En 1994 publicó H.P. Lovecraft: Contra el mundo, contra la vida.
Se trata de una fascinante puerta de entrada tanto al oscuro universo de H. P. Lovecraft como a la mordaz prosa de Michel Houellebecq.Autor de La llamada de Cthulhu, Dagón y En las montañas de la locura, H. P. Lovecraft, maestro indiscutible del horror y de lo fantástico, sigue siendo objeto de una fascinación muy especial por parte de nuestros contemporáneos. Fue un hombre extraño, al igual que sus escritos. A pesar de haber nacido en una ciudad portuaria, sintió siempre auténtica fobia al mar. Profundamente apático, hostil a todos los valores del mundo moderno y, a fin de cuentas, de un racismo visceral, sufrió durante toda su vida pesadillas recurrentes. Su intento de llevar una vida normal se saldó con un fracaso. Michel Houellebecq recorre un itinerario fuera de lo común, saludando en Lovecraft al autor de un mito fundador, y extrae de sus escritos un alegato en favor de una literatura vertiginosa, «yuxtaposición de lo minucioso y lo ilimitado, de lo puntual y lo infinito».Como apunta Stephen King, acérrimo admirador de Lovecraft y autor del prólogo de este ensayo: «Toda literatura, pero en particular la literatura de lo extraño y lo fantástico, es una cueva en la que tanto lectores como escritores se esconden de la vida. [...] Es solo en esas cuevas, en esos lugares de cobijo, donde nos lamemos las heridas y nos preparamos para la siguiente batalla en el mundo real.» Howard Phillips Lovecraft cumplió esa función.
Con la publicación en 1994 de Ampliación del campo de batalla, que se llegó a comparar con El extranjero de Camus, pasó del anonimato total a convertirse, gracias exclusivamente a la publicidad de boca en boca, en autor de uno de los libros más vendidos del año. La obra fue traducida a numerosas lenguas y le dio a conocer al gran público.
El protagonista, sin nombre ─el autor lo llama «notre héros» («nuestro héroe») a lo largo de toda la novela─, tiene treinta años, es soltero y se gana bien la vida trabajando para una gran empresa en la que desempeña un cargo medio alto como analista programador informático. A pesar de su éxito laboral, se considera un fracasado en el terreno sentimental, feo y sin encanto, con frecuentes episodios depresivos, no se corresponde con lo que las mujeres buscan en un hombre. El lector no conoce su nombre y a nadie parece interesar.Jugador descalificado pero espectador perspicaz de esta parte de esta partida de falsas apariencias que es la vida moderna occidental, el narrador describe la lucha diaria entre sus congéneres, siempre en busca de un poco de amor, placer y dinero. Esta lucha, ampliada a todos los aspectos de la vida por la influencia del modelo liberal, transforma el más pequeño de nuestros gestos en un combate épico, en el que hay ganadores y perdedores. Algunos de estos perdedores se resisten a caer en el abismo existencial en el que cae el protagonista. A menudo, su entorno muestra una fachada dinámica que contrasta con su neurastenia. Sin embargo, el desencanto siempre tiene lugar, como si fuera imposible o ridículo implicarse con el mundo. El narrador describe así el desajuste entre la proyección existencial de uno de sus amigos y la realidad de su vida cotidiana, poniendo en perspectiva su ideología elitista y la mediocridad de una soltería sin salida. La sexualidad se convierte también en un sistema de jerarquía social. Resignado, el narrador se coloca definitivamente fuera de esa batalla, recluido en una nostalgia adolescente, a veces pensando en el suicidio como única salida posible.
Su segunda novela, Las partículas elementales, considerada el mejor libro francés de 1998 por la revista Lire y galardonada con el Prix Novembre.
