jueves, 20 de junio de 2024

Clases sociales en Europa

Informes España

José María Martín Patino fue un sacerdote español que en 1985 creó la Fundación Encuentro, una entidad cultural privada que tiene como finalidad estudiar desde diferentes ángulos los problemas de la sociedad española y promover el diálogo para su resolución. Desde 1993 publicaba un informe anual, con la colaboración de reconocidos especialistas.

En el Informe España 2015, en su Capítulo 18, LAS CLASES SOCIALES EN ESPAÑA: CAMBIO, COMPOSICIÓN Y CONSECUENCIAS, se puede encontrar un estudio pormenorizado de las clases sociales en España en ese año.

Con la desaceleración de la actividad económica en numerosas ramas productivas, la gran recesión que ha experimentado España estos últimos años ha reducido el nivel material de vida de amplios segmentos sociales.

Sin ánimo de infravalorar la importancia de otras dimensiones, las implicaciones de mayor relevancia social de la crisis económica son casi con toda seguridad las referidas al mundo laboral: la pronunciada caída del PIB se ha traducido en una destrucción masiva de puestos de trabajo, un incremento vertiginoso de la tasa de paro y un empeoramiento de las condiciones laborales en términos tanto de estabilidad como de ingresos. Tales son, en efecto, los rasgos más visibles de la crisis y, desde luego, los que han generado mayor preocupación social. Precisamente por ello, el deterioro del mercado laboral español en lo que se refiere a sus diversas manifestaciones, las causas del desempleo, las medidas más adecuadas para reducirlo y las posibles maneras de mitigar sus consecuencias han ocupado el centro del debate en las ciencias sociales en nuestro país. 

Clases sociales en Gran Bretaña en 2015

En la década de 1950 en Gran Bretaña, hablar de clases estaba mal visto, pero ahora esta discusión ha pasado abiertamente a la esfera pública. En 2011, más de 300.000 personas se ofrecieron como voluntarias para descubrir la "clase" a la que pertenecían, participando en la Great British Class Survey (GBCS) de la BBC. Con estos resultados Mike Savage y su equipo de expertos en sociología, Lisa Mckenzie, Sam Friedman y Daniel Laurison de la LSE elaboraron el libro Las clases sociales en el siglo XXI, publicado en 2015. Se trata de un meticuloso desglose de los diferentes estratos sociales, atendiendo a las diferencias en cuanto al capital económico, cultural (intereses y nivel educativo...) y social (entramado de relaciones personales...) de los ciudadanos encuestados. Este enfoque proviene del sociólogo francés Pierre Bourdieu, quien en su libro Distinction (Routledge, 1984), ve la clase como una propiedad emergente de diferentes "capitales" que permiten a las personas acumular recursos a lo largo del tiempo de modo que sus ventajas relativas sobre los demás aumentan.

El estudio de Mike Savage establece las siguientes siete clases sociales.

Elite 

Los miembros de la clase élite constituyen el seis por ciento superior de la sociedad británica con un capital económico muy alto (particularmente ahorros), un capital social alto y un capital cultural intelectual muy alto. Tienen ocupaciones como directores ejecutivos, directores de TI y telecomunicaciones, directores de marketing y ventas. Estuvieron fuertemente representados gerentes y directores funcionales, jueces, abogados (abogados y procuradores), contables, gerentes financieros, médicos, dentistas, farmacéuticos , profesores y directores de publicidad y relaciones públicas. Además, muchos obtuvieron capital económico a través de fondos fiduciarios y herencias.

El ingreso familiar promedio de los hogares de élite en 2011 fue de 89.000 libras. Su edad media se encuentra en los 57 años y el 97% de ellos viven en un hogar de su propiedad. El precio medio de la vivienda era de 325.000 libras esterlinas o más. Pocos son minorías étnicas; muchos son graduados y más de la mitad provienen de familias que también pertenecían a la clase élite. Los graduados de universidades de élite están sobrerrepresentados, en particular de Oxford, Cambridge, King's College London, University College London, London School of Economics, Durham University, University of Edinburgh, University of Bristol, Imperial College London y City University of Londres. La encuesta también indicó que los graduados de la London South Bank University, que generalmente no se considera una universidad de élite, estaban sobrerrepresentados, en parte debido a su ubicación. Trinity College Dublin, la Universidad de Edimburgo, St Andrews y Durham son las únicas universidades ubicadas fuera del sur de Inglaterra. Los hogares de élite se encuentran principalmente en Londres y los condados de origen. 

