Sus nombres son desconocidos para el público, sin embargo, tienen gran importancia en el comercio internacional. Los comerciantes de productos básicos compran y venden todo tipo de productos en el mundo. Comercian con energía, minerales y producción agrícola. En África estas empresas llevan sus productos a los mercados globales, y su facturación supera la de las instituciones financieras más grandes.
Vitol, el mayor comerciante de productos básicos del mundo, obtuvo en 2012 unos ingresos de nás de 300.000 millones de dólares. Le siguen Glencore, Cargill y Trafigura, cuyos ingresos anuales superan los 100.000 millones de dólares. En total, el valor acumulado de los ingresos de los 10 principales operadores mundiales supera el billón de dólares, el equivalente al producto interior bruto de España o Corea del Sur, según el diario británico Financial Times.
Ginebra es el centro de comercio internacional de productos básicos. Según la Association genevoise du négoce et de l’affrètement (ASWG), una organización profesional fundada en 2006, la región de Ginebra-Lausana acoge a más de 400 compañías comerciales. Las otras 150 empresas de este sector con sede en Suiza se instalan alrededor de Zurich y Ticino.
En las orillas del lago de Ginebra y el cantón de Vaux se encuentran empresas como Glencore y Trafigura. Existen empresas especializadas en la energía, como Vitol, Mercuria y Gunvor. También existen empresas especializadas en petroleo ruso o kazajo, bienes específicos o productos agrícolas.
En 2013 se daba a conocer que los veinte mayores comerciantes de productos básicos en el mundo ganaron casi 250.000 millones de dólares durante la última década, mientras que el conjunto de las grandes empresas del sector de la automoción habían ganado 179.000 millones de euros en el mismo periodo de 2003 a 2012 (Toyota, Volkswagen, BMW, Renault y Ford) y la banca 171.000 millones de dólares (JPMorgan, Goldman Sachs y Morgan Stanley).
Los principales comerciantes mundiales eran en 2013 Glencore, Vitol, Trafigura, Gunvor, Cargill, Archer Daniels Midland, Louis Dreyfus, Wilmar, Noble y Mitsubishi, Mitsui.
A finales de 2014, después de dos años de investigación, el senado de los EEUU se pronunció sobre las actividades de JP Morgan Chase, Goldman Sachs y Morgan Stanley en los mercados de productos básicos como el cobre, el petróleo o la electricidad.
El informe de la comisión, presidida por el senador demócrata Carl Levin (Michigan) y su colega republicano John McCain (Arizona), llegó a la conclusión de que JP Morgan Chase, Goldman Sachs y Morgan Stanley, en el periodo de 2010-2012, estaban en condiciones de manipular los mercados a su favor, sobre todo mediante el almacenamiento de grandes cantidades de ciertas materias primas. Los senadores temen que estos grandes bancos se vean expuestos a riesgos significativos en estos mercados, aun sin violar la ley, y desestabilicen todo el sistema financiero por la especulación.
En septiembre de 2010, los precios del aluminio se dispararon, mientras que Goldman Sachs estaba almacenando aluminio con la ayuda del Deutsche Bank, un fondo de inversiones londinense, Red Kite Group, y una empresa comercial suiza, Glencore PLC. Los contratos entre Goldman Sachs y sus socios han mantenido almacenadas muchas toneladas de aluminio para especular con los precios. La escasez de aluminio provocó un alargamiento del período requerido para la entrega de metal a la industria desde 20 días a 4 meses.
Legalmente los bancos estadounidenses pueden acumular productos básicos en cantidades equivalentes al 5% de sus fondos propios. Pero la investigación del Senado, sin embargo, reveló que JP Morgan Chase en 2012 superó con creces ese límite. Para ocultar el alcance de sus inventarios de cobre, por ejemplo, el banco transfirió a una empresa subsidiaria sus activos. También habría clasificado esta cobre para uso industrial como "metal precioso" con el fin de escapar de la regla del 5%. Morgan Stanley se convirtió en titular de una instalación de almacenamiento de 55 millones de barriles de petróleo, que es el consumo de tres días de todos los Estados Unidos.
Es cierto que durante al menos dos años los bancos involucrados en esta investigación han reducido significativamente sus operaciones en los mercados de materias primas. JP Morgan Chase a la vez controlaba la producción de electricidad de de 31 centrales eléctricas, incluyendo 18 en California. En 2014 ese número se había reducido a 3, pero el banco tuvo que pagar 410 millones dólares en multas el año 2013 por la manipulación de los mercados de la electricidad en California y en Michigan.
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