La historia se centra en las vidas de Bruno Clément y Michel Djerzinski, dos hermanastros franceses nacidos de un matrimonio hippie. Michel, criado por su abuela paterna, se convierte en un introvertido biólogo molecular que en última instancia es responsable de los descubrimientos que conducen a la eliminación de la reproducción sexual. La educación de Bruno es mucho más trágica: arrastrado de un internado a otro, termina en un matrimonio sin amor. Bruno se convierte en un lascivo e insaciable adicto sexual, cuyos flirteos con prostitutas y una relación sexual a través de Minitel no logran satisfacerlo. Esto llega al punto en que le dan la discapacidad en su trabajo, terminando en un hospital psiquiátrico después de una tentativa fracasada de seducir a una de sus estudiantes.
Su tercera novela, Plataforma, lo convirtió definitivamente en estrella mediática, no solo por traducirse a más de veinticinco lenguas, sino por ser objeto de una agria polémica en torno a su supuesta islamofobia y por su visión amoral de la explotación sexual del Tercer Mundo. En su obra se aprecia la influencia de autores tales como el marqués de Sade, Aldous Huxley, H.P. Lovecraft y Louis-Ferdinand Céline. A causa de la presión mediática, dejó Francia y vivió en Irlanda durante algunos años y después en el sur de España, en el cabo de Gata (provincia de Almería), para regresar años después nuevamente a Francia. En 2000, se exilió en Irlanda con su segunda esposa, Marie-Pierre Gauthier. En 2002, se trasladó a Andalucía, al parque natural del Cabo de Gata-Níjar.
Michel, parisino de cuarenta años, es funcionario en un ministerio. Apocado y apático, está aburrido de todo y se siente incapaz de experimentar ninguna emoción. Poco después de la muerte de su padre decide partir: lo esperan unas vacaciones en Tailandia para olvidarse de todo y sumergirse en un paraíso de placer. En el oasis del turismo sexual, Michel vive un encuentro de imprevista intensidad: conoce a Valérie, directiva de Nouvelles Frontières. Ese encuentro será un hecho excepcional para el mundo chato e insensato en el que Michel habita desde hace años, ya que Valérie es capaz de sentir placer, sabe cómo realizar sus deseos y no se siente amenazada por ningún fantasma.De vuelta en París, cautivado por la vitalidad de Valérie, Michel emprende, junto a ella y un amigo, una aventura empresarial: crean una red mundial de colonias turísticas en las que el sexo se practique libremente, los deseos estén en venta, la prostitución sea una actividad legal. La iniciativa conoce un éxito inmediato. Pero poco después la tragedia se precipita. Vidas aburridas, placeres degenerados, occidentales decepcionados, integristas de toda laya... Todo ello contra el trasfondo de un amor auténtico, absoluto. Una novela que, al poner en su punto de mira el cinismo erótico de la sociedad de consumo, ha conmocionado a Francia. A la mirada gélida de Las partículas elementales o el clima sofocante de Ampliación del campo de batalla se agrega aquí la feroz e inquietante ironía de quien sabe desentrañar, sin piedad, el sinsentido de los negocios humanos.«En la literatura francesa de nuestros días, pese a quien pese, hay un antes y un después de Houellebecq... Un auténtico escritor. Simplemente, hay que leerlo, se esté de acuerdo o no» (Mercedes Monmany, ABC).«Michel Houellebecq da sus mejores frutos: el sarcasmo del débil, el nihilismo del fracasado, la risa negra del marginado, engastados en una prosa flexible, son sus ases ganadores. Lean a Houellebecq, por favor» (Xavier Lloveras, El Periódico).
En enero de 2019 publica Serotonina y es nombrado caballero de la Legión de Honor.
Florent-Claude Labrouste, cuyo nombre detesta, tiene cuarenta y seis años y se medica con Captorix, un potente antidepresivo que desprende serotonina y acarrea tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia. A pesar de trabajar en el Ministerio de Agricultura, su vida parece no encontrar sentido y, tras descubrir unas cintas pornográficas de su novia japonesa, decidirá abandonarla y renunciar a su oficio en la búsqueda de su pasado idealizado. Recorrerá una Francia en crisis que atraviesa un periodo crítico económico de revueltas agrónomas, a la vez que rememora sus relaciones fallidas mientras su masculinidad y deseo sexual se desvanece. Acabará reencontrándose con un viejo amigo aristócrata, aprenderá a manejar un fusil e intentará redescubrir su juventud mientras filosofa y despotrica del mundo que lo rodea.
