martes, 18 de marzo de 2025

Una Europa sin dinero en efectivo

Revolución contra la desaparición del dinero efectivo en España: "Es criminal. Es para controlarnos"

LibreMercado, 18 de marzo de 2025

Desde que a principios de este mes le preguntaran, en una rueda de prensa, a la presidenta del BCE, Christine Lagarde, por los planes de su organismo para el euro digital, la inquietud por la llegada de este nuevo método de pago va en aumento. Lagarde desveló sus prisas por poner en marcha la CBDC europea y se marcó "octubre de 2025" como una fecha clave.

Las preguntas que surgen alrededor del euro digital son muchas. ¿Es necesario? ¿a quién beneficiará realmente? ¿hay otros objetivos para su implantación distintos a la versión oficial?...

Precisamente, ayer lunes, la asociación en defensa del efectivo Denaria celebró una jornada en el Congreso de los Diputados para reivindicar el uso del dinero en efectivo como medio de pago y, de paso, poner de manifiesto las numerosas barreras con las que se encuentra el dinero contante y sonante en España. Empresas de transporte y seguridad de dinero en efectivo o proveedores de cajeros forman parte de Denaria. El encuentro, pionero en esta temática, reunió a numerosos perfiles afectados por el coto al efectivo, así como a expertos y políticos de diferentes áreas. Desde asociaciones de personas con discapacidad a representantes del área económica de los diferentes partidos pasando por miembros del campo de la seguridad nacional. Llegó la hora de defender a este medio de pago.

 

El presidente de Denaria, Javier Rupérez, volvió a denunciar el perjuicio que supone para la libertad del consumidor la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de limitar el pago en metálico a 1.000 euros bajo la excusa de la "lucha" contra el fraude y la economía sumergida. "De los 14 países de la Unión Europa en los que no existen límites para el pago en efectivo" España está entre los más restrictivos, lo que "dificulta las transacciones cotidianas y deja en desventaja a determinados sectores económicos".

La primera mesa de debate la formaron Pilar Villarino (directora ejecutiva del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI)), Agustín Matía (gerente de Down España), Miguel Padilla (secretario general de (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG)), José Luis Fernández Santillana (presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA)), y una portavoz de la Confederación de Federaciones y Asociaciones de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER).

Todos coincidieron en que poner trabas al efectivo perjudica y excluye, sobre todo, a las personas con discapacidad, las personas mayores y las del medio rural. Por ejemplo, Matía señaló que para "las personas con discapacidad cognitiva, el dinero físico es una herramienta para concretar la operación frente a lo abstracto de las tarjeras de crédito".

Uno de los más combativos contra la persecución del efectivo por parte de la Administración fue José Luis Fernández Santillana (CEOMA). "Estoy cansado de estar bajo sospecha de ser un defraudador. Si hay delincuentes, persígalos, pero estoy en mi derecho, de usar efectivo. ¿Por qué no puedo comprar algo de más de 1.000 euros? ¿Por qué tengo que tener una cuenta en un banco o un teléfono inteligente?" se preguntó. "Es mi dinero. Me lo he ganado y quiero usarlo", recordó.

Javier Rupérez (Denaria): “La disminución del pago en efectivo excluye a los más vulnerables y pone en riesgo la inclusión financiera”

Cinco Días, 17 de marzo de 2025

Javier Rupérez (1941, Madrid) es el presidente de la plataforma Denaria, una asociación de defensa del dinero en efectivo que busca alertar sobre los riesgos de restringir este método de pago. En un acto celebrado este lunes en el Congreso de los Diputados, el antiguo diputado del Partido Popular (PP) ha advertido: “La disminución del efectivo excluye a los más vulnerables y pone en riesgo la inclusión financiera”. La retirada de las infraestructuras bancarias, con más de 7.000 cajeros automáticos eliminados desde la pandemia, según el Banco de España, afecta en primera línea a personas con discapacidad, mayores y habitantes de zonas rurales. Ante esta situación, Rupérez reclama una legislación más exigente que la actual Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios en España de 2022, que obliga a todos los comercios a aceptar pagos en efectivo y aboga por proteger este método como un derecho constitucional como en Austria.

