Dámaso Merino Villarino
Boletín de medicina, cirugía y farmacia, 21 de mayo de 1848
El Globo, Madrid, 22 de noviembre de 1902.
SESIÓN EN EL COLEGIO FARMACÉUTICO
Anoche reuniose el Colegio de Farmacéuticos de Madrid para celebrar el hecho de cumplirse ayer ciento sesenta y cinco años do su fundación, y dar cuenta con esté motivo de los trabajos realizados por la Corporación durante el año actual y leer al mismo tiempo la biografía de un farmacéutico ilustre, cumpliendo con las disposiciones de sus antiguos Estatutos, que disponen enaltecer las glorias de los individuos que oon sus obras y su talento enaltecieron la profesión.
Este año, según acuerdo tomado en otra sesión, correspondía al digno presidente del Colegio, doctor D. Germán Ortega, hablar de aquel ilustre leonés, gloria de la ciencia y de la industria española, uno de los pocos hombres que en medio de un país privado de todo ambiente industrial iniciara en su patria, León, un fecundo resurgir de iniciativas, que compitieron en su clase con lo que hacían países más adelantados.
Cumpliendo con nuestro deber de cronistas, dejamos la palabro al Sr. Ortega, que con verdadera fidelidad traza la figura de aquel eminente patricio.
En cumplimiento de un precepto reglamentario, fui designado para escribir al elogio histórico del señor MERINO, y no ciertamente porque mis antecedentes literarios ni mis conocimientos pudieran ser garantía que permitiese esperar un trabajo acabado y digno de los relevantes méritos de nuestro llorado amigo.
Hijo del ilustrado y laborioso farmacéutico leonés D. Gregorio Felipe Merino, nació en León el 11 de Diciembre de 1827, coincidiendo el natalicio de nuestro biografiado con la apertura de la oficina de farmacia que instaló en la ciudad citada su señor padre, establecimiento éste que, por el crédito que supo darle D. Gregorio Felipe con su asiduidad y su celo, mereció desde luego la confianza del vecindario y sirvió de bien cimentada base para el desenvolvimiento que, con la cooperación inteligente del hijo, tuvieron la oficina primero, el laboratorio farmacéutico y el comercio de droguería después, para lograr bien pronto, y como resultado de los esfuerzos bien dirigidos de ambos profesores, traspasar los limites de la ciudad, obtener el éxito más feliz en la provincia y extenderse más tarde a la Península toda y aun al extranjero.
Pasó a la Universidad de Madrid en 1844, y estudio hasta el 48 los cinco años que exigía al reglamento para obtener el titulo de bachiller en la Facultad de Farmacia. En dicho último año, y obteniendo el diploma correspondiente, se matriculó para seguir los dos años de práctica que prevenía la Real orden de 1 de Octubre de 1846, bajo la dirección de D. Gregorio Felipe Merino (su padre), y a su lado practicó el tiempo reglamentario.
En Mayo de 1850 volvió a Madrid y recibió la investidura de licenciado el 30 del mismo mes, terminando los estudios de Farmacia.
La importancia que ya entonces tenia la farmacia de su padre, el deseo de adquirir mayores conocimientos en el terreno práctico de la profesión en países más adelantados que el nuestro y los consejos de sus maestros, que veían en él una esperanza para la ciencia farmacéutica, moviéronle a visitar las principales farmacias y fábricas de productos químicos y farmacéuticos de España y del extranjero, emprendiendo una serie de viajes por Francia, Suiza y Bélgica, donde estudió detenidamente las industrias química y farmacéutica, entrando en relaciones con las personalidades más salientes de aquellos países, las cuales supieron hacer justicia a sus méritos y le honraron con una sincera amistad.
Al regresar de estos viajes, que tan provechosos habían de serle, quiso utilizar las enseñanzas recibidas, y consiguió de su padre que le consintiera la instalación de una droguería, dedicándose a la vez a la práctica de la farmacia y al desarrollo de la química industrial.
A la muerte de su padre, en 1882, encargose de la dirección de la casa, y desde esa fecha comienza el desarrollo de sus poderosas iniciativas.
Animado por el éxito obtenido en los primeros años y convencido de que lo que en otros países se hacía, podía conseguirse en León en condiciones más ventajosas, continuó con más energía el desarrollo de sus planes, y como si pretendiera dar una prueba más de su cariño a la profesión, principió por ampliar y reformar la oficina, hasta convertirla en una de las mejores de España y aun del extranjero.
Pertrechado con los conocimientos adquiridos en las aulas y los que acumuló en sus viajes de estudio, lleno de fe y entusiasmo, acometió la fabricación en grande escala, viendo bien pronto coronados por el éxito sus esfuerzos.
Sus iniciativas no tenían limite; su privilegiada inteligencia y variadas aptitudes le permitieron ocuparse de asuntos muy diversos.
Educado en la época más turbulenta que hemos atravesado durante el pasado siglo, era difícil sustraerse a las pasiones que dominaban a todos los españoles, y tomó parte activa en la política.
Afiliado al partido liberal desde muy joven, liberal fue.
Cediendo a los ruegos de la amistad, más que a los impulsos de su deseo, desempeñó sucesivamente y con honrada independencia los cargos de concejal de León y diputado provincial.
Fue elegido diputado a Cortes por León, y juró y tomó posesión el 24 de Junio de 1879. Elegido por segunda vez, juró al cargo el 17 de Octubre de 1881.
En las elecciones generales de 19 de Marzo de 1891 fue elegido senador del reino, representando también a la provincia de León.
Así, en 1856, apenas terminada su carrera, estableció en León una fabrica de fundición de hierro.
En 1861 formó sociedad con D. Diego Agustín Francombe, de Bristol, para la fabricación de toda clase de utensilios de uso doméstico y de maquinaria, ya de hierro fundido, ya de hierro dulce.
En 1874 y exuberante de capital, se dedicó a los negocios de Banca, y desde esa fecha siempre representó en León a la Compañía Arrendataria, para la administración de las rentas del Timbre, Tabacos y Giro mutuo.
En 1896, y cuando su último padecimiento le tenía inmóvil en un sillón, aún tuvo alientos para planear y organizar la Sociedad Minero-hullera leonesa, de la cual fue socio fundador y principal accionista.
Todas las clases de la sociedad lloraron su muerte, porque todas ellas perdieron mucho con la desaparición del hombre honrado, emprendedor y caritativo, cuyo nombre vivirá eternamente en la memoria de los que aman la ciencia y el trabajo.
La solemnidad celebrada anoche por el antiguo Colegio de Farmacéuticos de Madrid, donde se ha patentizado que la asociación espontánea y libre puede realizar obras de provecho para la Patria, terminó con lo adjudicación del premio ofrecido a un alumno de la Facultad de Farmacia, y que ha sido otorgado a D. Benigno Baquero, practicante de la farmacia regentada por el licenciado D. Ángel Durrifo.
Asistieron al acto, entre otras personas, que sentimos no recordar, los Sres. Ortega, Estévanez, Pérez Honrado, Torrecilla, Madariaga, Castro, Fernández del Villar, Benedicto, Escribano, Blas Manada, Castro, Pulido, Gómez Pamó, Arcas y director de La Farmacia Española.
HistoriaEl punto de arranque de la historia de la industria química y farmacéutica leonesa lo encontramos en el año 1827, cuando Gregorio Felipe Merino estableció su oficina de farmacia en la entonces calle Nueva, hoy Mariano Domínguez Berrueta. Este madrileño emprendedor hizo de su almacén-tienda de droguería y farmacia un lugar de referencia indiscutible para el suministro no sólo de la provincia, sino de otros enclaves de la geografía nacional, hasta el punto de que en 1855 se unió a su lujo Dámaso Merino para fundar la sociedad G.F. Merino e Hijo. Dámaso fue el real impulsor de la fábrica de productos químicos que, levantada en 1864 en el barrio de San Lorenzo, detrás de la Catedral, fundó una industria sin precedentes en la provincia.La firma G.F. Merino e Hijo presentó a la Exposición Regional Leonesa de 1876 una amplia variedad de productos procedentes de su fábrica, hasta el punto que la propuesta elevada a la cita con el progreso de las artes y las industrias leonesas fue suficiente para la edición de un catálogo independiente del oficial, del que se editó con motivo de la exposición. La industria química y farmacéutica leonesa fue merecedora de una Medalla de Oro. Su catálogo contenía varios cientos de productos diferenciados entre los químicos, los farmacéuticos, aplicados a las artes, especialidades propias, así como una colección de flores y plantas medicinales. La firma acudió también a la Exposición Farmacéutica Nacional que se celebró en 1882,Su hijo, Fernando Merino, también farmacéutico, heredó la pasión política y empresarial de su padre y la ejerció con mayor dedicación aún, hasta el punto de que a finales de 1898 da paso a una nueva sociedad, Plaza, Sanz y Cía., con otros tres socios: Mariano Sanz Hernández, Sabino Plaza Hernández y Justino Velasco Fernández. Un año más tarde tan sólo dos eran los socios y la sociedad paso a denominarse Plaza y Velasco. Con un capital social de 335.550 pesetas y como objeto la fabricación compraventa y elaboración de productos químicos y farmacéuticos, la sociedad Plaza y Velasco inicia una andadura que finalizará en 1903 cuando se convierte en sociedad anónima bajo la denominación Sociedad Leonesa de Productos Químicos
Esta nueva sociedad contaría con un capital de un millón y medio de pesetas en acciones de mil pesetas y doscientas mil en obligaciones nominales de mil pesetas. Dichas obligaciones fueron emitidas con objeto de implantar la fabricación de agua oxigenada electrolítica.
El primer Consejo de Administración de la Sociedad Leonesa de Productos Químicos estaba formada por Fernando Merino Villarino, director gerente; Joaquín Santamaría, vicepresidente; Sabino Plaza, secretario; y Manuel Diz y Leopoldo Cortinas como vocales.La Sociedad se dedicaba a la fabricación de varias especialidades farmacéuticas entre las cuales se encontraban las pastillas pectorales Merino, el Pneumógeno (antibacilar), el Hematol (reconstituyente), etc. y de productos químicos como el éter, cloroformo, alcohol, perborato, sales perioxidadas, extractos de plantas, etc. La Sociedad Leonesa de Productos Químicos registró entre 1907 y su desaparición diez patentes.
BÁLSAMO DE MALATS. Bulsamum Malats.Aceite de olivas ........................ Seis libras ............. 2.070 gramosFlores frescas de romero........... Tres onzas ............ 86 id.Id. id. de manzanilla. ................ Tres onzas ............ 86 id.Id. id. de cantueso. .................... Tres onzas ............ 86 id.Hojas secas de balsámica.......... Seis onzas ......... 173 id.Bálsamo del Perú liquido... ........ Tres onzas ,........ 86 id.Colóquense las flores y el aceite en una vasija de vidrio de boca ancha; tápese con un paño, y déjese expuesta al sol y al sereno desde mayo hasta octubre. En el mes de agosto añádanse las hojas de balsamina, y en el de setiembre el bálsamo peruviano. Cuélese después el producto; déjese clarificar por reposo, y distribúyase en frascos que deben quedar llenos y bien tapados.Acción terapéutica. — Cicatrizante y hemostático.BÁLSAMO OPODELDOCH. Balsamum Opodeldoch.Jabón animal................... Dos onzas.................. 58 gramosAlcanfor.......................... Onza y media............ 43 id.Amoniaco líquido........... Media onza................ 14 id.Esencia de romero.......... Tres dracmas.............. 11 id.Esencia de tomillo.......... Una dracma................ 4 id.Alcohol de 86º................ Diez y seis onzas,... 460 id.Disuélvanse las esencias en el alcohol, y destílese la solución en baño de maría hasta sequedad: póngase el producto destilado en un matraz, con el jabón raspado; caliéntese suavemente hasta que se disuelva; añádase entonces el alcanfor y en seguida el amoniaco; fíltrese en caliente, y recíbase en frascos pequeños de boca ancha, que se taparán con corchos envueltos en papel de estaño.Acción terapéutica.— Excitante y antiespasmódica.Uso extenso. — En fricción.
En cuanto a los Productos químicos y farmacéuticos, sección muy importante de la moderna industria, León ocupa el primer lugar en España, y aun compite ventajosamente con el extranjero: existen laboratorios de alguna nota en Hospital de Órbigo, Sahagún y Villafranca del Bierzo, pero el puesto de honor corresponde de derecho al establecimiento de los Sres. Plaza y Velasco, antes de G. F. Merino é Hijo, instalado en la capital.
Consta de dos partes: componen la primera la Farmacia, amplia, con su anaquelería de nogal tallado, formando veinticinco huecos a modo de arcos rebajados, con treinta y dos columnas, representando cada una de ellas una planta medicinal que se eleva desde la base a los capiteles y volutas, marcándose sus caracteres botánicos; el Almacén de drogas, gran patio interior, cubierto de cristales, con anaquelerías y mostradores, donde se despacha al detalle y se arreglan las remesas; y el Laboratorio pequeño, donde se prepara lo más indispensable para el servicio de la Farmacia y se analizan las sustancias que lo han de menester a la llegada de los géneros y antes de ser destinadas al despacho ó al almacén correspondiente.
La segunda, es decir, la Fábrica, se creó, dadas las especiales condiciones de la localidad y su provincia, con el pensamiento de no ser más tiempo tributarios del extranjero en aquellos artículos que constituyen el surtido general en todas las farmacias: la componen cinco edificios,el primero, contiene nueve hornillos fijos donde se asientan otras tantas calderas de cobre, bañado en porcelana, destinadas a la preparación de sales, evaporaciones, cristalizaciones, etc., y además, un horno de fundición de metales con dos alambiques colocados en sus extremos, el de cobre, para varios usos, y el de hierro, para la obtención del cloroformo: una caldera de vapor da el necesario para una batería de diez calderas donde hierven, evaporan y se rematan los extractos blandos y secos, así como más de cincuenta hornillos portátiles sostienen retortas, cápsulas, sublimatorias, etc. Las piedras de trociscar, el filtra-aceites calentado por agua ó vapor, a voluntad, el corta raíces, los esparadraperos, la máquina de taponar, variedad de morteros de mármol, hierro y metal, y algunos otros útiles, completan este taller en su parte baja: la alta está formada por la estufa de aire caliente.
El segundo edificio se compone de dos galerías que ocupan una superficie de 400 metros: ciento diez cubetas de madera sirven en él de lixiviadores de cenizas vegetales, cuyas aguas se evaporan en dos calderas, calentadas por hornillos separados, y á su lado están otras calderas de hierro fundido para la calcinación y remate del salino y carbonato potásico. Completan esta sección, la chimenea central rodeada de diferentes calderas con destino a la confección de emplastos, aceites cocidos, barnices, etc. y unos hornitos donde se colocan las cápsulas cuando deben producirse vapores nitrosos ó perjudiciales; el gran cilindro dispuesto para recibir el hidrógeno en la preparación del hierro reducido, y para la destilación de aceites pirogenados, ladrillo, cera, sucino, cuerno de ciervo, etc.; y el depósito de agua que se llena por medio de un pulsómetro, colocado al lado de la máquina de vapor, y que hace su distribución a los demás talleres por tuberías subterráneas.
Se compone de tres naves el tercero, la central, con armadura de hierro recubierta de cristales en su extensión, que es de 900 metros superficiales, contiene varios departamentos, como el de cajas de cartón y empaquetados, de carpintería con su máquina circular de sierra mecánica, de herrería para reparaciones, etc.: una máquina de vapor imprime movimiento a las máquinas fijas del ala izquierda, entre ellas, un mortero de hierro fundido destinado a la extinción del mercurio; una máquina molino de pinturas, dos molinos de hierro destinados, uno a cortezas y raíces, y otro a semillas y granos oleaginosos, donde la mostaza, las almendras, etc., son convertidas en polvo ó pasta, según se destinen para usos de farmacia ó para obtención de aceites; el aparato de concentración de líquidos en el vacío para fabricar extractos; la máquina de taladrar; la máquinade hacer píldoras; la prensa hidráulica, en la cual se obtienen todos los aceites por presión, y especialmente los de almendras, avellanas, nueces y linaza, de yema de huevo, laurel concreto y cacao. Contiene, además, dos grandes molinos, para nuez vómica el uno; dos tamices circulares mecánicos; un aparato destilador en grande escala, que recibe el vapor del generador por tubería de cobre; y otro aparato de rectificación, compuesto de una caldera cilíndrica con una serie de tubos y llaves, donde está el vapor, que se condensa de la manera ordinaria en un serpentín de estaño.