En 2022 publicó Aniquilación.
Año 2027. Francia se prepara para unas elecciones presidenciales que es muy posible que gane una estrella de la televisión. El hombre fuerte detrás de esa candidatura es el actual ministro de Economía y Finanzas, Bruno Juge, para quien trabaja como asesor Paul Raison, el protagonista de la novela, un hombre taciturno y descreído.De pronto, en internet empiezan a aparecer extraños vídeos amenazantes –en uno de los cuales se guillotina al ministro Juge– con unos enigmáticos símbolos geométricos. Y la violencia pasa del mundo virtual al real: la explosión de un carguero en A Coruña, un atentado contra un banco de semen en Dinamarca y el sangriento ataque a una embarcación de migrantes en las costas de las islas Pitiusas. ¿Quién está detrás de estos hechos? ¿Grupos antiglobalización? ¿Fundamentalistas? ¿Acaso satanistas?Mientras Paul Raison indaga lo que está sucediendo, su relación matrimonial se descompone y su padre, espía jubilado de la DGSI, sufre un infarto cerebral y queda paralizado. El hecho propicia el reencuentro de Paul con sus hermanos: una hermana católica y simpatizante de la ultraderecha casada con un notario en paro, y un hermano restaurador de tapices casado con una periodista de segunda fila amargada y de colmillo retorcido. Y además Paul deberá enfrentar una crisis personal al serle diagnosticada una grave enfermedad...Houellebecq orquesta una ambiciosa novela total que es muchas cosas a la vez: un thriller con flecos esotéricos, una obra de crítica política, un descarnado retrato familiar y también una narración íntima y existencial sobre el dolor, la muerte y el amor, que acaso sea lo único que puede redimirnos y salvarnos.Una novela provocadora y apocalíptica que, como suele ser habitual en Houellebecq, deslumbrará o escandalizará. Lo que es seguro es que no dejará a nadie indiferente, porque el autor tiene la inusual virtud de sacudir conciencias.«Con Aniquilación Houellebecq encuentra una puerta a la luz... La decadencia, la debilidad, la muerte, el nihilismo siguen presentes, pero la novela contiene un atisbo de esperanza, mínimo pero real» (Jean-Claude Vantroyen, Le Soir).«Una novela profunda (...) que sorprenderá e incluso irritará a muchos lectores» (Étienne Campion, Marianne).«Una obra maestra» (Guy Duplat, La Libre Belgique).«En la novela la esperanza es la verdadera heroína... Houellebecq posee la grandeza de un Balzac» (Anna Cabana, Le Journal du Dimanche).«Una novela virtuosa sobre un mundo al borde del caos» (Christian Authier, Le Figaro).«Un Houellebecq entre el nihilismo y el romanticismo» (Ilana Moryoussef, France Inter).«Un thriller político que deriva en meditación metafísica» (Jean Birnbaum, Le Monde).«La novela más delicada, más melancólica y más sensible de Michel Houellebecq» (Philippe Lançon).
El 24 de mayo de 2023 publicó Algunos meses en mi vida.