Aunque la legislación española protege el derecho a pagar en efectivo desde el 28 de mayo de 2022 (cuando se aprobó la reforma), este método de pago ha perdido varias batallas últimamente. La plataforma Denaria ha recibido un aumento de denuncias de ciudadanos contra administraciones públicas, museos, instalaciones deportivas y aerolíneas que rechazaron este método de pago cuando no debían hacerlo: “Las entidades públicas no pueden restringir el pago en efectivo”, ha declarado Rupérez durante el acto. Asimismo, la asociación destaca que ejemplos como la Ley de Vivienda de diciembre de 2023 ponen en peligro el efectivo, al prohibir el pago de alquiler por este método. A estas trabas, se suma la reducción del número de cajeros en España. Casi 20.000 oficinas bancarias han cerrado desde 2013 y más de 3.000 municipios no cuentan con ningún servicio bancario, según el Banco de España. 

Esta situación genera una exclusión de varios segmentos de la población, como es el caso del mundo rural. Rita Mateos, de la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer), ha asegurado que la población rural de España está obligada a recorrer muchos kilómetros para sacar dinero en efectivo. El 40% de los municipios del país tiene menos de 1.000 habitantes y no dispone de ningún cajero. En la misma línea, Miguel Padilla, secretario general de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) ha explicado que el sector agrario es “sin duda” de los que más sufre la situación, ya que “las transacciones se hacen en efectivo” en la agricultura. “Queremos que la gente siga viviendo en estos pueblos, pero les quitamos todo”, ha añadido Padilla, que considera las trabas al dinero en efectivo una “dificultad añadida” a las que enfrenta el sector todos los días.

Asimismo, la disminución del dinero en efectivo afecta a las personas mayores. José Luis Fernández Santillana, presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores, ha asegurado que tener que realizar un pago por internet o con tarjeta bancaria supone gastos añadidos para personas mayores, ya que son vulnerables a nivel financiero: “Es cuestión de justicia. No podemos condicionar el pago a los que tienen internet o cuentan con tarjetas bancarias”, ha dicho. Según los registros difundidos del Ministerio de Seguridad Social, los jubilados reciben una pensión media de 1.501 euros al mes.

Para las personas con discapacidad, que representan a más de 4 millones de personas en España, según el Gobierno, el dinero en efectivo representa una “herramienta clara de participación social y de inclusión financiera que las empodera”, según ha destacado Pilar Villarino, directora ejecutiva del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi). El dinero en efectivo permite la “socialización de las personas que más sufren de la soledad forzada en esta sociedad”, ha añadido.

A pesar de estas dificultades, el dinero en efectivo se mantiene como un método de pago apreciado en España. En 2023, el 65% de la población usó el dinero en efectivo, según el Banco de España.

Promover el uso del efectivo 

Varias figuras políticas han asistido al acto y se han comprometido a actuar para mitigar este problema. La diputada del Partido Popular y secretaria cuarta del Congreso de los Diputados, Carmen Navarro, ha anunciado que su grupo registrará una proposición de ley para dedicar un día a promover el uso del dinero en efectivo como único medio de pago.

Carlos Martín Urriza, de Sumar, ha destacado que los bancos tienen su responsabilidad en esta situación, al haber reducido la atención al cliente y los servicios básicos en el mundo rural, y que su partido propondrá en verano medidas para que el sector financiero vuelva a comprometerse en este ámbito. En cuanto a Isidre Gavin, de Junts Per Catalunya, ha asegurado que su partido trabaja en una ley para que cada municipio cuente con un cajero.

La Plataforma Denaria defiende “la libertad de elección” para pagar y asegura que el “gran fraude” se encuentra en los pagos digitales

La Vanguardia, 17 de marzo de 2025

El presidente de la Plataforma Denaria, Javier Rupérez, defendió este lunes que su organización, enfocada en la defensa del efectivo como medio de pago, no está “en guerra” con el ámbito digital sino que defiende “la libertad de elección” a la hora de pagar, y aseguró que “el gran fraude” se produce cuando se paga por vía digital.

La Plataforma Denaria organizó una jornada bajo el título 'Inclusión Financiera en España. El efectivo como solución segura y sostenible' en el Congreso de los Diputados. 

Rupérez hizo énfasis en que el dinero en efectivo es un medio de pago “seguro” y la opción más utilizada por los consumidores, pero lamentó que no es aceptado en todos los lugares y cada vez es “más difícil” sacar dinero o encontrar cajeros y oficinas bancarias. “Sus consecuencias son la exclusión financiera y social de millones de personas que necesitan el efectivo”, advirtió.

