución de la U. R. S. S.
...
la posibilidad del ejercicio de estos derechos de las mujeres está asegurada por la concesión a la mujer de derechos iguales a los derechos de los hombres: el trabajo, remuneración del trabajo, reposo, seguros sociales e instrucción, por la protección del Estado de los intereses de la madre y del niño, las vacaciones de gestación con mantenimiento de los salarios concedidos a la mujer, vasta red de casas de maternidad, casas-cunas y jardines infantiles.
Art, 123. La igualdad de derechos de los ciudadanos de la U. R, S. S, sin distinción de nacionalidad ni de razas, en todos los dominios de la vida pública, cultural, social y política, constituye una ley imprescriptible, a toda restricción directa o indirecta de los derechos, o, al contrario, el establecimiento de privilegios directos o indirectos para los ciudadanos, según la raza o nacionalidad a los que ellos pertenezcan, lo mismo que contra la propaganda de exclusivismo racial o nacional, o bien de odio o de menosprecio de otras razas, son castigados por la ley.
Art, 124. A fin de garantizar a los ciudadanos la libertad de conciencia, la Iglesia en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas está separada del estado.
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La Rioja, 17 de julio de 1936
El conde de Romanones habla de la situación actual y de las perspectivas que columbra
“El Pueblo Vasco” de San Sebastián publica una conversación que uno de sus redactores ha sostenido con el conde de Romanones.
El ilustre político comenzó diciendo que había asistido a los funerales por el alma del señor Calvo Sotelo. Pero en calidad de amigo y admirador de Calvo Sotelo; y como compañero suyo del Congreso. Yo no soy fascista y acudí allí, como otras tantas personas de derecha, sin significación extremista. Me disponía a salir de la iglesia cuando escuché los gritos, los vivas y los disparos. En estas circunstancias, nunca más apropiado el refugio que la iglesia, en donde me guarecí.Lo doloroso en esta época en la que tan pocos hombres se han destacado, es que caiga un político de las condiciones más excepcionales y el que sobresalía sobre todos los demás, especializado como ninguno en cuestiones económicas —problema este, el económico, de los más fundamentales de España—. Y en esta Cámara no había quién los dominara como él.
— ¿Cómo ve usted la situación actual?— Puedo resumirla en una sola frase: “Un idilio encantador. Da gusto vivir en estos tiempos”.— ¿Y qué perspectiva columbra usted?— A pesar de todo, creo que puedo resumir mi concepto del porvenir en esta frase. “Pido a Dios que mañana no estén las cosas peor que hoy".— El punto de vista de las derechas, ¿Cuál cree usted que debe ser?— Darse cuenta de la realidad.— ¿Cree usted que volverán a abrirse las Cortes?— No creo en el cierre del Parlamento.— Y cómo ve usted el desarrollo de la etapa parlamentaria?— Después de lo sucedido, creo que la convivencia en el Parlamento entre las derechas y las Izquierdas será Imposible.— ¿Pueden suponer estas palabras un anuncio de retirada de las derechas?— Su labor en el Parlamento es ineficaz y su presencia Inútil.— ¿Qué opinión le merece el Estatuto vasco?— Que las dificultades para su aprobación se concentran en la parte económica. Acabará por aprobarse; aunque yo creo que no lo conseguirán antes del verano, ni en el verano; pero esto, en lugar de un perjuicio, lo considero como un favor para su aprobación, pues mientras tanto se va haciendo opinión en el resto de España.Bajo el punto de vista teórico, no creo que, concedido el Estatuto a Cataluña, haya forma de oponerse a la aprobación del Estatuto vasco. El Estatuto vasco no tiene los peligros que el catalán.— ¿Entonces cree usted que será una conveniencia de carácter general la aprobación del Estatuto vasco?— Estimo que será un refugio para los que vivimos en el resto de España. Entre otras virtudes, tendrá el Estatuto la de constituir la mayor de las atracciones turísticas que pudieran organizarse. Ni corridas de toros, ni carreras de caballos, ni circuito. Nada será tan interesante como encontrar este refugio próximo a la frontera.
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