En los últimos meses, no es por una novela de la que se habla de Michel Houellebecq sino por su aparición en una película pornográfica y una denuncia de la Gran Mezquita de París por “provocación al odio” en la revista Front populaire, lanzada por el filósofo. Miguel Onfray . Una mala racha de seis meses, de octubre de 2022 a marzo de 2023, que el autor no olvidará pronto ya que según informa Point , publicará “Unos meses en mi vida”, un cuento de 112 páginas dedicado a dicho período el 24 de mayo en Flammarion.“Por primera vez en mi vida, me sentí tratada, absolutamente, como el tema de un documental sobre la vida silvestre; Es difícil para mí olvidar ese momento”. Esto es lo que aparecerá en la contraportada de este libro, escrito en primera persona, que siempre revela el semanario . ¿Qué encontraremos allí? Su versión de los hechos. Pero también “su entrevista con el rector de la Gran Mezquita de París, Chems-eddine Hafiz, mediada por el gran rabino Haïm Korsia”. La misma cuestión se planteará a dúo con la comediante Blanche Gardin , a quien interpretará en la próxima película En la piel de Blanche Houellebecq, de Guillaume Nicloux , director con el que el escritor ya colaboró en El secuestro de Michel Houellebecq . (2014). Por supuesto, ¿y hay que señalarlo?, Houellebecq escribió todo esto “a su manera cruda y cáustica”.¿Entonces qué pasó? Vamos a empezar de nuevo. En otoño de 2022, Michel Houellebecq conversa con Michel Onfray. Transhumanismo, “gran reemplazo”, decadencia de Occidente, descristianización, ambientalismo, guerra en Ucrania… El resultado es un diálogo de cuarenta y cinco páginas en el que los escritores analizan los fallos de nuestro tiempo y diseccionan las profundidades de nuestra sociedad. Sabemos que ambos hombres son apasionados y, por tanto, no son tibios en sus posiciones. Sobre el Islam, en este caso, Michel Houellebecq dijo lo siguiente: “Cuando territorios enteros estén bajo control islamista, creo que se producirán actos de resistencia. Habrá ataques y tiroteos en mezquitas”, prediciendo “Bataclans al revés”. Pero también: “el deseo de la población francesa nativa” no era “que los musulmanes se asimilaran, sino que dejaran de robarlos y atacarlos”. O, otra solución, dejarlos ir.“Sentencias lapidarias” que Chems-eddine Mohamed Hafiz, rector de la Gran Mezquita de París desde enero de 2020, había considerado “inaceptables”. "No pretenden arrojar luz sobre ningún debate público, sino alimentar discursos y acciones discriminatorias ", afirmó, anunciando entonces que presentaría una denuncia ante el fiscal de París. Atacado, Michel Houellebecq reaccionó en una columna en Le Point , afirmando que “sería curioso imaginar que [sus] posiciones puedan tener una influencia concreta”. Y recuerda: “La primera vez que me llevó ante los tribunales, hace veinte años, me acusaron de provocar odio racial. Fue una estupidez, todo el mundo sabe que el Islam no es una raza, sino una religión con un objetivo universal ”, y añadió que “esta vez fue acusado de islamofobia, que es más relevante”. El Islam es una religión que me inspira poca consideración, por lo que hasta cierto punto me declaro culpable; siempre que añada que soy islamófobo a tiempo parcial”.¿Qué pasa con la aparición del novelista en una película pornográfica? En el tráiler de la película Kirac 27 , producida por el colectivo holandés del mismo nombre, veíamos a Michel Houellebecq, sin camiseta en una cama, besando a una joven. Explicó que había aceptado jugar en él y firmó un contrato, “con la condición de que se preserve [su] anonimato” . Una condición que el director, según él, no respetó. Considerando que su reputación había sido dañada (fue retratado como “una estrella porno” ), emprendió acciones legales para que se prohibiera dicha película. Pero el tribunal de Ámsterdam finalmente rechazó su recurso y, como reveló Le Figaro , Houellebecq anunció entonces que apelaría...Son estas increíbles historias, síntomas de una época convulsa, que el escritor destaca en descifrar, las que estarán en el corazón del libro, disponible el 24 de mayo en las librerías.
A Michel Houellebecq el diario EL PAIS le relaciona con la ultraderecha literaria francesa que apoya las propuestas políticas de Reagrupamiento Nacional. En esta labor coincidiría con Alain de Benoist y Michel Onfray.
Las elecciones legislativas en Francia presagian una posible victoria del partido Reagrupamiento Nacional, de Marine Le Pen. De Michel Houellebecq a Thomas Piketty, pasando por el español Manuel Chaves Nogales, la literatura ha dado pistas para comprender la situación.
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