Rupérez defendió que el efectivo “asegura la autonomía y la libertad” por no depender de la tecnología o la electricidad, es rápido, seguro frente a ciberataques e inclusivo. Sin embargo, desveló que en la organización están recibiendo “quejas diarias” de personas a las que se les rechaza la opción de pagar en efectivo y “gran parte” proceden de empresas del sector público, como instalaciones deportivas, festivales de música o incluso el alquiler pese a la nueva Ley de Vivienda.

Rupérez también lamentó que el pago máximo en efectivo sea de 1.000 euros en España cuando “la Comisión Europea recomienda que esa cantidad límite sea de 10.000 euros”, al tiempo que defendió que el dinero en efectivo “es más amigo” del medioambiente que el digital.

En la jornada se celebró una mesa centrada en el efectivo como medio de autonomía de convivencia, autonomía personal y organización colectiva y en ella participaron el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), Down España, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (Ceoma) y la Asociación de Familias y Mujeres del Medio rural (Afammer).

“BAJO SOSPECHA” DE FRAUDE

Desde el Cermi, su directora ejecutiva, Pilar Villarino, abogó por considerar el efectivo como un derecho del consumidor y por la libre elección del medio de pago. En cualquier caso, sí se alineó con que todas las opciones sean accesibles para las personas con discapacidad.

“El efectivo para el Cermi es una herramienta clara de inclusión financiera y de participación social, nos sumamos a las peticiones de que el efectivo sea considerado un bien social porque para el Cermi empodera a las personas con discapacidad que de otra manera van a quedar excluidos financieramente”, afirmó Villarino. En esa línea, reclamó una prestación “personalizada” para estas personas.

Por su parte, el presidente de Ceoma, José Luis Fernández, denunció que el ciudadano que quiere usar el efectivo para pagar está “bajo sospecha de ser un defraudador”. “Las personas por definición no somos defraudadores”, dijo, ante lo que se escuchó un aplauso general de la sala.

Fernández también se preguntó por la obligación de la banca para que los ciudadanos tengan tarjeta de crédito y que cobren por ella en determinados casos.

Aprovechó para referirse al proyecto del euro digital lanzado desde el Banco Central Europeo (BCE) y trasladar su “preocupación” porque mediante el mismo “estará controlado” cualquier movimiento del ciudadano.

Desde Down España, su gerente, Agustín Matía, también señaló la “obsesión de Hacienda por el control” y defendió “dar opciones” y que cada cual elija cómo prefiere pagar.

En esa línea, Miguel Padilla, secretario general de COAG, definió a la organización como defensora “fervorosa” del pago en efectivo por su predominio en el mundo rural y apuntó que “los defraudadores están en otro lado y, seguramente, no se les persigue de la misma manera” que al ciudadano. También se quejó de que los servicios públicos “son, principalmente, los que ponen impedimentos”.

Por Afammer, su secretaria general, Rita Mateos, agregó que el efectivo debe considerarse “un servicio público de primer orden” y es un “pilar” de la economía local.

ELEGIR ENTRE DISTINTAS OPCIONES

La sesión también acogió una mesa compuesta por parlamentarios de PSOE, PP, Vox, Sumar y Junts en la que PSOE, PP y Vox coincidieron en que coexistan las distintas opciones de pago y sea el usuario el que decida.

Así, Guillermo Hita, del PSOE, explicó que, de una parte, hay comercios y administraciones que “se están dejando llevar” y “haciendo un flaco favor” al no aceptar el efectivo, y de otro lado “hay gente que se queja también de aquellos sitios en los que no se puede pagar con tarjeta”, con lo que concluyó que es un “problema de compatibilidades” y de “seguir pudiendo hacer lo que cada uno elige”.

Hita también respondió a las críticas hacia Hacienda por pretender controlar al ciudadano señalando que “cualquier sociedad que quiera llegar a la libertad tiene que tener controles” y opinó que los ciudadanos no están “perseguidos” por el Estado y el trabajo de Hacienda “en ningún momento es persecutorio”.

Desde el PP, Juan Bravo reconoció que hay elementos legales que “quizá no están proporcionados”, como la sanción de 150.000 euros por pagar con dinero físico más de 1.000 euros o no poder usar este medio para pagar el alquiler.

Por Vox, Pedro Fernández pidió “libertad, justicia y seguridad” respecto al pago en efectivo y dijo que desde el Parlamento estarán vigilantes a que las iniciativas no limiten esos principios porque “parece ser que hay movimientos que nos están alertando de que el efectivo sí está en riesgo”.

