El astronauta chino Zhai Zhigang se ha paseado por el espacio hoy durante 15 minutos a las 10 horas 40 minutos, hora española, en los que se ha dirigido a sus compatriotas y ha ondeado la bandera nacional. Zhai y otro de los tres astronautas a bordo de la nave, Liu Boming, prepararon durante 15 horas el traje espacial Feitian ("Volador del Cielo", de tecnología china, con el que el primero de ellos ha cruzado la puerta del módulo y ha salido al cosmos poco después de las 16.40, hora de Pekín (10.40 en España).
Los astronautas viajaban a bordo de una nave Shenzhou VII, muy similar a las naves Soyuz. Estas naves se lanzan mediante el cohete Larga Marcha.
El primer paseo espacial chino no ha estado exento de suspense, ya que Zhai ha tardado casi 15 minutos en abrir la compuerta al exterior, una operación que le ha costado bastante esfuerzo físico. Una vez fuera, ha mirado a una cámara colocada en el exterior del módulo y ha saludado a los millones de chinos que estaban viendo el acontecimiento en directo a través de la televisión estatal china CCTV-4. Zhai, piloto de las Fuerzas Aéreas chinas, ha pasado 10 años formándose para este histórico momento. Posteriormente, la imagen del astronauta se ha perdido y durante más de un minuto se ha producido el silencio total en el centro de control, lo que ha creado cierta tensión entre algunos espectadores. Pero finalmente la imagen ha vuelto, y los ciudadanos chinos han podido ver a su compatriota ondeando en el espacio la bandera nacional.
La misión ha durado unos 15 minutos y ha sido seguida atentamente por el presidente chino, Hu Jintao, desde el Centro de Control Espacial de Pekín.
El que sale al espacio es porque quiere practicar la fontanería espacial, y eso es lo que hay que hacer cuando se quiere construir una estación orbital, un proceso que se parece al ensamblaje de un mecano. Con su paseo, los chinos están diciendo eso, que lo de su estación orbital va en serio. Pero, ¿por qué? ¿Por qué China, que es un país en desarrollo, se va a meter en tal gasto? La respuesta es que Washington vetó en su día la participación de China en la Estación Orbital Internacional, un programa de 100.000 millones de dólares en el que participan dieciséis países, incluida Rusia.
El primer paseo espacial de la historia lo dio el soviético Alexei Leonov el 18 de marzo de 1965. En 1989, dos años antes de su jubilación, Aleksei Leonov, explicaba en la Ciudad de las Estrellas de Moscú su espeluznante experiencia del 18 de marzo de 1965. Un problema no previsto de diferencia de presión, hizo que su escafandra se hinchara en cuanto salió de la nave “Vosjod-2“, de tal forma que pasados los breves minutos de su salida al espacio, y al querer volver a entrar en la nave, su cuerpo no pasaba por la escotilla. La perspectiva de quedarse fuera no era muy halagüeña.
Todo estaba negro y el silencio era tal que habría que inventar una palabra nueva para describirlo. “Escuchabas los ruidos de tu cuerpo, la circulación de tus fluidos“, dijo. Los latidos del corazón eran escandalosos. Leonov logró desinflar su escafandra hasta poder volver a pasar por la escotilla. No fue el único percance de la “Vosjod-2“ en aquella misión. Durante el descenso falló el piloto automático y hubo que dirigir la nave “a mano“, un “aterriza como puedas“, que le llevó a el y a su piloto, Belayev, a caer en la taigá de la región de Perm.
Se pasaron dos días y dos noches de camping en el bosque, pasando un frío de mil demonios, hasta que un equipo de esquiadores dio con ellos y desbrozaron el lugar para que los helicópteros pudieran aterrizar. Aquel incidente del paseo, ejemplo de los riesgos que conlleva salir al espacio, y la sangre fría que demostró, le valieron a Leonov (Un tipo remarcable, ejemplo de aquellos astronautas soviéticos que regresaban del espacio convertidos en algo parecido a filósofos humanistas) una de las dos condecoraciones de héroe de la Unión Soviética que tenía.
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