Clase media establecida

Los miembros de la clase media establecida, alrededor del 25 por ciento de la sociedad británica, reportaron un alto capital económico, un alto estatus de contactos sociales medios y un capital cultural tanto intelectual como emergente. Las ocupaciones bien representadas incluyeron ingenieros eléctricos, terapeutas ocupacionales, parteras, profesionales ambientales, agentes de policía, profesionales de control de calidad y regulación, funcionarios de planificación urbana y profesionales de la enseñanza con necesidades especiales. No son ellos los que toman las grandes decisiones económicas y políticas, sino que son definidos en el estudio como “gregarios”, aunque ya comiencen a adoptar las costumbres de ocio de la élite.

En 2011, la clase media establecida tenía un ingreso familiar promedio de 47.000 libras al año (60.000 euros) y poseía una casa con un valor promedio de 177.000 libras con un ahorro promedio de 26.000 libras. Muchos eran graduados y la mayoría de sus miembros trabajan en profesiones liberales o en gestión. Muchos procedían de familias con profesiones liberales y directivas. Hay algunas minorías étnicas. Se dedican a una amplia variedad de ocupaciones, pero muchos son profesionales del servicio público o ocupan puestos directivos. Viven en toda Gran Bretaña, muchos fuera de las grandes ciudades o conurbaciones. Se les puede describir con justicia como "cómodamente acomodados, seguros y establecidos". Tienen una edad media de 46 años.

Clase media técnica

La clase media técnica, alrededor del 6 por ciento de la sociedad británica, muestra un alto capital económico, pero relativamente pocos contactos, y un capital cultural moderado. Las ocupaciones representadas incluyen radiógrafos médicos, pilotos de avión, profesionales de ciencias naturales y sociales y científicos físicos, profesionales de alto nivel en establecimientos educativos y puestos administrativos, de investigación y comerciales. 

La clase media técnica está relativamente bien situada, con ingresos familiares promedio de 38.000 libras, ahorros promedio de 66.000 libras y casas con un valor promedio de 163.000 libras. Los miembros de la clase reportan el menor número de contactos sociales de todas las clases, aunque tienden a ser de alto estatus, probablemente en su mayoría otros expertos profesionales. Está relativamente desconectado culturalmente tanto de la cultura intelectual como de la emergente. Las mujeres constituyen alrededor del 59 por ciento de esta clase. Muchos de la clase media técnica realizan investigaciones o trabajos científicos y técnicos; Una parte de los graduados provienen de universidades establecidas y prestigiosas con sólida reputación en ciencia, como la Universidad de Birmingham, la Universidad de Warwick, la Universidad de Cambridge, la University College London, la Universidad de Southampton y el Imperial College London con títulos en ciencia y tecnología. Gran parte de la clase media técnica vive en el sudeste de Inglaterra, donde se encuentran trabajos científicos y técnicos. Si viven en una zona urbana, viven en los suburbios. Muchos de ellos tienen orígenes de clase media pero están menos comprometidos social y culturalmente con las artes y las humanidades. Su edad media se encuentra en los 52 años.

Nuevos trabajadores prósperos

Los nuevos trabajadores adinerados, alrededor del 15 por ciento de la sociedad británica, muestran un capital económico moderadamente bueno, un estatus de contactos sociales relativamente pobre, aunque muy variado, y un capital intelectual moderado pero un buen capital cultural emergente. Las ocupaciones incluyen electricistas e instaladores eléctricos; trabajadores postales; cajeros minoristas y operadores de caja; fontaneros e ingenieros de calefacción y ventilación; asistentes de ventas y venta minorista; funcionarios de vivienda; auxiliares de cocina y catering; Técnicos en aseguramiento de la calidad. 