Los edificios cuarto y quinto consisten en dos hornos que funcionan separadamente, de galera, el uno, destinado a la calcinación de huesos, cuerno de ciervo y sulfuración de cobres viejos y baritas; y exclusivamente destinado el otro para carbonizar huesos. Con añadir que al frente de la Botica se halla un licenciado en Farmacia, auxiliado de tres dependientes; y que el personal de la Fábrica se compone, además del jefe, de treinta obreros inteligentes y bien retribuidos, podrá formarse idea aproximada de la importancia de este centro productor, honra de España, y más reputado y conocido, tal vez, en el extranjero que entre nosotros mismos.
Boletín oficial de la propiedad intelectual e industrial, 1904
Sociedad Leonesa de productos químicos. Una marca de fábrica. Productos químicos, farmacéuticos e industriales. 29 de Octubre. Núm. 11.000. Núm. 438 del «Boletín».
Fabricación de cloroformo
A continuación se puede ver un anuncio de la revista Farmacia Española del 9 de mayo de 1907.
El Liberal, Madrid, 7 de diciembre de 1909
Leonesa de productos químicos
La Sociedad leonesa de productos químicos, cuyo Consejo de Administración preside D. Fernando Merino, ha obtenido en la Exposición regional de Santiago premio de honor y medalla de oro.
Madrid científico, 1917, n.º 935
Las industrias en espera de auxilios del Estado.
- Se ha publicado en la Gaceta de 15 del pasado mes la relación de las peticiones formuladas, acogiéndose á la ley de protección a las industrias, de 2 de Marzo último. A la vez se hace presente que queda abierta información para que se aleguen por quienes lo deseen las observaciones ó reclamaciones oportunas.
D. Manuel Junquera y Guerra, gerente de la Sociedad Leonesa de Productos Químicos (núm. 28), solicita un anticipo para establecer la fabricación de algunos productos químicos que no se obtienen en España, como son las sales de cromo para tintes, colorantes y el oleum para pólvoras de guerra, así como la de superfosfato, cuya producción nacional no basta para el consumo del país, y las de seda artificial, celuloide y celulosa de paja, utilizables para la defensa nacional.
El Progreso agrícola y pecuario, 22 de octubre de 1917
D. Manuel Junquera, como Gerente de la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, solicita el auxilio de un préstamo por quince años, reintegrable por anualidades, para fabricar algunos productos químicos que no se obtienen en España
Madrid científico. 1919, n.º 997
Títulos eliminados de la cotización bursátil.—
La Junta Sindical de Agentes de la Bolsa de Madrid acordó eliminar de sus Boletines y dejar de admitir en su mercado los valores de buen número de Sociedades incursas en falta por no presentar desde hace más ó menos años las notas obligadas de anunció de pago de dividendos é intereses y demás signos de su normal desenvolvimiento. Las referidas Sociedades, entre las cuales algunas de ellas se habrán disuelto ó liquidado en ese tiempo de silencio documental, son las siguientes:
... Sociedad Leonesa de Productos Químicos, ...
El Sol, Madrid, 28 de junio de 1922
Readmisión de valores a la cotización oficial
La Junta Sindical de la Bolsa de Madrid ha acordado que se levanta la suspensión decretada respecto de la admisión a la cotización oficial de las 1.250 acciones al portador, de 1.000 pesetas nominales cada una, completamente liberadas, de la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, que volverán a figurar, en el "Boletín de la Cotización Oficial".
Madrid científico. 1926, n.º 1.160
Peticiones de auxilio al Estado.—
Peticionario: D. Fernando Merino Villarino, presidente de la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, domiciliada en León. Industria: Fabricación de perborato sódico. Auxilios solicitados: Exención de derechos arancelarles de importación durante cinco años para 200 toneladas de bióxido de bario 81/85 por 100.
Madrid científico. 1928, n.º 1.224
Peticiones de auxilio al Estado.—
Peticionario: D. Fernando Merino, Conde de Sagasta, como Presidente del Consejo de Administración de la «Sociedad Leonesa de Productos Químicos». Clase de industria: Fabricación de productos químicos y farmacéuticos. Auxilio solicitado: Préstamo de 500.000 pesetas. El préstamo de 500.000 pesetas, solicitado por D. Fernando Merino, Conde de Sagasta, es para fabricar agua oxigenada electrolítica al 30 por 100, perborato sódico y demás subproductos a base de aquéllas, que ha de hacerse con arreglo a patentes de introducción números 98.137 y 96.230.
Gutiérrez, Madrid, 19 de mayo de 1928
HOMBRE SE AGRADECE
Hemos recibido la siguiente carta:
"Laboratorio de G. F. Merino e Hijo, Sociedad Leonesa de Productos químicos, C. A. Oficina central: Madrid, Mariana Pineda, 5.
Madrid, 7 de mayo de 1928.
Señor Director de la Revista GUTIÉRREZ. — Madrid.
Muy señor mío: Asiduos lectores y entusiastas de GUTIÉRREZ todos los de esta casa, vemos con frecuencia en la gran Revista hebdomadaria de su digna dirección las fotografías de seres bigotudos y barbudos, y por si de alivio de tales señores pueden servir, con gusto les ofrezco, en nombre de esta casa, diez maquinitas de afeitar.
No tienen hoja, para evitar que las tachen de falsas, y, además, con esta primavera que disfrutamos es difícil que les broten...
El jabón, no queriendo ser tachados de aduladores dándoles lo que ustedes no necesitan, nos abstenemos de enviárselo; suponiendo además que el Conde E. de Borsalino conocerá alguna excelente receta para hacer crema de afeitar.
Aprovechando esta ocasión, se ofrece de usted personalmente y en nombre de esta Sociedad y Laboratorio, seguro s. q. e. s. m., El jefe de Publicidad, Ángel Aguilar."
Verdaderamente emocionados con el obsequio, esta mañana, a las diez, hemos procedido a afeitar al personal de Redacción y a nuestro pobre, pero honrado obrero, que ocupó la silla dando muestras de gran serenidad, que no perdió ni en sus últimos momentos. Después de ejecutado tan triste acto izamos la bandera blanca para que el público aglomerado en la calle se diera perfecta cuenta de que todo había terminado.
Las últimas palabras de nuestro pobre, pero honrado obrero fueron éstas: —¿Aónde me yevais, permasos? No se derramó ni una gota de sangre (pues en ese caso hubiéramos izado la bandera roja), lo que prueba la excelente calidad de las maquinitas, propaganda de las pastillas pectorales de G. Merino.
El Financiero, Madrid, 10 de agosto de 1928
13 de agosto.—Sociedad Leonesa de Productos Químicos.— Asamblea General Ordinaria, que se celebrará en su domicilio, Mariana Pineda, 5, Madrid, a las tres y media de la tarde.
Revista hispanoamericana de ciencias, letras y artes, 1 1929, n.º 69
Mundo gráfico, Madrid, 3 de diciembre de 1930
GRANDES INDUSTRIAS DE LA FARMACIA
LA SOCIEDAD LEONESA DE PRODUCTOS QUÍMICOS
Cuenta hoy la bella y hospitalaria capital leonesa con una de las más importantes industrias españolas, que goza de universal renombre.
No es otra que la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, fundada por uno de los hijos más ilustres de la capital castellana: don Gregorio Felipe Merino, hombre de gran cultura y de laboriosidad ejemplar, que, además de su título de abogado, consagró su existencia a los estudios de la Botánica, en los que adquirió tal competencia y dominio, que decidió hacerse farmacéutico, licenciándose a los treinta y dos años, dando con ello un gran ejemplo de vocación y laboriosidad.
En el año 1827 estableció su farmacia, dando comienzo, por vías de ensayos, a pequeñas fabricaciones y experimentos, hasta que arrastrado, por su gran espíritu emprendedor se unió a su hijo don Dámaso, fundando la Casa G. F. Merino é Hijo, que entre otros negocios continuó con mayor intensidad el de la fabricación de productos químicos farmacéuticos.
Próspero continuó el negocio, desarrollando una gran esfera de acción, hasta que en 1903 don Fernando Merino Villarino lo convirtió en Sociedad Anónima.
El señor Felipe Merino inició su industria con escaso capital, salvando obstáculos y dificultades con su innegable talento, su fe, su constancia y sus grandes dotes organizadoras.
Actualmente, el capital asciende a millón y medio de pesetas, en acciones de mil; y doscientas mil en obligaciones nominales de mil pesetas.
Dichas obligaciones fueron emitidas con objeto de implantar la fabricación de agua oxigenada electrolítica a 100 volúmenes, poniéndose con tal motivo en circulación las 2.500 acciones que quedaban en cartera, y se emitieron 250 obligaciones.
El Heraldo de Madrid, 4 de marzo de 1932
Sociedad Leonesa de Productos Químicos
De acuerdo con los artículos 16 y 17 de los estatutos de esta Sociedad se convoca a junta general extraordinaria de accionistas para el 19 del corriente, hora de las once de la mañana, y en su domicilio social, calle de San Lorenzo, número 6, para tratar de la modificación de los estatutos, emisión de obligaciones hipotecarías y ampliación de capital.
León, 2 de marzo de 1932. — Por acuerdo del Consejo de Administración, el director gerente, B. Larraz.
Revista hispanoamericana de ciencias, letras y artes, 12 1932, n.º 116
El Financiero, Madrid, 20 de enero de 1933
Liquidación de la Sociedad Leonesa de Productos Químicos.
—Habiendo suspendido pagos la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, se convoca a junta general extraordinaria para tratar de esto y de la disolución y liquidación de la Empresa.
Boletín oficial de la provincia de León: Num. 21, 24 de enero de 1933
ANUNCIO PARTICULAR
En la Notaría de D. José González Palomino, Plaza de San Marcelo, 9, en la ciudad de León, a las trece horas del día 27 de Enero de 1933, se celebrará subasta para la enajenación de los bienes que se indicarán a continuación, propiedad de la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, dados en prenda al Banco Central en garantía de un crédito de setenta y cinco mil quinientas setenta y dos pesetas con ochenta céntimos, según contrato celebrado por las representaciones de ambas partes, con la intervención del Agente de Cambio y Bolsa de Madrid, don Joaquín Ruiz Carrera, el 20 de Septiembre de 1932.
Los bienes pignorados, son los siguientes:
A) El hilo de platino soldado en trozos de centímetro y medio a dos centímetros en los rollos y cinta que va sobre estos puntos en los cubos electrolíticos, existentes en la fábrica que dicha Sociedad tiene en León. De dicho hilo de platino se nombró depositario a D. Sebastián de la Torre y Arredondo.
B) La totalidad de los productos, especialidades farmacéuticas, instrumental quirúrgico, anaquelerías, muebles e instalaciones de todas clases, existentes en la «Farmacia Merino», sita en la calle de Fernando Merino, de la ciudad de León.
De todo ello nombraron depositario, las dos partes contratantes, de mutuo acuerdo, a D. Pío Cobos del Valle, vecino de León.
Esta subasta que se celebrará con el carácter de segunda, por falta de consignación del rematante de la primera, D. Justino Martínez Morán, en el plazo en que se condicionó su adjudicación, ha de verificarse con arreglo a las siguientes condiciones:
Se admitirán las posturas formuladas libremente sin sujeción a tipo, por término de quince minutos desde que se abra la licitación. Los postores habrán de entregar en el momento de formular sus proposiciones, para ser estas admitidas el cinco por ciento del importe de las mismas que quedará afecto, en cuanto a la postura superior a cuyo postor se adjudiquen los bienes pignorados al coste de los gastos que se ocasionen por el incumplimiento de las condiciones del remate. El resto del precio ofrecido por el que resultare adjudicatario habrá de consignarse en la Notaría en el acto o dentro de las veinticuatro horas siguientes al término del plazo de la licitación. Serán de cuenta del adjudicatario^ todos los gastos que se ocasionaren o hayan ocasionado por la venta de los bienes en las subastas incluso los de publicación de anuncios en el BOLETÍN OFICIAL y requerimientos y citaciones a la Entidad deudora.
León, 23 de Enero de 1933.—Por el Banco Central, El Director de la Sucursal de León. P. P.—44.
BOPL 11 de mayo de 1933
Cédula de notificación
En los autos que se tramitan en el Tribunal Industrial número uno de esta capital a instancia de José Marban Gregory, contra la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, sobre salarios, se dictó la sentencia que contiene el encabezamiento y parte dispositiva que son como sigue.
«Sentencia. — En Madrid a dieciocho de Abril de mil novecientos treinta y tres, habiendo visto, con intervención del Jurado, yo D. Antonio Bailén Lozano, Juez Presidente del Tribunal Industrial número uno de la misma, los precedentes autos, seguidos entre partes de la una y como demandante José Marban Gregory, mayor de edad, casado, empleado y de esta vecindad, y de la otra y como demandada la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, en rebeldía de la que se ha celebrado el juicio, sobre reclamación de salarios.
Fallo: Que debo condenar y condeno a la Sociedad Leonesa de Productos Químicos a que pague al demandante D. José Marban Gregory, dos mil trescientas cincuenta y cinco pesetas por salarios devengados, asignación de teléfono y gastos de oficina, declarando la incompetencia del Tribunal Industrial por razón de la materia para conocer de la reclamación por despido, cuyo conocimiento compete al Jurado Mixto del Comercio en su sección correspondiente.
Se advierte a las partes que contra esta sentencia pueden preparar recurso de casación para ante el Tribunal Supremo dentro de diez días contados desde el siguiente al en que la misma les sea notificada,
Notifíquese a la Sociedad demandada por su rebeldía en estrados del tribunal e insertando la cabeza y parte dispositiva de esta sentencia en el Boletín Oficial de la provincia. — Lo pronuncio mando y firmo, — Antonio Bailén».
Y para su inserción en el Boletín Oficial de la provincia, y sirva de notificación a la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, expido la presente que firmo en Madrid a veinte y dos de Abril de mil novecientos treinta y tres. — El Secretario, P, Álvarez.
Pastillas pectorales de G. E: Merino e hijo
En la actualidad en la Farmacia Merino se conserva un cartel publicitario con el eslogan: “TOS, desaparece con las pastillas pectorales de G.F. Merino e Hijo”. Los botes de lata serigrafiados que contenían las pastillas en 1923 indicaban que de su fórmula formaban parte el liquen, malvavisco, codeína y dionina. En ese año el Director técnico del laboratorio era Francisco Alonso Luengo y el bote de pastillas se vendía a un precio de una peseta. Enrollado en el interior del tubo de lata también venía un cromo coleccionable de las diferentes provincias españolas.
A continuación se puede ver el cromo correspondiente a Guadalajara en el que aparece el retrato de Casto Plasencia, pintor nacido en el pueblo de Cañizar en 1846 y muerto en Madrid en 1890.
A continuación se pueden ver otros cromos y anuncios.
Anuncio de 1911.
Anuncio de 1925.
Anuncio de 1926.
Anuncios de 1928.
Anuncio de 1929.
