Hefei es la capital de la provincia china de Anhui. Está situada a 15 km al norte del lago Chao y a unos 130 km al oeste de Nankín. Su población era de unos 9.3 millones el año 2000. La ciudad dispone de siete universidades. En esta moderna ciudad de amplias avenidas salpicadas de edificios de oficinas y parques ajardinados las líneas de metro se multiplican paulatinamente. El Gobierno local ha invertido ingentes sumas de dinero desde 2008 en empresas de pantallas de LCD, chips y vehículos eléctricos. De sus fábricas ultramodernas salen cientos de miles de automóviles eléctricos y paneles solares. Hefei y las ciudades cercanas se han convertido en un gran centro de fabricación de vehículos eléctricos, y su producción total de automóviles casi se ha triplicado desde 2019, superando en la actualidad a la de Michigan, por poner un ejemplo. A lo largo de dos décadas, Hefei se ha transformado gracias al apoyo del gobierno municipal en empresas como BOE Technology Group, un fabricante de pantallas planas, y Nio, un fabricante de coches eléctricos. Cuando Nio casi se quedó sin efectivo en 2020, el gobierno de Hefei invirtió mil millones de dólares, consiguiendo una participación del 24 por ciento en su capital y otras fuentes de financiación estatales aseguraron otros 1.600 millones de dólares.
Hefei se encuentra en la cima de varias cadenas de suministro industriales. Una quinta parte de las pantallas de cristal líquido para electrónica de consumo del mundo se fabrican en Hefei. También se fabrican allí muchos ordenadores portátiles Lenovo. En Hefei se produce una décima parte de los electrodomésticos de China. El gobierno de la ciudad ha proporcionado 2.000 millones de dólares de los 2.500 millones de dólares necesarios para construir las primeras fábricas de China en donde se producirá un tipo avanzado de chips de memoria para ordenadores.
La producción de automóviles eléctricos de Hefei se cuadruplicó el año pasado, y esa cifra aumentará aún más este año a medida que Volkswagen aumente la producción en una nueva fábrica gigante instalada en la ciudad. La fábrica de Volkswagen es un espacio diáfano y aséptico y sin apenas rastro de vida humana. La robotización alcanza el 96%. Cuentan con 1.129 robots Kuka, brazos mecánicos de fuerza descomunal y precisión milimétrica que fueron de propiedad alemana en otra era. En 2016, esta compañía fue adquirida por Midea, un gigante chino de los electrodomésticos, por 4.400 millones de euros. Era una de las compañías más punteras de Europa, y uno de los principales fabricantes de robots industriales del mundo. Un fabricante de baterías para automóviles eléctricos, propiedad en parte de VW, Gotion High-tech Company, también ha construido una fábrica en Hefei. Otros fabricantes de automóviles chinos les están siguiendo. BYD, que compite con Tesla por ser el mayor fabricante de coches eléctricos del mundo, casi ha terminado una fábrica de 5.600 millones de dólares con una capacidad prevista de 1,3 millones de coches al año.
Hefei debe gran parte de su éxito a una importante universidad de ingeniería. La mayoría de las mejores universidades de China están en Beijing o Shanghai. Pero los líderes de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China trasladaron la institución desde Beijing durante el caos de la Revolución Cultural de Mao, y terminó en Hefei, que estaba relativamente tranquila en 1970.
En Hefei también se encuentra la compañía iFlytek, dedicada al desarrollo de la inteligencia artificial. Para ilustrar a las visitas, un pequeño perro robot se pasea entre expositores en donde se muestra una pizarra inteligente llamada a transformar la educación, redes para la gestión del tráfico urbano desplegadas en un muro led y un brazo autómata que nunca pierde al Go, el milenario juego chino de tablero de estrategia. La compañía, fundada en 1999, ha cimentado su éxito sobre un sistema de interpretación simultánea, de uso extendido en China, que genera una traducción de forma casi instantánea a más de 80 lenguas. El año pasado, iFlytek lanzó Spark Desk, una IA concebida para competir con ChatGPT.
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