Por Sumar, Carlos Martín puso el foco en la banca para señalar que se haga compatible “esos grandísimos beneficios de la banca con la provisión de servicios básicos” y avanzó que Sumar presentará una iniciativa legislativa a la vuelta del verano en ese sentido para que haya “obligaciones el servicio público del sector bancario y donde el efectivo va a estar entre ellas”. Igualmente, insistió en “recuperar” la banca pública a través de la Caja Postal para llegar a las poblaciones rurales.

Martín sacó a debate el pago con criptoactivos y consideró que “son una vía de gran fraude”, a lo que Juan Bravo agregó que “el delincuente encuentra la oportunidad en cualquier sitio” y no solo en las criptomonedas, y Guillermo Hita se posicionó a favor de regularlas “con fortaleza” porque, de lo contrario, “nos van a traer un disgusto serio”.

Por Junts, Isidre Gavín defendió hacer compatible el control del fraude con el pago con dinero físico.

En la clausura intervino la presidenta y directora general de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Isabel Valldecabres, quien señaló que el temor por el euro digital no está justificado, pues los datos personales los tienen, principalmente, empresas como Bizum, Visa o Mastercard por “la alegría” con la que se comparten. A su vez, recordó que desde el BCE se ha defendido que el efectivo debería seguir estando garantizado con el mismo nivel de aceptación que cualquier otro pago cuando exista el euro digital. Además, se preguntó “cómo va a desaparecer algo que si no existiera habría que inventarlo”.

La presidenta de la Fábrica de la Moneda también llamó la atención respecto a que “la gran bolsa” de fraude se encuentra en movimientos de grandes cantidades que no son las que manejan los ciudadanos.

Adiós al dinero en efectivo: la Unión Europea tiene noticias de lo que está a punto de pasar

OK Diario, 15 de marzo de 2025

El avance de los pagos digitales parece imparable en la sociedad actual, y más si tenemos en cuenta que la Unión Europea está a punto de dar un paso definitivo hacia un nuevo paradigma financiero que podría reducir la presencia del dinero en efectivo en nuestras vidas. Tiene que ver con la implantación del euro digital. Un movimiento, que lleva años gestándose, y que podría ser una realidad antes de lo que muchos imaginan, según ha anunciado Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo. Sin embargo, mientras los organismos europeos insisten en sus beneficios, el escepticismo crece entre los ciudadanos y expertos, quienes temen que este cambio suponga una pérdida de privacidad y un control sin precedentes sobre las finanzas personales.

El euro digital no sería una criptomoneda como Bitcoin ni un activo especulativo, sino una representación virtual del dinero en efectivo respaldada por el Banco Central Europeo. Se trataría de una herramienta con la que los ciudadanos podrían realizar pagos de manera rápida y sin intermediarios, directamente desde un monedero digital en sus dispositivos móviles o tarjetas. La teoría suena prometedora, pero en la práctica surgen muchas dudas. La más importante es si realmente será una opción voluntaria o si, con el tiempo, acabará sustituyendo por completo al efectivo. Y es que a pesar de la insistencia del BCE en que este nuevo formato sólo busca modernizar los pagos y fortalecer la independencia financiera de la UE frente a los gigantes tecnológicos de Estados Unidos, la realidad es que la iniciativa genera incertidumbre. En países como Alemania, casi la mitad de la población desconfía del euro digital, y en España el escepticismo no se queda atrás. Las preocupaciones van desde la pérdida de autonomía sobre el propio dinero hasta el temor a que los gobiernos puedan monitorizar cada transacción, eliminando la privacidad que permite el efectivo.

¿Adiós al dinero en efectivo con la llegada del euro digital?

La idea principal es que el euro digital actúe como una versión virtual del dinero en efectivo o dinero físico, sin reemplazar a los bancos ni a las actuales formas de pago, sino complementándolas. Cada ciudadano podría disponer de un monedero digital gestionado directamente por el BCE, lo que eliminaría intermediarios y podría reducir comisiones. Sería accesible a través de aplicaciones en dispositivos móviles o mediante tarjetas recargables.