Fernando Merino Villarino
La campaña se desarrolló en la prensa política, y adquirió una intensidad desconocida en León, en especial en los distritos de La Vecilla y Valencia de Don Juan, donde los conservadores a pesar de contar con todos los instrumentos legales no logran contrarrestar el entramado caciquil creado por Alonso Castrillo y Fernando Merino. Ya antes de la publicación del decreto de convocatoria los periódicos de uno y otro bando habían mantenido arduas polémicas en tomo a los futuros candidatos, con acusaciones y descalificaciones personales. La polémica subió de tono cuando la campaña se puso en marcha. La Estafeta de León llama a su colega liberal «papelucho fusionista preocupado sólo de meter ruido en favor de la candidatura de Merino y Compañía». El Alcázar contesta acusando a La Estafeta de ser «papelucho de la mesticería» que procedente del carlismo se incorporó al partido conservador”.La campaña se radicaliza con la difusión de falsos rumores y descalificaciones de los candidatos, en un intento de sembrar el desconcierto entre el electorado de los pueblos de la montaña y de la tierra llana, poco acostumbrados a estas maniobras políticas. Tanto La Estafeta como El Alcázar se dedican por completo a la campaña electoral en apoyo de sus respectivos candidatos, y de forma singular de los líderes de los comités dinásticos locales (Molleda y Merino), que se disputan el distrito de La Vecilla. Uno de los dos se quedará sin acta de diputado en esta elección.La proclamación de candidatos correspondía a la Junta Provincial del Censo Electoral, que en su sesión del 25 de enero de 1891 procedió a designar interventores y suplentes conforme a la Ley Electoral de 26 de junio de 1890 (art. 38), que se aplicó por primera vez en esta convocatoria. Para nombrar interventores todos los candidatos se acogieron a su condición de ex diputados o ex senadores (art. 37 1º), salvo los cuatro que no reunían esa condición. Manuel Luengo Prieto (Astorga) se acogió a la cláusula de haber obtenido la quinta parte de los votos en elecciones anteriores (art. 37.2º), y los noveles Fernando Merino (La Vecilla), Leopoldo Afaba (La Bañeza) y Gabino Martínez (Valencia de Don Juan) fueron avalados por listas de electores (art. 37.4º).El Gobierno presentó candidatos en ocho de las nueve demarcaciones electorales de la provincia. Únicamente respetó el distrito de la capital, que desde 1886 representaba el republicano moderado Gumersindo de Azcárate. Conservadores y liberales renuncian desde esta convocatoria a presentar candidatos propios en la capital «para no estorbar la elección de Azcárate», que fue diputado perpetuo por León hasta 1916, con la excepción del periodo 96-98 que los republicanos volvieron al retraimientoelectoral.Las candidaturas ministeriales aparecen publicadas en La Estafeta en primera página desde el 14 de enero, lo que demuestra que hasta esa fecha no estaban definidas en todos los distritos, sobre todo en Villafranca del Bierzo, donde el diputado saliente Joaquín Caro Álvarez de Toledo, conde de Peña Ramiro, se resistía a retirarse en favor del cunero ministerial marqués de Peñafiel”. Quería a cambio garantías de su inclusión en la candidatura ministerial al Senado. Aunque en un primer momento quedó fuera, luego ocupó la vacante de Joaquín del Pino. Idénticas fricciones se dieron en el distrito de Valencia de Don Juan donde se disputan la aureola ministerial José Campillo Rodríguez y Gabino Martínez Alonso. Este último consiguió finalmente la nominación de candidato adicto. El Alcázar inserta anuncios con las candidaturas liberales desde el 20 de enero, cuando Álvaro Saavedra ya se ha retirado de la lucha en Villafranca del Bierzo.En las candidaturas ministeriales figuran nombres relevantes del partido conservador. Entre ellos el subsecretario de la Gobernación, Eduardo Dato Iradier, de la fracción silvelista, que aterrizó en el distrito de Murias de Paredes en 1884 de candidato adicto cunero y se mantuvo hasta 1915, en que cansado de los «alfilerazos merinistas» optó por el distrito de Vitoria. Hay también otros candidatos ministeriales de prestigio. Antonio Molleda Melcón, director general de los Registros con Fernández Villaverde en el Ministerio de Gracia y Justicia, que había sido ya diputado adicto por Sahagún en 1884 y de oposición por La Vecilla en 1886, y que aspiraba a repetir triunfo esta vez bajo el manto ministerial.Los liberales, ahora en la oposición, respetaron el turno de gobierno, y sólo acudieron a la lucha en los cuatro distritos con mayores posibilidades de éxito por el prestigio y arraigo de sus candidatos. Fernando Merino, en La Vecilla, y Alonso Castrillo, en Valencia de Don Juan, serán sus principales bazas. Merino pertenecía a una familia notable de la oligarquía local, y toda su experiencia política se reduce a dos años de diputado provincial por La Vecilla-Riaño. Alonso Castrillo, de origen más modesto, gozaba de gran prestigio personal en su distrito, donde se había creado su propio espacio político merced a los beneficios y favores que su influencia en Madrid le permitía dispensar a sus amigos. Además, conocía la maquinaria administrativa del Estado por haber ocupado altos cargos en los ministerios de la Gobernación y de Hacienda, méritos importantes para identificarse con el distrito. A partir de esta elección Merino y Alonso Castrillo adquieren el rango de intocables en sus distritos, como Dato y Azcárate.La campaña, allí donde hubo lucha real, resultó muy movida e intensa y así lo refleja la prensa de la época. La Estafeta y El Alcázar, cada uno desde su propio bando, se encargaron de azuzar la campaña y de movilizar al electorado, en su mayoría rural y disperso en infinidad de pueblos y aldeas. No se conserva la colección del año 1891 del periódico republicano El Porvenir de León, que hubiera aportado un nuevo enfoque de la campaña. No obstante, se puede aventurar que El Porvenir, como hizo en la campaña de 1886, insistiría en la denuncia de los vicios y corruptelas de sistema caciquil y en la defensa de la pureza del sufragio. Los distritos de La Vecilla y Valencia de Don Juan acaparan cl interés y a ellos se dedica la mayor parte de los contenidos de la campaña.La Estafeta desde los primeros días de enero, cuando se confirma que Merino disputará el distrito de La Vecilla a Molleda, intensifica sus polémicas con El Alcázar en un intercambio de acusaciones que acabará en los tribunales, Merino difundió el rumor de que Molleda se retiraba de la lucha, extremo éste que el candidato ministerial tendrá que desmentir en el manifiesto enviado desde Madrid a sus electores, que publica La Estafeta el 10 enero. Los molledistas contraatacaron acusando a Merino de sobornar a los electores y de trasladar un vagón de grano desde la capital a una localidad del distrito coincidiendo con las elecciones.La campaña donde hubo lucha se desarrolló dentro de los cánones estrictos del régimen caciquil, con presencia de los candidatos, que recorren los pueblos en compañía de amigos y agentes electorales. El raquitismo de la campaña y la superación de las fronteras partidistas así lo confirman. No hay acto electoral alguno con oradores y asistencia multitudinaria, Sólo merecería tal calificativo la acostumbrada conferencia que Azcárate pronunció en el Teatro Principal de León el último jueves de diciembre para exponer ante sus electores su actuación en las pasadas Cortes. Los dos periódicos dinásticos de la capital informan del acto en su sección local. Para El Alcázar la intervención de Azcárate, que no necesita hacer campaña porque carece de rival, no merece más que una simple reseña aséptica y sin carga electoral alguna.La Estafeta concede mayor relevancia a la intervención de Azcárate, y resalta que atacó por igual a fusionistas y conservadores y reclamó libertad de imprenta, derecho de asociación y sinceridad electoral, tres ejes de la dilatada vida parlamentaria de Azcárate, que siempre consideró accidentales las formas de Gobierno. La Estafeta deja claro de antemano que los conservadores también le van a votar, aunque le recomienda que controle su defensa del librecambio: «Si el señor Azcárate no quiere perder el distrito le rogamos que guarde sus desahogos librecambistas para el Círculo de la Unión Mercantil de Madrid, porque aquí no se acepta»,La microcampaña de Azcárate resulta excesiva si se compara con los demás candidatos sin rival. Los tres ministeriales y cuneros. En la prensa no aparece referencia alguna de la presencia de Dato, de Cortezo y del marqués de Peñafiel durante la campaña. Es de suponer que ni siquiera viajaron a sus distritos para reunirse con sus comités de electores y prometer favores y servicios a los pueblos. Movilizar a los electores hasta las urnas será el trabajo de los muñidores y la confirmación del buen funcionamiento del sistema caciquil.Merino promete acabar con el caciquismo molledista y con las arbitrariedades e injusticias que cada día se cometen en el distrito de La Vecilla. Molleda acusa a Merino de implantar la corrupción y el soborno para ganarse la voluntad del distrito. Alonso Castrillo se declara amigo personal de Sagasta y benefactor del distrito con carreteras, ferrocarriles y otros servicios. Martínez Alonso, carente de otros méritos, se conforma con pregonar su aval del Gobierno de Cánovas. En La Bañeza la lucha se presenta desigual entre el gubernamental Casado Mata y el reformista Leopoldo Afaba, que buscará apoyos entre liberales y republicanos. El comité liberal-conservador del distrito, en circular remitida a sus amigos, ofrece su apoyo a Casado Mata, por ser «persona versada en los negocios públicos», que ha desempeñado altos cargos en la Administración y ha sido ya varias veces diputado por el distrito. Además es hijo del país y goza de conocido arraigo y vecindad en el mismo.Desde que Cánovas obtuvo —«arrancó» en la jerga política de la época— el 29 de diciembre de 1890 el decreto de disolución de Cortes, los periódicos locales no ocultan que la auténtica batalla electoral tendrá por escenario el distrito de La Vecilla, que se disputan el director general de Registros, Antonio Molleda, y Fernando Merino, un joven farmacéutico hijo del presidente del comité liberal-dinástico provincial. Molleda es ya un político experimentado, con más de veinte años de vida política a sus espaldas, dos veces diputado a Cortes, con fama de orador y polemista y con nombre propio en las filas canovistas de Madrid. Merino cuenta tan solo con una mínima experiencia política de diputado provincial desde 1889 e inicia estos años su meteórica carrera política en Madrid de la mano de su suegro Sagasta.La campaña se desarrolló en un clima de insultos y acusaciones mutuas con polémicas enfervorizadas entre La Estafeta y El Alcázar, llegando incluso los redactores a dilucidar sus diferencias en el campo del honor. Los dos periódicos ocupaban el mismo inmueble en la plaza de la catedral. La Estafeta acusó a Merino de ser masón —lo que le situaba fuera de la iglesia católica y le restaba todas las posibilidades de triunfo en un distrito en el que el peso del clero siempre fue decisivo— y de conquistar a los electores con dinero y favores. Los primeros días de la campaña el órgano molledista dio la voz de alarma: «¡Alerta electores de La Vecilla! El dadivoso D. Fernandito ya está haciendo su política. Acaban de llegar dos vagones de grano de centeno a una de las estaciones de aquel distrito. El objeto de esta medida es el convertir a aquellos electores en merinos para después apartar los borregos que quieran hacer un diputado de los de sí y no»,El soborno y la compra de votos se convierten en referente constante de la campaña y el propio Molleda, sin duda con menos caudales que Merino, lo denuncia en su manifiesto electoral, Mediada la campaña La Estafeta vuelve al asunto del soborno y se refiere al candidato liberal como «el benjamín de los Merino que va a conquistar electores con cebada». Días después insiste en su denuncia y coloca a Merino entre «los santones de la política del bacalao y la cebada».Desde los periódicos se habla de multas, de profusión de delegados gubernativos con amplias atribuciones, de suspensión de ayuntamientos, de amenazas de traslados y cesantías de empleados públicos y demás instrumentos legales que el Gobierno pone en juego para asegurarse el triunfo. Y también de sobornos, compra de votos y falseamiento de la voluntad popular. Se recogen en una letrilla cantada en los pueblos de la comarca de Gordón. «No queremos diputado / que tenga tanto dinero, / pues llegan las elecciones / y nos harta de centeno. No queremos a Merino, / porque somos de Molleda. / No te queremos el vino / ni que nos pagues las deudas»,En este clima de acusaciones y de miserias El Alcázar llega a comparar a Molleda con los antiguos señores de horca y cuchillo, «Un candidato blando de apellido, / se quería marchar y no ha podido / a causa de la nieve, que no queda / nada que no esté en contra de Molleda. / Ese famoso director que tiene / seguro el sueldo cuando aquí se viene, / vulgar protagonista de comedia / y moderno señor de horca y cuchillo, / ¡que va a salir por pies de La Vecilla / si Dios una vez más no lo remedia!»,La campaña fue muy violenta. En algunos pueblos del valle de Fenar recibieron a los agentes electorales merinistas a pedradas y les cerraron las puertas de sus casas. Lo mismo sucedió en Siero de la Reina, según señala el órgano molledista. El propio Merino fue recibido con cencerradas en Riaño, La Robla y Boca de Huérgano.Tanto Molleda como Merino cuentan con sus propios agentes y muñidores electorales en el distrito. Para Merino trabaja el abogado y ex diputado provincial Juan Francisco Pérez de Balbuena, que antes había sido molledista, y que firmaba sus crónicas de campaña desde Riaño en la sección «Cartas a El Alcázar». Su antigua militancia molledista movió a La Estafeta a llamarle el «renegado de Escaro» (su pueblo natal), y a referirse a él siempre en tono despectivo: «Ese infeliz señor que en medio de su desesperación lanza rayos y centellas contra el partido conservador y contra la redacción de La Estafeta». Había sido juez municipal de Riaño, cesado por Molleda dos meses antes de las elecciones, y fue un apoyo decisivo para Merino en los pueblos del alto Esla, donde el carlismo estaba muy implantado y gozaba del favor de los párrocos. En la caravana merinista que recorre los pueblos figuran también los diputados provinciales de la zona Manuel Oria Ruiz y Manuel Gutiérrez Fontún, director de El Alcázar.Los conservadores contaban con una fuerte implantación en el distrito en esta época, y Molleda, a pesar de la dura campaña de El Alcázar. jamás pensó que peligrase su acta. Recorrió el distrito acompañado de sus amigos (el contratista Manuel Díez Canseco, los diputados provinciales Bustamante y Garrido) y movilizó a sus agentes repartidos por todas las zonas de esta amplia y montañosa comarca leonesa. Entre ellos estaban el cura de Burón, el médico de Boñar Félix del Barrio Liébana y el ex cabecillacarlista de La Pola de Gordón Manuel González Arias Gordito.La conexión de Molleda con los antiguos carlistas del distrito fue utilizada por El Alcázar para calificar de «mestizos» a los molledistas y a su periódico de campaña. En sus visitas a los pueblos Molleda se reunía con alcaldes, secretarios, jueces, párrocos, médicos y boticarios. En la zona de Gordón Molleda encargó la dirección de sus asuntos electorales al médico Julián Álvarez Miranda, y con él visitó los pueblos del Bernesga, los más proclives a Merino y que finalmente inclinaron la victoria a favor del candidato liberal.Los viajes por el distrito, enclavado en zona montañosa, se efectuaban a caballo, con todas las dificultades añadidas por coincidir la campaña con el invierno en el que abunda la nieve. Coincidiendo con la presencia de los candidatos eran frecuentes los convites de vino, escabeche y bacalao a cargo de los párrocos y de los notables locales. En los pueblos que apoyaban al rival, los candidatos eran recibidos con protestas, gritos y otras muestras de desaprobación, como le ocurrió a Molleda en Vegaquemada, donde fue recibido con campanadas de luto.El reparto de los periódicos se efectuaba a lomos de mulos por sendas y caminos de herradura. El Alcázar, si se dan por buenas las cifras que ofrece años más tarde El Porvenir de León, llegó a repartir más de doce mil ejemplares en el distrito y contó con un servicio especial de distribución para llegar a todos los pueblos de la montaña.El manifiesto que Molleda envió a sus electores está fechado en Madrid y fue publicado en La Estafeta de León cuando la campaña había pasado ya de lo político a los insultos y acusaciones personales entre partidarios de uno y otro candidato. Esta beligerancia inusual en las luchas políticas provinciales se había iniciado antes de la convocatoria electoral, hasta el punto de que Molleda dedica buena parte de su manifiesto a defenderse de las injurias y