Los nuevos trabajadores adinerados obtienen puntuaciones altas en capital cultural "emergente", pero bajas en capital cultural intelectual. Las formas establecidas de capital cultural parecen ser rechazadas. El ingreso familiar promedio es moderado; El ahorro promedio es pequeño, con un valor promedio de la vivienda de 129.000 libras en 2011. Es económicamente seguro sin estar muy acomodado. Los miembros tienen muchos contactos sociales, aunque las puntuaciones de estatus tienden a ser moderadas. En general, esta clase obtiene una puntuación moderadamente buena en las tres capitales, con una inclinación particular por el capital cultural emergente. Son social y culturalmente activos y relativamente prósperos. Suelen provenir de familias que no pertenecen a la clase media y pocos han ido a la universidad. El 57 por ciento son hombres. Quienes son graduados asistieron a universidades como Liverpool Hope, la Universidad de Bolton o la Universidad de West England. Muchos son jóvenes que desempeñan trabajos administrativos y manuales en el sector privado y en ocupaciones orientadas al cliente. Viven por toda Gran Bretaña, muchos de ellos en antiguos centros manufactureros. Su edad media se encuentra en los 44 años.

Clase trabajadora tradicional

Es uno de los grupos que ha disminuido sensiblemente de tamaño durante las últimas décadas. La clase trabajadora tradicional, alrededor del 14 por ciento de la sociedad británica, muestra un capital económico relativamente pobre, pero algunos activos inmobiliarios, pocos contactos sociales y un capital cultural emergente y de bajo nivel intelectual. Las ocupaciones típicas incluyen técnicos eléctricos y electrónicos; trabajadores de cuidado de personas; limpiadores; conductores de furgonetas; electricistas; atención residencial, diurna y domiciliaria. Tienen una edad media de 66 años.

La clase trabajadora tradicional con un ingreso familiar medio de sólo 13.000 libras. Sin embargo, muchos son propietarios de sus casas, con un valor promedio en 2011 de 127.000 libras, pero sólo ahorros modestos. Los contactos sociales son bajos y el estado de los contactos es moderado. Las puntuaciones en capital cultural intelectual son moderadas, y las puntuaciones en capital cultural emergente son particularmente bajas. La clase trabajadora tradicional obtiene puntuaciones bajas en casi todas las medidas de capital. Pocos son graduados y muchos ocupan ocupaciones tradicionales de la clase trabajadora, como camioneros, limpiadores, electricistas y ocupaciones administrativas de baja categoría. Muchas son mujeres. Quienes buscan educación superior tienden a buscarla en instituciones que reclutan estudiantes maduros o a tiempo parcial, como la Open University. Muchos viven en antiguas zonas industriales de Inglaterra fuera del sudeste de Inglaterra y en Escocia, Gales e Irlanda del Norte. A menudo representan una generación anterior y un período histórico anterior. 

Trabajadores del sector servicios emergentes

Es una de las nuevas clases que se han definido durante los últimos tiempos. El sector de servicios emergente, alrededor del 19 por ciento de la sociedad británica, muestra un capital económico relativamente pobre, pero ingresos familiares razonables, contactos sociales moderados y un alto capital cultural emergente (pero poco intelectual). Las ocupaciones típicas incluyen personal de bar, chefs, auxiliares y asistentes de enfermería, ensambladores y operarios de rutina, trabajadores de cuidados personales, ocupaciones de almacenamiento elemental, ocupaciones de servicio al cliente, músicos. 

El sector de servicios emergente en 2011 tenía un ingreso familiar promedio de 21.000 libras. Tiene pocos ahorros y es probable que viva de alquiler. Tienen un número importante de contactos sociales, que suelen tener un estatus social moderado. El capital cultural emergente es mayor para esta clase que para cualquier otra clase, lo que indica un alto grado de compromiso cultural en actividades musicales, deportivas y de Internet de los jóvenes, pero el capital cultural intelectual es bajo. A pesar de ser marginal en términos de su capital económico, su capital social y cultural es alto. Los trabajadores emergentes del sector de servicios son relativamente jóvenes, con una edad promedio de 34 años. Muchos pertenecen a minorías étnicas. Pocos son graduados o provienen de familias de clase media pero están culturalmente comprometidos con el capital cultural emergente. Las ocupaciones típicas son trabajo de bar, chef, ocupaciones de servicio al cliente y trabajadores de centros de llamadas. Ocupan una amplia variedad de puestos en el sector de servicios mal pagados. Algunos son graduados, algunos de los cuales han trabajado en artes y humanidades en universidades como Goldsmiths, la Universidad de York, Birkbeck y SOAS. Muchos viven en barrios urbanos económicos, incluido el centro de Londres, y en ciudades universitarias como Aberystwyth o York. 

