En 1838 fue dado á conocer á la Academia de Ciencias de Paris otro telégrafo eléctrico muy perfecto por el sabio alemán Steinheil. Desde esa época tomó tan rápido vuelo la telegrafía eléctrica, que apenas quedó nación alguna, donde las poblaciones más importantes no estuviesen enlazadas por líneas múltiples. En España fue la primera la línea aérea telegráfica de Bilbao á Portugalele, tendida para el servicio del puerto en 1847. Cuatro ó cinco años después se estableció otra en el ferrocarril de Madrid á Aranjuez. En 1853 se estableció la tercera en el ferrocarril de Barcelona á Mataró, hasta entonces servido por un telégrafo óptico. Aunque algo tardía, la instalación de las líneas oficiales comenzó con gran empuje, pues el primer año de tales trabajos (1854), se tendieron más de 700 kilóms. de líneas con numerosas estaciones de Madrid á Irún y Bilbao. En 1877 teníamos 15490 kilóms. de línea con 338 estaciones, sin contar con unos 6000 kilóms. de ferrocarril y 700 estaciones.
Al presente es tan universal la red electro-telegráfica, tanto aérea como subterránea y submarina, que no hay región dominada por naciones civilizadas á donde no lleguen los hilos ó cables de trasmisión. Hasta diez de ellos enlazan actualmente la Europa con la América al través del Atlántico.
Por otra parte, son tan variados y tan numerosos los sistemas telegráficos inventados desde los apuntados anteriormente, que sólo en volúmenes abultados puede darse cuenta de ellos. Su perfeccionamiento ha llegado á tal extremo, que con el pantelégrafo se trasmiten los manuscritos, los dibujos, los retratos si es preciso. Como último progreso de los presentes tiempos en la telegrafía mencionaremos la telefonía eléctrica, y sus auxiliares la microfonía y la radiofonía.
"Tratado elemental de FÍSICA experimental y aplicada (Octava edición)", Dr. D. Bartolomé Feliú y Pérez, Tipografía de Comas Hermanos, Zaragoza 1896
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