falsedades que se han vertido contra él. «Si me dirijo a vosotros es porque a tantas invenciones absurdas como se han propalado, a tantas patrañas y falsedades como se han esparcido, y a las cobardes e injuriosas insinuaciones vertidas con el intento de hacer sombras alrededor de mí, tengo que oponer las más claras y enérgicas protestas», La campaña ha descendido a los odios y rencores personales, y Molleda quiere reivindicar su honradez política y profesional.Protesta contra el sistema de corrupción y de soborno que Merino quiere emplear para cambiar la voluntad de los electores. En la convocatoria de 1886 Molleda había conseguido una ajustada victoria a pesar de ser candidato de oposición, Los merinistas, en su afán de desanimar al electorado molledista, habían difundido desde las páginas de El Alcázar el rumor de que éste retiraba su candidatura de La Vecilla para presentarse por otro distrito menos conflictivo. Molleda se ve obligado a desmentir «semejante embuste», y más cuando su partido ostenta el Gobierno. Se declara identificado con el distrito y promete lealtad eterna a sus electores.Sin mencionarle, acusa a su rival de inexperto y de pretender llegar al Parlamento mediante la compra de votos y la difamación periodística: «En esta campaña de personalidades, de miserias y de difamación que ha emprendido, se ve la mano aleve que asalaria y subvenciona tanta miseria; se ve la granjería que tiene interés en alentar, fomentar y sostener esas pequeñas y ruines pasiones; se ve en fin la inexperiencia de quien se presta a ser protagonista de tanta ridícula comedia, condenada ya irremisiblemente por el juicio severo de los hombres honrados de todos los partidos»,Frente a la bisoñez de Merino, Molleda se declara político profesional y de prestigio, conocido por sus brillantes intervenciones en el Parlamento y con poder e influencia en Madrid para hacer favores y defender los derechos de los pueblos y de los particulares. Sobre su futura conducta parlamentaria, se limita a recordar su trayectoria y los beneficios que ha recibido el distrito en obras públicas desde que ostenta su representación: «Ya me conocéis de hace tiempo y sabéis que he trabajado con empeño por el bien del país. Lo que he sido hasta aquí seré en adelante, con la diferencia de que hasta hace poco era diputado de oposición y ahora soy amigo del Gobierno, lo cual me ha de facilitar más medios para satisfacer las justas aspiraciones del distrito».El manifiesto electoral de Fernando Merino, fechado en León el 6 de enero, se centra en la defensa de la libertad de voto y en la lucha contra el caciquismo impuesto por Molleda y los conservadores en el distrito. Merino resume todo su programa en la defensa de la honradez política y de la pureza electoral. Se ofrece a defender los intereses del distrito y a utilizar todas las armas legales para que las víctimas del caciquismo vuelvan pronto junto a sus familiares. Ese es su único programa. Ni un ofrecimiento, ni una promesa concreta: «Quédense los ofrecimientos imposibles para los que con frases pomposas abusan de la ingenuidad de la electores y buscan su fuerza en los desvaríos explicables de los incautos»,También pretende desmentir las acusaciones lanzadas contra él desde La Estafeta: «Un periódico que se distingue tanto por el odio que me profesa como por el despecho que le anima en sus campañas de difamación (...) que ha llegado al extremo de pronunciar las frases de soborno y corrupción al hablar de mi candidatura». Merino acusa a Molleda de haber implantado el caciquismo en el distrito, de ser un vividor de la política, de abandonar sus funciones de diputado por el sillón del presupuesto y de coaccionar a los electores por medio de las autoridades civiles. El manifiesto merinista termina con una invitación expresa a desafiar las maniobras de Molleda y del Gobierno y a emitir el voto libremente sin pensar en promesas y sin admitir imposiciones.El Alcázar recurrirá a la lucha psicológica para desanimar a Molleda y a sus electores, «Fernando Merino tiene a su lado la opinión sensata, y cuenta con la seguridad de la victoria, porque se ha convencido la gente de que Molleda no hace otra cosa que sembrar cizaña, meter a los adversarios en la cárcel y proteger a los granujas. Ya es hora de que los electores se convenzan de que ese [Molleda] tiene poca talla. Y que busca su representación para comer, darse lustre y enemistar a todos».En la última semana de campaña El Alcázar en un comentario sin firma insiste en presentar el retrato psicológico de un Molleda desprestigiado y derrotado de antemano: «Pobre Molleda. La hora fatal ha llegado para él; su vida política toca a su fin. Ajeno su corazón a todo sentimiento humanitario parece como que se complace en estrechar a sus víctimas, en aumentar su martirio. ¡Triste odisea la suya y más triste aun el calvario que recorre, nervioso, intranquilo, jadeante, temiendo que llegue la hora de que el país manifieste con entera libertad su deseo! Días de horrible amargura para él deben de ser los que está pasando; rodeado de personas oscuras, sin mérito ni arraigo ninguno, algunas con sentencia infamante encima; recibido en sus pueblos con ¡mueras! y vocerío espantoso y espontáneo, y en otros con demostraciones burlescas; oyendo las exclamaciones entusiastas del contrario, y respirando esa atmósfera de anhelo que impide la dilatación de sus pulmones, se comprende que desmaye y escriba a sus amigos diciéndoles que ya es inútil todo porque todo se ha perdido, y que lo que debe procurarse es una derrota decente. Pobre Molleda»,Unos días antes de la votación La Estafeta en un suelto titulado «Lo que debe suceder» resume todas las miserias de la campaña: «Dentro de tres o cuatro días acabarán las dádivas, las promesas, los sobornos y el cúmulo de atropellos y demasías atentatorias a la libertad de sufragio, puestos en juego por quienes no contando con simpatías han tenido que apelar a recursos a que nunca apelan los hombres de verdadero valor». El mismo día La Estafeta carga de nuevo contra Merino en un comentario titulado «Todo es mentira» e insiste en desacreditar al candidato liberal: «Los pueblos, los electores de La Vecilla-Riaño, ya lo saben, el Sr. Merino ni hará carreteras, ni levantará templos, ni construirá caminos porque ni tiene influencia para conseguirlo ni bastante dinero, ni suficiente generosidad para sufragarlo. Todo es mentira».El periódico merinista respondió a los ataques de La Estafeta y desde cl 29 de enero inserta un anuncio que ocupa íntegramente la primera página con un texto de apoyo a Merino en el que se dice: «Todo es inútil. Merino será el ganador. Merino tiene asegurada la victoria y la salud»,El resultado de las elecciones de 1891, según reflejan las actas remitidas a la Junta Provincial del Censo, ratificó el objetivo del Gobierno, que triunfó en seis distritos (Astorga, La Bañeza, Murias de Paredes, Ponferrada, Sahagún y Villafranca del Bierzo). La oposición liberal de Sagasta consiguió la victoria en La Vecilla y Valencia de Don Juan, y el republicano Azcárate salió sin oposición en el distrito con cabecera en la capital. Unos resultados apropiados al sistema político de la Restauración, con una mayoría sólida del Gobierno que organizó la consulta. El Gobierno obtuvo el 66,66 % de las actas provinciales, reservándose el 33,33 % a la oposición. Precisamente los tres distritos cedidos a la oposición adquieren desde esta elección el carácter de propios, y Azcárate, Merino y Alonso Castrillo los conservarán durante un cuarto de siglo.En los distritos de La Vecilla, Ponferrada y Valencia de Don Juan las fuerzas estuvieron igualadas. El gubernamental marqués de Retortillo consiguió el triunfo en Ponferrada con el 55,97 % de los votos, aunque el médico local Aurelio Enríquez obtuvo una votación aceptable en todo el distrito. Enríquez venció en tres de las cuatro secciones de Ponferrada y en otras seis repartidas por el distrito. El voto rural, sin embargo, decantó la victoria hacia el candidato del Gobierno.Los fusionistas de Sagasta obtuvieron las actas de La Vecilla y de Valencia de Don Juan, los dos distritos en que la campaña adquirió mayor beligerancia, con la consiguiente movilización del electorado, Especialmente meritorio fue el triunfo de Fernando Merino por 509 votos frente al ministerial Molleda. La Estafeta no ocultó su disgusto por el resultado de la elección en La Vecilla, que dejó al derrotado Molleda sin distrito. Por el contrario, los merinistas tributaron un recibimiento apoteósico a su joven diputado que hizo su entrada triunfal en León a caballo escoltado por un séquito de montañeses. Merino inició con este triunfo una relación indisoluble con su distrito de La Vecilla que duró más de treinta años y que le permitió alcanzar notoriedad en Madrid hasta convertirse en delfín de Sagasta. Fruto de esta relación fue la progresiva hegemonía de Merino en la política local, que se vio fortalecida por una tupida red de influencias horizontales y verticales que llegaron a trascender la geografía del distrito y de la provincia.La participación en la consulta de 1891 según los datos de la Junta Provincial del Censo Electoral de León alcanzó los 61.403 votantes, en tomo al 18 % de la población total de la provincia. Al ser la primera consulta realizada con la nueva ley electoral de 1890, que extendía el derecho de sufragio a todos los varones mayores de 25 años, el número de votantes fue muy superior al registrado en la anterior elección de diputados a Cortes celebrada el 4 de abril de 1886 con el sistema censitario, en la que sólo habían votado 16.137 electores, Para la inmensa mayoría del electorado esta fue su primera participación en una consulta. Con todo, se puede asegurar que la participación fue muy baja, que obedecería a la falta de experiencia en acudir a las urnas y al escaso interés de los electores en los distritos en que no hubo lucha real. Otro factor de esta baja participación se debe a la dispersión demográfica y a la dificultad de los electores para desplazarse en pleno invierno hasta las urnas, situadas sólo en las cabeceras municipales.La participación fue especialmente baja en los distritos de León y de Murias de Paredes, donde Azcárate y Dato iban encasillados haciendo innecesaria la lucha electoral y sin la consiguiente atracción para los votantes. La misma situación se dio en Sahagún, donde el doctor Cortezo no tuvo rival. En el distrito de León sólo acudieron a las urnas 4.308 votantes, de los que 847 correspondían a las seis secciones de la capital, que contaba con más de 3.000 electores. Esta escasa participación contrasta con la registrada seis años después en la convocatoria del 12 de abril de 1896 cuando el retraimiento republicano propició la lucha entre los candidatos dinásticos en la capital, con victoria para el conservador Juan Bautista Lázaro de Diego frente al liberal merinista Cayo Balbuena. En esta ocasión la participación en el distrito ascendió a 5.997 votantes, un 39,20 % más que la registrada en 1891. En la capital, y a pesar del retraimiento de los republicanos, votaron 1.226 electores, un 44,75 % más que en 1891.
Hotel Inglés; año 1902, Banquete del personal de “El Globo", en honor de don Fernando Merino, conde de Sagasta, inspirador político del diario, y don Emilio Riu.
Asisten: 1. Francisco Serrano Anguita. — 2. Pedro de Répide. — 3. Alejandro Pizarroso. — 4. José López Pinillos. — 6. José Martínez Ruiz. — 7. Emilio Riu. — 8. Fernando Merino. — 9. Francisco Serrano de la Pedrosa. — 10. Calixto Ballesteros. — 11. Alberto Aguilera y Arjona. — 13. Enrique Jardiel. — 15. Daniel Riu (hermano de don Emilio). — 17. Fernando Serrano Palacios (padre del autor de este artículo). — 18. Camilo Bargiela. — 19. Manuel Carretero. — 21. Manuel Tercero. — 22. Manuel Delgado Barreto. — 24. Jaime Tur y Mary. — 31. Enrique Vázquez, dibujante.
(Faltan algunos nombres: el autor del artículo cree que están realmente todos los escritores y periodistas de aquella Redacción; el resto, o ha olvidado sus nombres, o pertenecían, seguramente, al personal de Administración y Talleres. En la foto no figura Pío Baroja, crítico teatral del diario; aquella noche tuvo que asistir a un estreno.)
La Época, Madrid. 3 de agosto de 1902,
En León.
LEÓN 2 (4 tarde).—Continúan con gran actividad los trabajos para terminar la construcción de arcos, tribunas y decorado de calles. Todo ello está muy adelantado, formando un conjunto tan elegante como bonito.
Las obras en el palacio de la Diputación, donde se hospedará S. M. el Rey, continúan con gran rapidez, y el mobiliario debe de llegar el lunes, quedando terminada totalmente la instalación en todo el día 6.
El 7, a las dos de la tarde, llegarán el Rey y el Principe de Asturias, quienes, además de la catedral, colegiata y San Marcos, visitarán el Real Santuario de la Virgen del Camino, de que es patrono S. M., y a cuya milagrosa Virgen fue ofrecido por un devoto de esta ciudad, con motivo de la grave enfermedad que sufrió en sus primeros años.
La Comisión del Ayuntamiento, presidida por el exalcalde y concejal D. Cecilio Diez Garrote, trabaja sin descanso para el mejor éxito de su cometido, teniendo dispuesto un banquete en el Ayuntamiento, al cual asistirán, además de las Reales personas y su comitiva, los ministros, las autoridades, los exministros, senadores y diputados.
Este se verificará en la noche del 7 en la Casa Consistorial, durante el cual se quemará una variada colección de fuegos artificiales, ejecutando la banda del regimiento de Burgos y la del Hospicio escogidas piezas.
La ciudad aparecerá toda ella vistosamente iluminada.
Se trata de organizar una función de gala en el teatro Principal, y acaso actúe la Compañía Guerrero-Mendoza.
El Sr. Dato se propone llegar a esta en la mañana del 7 para recibir a las Reales personas; le acompañarán el conde de San Simón y el Sr. Villamil, hospedándose en casa de su cariñoso amigo el opulento capitalista D. Secundino Gómez. Reina gran entusiasmo en todas las clases sociales, y el recibimiento a S. M. será suntuoso. — R.
La Correspondencia de España, 8 de agosto de 1902
EL VIAJE DEL REY
POR TELÉGRAFO
La entrada en León.
León 7, 3,10 t,
El recibimiento aquí ha sido entusiasta. La tarde muy espléndida. El Rey entró en coche abierto, propiedad de D. Fernando Merino. Precedían los batidores del regimiento de Talavera y los maceros del Ayuntamiento.
En un coche iban el alcalde y el presidente de la Diputación provincial. En la estación del ferrocarril tributó los honores una compañía del regimiento de Burgos con bandera y música. Esperaban al Rey el Sr. Dato, los Sres, Molleda y Regueral y otros conservadores. Al frente de los senadores y diputados liberales estaba D. Fernando Merino. Con éste se hallaban los señores conde de Garay, Rivas, Gullón, Jove, Tena, Cortina, Allende y Franco. —AGUILAR,
El alcalde republicano,
León 7, 3,15t, (Urgente)
También se hallaban en la estación el gobernador militar; representaciones del obispo y cabildo catedral; el abad de San Isidoro; Comisiones de todos los pueblos de la provincia e inmenso público,
El Sr. Guisasola, alcalde republicano de León, dio la bienvenida al Rey. Desde la estación a la catedral la ovación que se tributó al Monarca fue entusiasta. Hubo vivas y se arrojaron palomas y flores en verdadera y continua lluvia.
Los canteros y obreros de la Unión de Trabajadores bajaron a la estación con el estandarte y 300 mineros de Sabero. —AGUILÁR,
Te Deum.
León 7, 3,30 t, (Urgente) :
En la catedral se cantó un solemne Te Deum con acompañamiento de órgano y orquesta, pronunciándose las preces de rúbrica y la bendición. Ofició el prelado, quien dio la bienvenida al Rey en nombre propio, del cabildo catedral, de la colegiata, clero y fieles de la diócesis. Añadió que hacía votos para que la permanencia en la ciudad de San Froilán y San Isidoro, le fuera grata. Invitó al Rey para tomar posesión de la prebenda, que desde tiempo inmemorial posee en esta iglesia,
D. Alfonso aceptó gustoso, y bajo palio y a los acordes de la Marcha Real, se dirigió al coro.—AGUILAR,
El Rey prebendado.
León 7, 3,45 t. (Urgente.)
D. Alfonso se sentó en la primera silla de la izquierda del coro, llamada del Rey, dándole posesión el obispo de la prebenda, con la fórmula de ritual. El público estaba en la verja para verle. Hubo gente hasta en el púlpito. Apenas tomó posesión el Monarca, se oyeron vivas al canónigo Rey; vivas que fueron dados principalmente por los canónigos.
AGUILAR.
Discurso del obispo.
León 7, 3,45 t. (Urgente.)
Aunque el prelado habló quedo al Rey, pude oír que daba gracias a Dios, que da el bien y dispensa toda honra a los Reyes que rigen y gobiernan. Dio parabién y enhorabuena a D. Alfonso XIII por poseer desde hoy un título más que le hace acreedor a los ruegos y oraciones del prelado y vicario de Leon XIII. Agregó, que el reinado que empieza entre vítores y aclamaciones, hace concebir esperanzas para la resurrección de la fe y de la patria. —AGUILAR,
Aclamaciones.