Precariado

El precariado, alrededor del 15 por ciento de la sociedad británica, muestra un capital económico pobre y las puntuaciones más bajas en todos los demás criterios. Las ocupaciones típicas incluyen limpiadores, conductores de furgonetas, trabajadores sanitarios, carpinteros y ebanistas, cuidadores, ocupaciones de servicios de ocio y viajes, comerciantes y propietarios, y cajeros minoristas. El precariado es la clase más pobre con un ingreso familiar promedio de 8.000 libras (9.425 euros), ahorros insignificantes de unas 800 libras (942 euros), y el 80% de ellos viven de alquiler. Sus contactos sociales son pocos y de bajo estatus. El interés tanto en el capital cultural intelectual como en el emergente es bajo. Tan sólo uno de cada 30 miembros de esta clase social han gozado de educación superior. A menudo viven en antiguas zonas industriales pero lejos de las grandes zonas urbanas; Stoke-on-Trent es un lugar típico. Pocos han asistido a la universidad. Tienen una edad media de 50 años.

Precariado es un término utilizado por el economista británico Guy Standing, quien ha analizado el precariado como una nueva clase social emergente en un trabajo realizado para el think tank Policy Network y en su posterior libro Precariat: The New Dangerous Class y como una reflexión sobre la existencia de un grupo significativo caracterizado por altos niveles de inseguridad en todas las medidas del capital. 


La siguiente imagen muestra un resumen de todas las clases.

Las clases sociales en la España del siglo XXI

Javier Segura del Pozo, Médico salubrista 

Dentro de la serie de artículos sobre “Las clases sociales en la España del siglo XXI”  y basándose en el estudio del profesor Miguel Requena, Informe España 2011 de la Fundación Encuentro, basado en la Encuesta de Población Activa (EPA) del 2º trimestre de 2010 y en la Clasificación Socioeconómica Europea. Javier Segura del Pozo aporta una imagen de la distribución por clases sociales en España. Destaca el peso que tienen las llamadas “nuevas clases medias”, la escasa cualificación de la clase trabajadora y el incremento de las clases excluidas del mercado de trabajo, fruto de la crisis económica. En el análisis de clases sociales de las mujeres, destaca el peso de las empleadas administrativas (en la clase media) y el de las trabajadoras de los servicios personales y las dependientas de comercio (en la clase trabajadora), frente a la escasa presencia de obreras cualificadas.

Las 18.476.860 personas que constituían en ese momento la población ocupada de España, se distribuían de esta forma por clase social:

Según el análisis que hace Miguel Requena, las clases medias ya habían superado porcentualmente a las clases trabajadoras en 2010:

Hay un peso importante de las clases medias.

Las llamadas “nuevas clases medias” (profesionales y técnicos de las clases I, II, III y VI) representan el 38,6% de la población ocupada (en el siguiente articulo explicaremos que se considera la Clase I como parte de la “(nueva) clase media” y no como “clase alta” por el absoluto predominio de profesionales frente a altos directivos en esta categoría y la dificultad de captar a los “ricos” en las muestras de las encuestas).

Si se les suman las “viejas clases medias” (pequeña burguesía=autónomos y pequeños empleadores, agrupados en las clases IV y V), las clases medias suman un poco más de la mitad de la población (50,8%).

En relación a la clase trabajadora.

Hay una considerable y creciente presencia de trabajadores de cuello blanco de nivel bajo (trabajadores de los servicios y de comercio de rango inferior, con salarios bajos y condiciones precarias de empleo), a los que llama “nuevo proletariado” y representa el 14,7%.

La vieja clase obrera está compuesta mayoritariamente (más de 2/3) por trabajadores no cualificados (24,4% del total), representado los trabajadores cualificados  solo el 10,1% del total (menos de 1/3)

La vieja y nueva clase obrera suman la otra mitad de la población ocupada, ligeramente por debajo de las clases medias (49,2%).

La clase social X (excluidos del mercado de trabajo) es la mayoritaria en 2012

Este análisis (51% clases medias; 49% clases trabajadoras) de 2010 solo era valido si se consideraba a la población ocupada y no se incluía a la clase X: a los involuntariamente excluidos del mercado laboral, que formarían parte del nuevo proletariado junto con el “precariado” de la clase VII. En el segundo trimestre de 2010 había prácticamente 3 millones de parados en busca del primer empleo o con más de seis meses en situación de desempleo. Un año después llegaba a los 3,3 millones.