No obstante, este sistema plantea varios interrogantes. Uno de los puntos clave es la posible limitación en la cantidad de dinero digital que cada persona podría tener en su monedero virtual. Se ha mencionado un límite de 3.000 euros por usuario, lo que evitaría que los bancos tradicionales pierdan clientes y, con ello, su capacidad de otorgar créditos. Sin embargo, muchos expertos creen que este límite podría ser el primer paso para un control progresivo de la economía por parte del BCE.

La banca tradicional en jaque

Uno de los sectores que más recelo muestra ante el euro digital es el bancario. Actualmente, los bancos comerciales actúan como intermediarios en la mayoría de los pagos digitales, lo que les genera beneficios a través de comisiones y servicios financieros. Si el euro digital permite que los ciudadanos gestionen su dinero directamente con el BCE, las entidades financieras podrían ver una pérdida considerable de clientes y recursos.

Para evitar que el impacto sea devastador, se plantea que los bancos sigan desempeñando un papel en la distribución del euro digital, aunque aún no está claro cómo se implementará. Lo que sí es seguro es que el panorama financiero podría cambiar de forma drástica, afectando tanto a las entidades bancarias como a los propios usuarios, que podrían enfrentarse a un sistema menos flexible de lo que aparenta.

Geopolítica y criptomonedas

La aceleración en la implantación del euro digital también responde a cuestiones estratégicas. Actualmente, la mayor parte de las transacciones digitales en Europa dependen de dos empresas estadounidenses: Visa y Mastercard. Esto significa que, en caso de un conflicto geopolítico, la UE podría encontrarse en una situación de vulnerabilidad financiera. Con su propia moneda digital, el BCE busca reducir esta dependencia y reforzar la soberanía económica del bloque.

A esto se suma la creciente popularidad de las criptomonedas descentralizadas, que escapan al control de los gobiernos. Estados Unidos ya trabaja en la creación de una reserva estratégica de criptomonedas, y China ha lanzado su propio yuan digital. La UE no quiere quedarse atrás en esta carrera, aunque su enfoque sea diferente: mientras que Bitcoin y otras criptos operan sin regulación central, el euro digital estaría completamente supervisado por el BCE, lo que garantiza estabilidad, pero también despierta sospechas sobre su impacto en la privacidad de los ciudadanos.

La privacidad, el gran dilema

Uno de los argumentos en contra del euro digital es la preocupación por la vigilancia financiera. A diferencia del efectivo, que permite transacciones anónimas, el euro digital dejaría un rastro de cada compra, transferencia o pago realizado. Aunque el BCE ha asegurado que establecerá mecanismos para proteger la privacidad, los expertos advierten que el simple hecho de que todas las operaciones queden registradas podría derivar en un control gubernamental sin precedentes.

Este aspecto resulta especialmente preocupante para quienes defienden la libertad económica. Si en algún momento los gobiernos deciden imponer restricciones o sanciones financieras a determinados sectores o comportamientos, el euro digital podría ser utilizado como una herramienta para bloquear o limitar el acceso al dinero de los ciudadanos.

¿Cuál es el próximo paso?

El BCE está en la fase final de preparación del euro digital, y si todo sigue según lo previsto, podría entrar en circulación a finales de este mismo año. Sin embargo, el debate está lejos de cerrarse. A medida que el proyecto avanza, aumenta la presión para que se garantice la seguridad, la privacidad y la libertad de los usuarios.

Lo que está claro es que la Unión Europea está lista para dar un giro radical en la forma en que se maneja el dinero. Queda por ver si este cambio beneficiará realmente a la población o si, por el contrario, será el inicio de una era de vigilancia financiera en la que el efectivo, tal como lo conocemos, acabe por desaparecer. Mientras tanto, ciudadanos, bancos y gobiernos siguen atentos a lo que podría ser la transformación más importante en la economía europea en décadas.

Una conspiración real. Una amenaza real

Disidentia, 4 de febrero de 2025

La frase que mejor define la peligrosa deriva de Europa es «No tendrás nada y serás feliz». Hay razones más que suficientes para sospechar que esta frase no es en absoluto inocente, pues con ella se define un sistema en el que todo será accesible mediante servicios controlados. Este sistema podrá ser explotado para restringir la libertad. Si la propiedad privada desaparece y todo son bienes y servicios compartidos, será muy fácil para las élites controlar a los ciudadanos: les bastará amenazarles con impedirles el acceso a esos bienes o servicios para que sean buenos chicos”. 

