En los océanos, que cubren las dos terceras partes de la superficie terrestre, están, totalmente inalteradas, las mayores reservas minerales de la Tierra, tanto en cantidad como en concentración. La ONU, ha declarado patrimonio común de la humanidad los fondos marinos sin soberanía adjudicada y regula las actividades en éstos. Un cambio histórico para el derecho internacional.
La demanda de minerales crece y el fondo del mar puede ser rentable en 15 años, aunque el impacto ambiental de las actividades mineras asusta a muchos. En los fondos marinos hay depósitos de minerales que contienen casi el 60% de los 103 elementos químicos conocidos. En los últimos años la demanda de algunos de estos recursos, como los metales más escasos (cobre, oro, plata, platino, cobalto, níquel), ha aumentado espectacularmente (hasta que llegó la recesión) mientras decrece el número de explotaciones mineras terrestres. Las empresas empiezan a mirar a los fondos marinos para cubrir la demanda futura, que prevén que se dispare con el desarrollo de países asiáticos como China e India. las actividades mineras submarinas pueden desarrollarse en unos 15 años, si se mantiene un esfuerzo continuado de investigación, prospección y exploración, y si se regulan adecuadamente.
La principal preocupación es el impacto ambiental y la principal garantía en aguas internacionales es la regulación y supervisión a través de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), organización autónoma pero relacionada con la ONU, creada hace 10 años y con sede en Jamaica. La Zona, como se llama simplemente el área sobre el que tiene autoridad la ISA, son los fondos oceánicos fuera de las zonas de jurisdicción nacional, unos 260 millones de kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a casi el 50% de la terrestre y también donde se dan las mayores profundidades medias. La Zona está totalmente inalterada, ya que ni siquiera han llegado allí las plataformas petroleras.
Hasta ahora la falta de tecnología para trabajar a grandes profundidades ha impedido la explotación de los recursos minerales en aguas profundas, pero muy pronto puede ser rentable y ya hay países que están tomando posiciones, como China, India, Alemania, Corea o Japón. El debate que se plantea ahora es cómo asegurar la sostenibilidad y el mínimo impacto ambiental de las explotaciones mineras, así como el reparto equitativo de los recursos en un área definida como "patrimonio común de la humanidad" en la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Exploración de una chimenea hidrotermal y las especies asociadas por científicos del Censo de la Vida Marina. (MARUM/UNIVERSITY OF BREMEN 2006)
Todavía no se sabe exactamente la delimitación de La Zona, porque está siendo afectada por el proceso de ampliación de la plataforma continental (de las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva actual a las 350 millas posibles), que están reclamando ante la ONU casi todos los países con costas, incluida España. Esta ampliación da derecho sobre los fondos pero no sobre los recursos pesqueros, ya que cuanto más lejana de la costa es la zona considerada menos soberanía tiene el país.
En el golfo de Cádiz, en aguas territoriales españolas, se han descubierto chimeneas y volcanes de gas cuya investigación permite obtener conocimientos que se pueden aplicar en otros lugares.
Emanaciones de gas en el fondo del mar. (IGME)
La ISA es una organización singular desde el punto de vista de la legalidad internacional porque puede realizar contratos para dar concesiones. Además de disponer de los fondos que aportan los Estados miembros, cobra por las concesiones de exploración minera a varios países: Japón, Corea, China, India, Francia, Rusia, Alemania y un consorcio de naciones del Este de Europa lideradas por Polonia. Todos ellos estudian los ricos y amplios yacimientos de nódulos de ferromanganeso en una franja del Pacífico nordeste (la región Clarion-Clipperton) a profundidades que pueden superar los 5.000 metros.
El contrato que tienen con la organización les da derechos exclusivos de explotación para el futuro, cuando se regule. Las concesiones se pueden dar a países y a empresas públicas, así como a empresas privadas siempre que estén avaladas por el país en el que tengan su sede. Son por 15 años y existe el compromiso de regular la explotación en un plazo de dos años a partir del fin del periodo de concesión.
Los países no miembros de la ISA y sus empresas podrían teóricamente hacer lo que quisieran en las aguas internacionales sin ajustarse a reglas, pero no es tan sencillo. El máximo ejemplo es Estados Unidos, que no es miembro de la ISA, aunque todo el mundo espera que lo sea en breve, porque tiene gran interés en ampliar su plataforma continental, especialmente en las ricas aguas petroleras del golfo de México, y la única forma de hacerlo es en el marco que ha establecido la ONU y que pasa por la pertenencia a la ISA.
A corto plazo, todos los ojos están puestos en las actividades de la empresa Nautilus Minerals en aguas territoriales de Papúa Nueva Guinea. Serían los primeros en extraer, para fines comerciales, minerales de las chimeneas de sulfuros metálicos cuya exploración en aguas internacionales se va a regular próximamente. El depósito Solwara 1 que quieren empezar a explotar a finales de este año contiene al menos 870.000 toneladas métricas. Los estudios previos indican las siguientes concentraciones: cobre-oro, 4,8 gramos por tonelada; plata, 23 gramos por tonelada y cinc 0,4%, según la empresa de consultoría Golder Associates.
En estas chimeneas en las dorsales oceánicas se reproduce el proceso de formación de corteza terrestre que dio lugar a los yacimientos mineros terrestres actuales. Por ahora, las actividades mineras en el mar serían a mar abierto, equivalentes a la minería a cielo abierto en la superficie seca y distintas de las perforaciones petroleras, que pinchan bolsas de hidrocarburos y gas situadas por debajo de la superficie.
Las explotaciones en el mar de la industria petrolera, ya maduras, han sido el motor principal de la tecnología necesaria para la minería marina a gran profundidad. De hecho, en los últimos cuatro años se han establecido plataformas petroleras en aguas de 2.500 y 2.600 metros de profundidad.
Por ahora, a pesar del optimismo reinante, son muy pocas las empresas que se animan a intentar la minería marina. Algunos expertos explican que la industria minera es muy conservadora y otros recuerdan que es tanto lo que todavía no se sabe que la explotación está todavía lejos.
Entre los yacimientos submarinos se pueden encontrar:
- Campos de nódulos polimetálicos, con el aspecto de cantos rodados, de forma esférica, con medidas y peso variables y una alta concentración de una docena o más de metales diversos, entre ellos níquel, cobalto, molibdeno, cobre, manganeso, hierro y aluminio, además de las valiosas tierras raras.
- Chimeneas de sulfuros polimetálicos, asociadas a sistemas termales en las dorsales oceánicas en los que hay extrañas formas de vida, como los gusanos tubulares. Tienen, entre otros metales, oro, plata, platino, cobre, níquel y cinc.
- Costras de ferromanganeso rico en cobalto en montañas submarinas. También tienen cobre y níquel, entre otros metales. Difíciles de extraer.
- Hidratos de metano (el gas natural en estado sólido por la baja temperatura y alta presión).
- Depósitos tipo placer de diamantes y también de plata, oro y otros minerales.
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