León 7, 3,50 t (Urgente.)
El prelado terminó diciendo:
«Sabed, señor, que en el obispo y fieles diocesanos, tenéis súbditos amantes y rendidos.»
«En sus corazones, lámparas que arden en el altar de la patria; en sus manos, aplausos para vuestro reinado, y en sus labios, frases que os bendicen y aclaman.»
El Rey salió bajo palio. Ursa mujer del pueblo, entusiasmada, estuvo a punto de besarle. Otra, lo llamaba, ¡Hijo de mi alma! y decía:
—«Defiende nuestros hijos que te sirven en el ejército».
Las aclamaciones han sido incesantes. En esta forma llegó hasta el palacio de la Diputación provincial, donde se hospeda.
Ahora comienza la recepción popular.—
AGUILAR.
Recepción popular,
León 7, 4,10 t (Urgente).
En el salón del trono de la Diputación se ha verificado la recepción popular. Desfilaron ante el Rey los senadores, diputados, ex representantes del país, el ex ministro Sr. Dato, las autoridades, corporaciones, catedráticos de la Escuela Normal, magistrados, jueces y militares francos de servicio. Como nota curiosa, resultó la concurrencia de alcaldes y concejales de todos los pueblos de la provincia.
Algunos vestían vistosos trajes de maragato. No hubo recepción para señoras. El vecindario ocupa las calles, balcones y tribunas, esperando vaya el Rey a visitar la catedral. La población animadísima y de gala.
—AGUILAR,
En la catedral.
León 7, 11,30 n.
En la recepción popular, muchos alcaldes se arrodillaron, santiguándose otros. El Rey visitó la catedral, donde fue recibido por el cabildo. El deán le dio el agua bendita al entrar. Se cerraron las puertas, quedando fuera del templo el general Weyler y el cuarto militar. El mismo Rey y el príncipe tuvieron que advertirlo para que entraran. La multitud se agolpó ante la puerta, deseando acompañar al Monarca.
—AGUILAR.
León 7, 11,30 n.
El deán y el arcediano acompañaron al Rey en su visita a la Catedral. En el presbiterio fotografió la artística puerta que da al frente. Vio la capilla del Carmen, con sepulcros medievales, la antesacristia con su cristalería notable, y la sacristía, donde se exhibió el terno bordado en oro que regaló el actual obispo, terno valorado en 23.000 duros. Contempló el sepulcro del fundador Ordoño II. También observó la capilla de San Cosme, que contiene tablas do! siglo XV y las vidrieras del siglo XIII. Y, por último, examinó la capilla de Santiago, donde se mantuvo el culto durante cuarenta años, y mientras se hicieron las obras de restauración de la Catedral.—AGUILAR,
Biblia antigua.
León 7, 11,40 n.
El Rey fotografió el altar de la capilla de Santiago y la torre de las campanas, y el príncipe el claustro.
El Monarca, en la sala capitular, tomó posesión, como canónigo, del sillón presidencial. En el archivo vio los códices, una Biblia del siglo IX, la Antifona sin pentagrama ni clave, y hasta ahora indescifrable. En el cuarto de la fábrica examinó un armario mudéjar. Luego se trasladó el Rey a San Marcos, revistando el depósito, de sementales, que está perfectamente acondicionado. Probó el rancho de los soldados, hallándolo excelente.— AGUILAR.
Museo provincial.
León 7, 11,50 n.
En San Marcos vio el Museo provincial, admirando la escultura de San Francisco, de Carmona. Al verla, exclamó el Rey:
—«¿Tienen ustedes frailes vivos?
Parece que alienta.»
Examinó un Cristo de marfil del siglo IX. En el álbum firmaron el Rey, que escribió «Alfonso», y el príncipe, que puso «Carlos, infante de España».
En el coro examinó la magnífica sillería, de la iglesia, obra de Guillermo Doncel, del siglo XVI. Se sentó en una misericordia, hablando humorísticamente con motivo del cansancio que sentía de tanto viajar on tren.—AGUILAR.
Noticias varias.
León 7, 12 n.
Hubiera causado aquí gran entusiasmo popular que el Rey hubiera entrado en León con el alcalde, que es republicano, en su coche.
El general Pacheco y el conde de Garay tuvieron una viva conversación, tratando sobre el orden de la comitiva.
Se ha concedido el hábito de Santiago al barón de Retés, y el de Calatrava al conde de Paredes de Nava.
La plenipotencia sobre la cuestión de las islas de los Faisanes, se ha concedido al diplomático Sr. Ory.
D. Fernando Merino, alma del entusiasta recibimiento que aquí se ha hecho al Rey, dio esta noche un banquete al que concurrieron Weyler, Suárez Inclán, Benlliure, D. Natalio Rivas, los Sres. Jove, San Martín y Sandoval, el presidente do la Diputación: el alcalde, el conde de Garay, D. Eduardo Gullón, los soñores Rodríguez, Villanueva, Cortinas, Luca de Tena y los corresponsales de la prensa de Madrid, —AGUILAR.
León 8, 12,10 m.
Los diputados y senadores por León telegrafiaron esta tarde a Sagasta, dándole cuenta del recibimiento hecho aquí al Rey y saludándole cariñosamente.
Al final del banquete en casa del Sr. Merino, se leyó la contestación de Sagasta, agradeciendo el telegrama y dando la enhorabuena al Rey, a los ministros de la Guerra y Agricultura, y a los representantes en Cortes de león.
La retreta militar ha estado animadísima, presenciándola el vecindario en las calles. Al pasar la retreta delante de la Diputación, se asomó el Rey, siendo aclamado.
Mañana el Rey visitará San Isidoro y la Papelera Leonesa. Al almuerzo oficial de mañana están invitadas las autoridades locales. A las dos de la tarde, D. Alfonso partirá para Oviedo.
Se está celebrando en el Casino un brillantísimo baile, concurriendo lo más selecto de León.
El ministro de Gracia y Justicia pasará para Madrid el día 9. —AGUILAR.
En el templo de San Isidoro.
León 8, 9,50 m.
El Rey y el príncipe están visitando la iglesia de San Isidoro. Un público inmenso se agolpó a la puerta, dificultando la entrada de la corte. Recibió al Rey el cabildo presidido por el obispo y el abad, entrando en la iglesia bajo palio, a los acordes de la Marcha Real que dejó oír el órgano. EL palio era llevado por canónigos. Como el Santísimo está siempre expuesto en este templo, el Rey ordenó que no volviera a tocarse la Marcha Real, pues todos los honores corresponden únicamente a Dios. En seguida se cantó un Tedeum, oficiando el obispo.
El Rey estuvo viendo en el altar mayor el cuerpo de San Isidoro, que está encerrado en una arca de plata. También se guardan allí algunas reliquias de San Vicente y santas Sabina y Cristeta, del primero unas canillas; un Lignum Crucis de oro filigranado, regalo de Doña Sancha; una mano de Santo Martino, primer canónigo de San Isidoro, y la mandíbula inferior de San Juan Bautista, con cuatro dientes completos. En el presbiterio se destaca una magnífica cruz de plata de Juan de Arfe.
Después visitó el panteón. Estaba descubierta la momia de Doña Sancha, hermana de Alonso VII, destacándose sobre un paño color carmesí. El Rey exclamó: «Está lo mismo que San Isidro,»
En efecto, el cuerpo está completo, faltándole únicamente algunos huesos del cráneo. A la puerta del panteón era tal la afluencia del público que fue muy difícil contenerla. El general Pacheco dispuso que salieran del panteón algunas personas extrañas a la corte. El rey pasó después a la biblioteca, admirando una Biblia del siglo XI y varios incunables. AGUILAR.
Almuerzo oficial,
Leon 8, 10.35
A la hora en que telegrafío se esta celebrando al anunciado almuerzo oficial. A la derecha del Rey están sentados el ministro de la Guerra, general Weyler, el Gobernador civil, el presidente de la Audiencia, los directores del Instituto y de la Escuela de Veterinaria, y a la izquierda el ministro de Agricultura, Sr. Suárez Inclán. el alcalde, el vicepresidente de la Diputación provincial y el fiscal. A la derecha del príncipe ocupaban asiento el capitán general da Asturias, Sr. Suárez Valdés, el presidente de la Diputación, el deán y el juez, y a la izquierda el obispo, el gobernador militar, el drlegado de Hacienda y el director de la Escuela Normal. Los demás invitados son funcionarios de Palacio. —AGUILAR.
Donativo del Rey. —Obsequio de las monjas
León 8, 10,38 m.
El Rey ha mandado que se entreguen 2.500 pesetas al alcalde pera que éste las reparta entre los pobres.
Las monjas Concepcionistas han obsequiado a S. M. con dulces. —AGUILAR.
Visita del Rey a una fábrica. —Protección de S. M. a los obreros, —
León 8, 10,50 m,
El Rey ha visitado la fábrica de papel del Sr. Merino y compañía. S. M. ha recorrido todas las dependencias, siendo acompañado por D. Fernando Merino. Una comisión de obreros entregó a D. Alfonso un mensaje de felicitación. El Rey, al recibirlo, dijo a los operarios que siempre aconsejaría a los ministros que se proteja a la clase obrera. . '
El ministro de Obras públicas, Sr. Suárez Inclán, manifestó que el gobierno se inspirará en los deseos del Rey.
Don Alfonso ha visitado minuciosamente la fábrica del Sr. Merino, enterándose de todos los trabajos para la elaboración del papel. S. M. ha sido constantemente aclamado. AGUILAR.
Diputados a Cortes disgustados,
León 8, 1 m.
Preteridos los diputados a Cortes liberales de León en el almuerzo oficial celebrado esta mañana, se proponen por tal motivo dirigir un mensaje al presidente del Congreso, marqués de la Vega de Armijo, rogándole que vele por su prestigio y consideración.
AGUILAR.
Visita del Rey a la Colegiata,
León 8, 11,10 m.
El Rey ha estado esta mañana en la Colegiata de San Isidoro, cuya la biblioteca visitó con detenimiento. Su Majestad prometió interesarse para que se concediera una estantería para los libros. Después paseó D. Alfonso por la muralla romana qué está adosada a la Colegiata, desde donde se divisan hermosos paisajes. —AGUILAR.
Frases de un mensaje
León 8, 11,10 m.
El mensaje que los obreros de la fabrica de papel del Sr. Merino han entregado al Rey pidiéndole atienda con justicia las cuestiones sociales, termina diciendo a S. M. que así como su augusto padre fue el pacificador, él es el Rey de los obreros, — AGUILAR.
Visita de S.M. a otra fábrica.
León 8, 11,15 m.
Desde la colegiata de San Isidoro se dirigió S. M. a la fábrica de papel de envolver, situada junto a la estación. Dicha fábrica fue iunugurada hace un año y consume como primera materia paja y centeno, que se crían en abundancia en la region. Su capital es de un millón de pesetas. La producción de la fábrica es actualmente de 700.000 kilos anuales de papel, siendo susceptible de producir el doble de dicha cantidad.
A 28 pesetas se vonden los cien kilos de papel. El motor de la fábrica es de 800 caballos de fuerza. En España solo existen dos fábricas como la de León, una de ellas en Zaragoza. -AGUILAR,
El pendón de Baeza.
León 8, 11,30 m.
En la Colegiata do San Isidoro fue recibida la corte por el obispo, llevando delante el pendón conmemorativo de la toma de Baeza, mandado hacer por Alfonso VI. El Sr. D. Cayo Balbuena, invitado por el abad, rogó al Rey que restableciera la extinguida cofradía de nobles, a la cual pertenecía el pendón indicado. —AGUILAR,
Los obreros al Rey.
León sed 8, 1 t.
El mensaje de los obreros que trabajan en la Papelera Leonesa está concebido en estos términos:
«Los representantes del Centro obrero de León, que viven de su trabajo, y con el trabajo cooperan a la obra de prosporidnd y engrandecimiento de esta ciudad, vienen a saludar a V. M. con las esperanzas que esta regía visita despierta en el alma de todos los leoneses.
Como trabajadores, saludamos al nuevo Rey, con la ilusión de que la solución de los problemas que se refieren a nuestro bienestar y a nuestra existencia ocupará preferente atencion de V. M. y un constante interés de su gobierno.
Cuando a V. M. en sus viajes lo hayan mostrado para su admiración joyas del arte antiguo y maravillas de la industria moderna, vuestra inteligencia nos habrá visto formándolas en las alturas del andamiaje o en el fondo peligroso de las minas, y vuestro generoso corazón habrá sentido cómo las caladas torres de nuestras catedrales y el túnel que atraviesa la locomotora están selladas con nuestro sudor y con nuestra sangre.
Vuestra Majestad que por ser Rey, está colocado sobre las pasiones individuales y los egoísmos de clase qua mueven y dan forma tan aguda a la lucha social, puede ver y combatir las injusticias sociales, sin que en vuestra inteligencia haya otra idea que la de justicia, ni en vuestro corazón movimiento alguno que no sea de amor. Si el nombre que usó vuestro augusto padre va unido al de Pacificador de España, nosotros esperamos y pedimos que cuando la Historia os dé un calificativo glorioso os llame el Rey de los Obreros.
Compañeros, ¡viva el Rey! — AGUILAR,
Salida de León.
León 8, 2 t.
En este momento sale el Rey de esta ciudad con dirección a Oviedo. El yecindario estaba agolpado en las calles del trayecto hasta la estación. El Rey fue muy aclamado. Una compañía del regimiento de infantería de Burgos fue encargada de tributarle los debidos Honores. En la estación y en el andén había un gentío inmenso. El tren partió entre grandes aplausos y nu merosos Vivas. —AGUILAR,
De vuelta a Oviedo,
Oviedo 8, 7 t.
El Rey cruzó el puerto de Pajares en el breack de las Obras públicas para ver mejor la vía y contemplar las delicias del panorama. En varias estaciones se apeó del tren con objeto de sacar algunas vistas fotográficas. —AGUILAR .
Alto en el viaje.
Oviedo 8, 7 t.
Entre Linares y Malvedo el tren se detuvo en plena vía. El Rey sacó una vista fotográfica de lo profundo del valle, al que desciende la vía férrea, faldeando la montaña, —AGUILAR.
Detalles del regreso.
Oviedo 8, 7 t. (Urgente):
En Pola de Lena saludó el Rey al arzobispo dimisionario de Manila. Entre la multitud gritó un sacerdote:
—¡Viva España, siempre monárquica y siempre católica!
Entre Campomanes y Pola de Lena se volvió a detener el tren. El Rey fotografió la ermita de Santa Cristina. En Ujo, la Sociedad Hullera repitió las demostraciones de afecto a S. M. Las locomotoras mineras circulaban por las vías sonando ruidosamente las sirenas. Las chimeneas de las fábricas lanzaban densos penachos de humo. Fueron disparados muchos cohetes. En Mieres se dio un espectáculo análogo. Los hornos estaban encendidos. Los obreros saludaban con pañuelos y banderas.—AGUILAR, :
La Época, Madrid. 15 de agosto de 1902
NOTAS DEL VIAJE REGIO
LA NOBLEZA LEONESA.
Al dar cuenta de la visita de S. M. el Rey A la colegiata de San Isidoro, de León, consignamos que, previa invitación del abad, el Sr. D. Cayo Balbuena López rogó a D. Alfonso XIII que restableciera la antigua cofradía de Nobles.
He aquí el texto del breve discurso pronunciado con tal motivo por el Sr. Balbuena:
«Señor:
La nobleza de los condes y marqueses, de que tan rico era este pueblo, ha desaparecido, y con el penúltimo de aquéllos, marqués de Monte Virgen, murió el último de los hermanos de esta Real y Noble Cofradía, guarda y custodia con el abad y canónigos en esta Real colegiata del glorioso pendón, mandado hacer por el Rey D. Alfonso VII en conmemoración de la toma de Baeza en mil ciento cuarenta y cuatro.