En No tendrás nada y (no) serás feliz, Javier Benegas analiza, con una prosa ágil y amena, las potentes y alarmantes señales de un empobrecimiento planificado y dirigido contra los ciudadanos europeos. A primera vista puede parecer que este empobrecimiento es fruto de la incompetencia, y en ciertos casos es así. Pero no, no es sólo fruto de la simple incompetencia. Ni siquiera los políticos y tecnócratas europeos pueden ser tan estúpidos. Detrás de sus políticas hay algo más siniestro que la impericia. Hay ideología, injerencias extranjeras, traiciones… y corrupción. 

Benegas comienza diseccionando la frase que mejor sintetiza la actual deriva de Europa «No tendrás nada y serás feliz», cuyo origen se remonta al Foro Económico Mundial (World Economic Forum, WEF) de 2016, concretamente aparece en un artículo publicado y, después, republicado por la revista Forbes, titulado «Welcome to 2030: I Own Nothing, Have No Privacy, and Life Has Never Been Better» (Bienvenido a 2030: No poseo nada, no tengo privacidad y la vida nunca ha sido mejor), cuya autora es Ida Auken, exministra de Medio Ambiente de Dinamarca. 

Desde este punto de partida el autor nos descubrirá ya en las primeras páginas del libro el oscuro conflicto de intereses de su «inspirada» creadora, despertando nuestra curiosidad y alarma, para inmediatamente después guiarnos en un azaroso viaje donde irán apareciendo piezas de un rompecabezas que va cobrando sentido página a página y capítulo a capítulo. Estas piezas son clave para entender que, aunque llena de improvisaciones, chapuzas y oportunismos, la conspiración del empobrecimiento no es un delirio: es una conspiración real, peligrosamente real. Y tiene un fin.

«Un sistema en el que todo es accesible mediante servicios controlados podrá ser explotado por tecnócratas autoritarios para restringir la libertad de los ciudadanos» 

Ya el capítulo primero, «El abismo», retrata con cruda nitidez la mudanza de las élites a un entorno privilegiado y alejado del común, La Ciudadela. Y cómo más allá de ese lugar de plácida grisura, seguro y confortable, las personas corrientes han de enfrentar cada vez mayores dificultades, desafíos y amenazas. «Europa lleva demasiado tiempo edificándose sobre esta diferencia, la de los vastos pastos verdes y abiertos (cada vez menos verdes y abiertos), donde deambulan las ovejas, esto es los comunes, a expensas de cualquier contingencia, y las ciudadelas convenientemente aisladas y seguras, en las que el mañana no supone ninguna inquietud, porque allí está asegurado, y el futuro no es más que una abstracción, una extrapolación numérica que es planificada», escribe Benegas. 

Esta separación será clave desde el principio, porque sin ella no será posible entender la falta de empatía y la sociopatía de la clase dirigente europea actual, capaz de cualquier cosa con tal de mantener su posición, incluso condenar al prójimo a la miseria convenciéndole de que la pobreza, su pobreza, será la virtud que salvará al mundo.

A partir de ahí, el libro no dejará asunto por tratar y diseccionar con la precisión de un láser. La inmigración masiva musulmana, la creciente inseguridad, el hundimiento de la natalidad, la ofensiva de las élites contra el gobierno del pueblo (la democracia) mediante diferentes estratagemas, como la emergencia climática, el boom académico del decrecentismo. Especialmente importantes son los capítulos que explican de manera muy convincente el colapso del modelo socialdemócrata, que desde el final de la Segunda Guerra Mundial ha sido omnipresente en Europa, y el sospechoso desmantelamiento industrial del viejo continente, cuyo exponente más llamativo es el hundimiento concertado de su industria automovilística. 

Benegas también pone el foco en la alargada sombra de China, que se proyecta sobre Bruselas. La mano que mece la cuna de las «incomprensibles» y ruinosas directivas Europeas. ¿Corrupción?, ¿sobornos?, ¿injerencia extranjera?: «Nada de lo que se impone en la Unión Europea respecto de la industria del automóvil puede entenderse más allá de que en Bruselas hayan enloquecido… o vendido al mejor postor».

