domingo, 14 de mayo de 2023

Pacifistas franceses

Desde el pasado otoño, en las grandes manifestaciones de protesta contra la reforma del sistema nacional de pensiones francés han aparecido eslóganes parecidos a: «El dinero para las pensiones, no para la guerra y el imperialismo».

La organización PRCF (Pôle de Renaissance Communiste en France), que aglutina a antiguos miembros del PCF y otras organizaciones comunistas, muy activa en la ofensiva sindical contra la reforma de las pensiones, ha añadido a sus lemas otros como estos: «La Alianza Atlántica y la Unión Europa son los principales enemigos de los pueblos y la paz mundial» o «Denunciamos la guerra de exterminio del imperialismo norteamericano contra Rusia y China».

Coincidiendo con la campaña contra la reforma de las pensiones, el PCF lanzó otra campaña, en los mercadillos de París y su periferia, defendiendo esta posición: «La guerra de Ucrania es la consecuencia del enfrentamiento de la OTAN contra Rusia. Nuestro pueblo quiere que nuestro dinero vaya a las pensiones y no a la guerra».

Al grupo de extrema izquierda, La Francia Insumisa (LFI), liderada por Jean-Luc Mélenchon, adopta una posición que dice «apoyar» al «pueblo ucraniano», pero rechaza el apoyo militar, sugiriendo una «solución negociada», y «exigiendo» la retirada de Francia de la Alianza Atlántica, para defender «nuestra independencia estratégica».

Esa oposición «equidistante» es compartida por la extrema derecha de Éric Zemmour, presidente de Reconquête, partido que se sitúa a la derecha del partido de Marine Le Pen. Antes de la invasión de Ucrania, Zemmour llegó a declarar que soñaba con «la aparición de un Vladímir Putin para Francia«. Tras el inicio de la guerra  ha »matizado« sus posiciones, criticando el envío de ayuda militar a Ucrania, ya que, a su modo de ver, »de ese modo ponemos en peligro la independencia nacional y el futuro de nuestros ejércitos«.

En cuanto a la extrema derecha tradicional, pudiera ser que ciertos banqueros rusos cercanos a Putin financiasen varias campañas electorales de Marine Le Pen. Durante las presidenciales del año pasado, fue Emmanuel Macron quien insistió en el apoyo del dirigente ruso a la líder francesa: «Señora, usted está financiada por Putin». En todas las manifestaciones de apoyo a Ucrania siempre están presentes pancartas denunciando la «amistad» entre Putin y Le Pen.

Marine Le Pen declaró a mediados de abril: «Si Ucrania gana la guerra, ese triunfo será el comienzo de la Tercera Guerra Mundial». Hecha esa «advertencia», Le Pen da un matiz populista a su discurso, asegurando que «nosotros defendemos a los pobres, los obreros, que quieren mejores pensiones y menos dinero para la guerra». A juicio de Le Pen y otras personalidades, el comportamiento de los EE.UU., la UE y Francia, en particular, apoyando militarmente a Ucrania, «impide» iniciar un «proceso de paz».

En esa misma línea, Ségolène Royal, exministra socialista de François Mitterrand y madre de los cuatro hijos de François Hollande, expresidente socialista, llegó a declarar, en su día: «Yo no niego los crímenes de guerra, cometidos por unos y otros, pero el envío de armas a Ucrania impide iniciar un proceso de paz».

Otra personalidad política de muy primer plano, François Fillon, ex primer ministro de Nicolas Sarkozy, presidente conservador, ha sido interrogado en el Senado, para que intente explicar sus relaciones empresariales con empresas rusas. Fillon se limitó a insistir en la «claridad» y «legalidad» de su contratos y relaciones personales, en Moscú, para justificar su comportamiento con esta frase: «Si quiero vender paté o chicarrones, en Moscú, pues los vendo y santas pascuas».

El semanario 'Le Point' ha publicado un documento informativo de más de cien páginas, titulado 'Rusia. Los secretos de un imperio en guerra'. En ese informe se destaca un trabajo titulado «Esos franceses que defienden a Moscú», citando a sociólogos eminentes, como Emmanuel Todd, o exministros de prestigio, como Luc Ferry. Entre esas personalidades eminentes destaca Hélène Carrère d'Encausse, especialista emérita en la historia de Rusia, que días antes de la invasión de Ucrania, declaró: «Los rusos no quieren romper con Europa» ( ... ) «Putin no tiene la intención de invadir Ucrania. Rusia perdería mucho».

Tras un año largo de guerra, Carrère d'Encausse no se ha desdicho de aquella primera sentencia, para adoptar una posición «equidistante»: «Creo que hay una suerte de testarudez por ambas partes» (... ) «No entiendo la obstinación de los ucranianos». En unas declaraciones a la cadena pública del Senado, la secretaria perpetua de la Academia francesa resumió su posición de fondo de este modo: «Vladímir Putin no desea restaurar un imperio. Quiere recobrar para Rusia su antigua potencia. La historia de Rusia está ligada a un deseo de extensión. Por una razón muy simple: no tiene fronteras naturales. Desde los mongoles, los rusos han deseado siempre ganar terreno, alejar cualquier peligro y ser el país más grande del mundo».









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