Por la extinción de aquella cofradía, yo, noble también por mercedes del Rey D. Fernando V concedidas a mis antecesores, tengo el alto honor de presentar a V. M. esta gloriosa insignia y cumplir la misión del abad, para rogaros que, siguiendo la costumbre de vuestros antecesores, y principalmente la de vuestra augusta abuela y de vuestro nunca olvidado padre, os dignéis, como ellos, declararos el primero de los hermanos de esta institución, para que con vuestra protección pueda reorganizarse y seguir siendo, como hasta aquí, guarda y custodia de esta joya de la antigüedad y de la historia, y autorizar, sí aceptáis este ofrecimiento, para que así se haga constar en actas.»
S. M., con la brevedad a que la premura del tiempo le obligaba, contestó accediendo a los expresados deseos.
Conflicto minero (Heraldo de Madrid - Sábado 8 de octubre de 1904)
Ante la Sala primera del Tribunal Supremo han informado hoy los Sres. Merino y García Prieto, discutiendo una interesante cuestión sobre demarcación de minas en la cuenca carbonífera de Matallana.
Los propietarios de dos minas, la «Mercedes» y la «Carmonda», eran las partes contendientes, por entender el primero que el segundo se había internado en el territorio de la segunda, arrancando minerales de sitio de donde no le correspondían.
El Juzgado y la Audiencia dieron la razón al dueño de la «Mercedes», y contra esta sentencia se interpuso el recurso del día, que ha sido defendido por el Sr. Merino, desarrollando su elocuente informe cinco motivos de casación.
El notable Jurisconsulto Sr. García Prieto contestó al Sr. Merino, para oponerse al recurso, dando una prueba más de su habilidad y su talento.
Portada de La Ilustración española y americana, 8 de agosto de 1906, con motivo de su nombramiento como Gobernador del Banco de España.
Gobernador del Banco de España (Revista de las Cortes Generales)
Fernando Merino Villarino, ocupó el cargo de Gobernador del Banco de España en dos ocasiones; la primera en 1906 y la segunda en 1909 tras su dimisión en 1907. Así pues, Merino ocupó durante dos períodos el cargo de Gobernador del Banco de España.
Durante su primer mandato se efectuaron dos emisiones, la de 30 de junio y la de 24 de septiembre de 1906. La emisión de 30 de junio de 1906 se imprimió en una serie única, con billetes con valor de 100 pesetas. Se imprimieron sesenta millones de ejemplares, numerados en cinco grupos de doce millones cada uno. El primer grupo sin letra y los restantes con las letras A, B, C, y D. Su tamaño fue de 123 x 89 mm. Fueron fabricados en calcografía y tipografía por la casa Bradbury, Wilkinson & Company Ltd., de Londres (Inglaterra). Debido a las sucesivas ampliaciones en la tirada se pueden observar claras diferencias de tonalidad e, incluso, de ajuste de los fondos entre diversos ejemplares. El desgaste de las planchas pudo motivar también que se realizaran nuevos grabados siguiendo el mismo modelo. El papel fue fabricado en Inglaterra, con mucho cuerpo y gran carteo.
Carece de marcas al agua, siendo de destacar que, desde 1884, fue la primera vez que tal característica estuvo ausente en los billetes del Banco de España. En la cara principal están representadas dos figuras femeninas alegóricas de la Poesía y la Música, y, en el reverso, el escudo de España de la casa de Borbón franqueado por las columnas de Hércules con cinta que contiene la leyenda “Plus Ultra”. Asimismo, en la cara principal, se hallan grabadas las firmas del Gobernador, Fernando Merino Villarino, y la del Interventor, Emilio Rodero de la Calle, y, estampillada, la del Cajero, Luis Clemente Fabiani. La numeración va impresa en rojo, una en el centro del anverso y cuatro en las esquinas del reverso.
Se pusieron en circulación en noviembre de 1906. Las planchas de esta emisión fueron destruidas en julio de 1930 en presencia del Director de la Agencia del Banco de España en Londres. A pesar de la relativa perfección técnica de este billete, fue falsificado, apareciendo ejemplares ilegítimos en los años 1907 a 1910.
La rapidez en la ejecución y la excelente calidad de los billetes suministrados por la casa Bradbury, Wilkinson & Company fueron, sin duda, causa del nuevo encargo acordado por el Consejo del Banco de España el 7 de septiembre de 1906, correspondiente a la emisión del 24 de septiembre de 1906, que constó de dos series, de 25 y 50 pesetas. Se imprimieron veintiocho millones de ejemplares del de 25, numerados en cuatro grupos, el primero sin letra y los restantes con las letras A, B y C, de tamaño es de 111 x 72 mm. De la de 50 pesetas se imprimieron veinte millones de ejemplares, numerados también en cuatro grupos, igualmente el primero sin letra y los restantes con las letras A, B y C., con tamaño es de 120 x 81 mm. Ambos billetes son en todo semejantes a los de la emisión anterior realizada por Bradbury, Wilkinson & Company. La gran extensión de la tirada por sucesivas ampliaciones, motivó la aparición de ejemplares con tonalidades muy distintas. Es probable que, como en el caso anterior, las planchas gastadas se reemplazaran por otras. Se autorizó la puesta en circulación del billete de 25 pesetas el 4 de marzo de 1907 y, el del de 50 pesetas, el 24 de junio del mismo año. Estos ejemplares estuvieron en circularon muchos años y consta que las planchas fueron destruidas junto a las de la emisión anterior. Ambos billetes fueron objeto de falsificación. Es de destacar que durante su segundo mandato de Fernando Merino no se emitió ningún billete.
La Época, Madrid. 10 de marzo 1910
EN HONOR DEL CONDE DE SAGASTA
Un banquete y un discurso
El banquete.
Los elementos liberales de la provincia de León obsequiaron anoche con un banquete en el restaurant Tournié al señor conde de Sagasta, con motivo de haber sido nombrado éste, ministro de la Gobernación, asistiendo representaciones de dicha provincia, de la colonia leonesa residente en Madrid y de la Prensa madrileña.
Ocuparon la mesa presidencial los señores conde de Sagasta, García Prieto, Alonso Castrillo, alcalde de León. D. Alfredo Barthé; diputados provinciales de León, Sres. Alonso, Valbuena y Arias; diputados a Cortes, Belaunde y Crespo; don Gumersindo Rosales y el secretario particular del ministro de la Gobernación, D. Leopoldo Cortinas.
Al finalizar la comida, que estuvo espléndidamente servida, entró en el salón el presidente del Consejo, Sr. Canalejas, siendo recibido con grandes aplausos y vivas.
Los brindis.
Inició los brindis el alcalde de León, dedicando elogios a la figura política del conde de Sagasta, que siempre ha velado con entusiasmo por los intereses de aquella región.
Después habló el diputado provincial Sr. Arguello, dedicando expresivas frases de respeto y agradecimiento al Rey, por haber nombrado al Sr. Merino ministro de la Gobernación, y dando vivas al Rey y al Sr. Canalejas, que fueron unánimemente contestados. El Sr. Alonso Castrillo dedicó elocuentes párrafos al Sr. Merino, recordando cuánto le debía León a él y a su padre, y dio vivas al Rey, a Canalejas, a Merino, a García Prieto, a España y a la condesa de Sagasta, que fueron contestados con entusiasmo.
El proteccionista, 11 de marzo de 1910
FESTEJANDO A MERINO
Fiesta hermosa de confraternidad fue la celebrada anteanoche en Tournie, en honor del esclarecido leonés, D. Fernando Merino.
Sus paisanos, que adoran en él por bueno, trabajador y simpático, han proporcionado á Merino uno de sus días más gratos con el banquete con que festejaban los suyos, los de ayer, los de siempre, la llegada del ilustre conterráneo a las cumbres de la política, por sus pasos contados, quizás con retraso, pues por sus méritos, reconocidos y valiosos, hubiera llegado mucho antes.
Tantas son las simpatías que en su larga y brillante carrera política supo captarse este hombre ilustre, que en el amor al trabajo tuvo su más firme sostén, y que pudiendo serlo todo, no quiso ser y en cambio hizo ministros y repartió mercedes y honores; tanto el afecto que ha sabido echar en todos los surcos, que la Comisión organizadora del banquete ha tenido que luchar con los centenares de amigos del Conde de Sagasta, que a toda costa querían rendir tributo de sincero cariño al que con el aplauso unánime de la opinión ocupa la cartera de Gobernación.
Pero de acceder a la demanda. la fiesta hubiera perdido su carácter intimo y las dificultades para encontrar local adecuado hubieran sido enormes. Limitóse el banquete a los leoneses y aún así muchos tuvieron que quedarse a última hora sin tarjeta, por insuficiencia del local, a pesar de su gran amplitud. Baste decir que han venido exprofeso de la provincia cerca de dos cientos.
Los comensales.
Ascendían a más de tres ciento. El extraordinario y entusiasta concurso de paisanos y amigos del Conde de Sagasta, luciendo muchos de ellos el típico traje del antiguo Reino de León. Toda la provincia, uno de cuyos distritos como es sabido representa en Cortes, ha bastante tiempo el festejado, tenia representación en la fiesta, así como todas las clases sociales de la misma.
En la mesa presidencial ocupaban puesto a derecha e izquierda del obsequiado, el ministro señor García Prieto, el senador señor Alonso Castrillo, el alcalde de León, D. Alfredo Barthe; D. Félix Argüello, D. Mariano Alonso Vázquez, D. Cesáreo Dueñas, el abogado y diputado provincial don Isaac Valbuena, organizador del homenaje; D. Luis Belaunde y D. Antonio García Crespo.
Los brindis.
Leídas las cartas y telegramas de adhesión al banquete y al ministro festejado, suscriptos por importantes representaciones de la región leonesa en número interminable, hicieron uso de la palabra los señores Barthe y Argüello, que al ofrecer el banquete al Sr. Merino, rinden testimonio de respeto al Rey. al Sr. Canalejas, dirigen alusiones cariñosas a los señores García Prieto y Alonso Castrillo, y enaltecen el patriotismo de los leoneses.
Brindan ambos por Merino y por León y su provincia, que es brindar por España. También en términos muy expresivos y adecuados al acto, brindaron los Sres. Alonso Castrillo y García Prieto. Este enaltece al señor conde de Sagasta. que con sus méritos y con su historia de liberal honrado y consecuente, ganóse por derecho propio la cartera de Gobernación. Dedica un afectuoso recuerdo a Sagasta, como patriarca y defensor de las libertades patrias, y al par encomia la memoria de D. Dámaso Merino, en cuyos ejemplos y virtudes se ha inspirado el anfitrión para poner cuanto es y cuanto vale al servicio del suelo nativo y de las ideas que profesa. Sus últimas palabras, que hizo vibrar un regionalismo sano y españolísimo que le hace posponer todo al amor a su tierra, son acogidas por los comensales con ruidosos y repetidos aplausos y vítores.
Guía oficial de España. 1911
Excmo. Sr. D. Fernando Merino Villarino, Conde de Sagasta. — Lealtad, 12.
El incendio de Orzonaga (La Correspondencia de España, Jueves 1 de agosto de 1912)
LEON. (Miércoles, noche.) Como ya comuniqué á su tiempo á LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA, el incendio de Orzonaga destruyó 32 casas el día 3 de julio pasado.
Hoy aflige otra nueva desgracia en el pueblo del mismo Ayuntamiento, Valcueva; ocho casas han sido pasto de las llamas.
Las pérdidas de este nuevo siniestro son de mucha importancia.
La desaparición de un vecino hace temer sucumbiera entre los escombros, contándose dos heridos.
Los vecinos de Orzonaga y Valcueva ruegan á LA CORRESPONDENCIA DE ESPAÑA eleve á los Poderes públicos una súplica para remediar á los desgraciados vecinos de estos pueblos, que quedan en la más espantosa miseria.
En León y Matallana se ha iniciado una suscripción, que encabeza el conde de Sagasta con 100 pesetas.
En La Valcueva (León), un incendio ha destruido ocho casas. Las pérdidas son importantes. La desaparición de un vecino, hace creer que pereció entre las llamas. Hay dos heridos. Se ha iniciado una suscripción, que encabeza el conde de Sagasta, con 100 pesetas.
En tanto, el general Martínez Anido comenta con algunos asambleístas y periodistas un hecho triste. El ilustre ministro de la Gobernación acaba de recibir la noticia de haberse suicidado, en León, el exministro liberal señor conde de Sagasta.
El Liberal, Madrid. 2 de julio de 1929
En León, donde se encontraba, murió ayer, inesperada y trágicamente, victima de una lamentable ofuscación, el ex ministro demócrata D. Fernando Merino y Villarino, conde de Sagasta.
Entierro del conde de Sagasta El Mundo, Madrid. 4 de julio de 1929
LEON. — Esta tarde se ha verificado e1 entierro del conde de Sagasta, acto que ha resultado solemnísimo, puesto que al mismo han concurrido millares de personas de esta capital y de la provincia. En la presidencia del duelo figuraban familiares del finado, representantes del Ayuntamiento, la Diputación y del obispo, y los gobernadores civil y militar. El féretro fue conducido desde la casa mortuoria al Ayuntamiento. Los amigos le subieron hasta el salón de sesiones, transformado en capilla ardiente. El párroco de San Marcelo rezó un responso, y el alcalde puso sobre el féretro la medalla de los hijos ilustres de la ciudad. Depositada nuevamente la caja en el coche estufa, siguió la comitiva hasta el cementerio. El entierro ha sido una manifestación de duelo nunca vista en León. Mañana se celebrarán los funerales en la catedral.
Práxedes Mateo Sagasta inició su vida política y sentimental en 1854 en Zamora, donde fue nombrado jefe de Obras Públicas. Allí conoció a la única mujer a la que estuvo unido a lo largo de su vida. Pero era una mujer casada. [...] Ángel Ossorio cuenta que en sus primeros años, cuando vivió en Zamora, Sagasta se había unido a aquella mujer casada, Ángela Vidal Herrero, lo cual fue un hecho notorio porque la dama pertenecía a una de las familias más conocidas de la ciudad. Con la señora en cuestión Sagasta tuvo un hijo, nacido en 1851, José Mateo-Sagasta y Vidal, tronco de los condes de Torrecilla de Cameros, y una hija llamada Victoria Esperanza Mateo-Sagasta y Vidal, que falleció a los pocos meses de nacer, tras lo cual, recogió en adopción una nueva niña que fue bautizada con el mismo nombre que la anterior, a la que se le autorizó el uso del apellido Mateo-Sagasta y que posteriormente recibió el título de condesa de Sagasta, formando una familia extraña para la época, por la dificultad que existía para legitimar la situación. Solo pasados unos años, después de haber enviudado la señora, fue cuando pudo contraer matrimonio con Ángela Vidal, en Zamora, 33 años después de haberse conocido.
Muerte de la Condesa
El 22 de diciembre de 1925 fallece de forma repentina e inesperada la condesa de Sagasta como consecuencia de una hemorragia cerebral a los 50 años de edad en su casa de Madrid, y aunque es enterrada en Madrid, su funeral se celebra en la Catedral de León el 4 de enero de 1926, al que asiste una multitud de personas para despedirla.
Muerte de la condesa de Sagasta
A última hora de la madrugada ha fallecido doña Esperanza Mateo Sagasta Vidal, hija del ilustre político liberal D. Práxedes y esposa del ex ministro Sr. Merino. Al fallecimiento de su padre le fue concedido el título de condesa de Sagasta. Era dama de bondades singulares, de ameno trato y de gran modestia. Su muerte será muy sentida. Pertenecía a la orden de María Luisa y era vocal del Patronato Real para la trata de blancas. Enviamos nuestro pésame a su viudo, el conde de Sagasta, y a su hijo D. Carlos Merino.
Entierro de la condesa de Sagasta, El Imparcial, Madrid. 23 de diciembre de 1925
Ayer tarde, a las tres y media, se efectuó el entierro de la condesa de Sagasta, constituyendo una sentida manifestación de pésame.