No tendrás nada y (no) serás feliz es más que un libro. Es una guía estratégica imprescindible. No es una monolítica teoría del todo que el lector, como un alumno de bachillerato, deba leer de principio a fin, sin descanso, para llegar a la gran conclusión final. Cada capítulo es una clave en sí mismo. Contiene una historia, una revelación y una conclusión. Así el lector puede sacar provecho de su lectura pausadamente, sin necesidad de atiborrarse de páginas. En cada uno de los capítulos encontrará revelaciones, descubrimientos y herramientas para hacer frente a una amenaza real: el plan para desproveerle de cualquier posesión, dejándole inerme frente al poder administrativo para, finalmente, privarle de su más preciado bien: la libertad.

 

¿Qué países europeos están más preparados para no utilizar efectivo? 

EURONEWS, 29 de noviembre de 2024

Los países nórdicos lideran el fin del dinero en metálico, mientras que Armenia, Georgia y Alemania van a la zaga.

Los países nórdicos están más preparados que el resto de Europa para un futuro en el que ya no se utilice el efectivo en las transacciones, según revela un nuevo análisis. Finansplassen, una web noruega de información financiera, ha recopilado datos del Banco Mundial, Eurostat y otras fuentes de acceso público para analizar el grado de adaptación de cada país europeo a poder pagar sin monedas y billetes.

Evaluaron el número de cajeros automáticos y terminales de pago disponibles por cada 100.000 habitantes, el límite que podían gastar los titulares de tarjetas en compras sin contacto y el número de personas que realizan operaciones bancarias por internet. 

Menos cajeros automáticos significa que el país depende menos del efectivo y un mayor número de terminales de pago significa que hay una "mayor infraestructura" para las transferencias electrónicas, según un portavoz de Finansplassen. Su análisis muestra que Noruega es el país más preparado para un futuro sin billetes: es de los que menos cajeros automáticos tiene y alrededor del 96% de la población realiza operaciones bancarias por Internet, según el análisis.

Finlandia y Dinamarca ocupan el segundo y tercer lugar del análisis porque tienen más cajeros que Noruega y algunos de terminales de pago menos, pero aproximadamente el mismo porcentaje de personas utilizan la banca en línea. Países Bajos, Suecia, Islandia, Estonia, Lituania, Chipre y Suiza completan los 10 primeros puestos del análisis, mientras que Armenia, Georgia y Alemania son los menos adaptados a los sistemas sin efectivo. 

¿Por qué los países nórdicos van tan adelantados?

Olle Pettersson, experto en finanzas personales de Finansplassen, explica a 'Euronews Next' que los países nórdicos en particular encuentran "útiles" los sistemas sin efectivo porque estos sistemas ayudan a superar algunos de sus retos, como la escasa densidad de población o las duras condiciones climáticas que dificultan un poco los pagos tradicionales.

Según Pettersson, estos países también tienen una ventaja al respecto: tienen una gran confianza en las instituciones públicas y sus poblaciones son pequeñas, lo que facilita probar nuevas políticas. En 2016, el mayor banco noruego, DNB, pidió que se dejara de utilizar efectivo porque le preocupaban las actividades ilegales, como el blanqueo de dinero, según el diario 'Independent'.

En la misma época, los consumidores acudieron en masa a Vipps MobilePay, un "monedero móvil nórdico" que permite a sus clientes "enviar dinero tan fácil como enviar un mensaje de texto", según su sitio web. Lanzado en 2015, Vipps MobilePay llega ahora a 11,5 millones de usuarios en Noruega, Finlandia y Dinamarca, dice la compañía. 

Pero recientemente, Noruega ha tomado medidas para que sus ciudadanos vuelvan al dinero en efectivo. En octubre, el Parlamento aprobó cambios en su Ley de Acuerdos Financieros que facilitarán a los noruegos pagar en efectivo si es necesario.

"En un mundo digital, puede ser fácil olvidar que hay un gran grupo de personas que no son digitales", dijo entonces Emilie Enger Mehl, ministra noruega de Justicia y Emergencias. "El dinero en efectivo también es importante para que la sociedad esté preparada".

La Dirección de Protección Civil de Noruega (DSB) recomienda que todo el mundo tenga algo de dinero en efectivo a mano debido a la vulnerabilidad de los sistemas de pago digitales a los ciberataques. 

"El mundo que nos rodea es cada vez más turbulento, con guerras, amenazas digitales y cambio climático", añadió Mehl. "Debemos estar preparados para cortes de energía a largo plazo, fallos del sistema o ataques digitales que provoquen caídas en las soluciones de pago digitales". 