En dos años (julio 2012), con una fortísima destrucción de empleo que tiene visos de seguir incrementándose, se ha añadido otro millón de personas a esta clase X. Habrá que ver a costa de qué clases sociales, aunque varios datos apuntan a que con la crisis el peso de las clases medias ha disminuido apreciablemente, además de un trasvase de efectivos desde las clases trabajadoras ocupadas a la clase X que, desgraciadamente, se convertiría en la clase social mas numerosa de España, superando a la de los trabajadores no cualificados.

Diferencias por sexo en la distribución de las clases sociales

Como se puede apreciar en la tabla siguiente, la distribución por sexo nos aporta la siguiente información:

Como dice Requena, mientras que entre los directivos y profesionales de alto nivel (clase I) son más los hombres que las mujeres (1,7 a1), las mujeres superan a los hombres entre los trabajadores de cuello blanco de nivel alto (1,5 a 1), la clase III, compuesta por técnicas y profesionales de apoyo y por algunas de las empleadas de tipo administrativo.

Otra de las clases sociales con mayoría femenina (1,7 a1) y que proporcionalmente es la de mayor peso (21,2%) en la ocupación femenina, después de la de las trabajadoras no cualificadas (25,4%), es la clase VII de las trabajadoras de los servicios  y comercio de rango inferior, con condiciones de empleo más precarias que la de las trabajadoras no cualificadas (clase IX). Incluye a las dependientes de los comercios y a las trabajadoras de servicios personales. Presumiblemente, es la que ha sufrido una mayor destrucción durante esta crisis (financiera y, por lo tanto, de consumo comercial) y responsable del tremendo aumento del desempleo femenino en el último año.

La clase VIII de trabajadores cualificados, tradicional base de los sindicatos de clase y partidos de izquierda, con importante presencia en el sector industrial (y, como veremos, en proceso de retroceso), es abrumadoramente masculina (12,9 hombres por cada mujer).
  

Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC)

El análisis comparativo de muchos aspectos de la calidad de vida y de la cohesión social, por ejemplo la salud, las condiciones de vida y la situación económica de la población europea, que pretende comprender las variaciones entre los Estados miembros, se ve obstaculizado por la falta de una clasificación coherente, armonizada y validada. de posiciones socioeconómicas.  Como resultado de una iniciativa de la Oficina Europea de Estadística llevada a cabo en 1999 como parte de su Programa de Armonización Estadística, se creó un prototipo de Clasificación Socioeconómica Europea (ESeC) común. La ESeC es un esquema categórico de clases sociales basado en el concepto de relaciones laborales. 

ESEC parte a nivel conceptual de la clasificación sociológica de Erikson-Goldthorpe-Portocarero (EGP) (Erikson y Goldthorpe, 1992), ampliamente aceptada y utilizada internacionalmente. Ambas participan de la idea común de que en economías de mercado, la posición en éste y especialmente la posición en la división del trabajo, es fundamental en la generación de las desigualdades sociales. Reconoce cuatro posiciones básicas dentro de los mercados laborales y las unidades de producción: empresarios/as (que compran el trabajo de otros y asumen la autoridad y el control sobre éstos), trabajadores/as autónomos/as (que ni compran ni venden la fuerza de trabajo), asalariados (que venden su mano de obra y por tanto ocupan una posición subordinada ante la autoridad del empresario) y las personas que involuntariamente están excluidas del mercado de trabajo. 

