Un enorme atasco de tráfico, de más de 100 kilómetros, colapsa, desde el 14 de agosto pasado, la segunda autopista de circunvalación, cercana a Pekín. Este hecho, bastante habitual, pone de manifiesto las carencias en infraestructuras y otros servicios básicos de la pujante economía china.
Las retenciones se iniciaron en el tramo comprendido entre la capital china y Hauaian, en la provincia de Hebei, y Jining, en la Autopista Nacional número 110, que une Pekín con el Tíbet. La autopista canaliza gran parte del tráfico pesado desde Pekín hacia el oeste del país, con el paso continuo de camiones de gran tonelaje.
Paralelamente al atasco ha florecido un mercado de alimentos a precios desorbitados, al que los afectados se ven obligados a acudir. Los fideos instantáneos se venden a cuatro veces su precio original.
Las autoridades chinas achacan el atasco a los preparativos para la reparación de la autopista, que se alargará durante varias semanas, hasta el 16 de septiembre. No obstante, la explicación extraoficial apunta al transporte de carbón desde las cuencas mineras del norte del país, que, a falta de ferrocarril, debe hacerse de manera prácticamente íntegra por carretera. No se ha de olvidar que el 70% de las necesidades energéticas chinas se satisfacen con carbón.
Por otra parte, el parque de automóviles en China no para de crecer, se sumaron 13,5 millones de nuevos turismos en 2009 y se prevé que aumente en otros 15 millones de coches este año, una progresión que las carreteras chinas son incapaces de absorber. En Pekín, el Centro de Investigación para el Transporte de la capital china pronostica siete millones de vehículos circulando en 2015, mientras que sus infraestructuras viarias son capaces de absorber, en las actuales circunstancias, sólo 6,7 millones de coches.
El siguiente video es de un atasco en junio de este mismo año.
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