En Dinamarca, los pagos en efectivo representarán sólo el 8% de todas las transacciones del país en 2023, según un documento del banco nacional. Los daneses son más propensos a utilizar los pagos móviles porque el comprador "siempre lleva el móvil encima" y puede disponer fácilmente de la cantidad exacta que necesita para pagar, según el informe. "Aunque el uso del efectivo está disminuyendo, sigue siendo necesario en la sociedad", dice Christian Kettel Thomsen, gobernador del Banco Nacional de Dinamarca. 

¿Qué ha impulsado los pagos sin efectivo?

La pandemia de COVID-19 aumentó los pagos sin efectivo en todo el mundo, pasando de una media de 91 por persona al año en 2017 a aproximadamente 135 en 2020, según el Banco Mundial.

El Banco Central Europeo (BCE) constató una tendencia similar en Europa. Una encuesta de 2023 mostró que el 59% de las transacciones en 2022 se realizaron en efectivo, frente al 72% en 2019. El BCE dice que el cambio "no puede determinarse" por un solo factor, pero sugiere que "los comportamientos de pago" aprendidos durante la pandemia han perdurado más allá de las restricciones.

La mayoría de los consumidores en Europa prefieren pagar con tarjetas u otras formas de pago sin efectivo porque es más conveniente, según la encuesta. Sin embargo, el 60% de los encuestados afirmaron que querían poder pagar en efectivo.

La Comisión Europea no prevé eliminar el dinero físico, es un bulo

Verifica RTVE, 7 de diciembre de 2023

Mensajes de redes sociales aseguran que la Comisión Europea da de plazo hasta 2030 para que los países de la zona euro eliminen el dinero en efectivo. Es un bulo. La Comisión Europea no contempla acabar con el dinero físico, sino complementarlo con un nuevo formato digital del euro.

"#URGENTE La Comisión Europea da hasta el año 2030 para que los países de la zona euro eliminen el dinero efectivo", leemos en un mensaje de X compartido más de 800 veces desde el 4 de diciembre. La publicación adjunta una imagen del comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Paolo Gentinoli, acompañada de la siguiente frase: "Impulsaremos el euro digital". El mismo mensaje lo encontramos difundido por otras cuentas de esta red social.

Es falso que la Comisión Europea haya dado de plazo hasta 2030 para que los países de la zona euro eliminen el dinero en efectivo. Este organismo europeo no prevé la supresión del dinero físico. Hemos consultado al servicio de Prensa de la Comisión Europea en España y nos remiten al discurso de la comisaria europea de Servicios Financieros, Mairead McGuiness, durante el debate sobre el euro digital del 19 de abril de 2023. En su intervención, McGuinnes es contundente: "Un euro digital no pretende reemplazar el efectivo sino complementarlo". En este sentido, explica que la Comisión Europea pretende adoptar una "propuesta legislativa sobre la moneda de curso legal en efectivo" con el objetivo de asegurar el "suficiente acceso al efectivo y mantenerlo como forma de pago aceptada". Esta propuesta para "salvaguardar la aceptación permanente y generalizada de efectivo" en la eurozona se presentó el 28 de junio de este año.

También encontramos un mensaje de X publicado el 29 de junio de 2023 por este organismo comunitario donde expone que las "personas y empresas se han acostumbrado a pagar con monedas y billetes de euro" y añade que "esto no cambiaría con un euro digital". Puedes consultar aquí más información sobre qué está haciendo la Unión Europea en materia del euro digital y por qué.

El euro digital como complemento al dinero físico

Los mensajes falsos que circulan en Internet tienen su origen en una tergiversación del proyecto "euro digital" impulsado por el Banco Central Europeo en 2021. Se trata de un medio de pago electrónico que estará a disposición de todos los ciudadanos de la zona euro para los pagos digitales, pero que aún no está en marcha. En el apartado de Preguntas Frecuentes (¿El euro digital reemplazaría al efectivo, si se adoptara?) sobre el euro digital, la Comisión Europea aclara que la futura aplicación de este formato no conllevará la eliminación del dinero físico: "No. El euro digital complementaría los billetes y monedades en euros, no los sustituiría".

La publicación de X que difunde el bulo parte de una cuenta que desinforma de manera recurrente. Este mismo perfil ha difundido otros contenidos falsos sobre organizaciones e instituciones europeas, como el que asegura que la Comisión Europea prepara restricciones de agua para toda la población o los mensajes falsos que afirman que la Unión Europea ha pedido dejar el desayuno para preservar el medio ambiente.


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