Presidieron el duelo él marqués dé Torres de Mendoza, en representación del Rey; el ex presidente del Consejo marqués de Alhucemas, el conde de Sagasta, D. Carlos Merino; D. Bernardo Sagasta, el general Galarza y D. Ángel Galarza,
Entre la concurrencia, que era muy numerosa, figuraban el conde de Romanones, los marqueses de Santa Cristina, Aldama, Casa Pizarro, Casa Jiménez y Valdeiglesias; loe condes de Cerrageria y Valle de Súchil, barones de Velli y Rio Tovla, vizconde de Escoriaza, general Ochando, los es ministros Sres. Suárez Inclán, Gasset, Villanueva, Chapaprieta, Rivas y Rodrigáñez; Sres. Navarro Reverter, Elorrieta, Weyler (D. Fernando), Alonso Castrillo, Sánchez Albornoz, Soldevilla, GayEirre, Zambrano, Cortinas, Gullón, Grolzard, Suárez Inclán, Salvador (D. Amos y D. Miguel), Muñoz (D. Prudencio), -Raventós, Cantos, Sacristán, González Hontoria, Yáñez, Belaúnde. Polo de Bernabé, Gasset (D. Ricardo), Royo Vülanova, San Martín, Requejo, Herrero, Nárdiz, García Cortés, Benítez de Lugo, Alonso Ondarra, Piñerúa, Padilla y muchos más que no recordamos.
Descanse en paz la ilustro señora y reciba su familia nuestro sentido pésame.
El actual cementerio de León comenzó a construirse en 1928, cuatro años más tarde, el 1 de febrero de 1932 tiene lugar la primera inhumación en el nuevo camposanto leonés. Un panteón destacado es el que perteneció a la Condesa de Sagasta, (Patio de San Marcelo, Cuartel D, Manzana F, número 1), y que la Diputación de León compró a sus descendientes en su día, para albergar allí el Panteón de los Hombres Ilustres, en donde poder albergar a personajes de la historia leonesa. Ahora tan solo descansa una persona, Félix Gordón Ordás, el primer presidente de la República española en el exilio, pese a que se han intentado recuperar los restos de otros personajes leoneses, el panteón ha quedado con un único enterrado.
Los restos de Fernando Merino y los de la Condesa de Sagasta están enterrados ahora en tumbas mucho más modestas que la fabulosa cripta a la que se accede por una puerta con las dos columnas del Templo de Jerusalén, uno de los símbolos de la Masonería.
La Papelera Leonesa
En 1900 se funda la Papelera Leonesa, S. A., en unas naves construidas en la calle Astorga. Esta empresa tenía el cometido de transformar paja de centeno en papel.
El Español, Madrid, 14 de febrero de 1900
Están inundadas las casas próximas a la estación del ferrocarril y el edificio en construcción de la fábrica Papelera Leonesa por efecto del desbordamiento del Bernesga que forma un lago de gran extensión. No ha habido mayores desperfectos hasta ahora; pero en el curso superior del rio han debido ocurrir porque las aguas arrastran efectos y ganados. Entre La Granja y Torres Magaz ha chocado el tren mixto de Galicia contra una gran masa de tierras desprendidas de las trincheras. Ha resultado destrozada la máquina, muerto el maquinista, Ramón Pérez, gravemente herido el fogonero y con varias contusiones dos viajeros. Se trasbordaron pasajeros y equipajes
Revista ilustrada de banca, ferrocarriles, industria y seguros, 10 de agosto de 1900
LEÓN
La Papelera Leonesa. D. Fernando Merino, el señor conde de Romanones y otros han constituido una Sociedad anónima para explotar una fábrica de papel en la margen derecha del Bernesga.
El 24 de agosto de 1907 un incendio en los almacenes de paja provocó tres víctimas mortales, y en 1909 una explosión destruyó casi toda la fábrica y cesó la actividad.
Acción de La Papelera Leonesa de 1900 instalada cerca de la estación de ferrocarril.
Actualidades, Madrid, 12 de agosto de 1902.
Uno de los puntos visitados por el monarca con mayor detenimiento ha sido, sin duda alguna, León, a donde llegó a las dos de la tarde del día 7. Desde las doce comenzó a acudir gente a la estación, cuyos alrededores se hicieron intransitables. El momento de la llegada fue anunciado al pueblo leonés por medio de infinidad de bombas y cohetes disparados en el momento preciso de entrar el regio tren en la estación. El entusiasmo fue indescriptible, oyéndose muchos vivas, a los que el monarca saludaba militarmente mientras la banda del regimiento do infantería de Burgos dejaba oír las notas de la Guardia Real. En los andenes esperaban a Don Alfonso: el inspector de sección, D. José Campo, el gobernador civil, D. Enrique Ureña, el gobernador militar, D. Amos Quijada y los diputados a Cortes don Fernando Merino y D. Gregorio Jove.
Subieron en un coche S. M. y el príncipe de Asturias; en otro el cuarto militar, y en otros varios los ministros, diputados, etc. Desde la estación se dirigió la regia comitiva a la catedral, a cuyas puertas fue recibido por el obispo y el cabildo. Terminado el Te Deum, Don Alfonso se posesionó de la histórica silla que bajo un precioso dosel existe en el coro, reservada únicamente a los reyes de España.
Después de esta ceremonia se dirigieron todos a la sala capitular, ocupando el cabildo sus puestos, a cuya presencia Don Alfonso juró los estatutos de la Iglesia, recorriendo después y admirando la valiente arquitectura de tan esbelto como precioso monumento. El obispo sirvió a S. M. de cicerone, ensenándole cuanto de curioso encierra la referida catedral.
Terminada la visita a las tres menos cuarto, se puso nuevamente en marcha la comitiva, dirigiéndose al palacio de la Diputación provincial. Una vez en el palacio, y después de descansar el Rey una media hora, se verificó la recepción oficial que resultó brillantísima. Terminado dicho acto dirigióse Don Alfonso otra vez a la catedral con objeto de admirar con más detenimiento las bellezas que contiene.
El día 8 se dirigieron las reales personas, á las nueve de la mañana, a la Colegiata de San Isidoro, en cuyo atrio fueron recibidas por el Sr. Abad y todos los canónigos de la misma, con el ceremonial de rúbrica. En dicho templo admiró Don Alfonso XIII todas sus preciosidades, llamando poderosamente su atención la momia de Doña Sancha.
Desde la Colegiata se dirigió la comitiva hacia La Papelera Leonesa, recorriendo el monarca las dependencias todas de tan importante centro productor, presenciando con singular curiosidad bastantes de las operaciones que allí se efectúan, siendo asesorado por el gerente de la fábrica.
Acto seguido se dirigieron al palacio de los Guzmanes, en una de cuyas galerías se celebró el anunciado banquete oficial. La galería donde tuvo lugar, estaba suntuosamente engalanada. La presidencia fue ocupada por Don Alfonso XIII, a cuya derecha se veía al príncipe de Asturias, y en el resto de los asientos estaban todos los altos dignatarios y personal invitado. Al terminar el banquete, S. M. y su séquito salieron con dirección a Oviedo, a cuya ciudad llegaron á las seis y veinte.
Nuevo mundo, Madrid, 16 de agosto de 1902
No fue menos ferviente que en Oviedo el entusiasmo con que D. Alfonso XIII fue recibido en León; la antigua corte de los Bermudos y los Ordoños estaba adornada con sus mejores galas y lucía no solamente lo que pudiéramos llamar sus pergaminos arquitectónicos sino también las nuevas fuentes de riqueza que atesora en sus modernas fábricas, especialmente La Papelera. Su Majestad visitó la incomparable catedral leonesa; fijándose en la particularidad de que las venerandas reliquias de San Froilán, patrono de la ciudad, estuviesen contenidas en dos urnas en vez de una sola. Hubo la correspondiente recepción y por más que, al decir de los periódicos, la gente palaciana no demostrase el mejor tacto, pudo más el amor del pueblo que las reglas que querían imponer aquellos señores, y así pudo S. M. el Rey apreciar de cerca los sentimientos de calurosa adhesión de aquellos leales habitantes. Aparte de esto, no es ningún secreto la importante parte que en la recepción hecha al rey en la ciudad de los Garcías y Fruelas tomó el Sr. de Merino, yerno de señor, Sagasta (D. Práxedes), persona que cuenta con las mayores simpatías en aquella capital.
Desde León fueron S. M. el Rey y su séquito a Trubia donde pudieron admirar lo bien montada que está aquella fábrica de cañones; S. M. disparó dos cañonazos con una pieza sistema Ordoñez y felicitó a los directores y al personal en general por el brillante estado en que se halla aquel establecimiento. Continuó luego el viaje por Avilés, y vuelta a Oviedo, donde se repitieron con más entusiasmo que nunca las demostraciones de fervoroso dinastismo. S. M. salió esta vez de Oviedo para visitar el famoso templo de Covadonga, cuna de la reconquista, después de lo cual prosiguió su excursión en dirección a Santander, debiendo verificar por tierra el viaje a causa de haberse presentado algún caso de sarampión a bordo del Giralda.
Caras y caretas, Buenos Aires, 20 de septiembre de 1902
Imagen de Blanco y Negro.
La Época, Madrid, 8 de agosto de 1902.
En la Papelera Leonesa. — Donativo del Rey. — Obsequio a S. M.
LEÓN 8 (10,50 mañana).—Desde la colegiata la comitiva Regia se dirigió a la Fábrica Papelera Leonesa, de los Sres. Merino y Compañía. En la visita a esta excelente Fábrica acompañó a S. M. el hijo político del presidente del Consejo. Una Comisión de obreros entregó a D. Alfonso un mensaje de felicitación. S. M. lo agradeció mucho y manifestó que, por el interés que los obreros le inspiran, aconsejará siempre que se conceda la merecida protección a la clase proletaria. Recogiendo las frases del Monarca, el ministro de Agricultura dijo que el Gobierno se inspira en los mismos deseos que S. M.
El Rey recorrió con gran detenimiento todos los talleres de la Fábrica, examinando y viendo funcionar la maquinaria y enterándose de los más minuciosos detalles. A su paso por los talleres, el Rey fue constantemente aclamado por los obreros, así como a la salida. El Rey salió muy complacido de la visita, dirigiéndose desde la Fábrica al palacio de la Diputación. S. M. ha dado orden para que se entreguen al alcalde de León, Sr. Guisasola, 2.500 pesetas, como donativo para socorrer a los pobres. Las monjas del convento de la Concepción han enviado al Rey un obsequio, consistente en algunos dulces confeccionados per ellas. — Mascarilla.
La Papelera Leonesa. — Detalles de la Fábrica. — El mensaje de los obreros.
LEÓN 8 (11,10 mañana). — La Fábrica de los señores Merino y Compañía, que lleva el título de Papelera Leonesa está situada cerca de la estación. El producto que en ella se fabrica es papel para envolver. Esta industria fue inaugurada hace un año. Como primera materia consume la fábrica la paja de centeno, que es muy abundante en toda la región leonesa. El capital social es de un millón de pesetas. El motor tiene 500 caballos de fuerza. La producción actual de la fábrica es de 700.000 kilogramos anuales de papel; pero es susceptible de producir doble cantidad. Este producto se vende en la fábrica a 28 pesetas los 100 kilos. En España no existen más que dos fábricas similares, una de ellas en Zaragoza.
Los obreros de la fábrica, en el mensaje que presentaron a S. M. piden que el Rey atienda con justicia a la resolución de las cuestiones sociales. El documento termina diciendo al Soberano que, así como su padre fue el Rey pacificador, él debe ser el Rey protector de los obreros. — Mascarilla.
Madrid científico. 1903, n.º 416
La Dirección general de Obras públicas ha negado al Ingeniero afecto a la 1.ª División de ferrocarriles, D. Felipe Gutiérrez, el permiso que había solicitado para hacer estudios de aprovechamientos de aguas para usos industriales, fundándose en que pueden ser incompatibles aquellos trabajos, en algunos casos, con las funciones del cargo que desempeña.
Por idénticas razones se ha denegado también el permiso solicitado por el Ingeniero Jefe de León, D. Manuel Diz, para prestar sus servicios profesionales a la Sociedad la «Papelera Leonesa», autorizándosele sólo para poder ser Consejero de dicha Sociedad.
— «Esto clama al Cielo. No han valido mis representaciones, y yo me quedo sin pan y más de 90 niños sin instrucción. ¡Y todo porque está inservible el inodoro! ¡Ah!, es verdad, y así se lo dije al inspector y así quiero que lo sepa el ministro. El inodoro está inservible, como un gobernador cesante o un ex consejero de la Corona.
Cuando en 1902 dictó Romanones su real orden, lo cumplí todo ad pedem litterae, é hice más, mucho más, porque yo me adelanto siempre a los deseos de los que mandan. No sólo instalé el inodoro, que me costó, con la tubería y gajes, 1.000 pesetas, ¡infeliz de mí!, sino que encargué a la Papelera leonesa, de Romanones y Merino, noventa y cuatro kilómetros de cinta de papel higiénico. Como el inodoro era aquí una novedad y era muy puesto en razón sacarle el jugo, ya que tanto había costado, quise inaugurarle solemnemente con una fiesta literaria, a la cual asistió nuestro diputado, canalejísta, por cierto, que tiene la lengua muy gorda, y al final hubo un modesto banquete. Dicho señor diputado pronunció un discurso notable, demostrando la beneficiosa influencia pedogógica (esto fue lo que le entendió todo el auditorio), la beneficiosa influencia pedogógica del inodoro, especialmente en la enseñanza de ciertas materias. Hizo ver cómo los ministros liberales tenían puestos los ojos en aquel indispensable elemento de cultura, y dio por comenzado el curso, pidiendo un mensaje de felicitación para dar parte de todo al ilustre conde de Instrucción publica.
Yo mismo redacté el mensaje y lo remití a Madrid, acompañado de algunos trozos del papel higiénico, ya usado por los niños, para que el señor ministro con sus propios sentidos se convenciera de mi celo. Esperaba yo (¡flaqueza mía!) una encomienda de Alfonso XII, por lo menos.
»Al principio —continúa el memorial— todo fue bien; pero a los pocos días se me desorganizó la escuela con las entradas y salidas incesantes de los niños, porque eran muchos los que varias veces levantaban la mano derecha con el índice extendido, que era la señal concertada para ciertas urgencias. Con todo no hice gran caso, porque era el tiempo de las ciruelas; pero llegó a tal punto el desorden, que hube de poner los medios para evitarlo, y me enteré (¡horror!), de que los malditos rapaces habían tomado a juego lo del inodoro, se iban a él en pandillas; echaban dentro tapones de botellas, cajas varias de fósforos y bolitas de papel pautado, y se divertían tirando de la cuerda para que el agua descendiera furiosamente y formara remolino en el vaso de porcelana. Mi indignación no tuvo límites.
— « ¿Así, les dije, respetáis al Gobierno? ¿Así estimáis el discurso de nuestro diputado y los desvelos míos?... ¡Ea!, ¡se acabó el inodoro! El que tenga que levantar el dedo índice que se vaya a la calle.
» — Aquel día se inutilizó el chisme en cuestión, y desde entonces, va para tres años, sólo alguna vez que otra han levantado el dedo los hijos del alcalde, y la escuela marchaba admirablemente...»
Almacenes de la papelera Leonesa que acaban de ser destruidos por un incendio, 21 de agosto de 1907
La Defensa profesional. 24 de septiembre de 1909
Admisión de valores. -La Junta Sindical del Colegio de Agentes de Cambio y Bolsa de esta plaza, ha acordado que se admitan a la contratación pública las 555 obligaciones al portador é hipotecarias, de a 500 pesetas nominales, en una sola serie, emitidas por la Papelera Leonesa, al 5 por 100 anual y amortizables a la par en 25 años a contar desde 1 de Marzo de 1910.
El Financiero hispano-americano, 1 de octubre de 1909
En otro orden de ideas, la Sociedad Leonesa de Productos Químicos, que siendo propiedad de un particular produjo su fábrica una verdadera fortuna, ha dejado en absoluto de ser negocio al convertirse en Sociedad anónima. La Papelera Leonesa, Sociedad libre, ofrece, asimismo, un contraste diametralmente opuesto al de la mayoría de las fábricas libres que presentan situaciones económicas fáciles, buenas, desahogadas y hasta óptimas, en algún caso.
La Prensa, Madrid, 21 de diciembre de 1909
Explosión en una fábrica
(POR TELÉGRAFO) León, 20.
En la fábrica titulada La Papelera Leonesa se ha producido la explosión de un depósito de vapor que estalló con horrísino estruendo. En las dependencias del edificio se hallaron un muerto y tres heridos; pero no fueron éstas las únicas victimas del siniestro. Un obrero que subió al tejado para cortar el incendio que se había producido, tropezó con un cable de luz eléctrica, quedando en el acto carbonizado. - C.