En cuanto a los asalariados, distinguen tres formas de regulación del empleo: “relación de servicio”, “contrato laboral” y formas mixtas o intermedias que combinan aspectos de las dos anteriores. El empleo regulado siguiendo la lógica de una relación o contrato de servicios significa que el trabajador presta un servicio al empresario, a cambio del cual obtiene una contraprestación monetaria inmediata que se complementa con una remuneración diferida en el tiempo, disfruta además de mayor seguridad y estabilidad en el puesto de trabajo, y de amplias posibilidades de movilidad ocupacional y salarial. Como resultado, los individuos que ocupan estas posiciones, mayoritariamente cargos directivos y profesionales, tienen con mayor frecuencia una ideología meritocrática. En sentido opuesto, los empleos regulados siguiendo la lógica del contrato laboral son empleos sobre los que el empresario tiene mucha facilidad para medir la productividad por hora trabajada, y establece una relación con los empleados donde la remuneración es inmediata y vinculada a la productividad. Son ocupaciones donde los trabajadores son fácilmente sustituibles y éstos, dado que la mejora de sus condiciones de vida pasa mayoritariamente por la acción colectiva, suelen manifestar una ideología menos meritocrática y más igualitaria. El caso más ilustrativo de estas ocupaciones son los trabajos rutinarios en los que el trabajador tiene poca o ninguna autonomía para gestionar su tiempo ni su actividad. La forma más radical de este tipo de relación contractual es el trabajo a destajo. Entre las ocupaciones “de servicio” y las “de contrato laboral” se encuentran estratos “intermedios” de ocupaciones asalariadas que gozan grados medios de autonomía, autoridad, privilegios salariales y oportunidades de movilidad ocupacional y salarial.

La clasificación también identifica separadamente a los empresarios de los trabajadores autónomos sin empleados. A su vez, los empresarios están fraccionados por el tamaño de la empresa y los trabajadores autónomos, de acuerdo con el empleo. Para distinguir entre pequeños y grandes empresarios se utiliza el criterio de +/-10 trabajadores/as.

A continuación se caracteriza sintéticamente cada una de las clases sociales tal y como han sido creadas y utilizadas en este estudio.

Clase 1. Directivos y profesionales de alto rango. 

Éstas son ocupaciones asalariadas que están reguladas por una “relación de servicio”. Ejemplos de ocupaciones típicas de esta clase son los abogados (2421), los científicos (2111,2122), los profesores de enseñanza superior (2310) y los ingenieros (2142,21), así como los directores generales y los niveles más altos de la Administración pública. En la clasificación ESEC, también se incluyen en este grupo los grandes empresarios. Estos números hacen referencia a los códigos ISCO-88.

Clase 2. Directivos y profesionales de rango medio. 

En este caso, las habilidades organizativas son menos específicas y más fácilmente transferibles. Por tanto no tienen una “relación de servicio” completa, sino una forma modificada de ésta. La mayoría de profesionales de la salud, la educación y el bienestar social tienen asignada esta clase socioeconómica así como también pilotos de aviones y periodistas. Los gerentes de producción y todos los gerentes de empresas de menos de 10 trabajadores también forman parte de esta clase. 

Clase 3. Administrativos cualificados. 

Esta clase tiene algunos elementos de “relación de servicio”, aunque en general la forma de relación de trabajo es mixta. Las posiciones en esta clase se sitúan en las fronteras de las estructuras burocráticas y comparten condiciones similares a los gerentes y administradores en términos de salarios, carreras profesionales y autonomía respecto al tiempo de trabajo. Los trabajadores de oficinas y asistentes administrativos que trabajan directamente con directivos y profesionales pero con papeles secundarios, son ejemplos. 

Clase 4. Pequeños empresarios y autónomos (no del sector agrario). 

Clase 5. Pequeños empresarios y autónomos del sector agrario. 

En estas clases tienen cabida dos de las posiciones básicas en el esquema de clase utilizado. Los empresarios compran fuerza de trabajo y tienen autoridad y control sobre los empleados. Los trabajadores autónomos ni compran ni venden fuerza de trabajo. Los pequeños empresarios se distinguen de los grandes empresarios por el tamaño del establecimiento (menos de 10 empleados). Los pequeños empresarios y autónomos profesionales y técnicos superiores van a la misma clase que los trabajadores de la misma profesión (clases 1 y 2). Por tanto, la clase 4 hace referencia a las ocupaciones no profesionales. La clase 5 hace referencia a los agricultores, etc.

Clase 6. Encargados y técnicos. 

Esta clase, como la clase 3, tiene una forma mixta de regulación del empleo, pero a diferencia de ésta los empleados tienen un importante conocimiento de las necesidades organizativas. Incluye trabajadores cualificados como delineantes, instaladores de líneas telefónicas, montadores electrónicos, así como a trabajadores con habilidades específicas y conocimientos sobre las necesidades de la organización, como los encargados y supervisores. 

