Estos proyectiles, una vez armados por Nexter en La Chapelle-Saint-Ursin (Cher), se pueden disparar a 42 kilómetros con 50 metros cuadrados de precisión. En las actuales circunstancias, cerca de Bourges, Nexter intenta acelerar su producción de proyectiles de gran calibre. Para atender parte de los pedidos europeos para Kiev y los del ejército francés, el fabricante se ha comprometido a aumentar su capacidad de producción en 2024 y duplicarla en 2025.
Una vez repleto de explosivos, el proyectil de calibre 155 milímetros podrá, a pesar de sus cincuenta kilos, soportar una velocidad de 900 metros por segundo y girar sobre sí mismo a 10.000 revoluciones por minuto, garantía de su estabilidad en vuelo. Estos son los proyectiles disparados, entre otros, por los cañones Caesar. La fábrica de Nexter Arrowtech en La Chapelle-Saint-Ursin (Cher), ocupa un emplazamiento de 222 hectáreas en donde unos 440 empleados fabrican municiones.
Según documentos del Pentágono, dados a conocer al público a principios de abril, las tropas ucranuanas han consumido más de 952.000 proyectiles de 155 milímetros en un año de combates. Y el ministro de defensa del país, Oleksii Reznikov, estima que necesitaría 250.000 más cada mes para aspirar a vencer a los rusos.
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