El Financiero hispano-americano, 26 de mayo de 1911
5 de Junio de 1911 (Junta General ordinaria y extraordinaria).— La Papelera Leonesa. — Calle de la Lealtad, 12, Madrid.
El Fusil, Madrid, 23 de noviembre de 1912
¡Romanones jefe de un gobierno! ¡Romanones continuando la Historia de España, como Cánovas!
¡Y qué inerte la de este hombre!
Ahora no le reclamará el Banco de España las 525.000 pesetas que le adeuda, por haber salido responsable a un préstamo que nuestro primer establecimiento de crédito hizo a la Papelera Leonesa.
¡Qué suerte la de Romanones!
Pero no se la envidio.
¡Jal ¡Ja! ¡Ja!
Madrid científico. 1918, n.º 957
Valores industriales retirados de la cotización oficial.
Han sido eliminados de la cotización por acuerdo de la Junta Sindical de la Bolsa, los valores correspondientes a varias Sociedades que desde hace años no cumplieron los requisitos de comunicación de balances, amortizaciones, etc., a que estaban obligados.
Dichas Empresas son las Sociedades de Electricidad Segoviana, Sur de Madrid, Fábrica del Norte y la Española; Compañía Carbonífera de Aragón, Compañía del Ferrocarril de Alicante a la Marina, Ferrocarril Metropolitano de Madrid, Compañía Navarro Aragonesa Cinco Villas, Sociedad La Papelera Leonesa y Sociedad The Corunna Waterworks.
La Tribuna, Madrid, 9 de abril de 1918
EL PLEITO DEL PAPEL
La conducta de La Papelera
La actitud de la Prensa contra La Papelera está justificada:
Porque ha constituido un monopolio ilegal, acaparando casi todas las fábricas nacionales de papel. Porque ha subvencionado a las otras para que no suministraran papel, en la siguiente forma:
Con 50.000 pesetas anuales a la de Miguel Rivilla y Compañía.
Con 25.000 a la de Remigio Albors.
Con 50.000 a la de Carin Hermanos y Berroeta.
Con 30.000 a la Papelera Leonesa.
Con 75.000 a la de «La Vanguardia», de Barcelona.
Porque adquirió en 300.000 pesetas la fábrica de Tajuña, sólo para cerrarla.
Porque se beneficia, a costa de los consumidores, aprovechando las ventajas del Arancel, que mientras deja entrar libremente la pasta para la fabricación del papel, hace que el ya fabricado pague unos derechos que representan el 22,44 por 100 de su valor.
Porque no ha sabido nacionalizar la industria, ya que en la Mancha se había iniciado la producción de pasta de papel, y en la actualidad continúa casi paralizada, puesto que sólo se obtienen 10.000 toneladas al año, siendo 50.000 las que se necesitan para el consumo español.
Porque encima de todo esto utiliza los beneficios que le proporcionan los consumidores para crear periódicos desde los cuales ultraja a sus clientes.
El Imparcial, Madrid, 23 de octubre de 1918
Se vende junto y separado
Dos calderas semitubulares de 125 m. de calefacción timbradas a 8 k. Una máquina de vapor horizontal de 400 HP., nueva. Ocho piedras de molino de 1,80 x 0,45. Seis id. Id. de 1,50 x 0,45. Bombas centrifugas y otras; vía cubil, plataformas con dos básculas 30.000 kg., transmisiones con sus poleas y cojinetes, de 60 a 150 mm., un tomo cilíndrico de 2 m. entre puntos y un cepillo para hierro de 65 cm de recorrido, y otras muchas cosas. Para verlo y tratar Papelera Leonesa, en León, y en Madrid, ronda de Toledo, 22, Serafín Paúl
El Sol, Madrid, 19 de mayo de 1922
VENTA DE FABRICA
Se venden por Central Papelera, previo concurso particular, edificios propios para Industria en León que estuvieron destinados a fábrica de papel con el nombre de Papelera Leonesa. Se admiten proposiciones, hasta el día 20 de junio próximo, en sobre cerrado y lacrado, del que se acusará, recibo a quien lo solicite, y no se abrirán hasta dicha fecha. Central Papelera resolverá definitivamente sobre las proposiciones recibidas dentro de los quince días siguientes a la fecha antes indicada, reservándose expresamente la facultad de aceptar cualquiera de las proposiciones o de rechazarlas todas. Para informes, dirigirse a Central Papelera, Florida, 8. Madrid.
Papelera Española
Buena parte de los contactos que condujeron a la creación de la Papelera Española corrieron a cargo de dos personajes prominentes: Luis Canalejas, hermano del presidente del Consejo de Ministros y propietario de la Papelera del Tajuña, y Fernando Merino, de La Papelera Leonesa, yerno de Sagasta y fugaz gobernador del Banco de España.
La historia de la industria química y farmacéutica leonesa tiene históricamente su punto de arranque en la fábrica de los Merino en el barrio de San Lorenzo a principios del siglo XIX, aunque aquella primera Sociedad Leonesa de Productos Químicos no se constituyó como tal hasta 1903. Con el inicio del siglo se constituyó también la Sociedad Papelera Leonesa, adquirida en 1933 por la Unión Química Española para fabricar productos también médicos. En 1941 la compró Juan Abelló, cuyos productos farmacéuticos fueron evolucionando hasta la producción en los años 70 de los populares Frenadol, Citrovit y Prevalón.
El conjunto arquitectónico fue estrenado en esas fechas por la Sociedad Papelera Leonesa, con el fin de producir papel, pasta y cartón. Pocos años después de su inauguración, en 1907, un incendio destruyó parte de sus instalaciones y la producción de papel en León llegó a su fin. No obstante, las instalaciones fueron aprovechadas para que diversas empresas del sector químico elaboraran sus compuestos en los laboratorios donde tiempo atrás se producía el papel.
En 1925 el edificio fue adquirido por la Real Compañía Asturiana de Minas y en 1933 ocupado por la Unión Química Española, hasta que Juan Abelló Pascual lo compró en 1941 para instalar en él la filial de su empresa.
Desde que en 1894, la Real Compañía Asturiana de Minas inscribe los solares en el Registro, hasta 1944, fecha en que comienza la fabricación de agua oxigenada, con el nombre actual de «Productos Químicos Abelló»; La Papelera Leonesa, un almacén de abonos y los talleres de la Legión Cóndor ocuparon sus instalaciones.
En 1953 la fábrica leonesa de Abelló S.A. fabricaba agua oxigenada, éter anestésico, urotropina y diversos alcaloides, como la efedrina.
La extracción legal de los alcaloides derivados del opio no es nueva. España logró la primera autorización en 1934 y fue la Fábrica de Productos Químicos y Farmacéuticos Abelló la encargada de la misión.
España se ha convertido en la primera potencia mundial en producción de morfina destinada a la industria farmacéutica. Nuestro país triplicó en 2019 la producción de materias primas de opiáceos ricos en morfina tras aumentar un 589% la superficie cosechada con adormidera, la amapola real o Papaver somniferum. De esa planta se obtienen los alcaloides morfina, codeína y tebaína que luego se utilizan, principalmente, en la fabricación de analgésicos para tratar el dolor de moderado a severo y también para medicamentos supresores de la tos, la obesidad, adicciones y ciertos trastornos digestivos. España es el principal productor del mundo de morfina, seguida de Turquía, Australia, Francia, India y Hungría, los seis países que concentran el 96% de la fabricación global.
En 2021 se fabricaron en España un total de 114,15 toneladas, de las cuales 47,45 eran de morfina, 40,34 de codeína y 26,35 de tebaína, destinadas todas ellas a la fabricación nacional de medicamentos y a la exportación a entidades autorizadas en otros países.
Alcalíber SA. es la única empresa que cuenta con autorización para la fabricación en España de opiáceos destinados a la industria farmacéutica, y la tiene desde 1974. Alcalíber es la heredera de la Fábrica de Productos Químicos y Farmacéuticos Abelló, que Juan Abelló Pascual, doctor en química y farmacia natural de Reus (Tarragona) abrió en el barrio de Prosperidad de Madrid a mediados de los años veinte. Ya con su hijo al mando de la empresa, Juan Abelló Gallo, luego convertido en magnate de las finanzas, se constituyó en 1973 Alcalíber SA, a la que un año después el Ministerio de Sanidad otorgó la autorización para cultivar y producir adormideras para la fabricación de estupefacientes de uso farmacéutico. La familia Abelló siguió con el negocio hasta mayo de 2018, cuando en plena campaña del cultivo de adormideras, poco antes de la recolección, su grupo inversor, Torreal, decidió venderla al grupo Global Healthcare Opportunities (GHO), con sede central en Saint James Square, Londres, por una suma que superó los 200 millones de euros.
Castilla y León, La Rioja o Andalucía son algunas de las comunidades donde más de 300 agricultores cultivan cada año la Papaver somniferum que abastece al monopolio de la morfina española. Por razones de seguridad, no se puede saber dónde se encuentran esos terrenos, que, en alguna ocasión, han llegado a ser objeto de robos. Alcalíber les proporciona las semillas, las máquinas cosechadoras y todo el asesoramiento que necesitan para la siembra y uso de herbicidas y fertilizantes, además de encargarse luego del transporte de la producción a su fábrica de Toledo.
En los primeros tiempos de la posguerra, la fábrica de Abelló era considerada una excepción entre los laboratorios estatales, porque la mayoría se limitaban a envasar producto importado, mientras que ellos y FAES, de Bilbao, eran verdaderos elaboradores de materia prima farmacéutica. En 1949 se produjo un gran hito, la creación de la empresa Antibióticos SA, a partir de la inversión de cuarenta millones de pesetas aportados por un grupo de laboratorios líderes: Zeltia (fabricantes de insecticidas y embrión de la actual Pharma- Mar), Ibys (Instituto de Biología y Sueroterapia), Laboratorios Leti, Unión Químico-Farmacéutica, Instituto Llorente y la compañía de Abelló. Este nuevo emblema farmacéutico, que tenía como gerente al empresario Federico Mayor Domingo (padre de Federico Mayor Zaragoza), logró la distribución de la penicilina en España en un régimen casi de monopolio.
Carlos Merino Sagasta
Carlos Merino y Mateo-Sagasta nació en 1895 y fue abogado y diputado a Cortes por León en 1918 y 1923.
El 25 de febrero de 1920 se casó en Madrid, con María Luz González del Valle y Cantero, con la que tuvo un hijo en 1921, Fernando Merino y González del Valle.
Fernando Merino y González del Valle se casó el 20 de mayo de 1950, en Lima, con Ester Loredo y del Solar, con la que tuvo un hijo en 1951, Fernando Merino y Loredo.
Fernando Merino y Loredo se casó el 15 de febrero de 1979, en Lima, con Nora Gómez Monroy, con la que tuvo un hijo en 1982, Fernando Merino y Gómez.
El Porvenir de León - DIARIO LIBERAL INDEPENDIENTE - 12 de Febrero de 1918
Ayer, a las siete de la tarde, tuvo lugar la reunión liberal en la casa del ilustre jefe Sr. Conde de Sagasta. Por lo tanto, la candidatura para los próximas elecciones, es como sigue: La Vecilla, Conde de Sagasta; La Bañeza, Pérez Crespo; Astorga, Gullón; Valencia de Don Juan, Castrillo; Sahagún, Barriobero; León, Eguiagaray; Ponferrada, Sáez de Vicuña; Riaño, Carlos Merino Sagasta.
1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13,
La Época, Madrid. 21 de marzo de 1918,
EN EL TRIBUNAL SUPREMO
VISTA DE LAS ACTAS PROTESTADAS
Riaño. Impugnó el acta D. Mariano Molleda, a quien D. Carlos Merino, hijo del conde de Sagasta, derrotó por 33 votos. Dijo que había sido proclamado candidato ilegalmente el Sr. Merino, el día 17, en la Junta provincial del Censo de León, porque no compareció, ni envió apoderado que le representase, como exige el art. 26 de la ley electoral, a consecuencia do lo cual debió quedar proclamado diputado electo, por el art. 20 de la ley, el Sr. Molleda. Pide, por eso, que se haga al Congreso la tercera de las propuestas del art. 53.
Alega luego que la candidatura de D. Carlos Merino se anunció en un periódico, todo el tiempo que precedió a las elecciones, como ministerial, y que recorrió el distrito el conde de Sagasta. representante de la Compañía Arrendataria de Tabacos en la provincia, con lo cual ejerció coacción sobre los estanqueros. Habló de la compra de votos, diciendo que se están instruyendo cinco sumarios por ello: dos en el Juzgado de La Vecilla, y tres en el de Riaño; agregando que en el expediente existen cinco actas notariales referentes a compras realizadas en varios pueblos.
En uno se llegó a exponer un edicto anónimo haciendo saber al vecindario que el pueblo había recibido 1.000 pesetas para que votase al Sr. Merino; en el mismo se reunieron las mujeres para ver el billete; pues no habían visto ninguno de 1.000 pesetas.
En todas las actas, según manifestó, aparecen indicados los nombres de los que dieron el dinero, y en tres de ellas confiesan haberlo recibido aquellos a quienes se dio. Pidió que se practiquen informaciones para acreditar tales compras. Suplicó que, de no hacerse la tercera propuesta del art. 53, como solicitó antes, se haga la segunda: nulidad de la elección y necesidad de nueva convocatoria.
Por último, hizo constar que D. Carlos Merino no tiene los veinticinco años que exige el art. 4º de la ley electoral para el cargo de diputado; pues nació el 29 de Enero de 1895; cosa que no negará el propio interesado. El Sr. Merino (D. Carlos) sostuvo su capacidad, y solicitó la validez de la elección.
Revista política y parlamentaria. 1 de mayo de 1918
La Voz de Aragón, 14 de Febrero de 1931
UNA CONFERENCIA CON EL MINISTRO DE LA GOBERNACION, Y EL REGRESO DEL SEÑOR DIAZ CANEJA
Con el ministro de la Gobernación, señor Matos, conferenció ayer por teléfono el gobernador, señor de Castro. Al recibir a los periodistas les manifestó el señor Castro que, por su conversación con el ministro, deduce que el gobernador, don Juan Díaz Caneja, regresaba en seguida a Zaragoza.
El señor Díaz Caneja termina ya su visita al distrito de Riaño, que aspira a representar en Cortes. A juzgar por las referencias que consignan los diarios de Castilla, lleva muy bien su elección el señor Díaz Caneja, habiendo acordado apoyarle los elementos merinistas, en vista de la retirada de su candidato, conde de Sagasta.
Región, 29 de Julio de 1933
El 28 de julio de 1933 tuvo lugar en Madrid el entierro del joven abogado Conde de Sagasta, Carlos Merino y Sagasta, hijo de Fernando Merino, que murió a causa de una pulmonía.
Hijo único del exministro conde de Sagasta y de la virtuosa dama doña Esperanza Sagasta, ambos de grata memoria, y nieto del que fue insigne jefe del partido liberal don Práxedes Mateo Sagasta, Carlos Merino entró muy joven, casi adolescente, en la política bajo los auspicios de apellidos tan ilustres. Pero por sí solo, por su talento, su cultura, su don de gentes y demás cualidades positivas de su persona, hubiera tenido acceso igualmente a puestos preeminentes de la vida pública, como lo tuvo, en efecto, siendo diputado a Cortes en varias legislaturas, y elemento activo en la vida, entonces singularmente brillante, del Ateneo de Madrid, en donde Carlos Merino destacó, casi desde niño, sus dotes de buen polemista, de conferenciante cultísimo, y de auténtico intelectual, poseído de los afanes de un espíritu selecto.
Desde hace algún tiempo vivía apartado de la vida pública. Los libros y su aficiones artísticas consumían toda su actividad.
Reciban la viuda, doña María Luz González del Valle, e hijos del finado la expresión de nuestro sentimiento.
Los descendientes
Tras el fallecimiento del matrimonio Merino-Sagasta, sus descendientes no volvieron por la ciudad de León, vendieron sus posesiones en España y emigraron a Perú, donde residió Fernando Merino y Loredo, IV Conde de Sagasta.
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