Clase 7. Trabajadores semicualificados de servicios. 

Esta clase se regula mediante la lógica del contrato laboral, pero modificada de forma que los trabajadores gozan de cierto margen de autonomía en comparación con los trabajadores en ocupaciones de rutina. Los dependientes de tiendas minoristas y trabajadores de atención y cuidado son ejemplos de empleos en esta categoría. 

Clase 8. Trabajadores semicualificados de la industria. 

Como en el caso de la clase 7, se trata de empleos regulados por una lógica modificada del contrato laboral estricto. Aquí el empresario tiene algunos problemas de control con los empleados en términos de calidad del trabajo. También puede haber una necesidad de inducir a los empleados a invertir en el desarrollo de habilidades que son importantes para la empresa. Por estas razones, se pueden requerir algunas modificaciones en el contrato de trabajo básico, como el pago de horas extras, una mayor seguridad en el empleo, etc. Ocupaciones típicas de la clase 8 serían fontaneros, instaladores y maquinistas. 

Clase 9. Trabajadores no cualificados. 

En esta clase prevalece un contrato de trabajo básico dado que no hay problemas relacionados con el seguimiento ni la especificidad de los recursos. El trabajo se paga por unidad o por tiempo. Tanto la calidad como la cantidad de trabajo son fácilmente controlables y los trabajadores son fácilmente reemplazados sin que ello signifique una grave pérdida de valor productivo. Peones, conductores de vehículos a motor, porteros y mensajeros son algunas de las ocupaciones típicas de esta categoría. 

Clase 10. Desempleados de larga duración y personas que nunca han trabajado. 

Esta clase se define en términos de su exclusión del mercado laboral. Se han considerado como parados de larga duración a los que se declaran parados y llevan 12 meses o más buscando empleo. También se consideran dentro de esta clase a las personas que nunca han trabajado. Sin embargo, los estudiantes a tiempo completo están excluidos de esta clasificación socioeconómica (No clasificables). ESEC se aplica a todas las personas de 16 y más años, en base al empleo actual (ocupados) o bien en base al último empleo. A continuación, se sintetiza el esquema de clases expuesto, así como las posibles agrupaciones entre ellas que se utilizan a lo largo del estudio. 


Göran Therborn, New Left Review 78, Nov/Dic 2012

Naciones y clases

Parece un tanto paradójico que podamos hablar del siglo XX como el siglo de la clase obrera. Aunque puede haber sido la época de la igualación de las clases dentro de las naciones, como consecuencia de las luchas obreras, fue también la época de mayor desigualdad entre las naciones a escala global. El «desarrollo del subdesarrollo» durante los siglos XIX y XX significó que la desigualdad entre los seres humanos estaba en gran medida determinada por el lugar donde vivían. En el año 2000 se estimaba que el 80 por 100 de la desigualdad de ingresos entre los hogares podía atribuirse al país de residencia. Pero en el siglo xxi las naciones convergen mientras que las clases divergen.

Las últimas dos décadas han sido buenas en general para las naciones pobres del mundo. Los motores económicos de Asia –China, India y los países miembros de la asean– vienen creciendo con una tasa que duplica la media global. Desde 2001 el África subsahariana viene también superando la media mundial y la de sus «economías avanzadas», después de haber quedado trágicamente tan atrás durante el último cuarto del siglo XX. El crecimiento de los países latinoamericanos también ha superado en general al de los países más desarrollados desde 2003. Con la excepción de la Europa poscomunista, las «economías emergentes y en vías de desarrollo» también han capeado la crisis de los banqueros anglosajones mejor que el mundo rico. Ahí, creo, estamos experimentando un viraje histórico, no solo geopolítico, sino también en términos de desigualdad. La desigualdad transnacional se está atenuando en todas partes, aunque la brecha entre los ricos y los más pobres no haya dejado de crecer. Pero la desigualdad en el interior de las naciones está en general creciendo, aunque desigualmente, por lo que no podemos hablar de una lógica universal de «globalización» o cambio tecnológico sin forzar los hechos.

Las clases sociales según Max Weber

Maximilian Karl Emil Weber fue un sociólogo, economista, jurista, historiador y politólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública.

El firme anticomunismo de Weber y el reclamo insistente por una política agresiva de imperialismo alemán le ganó la crítica de la mayoría de los marxistas alemanes. Weber desilusionó aún más a la izquierda cuando uno de sus estudiantes, Carl Schmitt (1888-1985), desarrolló el concepto de «Estado total». 

Max Weber imaginó una sociedad estratificada atendiendo a tres factores principales: la clase social, el estatus y el poder o autoridad. A diferencia de Marx, que se centró únicamente en la clase social y la enmarcó en términos de una lucha por el poder, Weber analiza cómo los tres factores afectan a las oportunidades ante la vida de los individuos.

Clase social

La clase social está formada por un grupo de personas que tienen oportunidades de vida similares, es decir, posibilidades de tener éxito (o no) en la vida y oportunidades en educación, salud, etcétera. 

Weber creía que nuestras oportunidades de vida están muy ligadas a nuestra profesión debido a los niveles de ingresos que tienen las diferentes ocupaciones. En consecuencia, factores no económicos como las habilidades y cualificaciones que posee la gente afectan a los tipos de ocupaciones que podemos tener y a la riqueza relativa que proviene de ellas. Hace 50 años, y más, la educación universitaria era muy apreciada. Estas titulaciones de Educación Superior han sido históricamente la clave para alcanzar ocupaciones mejor remuneradas, como la de abogado o médico. En la actualidad en el Reino Unido, el fontanero, electricista y albañil promedio gana más que el salario promedio de los graduados universitarios. (ver informe HESA, 2022)

Weber identifica cuatro clases sociales principales:

  • Propietarios
  • Profesionales liberales: por ejemplo, médicos, abogados, ingenieros, jueces, contables, consultores.
  • Pequeña burguesía: por ejemplo, comerciantes, contratistas independientes.
  • Clase trabajadora: por ejemplo, trabajadores de fábricas, limpiadores, conductores de reparto, asistentes de venta minorista.

Cuanto más alta sea la clase social, mayores serán las oportunidades que se le brindarán.

Estatus

Además de la clase social, Weber vio el estatus como otra causa de estratificación social que impactaba sobre nuestras oportunidades en la vida. El estatus indica cuánto prestigio o posición social tiene un grupo o individuo. El estatus no está directamente ligado a la clase social o a los ingresos. Los banqueros de inversión y los políticos, aunque forman parte de una clase social alta (es decir, los profesionales), tienen un "estatus" muy bajo: a menudo no son admirados por el público. El personal de apoyo del NHS y de los hospitales (por ejemplo, enfermeras y fisioterapeutas) tiene empleos con salarios relativamente bajos, pero se les atribuye un estatus muy alto. ¡Piénsese en la pandemia del COVID19 y en cómo a menudo nos referíamos a ellos como héroes!

El estatus es importante ya que puede afectar a nuestras posibilidades de vida. El estatus puede afectar a nuestra salud, vida familiar, educación y a nuestra experiencia con la justicia criminal. Los niveles más bajos de estatus están relacionados con niveles más altos de estrés, cognición más baja, un sistema inmunológico más débil y fertilidad reducida. En prisión, un alto estatus puede conducir a un mejor trato por parte de otros reclusos. Alternativamente, ser visto como proveniente de un grupo de estatus superior o inferior puede influir en los tiempos de sentencia de los jueces y jurados. Nuestros niveles percibidos de peligrosidad, culpa e inocencia pueden verse afectados.

Autoridad

Otra causa importante de la estratificación social según Weber es el poder. Para Weber, la influencia del "poder" se muestra en cómo afecta a las oportunidades de vida de los demás. La autoridad es la capacidad de ejercer la propia voluntad sobre los demás. Para Weber, las personas tienen autoridad en la medida en que pueden lograr que otras se comporten como ellas quieren. Destacó dos formas principales en las que las personas ejercen el poder:

  • Mediante fuerza y ​​coerción, por ejemplo, una invasión militar o la amenaza de violencia.
  • A través de la autoridad, es decir, cuando las personas aceptan voluntariamente hacer algo. La gente está de acuerdo porque considera legítimo este ejercicio del poder.

Como resultado, Weber vio el poder muy ligado a la autoridad. Sostuvo que existen tres tipos de autoridad:

  • Autoridad tradicional
  • Autoridad racional-legal
  • Autoridad carismática

Publicaciones de Cáritas

Encuesta de población activa INE















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