Delegación Nacional de Prensa y Propaganda
Los primeros servicios de propaganda en el bando nacional los asume la Falange ya unificada en febrero de 1938. En esa fecha se constituye la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda dentro del Ministerio del Interior que dirige Serrano Suñer. Esta Delegación contará por primera vez con una división eficaz de competencias: la Dirección General de Propaganda, encomendada a Dionisio Ridruejo, y la Dirección General de Prensa, a cuyo frente se sitúa a José Antonio Giménez Arnau.
Dependientes de ambas Direcciones se crean varios departamentos, entre ellos un Departamento Nacional de Cinematografía (DNC), dirigido por Manuel Augusto García Viñolas.
En la Orden de 14 de enero de 1937 que creaba la Delegación para Prensa y Propaganda se enunciaba lo siguiente:
La gran influencia que en la vida de los pueblos tiene la propaganda en sus variadas manifestaciones, y en el envenenamiento moral a que había llegado nuestra Nación, causado por las perniciosas campañas difusoras de doctrinas disolventes llevadas a cabo en los últimos años... aconsejan reglamentar los medios de propaganda y difusión a fin de que se restablezca el imperio de la verdad, divulgando al mismo tiempo, la gran obra de reconstrucción nacional que el nuevo Estado ha emprendido.
A lo que parece, este nuevo Estado, por tanto, está librando una batalla para volver a las esencias, para recomponer lo que está destruido, no sólo ni principalmente en lo físico, sino en lo moral.
El Departamento de Cinematografía, pese a la improvisación y a la precariedad de medios, consiguió aglutinar a la mayoría de operadores y técnicos que hasta ese momento habían colaborado con las fuerzas sublevadas, creando un equipo de reconocida solvencia ideológica y profesional. Por un lado, el propio Viñolas cuya experiencia previa como periodista en El debate se pondrá de manifiesto en la supervisión y redacción de los textos para los noticiarios y documentales, así como Antonio de Obregón, también periodista y escritor, habitual colaborador de la revista falangista Vértice, José Manuel Goyanes, escritor y productor que había estado en la Sección de Cinematografía de FET y de las JONS, y Edgar Neville, que escribirá y dirigirá varios documentales para el Departamento. Los cuatro tendrán una destacada participación en la concepción y organización de los productos del Departamento. Por otro, técnicos que venían de las productoras CEA y CIFESA y pasarían después por la Sección Cinematográfica de FET y de las JONS antes de conformar la plantilla del DNC.
Como operadores se incorporaron Enrique Gäertner y Cecilio Paniagua, operador de la película Romancero Marroquí, para rodar documentales y Andrés Pérez Cubero y Mariano García Ruiz Capillas para el noticiario. En la práctica, todos acabaron desempeñando indistintamente uno y otro cometido. Además, Alfredo Fraile, Aurelio Torres y Juan García trabajan como ayudantes de cámara. El ingeniero de sonido era Fernando Bernáldez y su ayudante Ramón Saíz de la Hoya. Todos ellos eran profesionales del cine experimentados en el cine de ficción, pero poco habituados al trabajo de documentales y noticiarios y menos a retratar una guerra tanto en el frente como en la retaguardia. Esta circunstancia es importante pues determinará el resultado obtenido. A ellos habrá que sumar los medios técnicos con los que trabajaban.
Si cotejamos los documentos de listados de material del DNC con las cartas previas en las que CEA ofrece sus equipos al bando nacional parece claro que se dispuso de tres tipos de cámara cedidos por esta casa: Super-parvo, preparada para trabajar con sonido, Eclair, con chasis de 120 metros, y la popular Eyemo, que tras su aparición en 1926 se extendió rápidamente como el modelo predilecto de los reporteros de noticiarios. La disparidad de equipos utilizados, concebidos para trabajar en estudio, salvo la cámara Eyemo, la escasez de película disponible, unidas al mencionado perfil profesional de los técnicos, harán que las imágenes obtenidas sean de gran calidad técnica pero carentes de la emoción y cercanía a los hechos que otros operadores conseguirán. No obstante, se trata del conjunto documental más destacado y homogéneo de toda la producción del bando nacional, y el mejor conservado. Además, este material será sometido a una metódica operación de reconducción propagandística vía texto.
Por otro lado, la producción, si bien tardía respecto al curso de la guerra, no deja de ser sorprendente en comparación con lo que hasta entonces se había hecho en la zona nacional: entre junio de 1938 y abril de 1941 produce 32 ediciones del llamado Noticiario Español (18 realizadas durante la guerra) y unos 24 documentales (11 durante la guerra) de dos rollos. Las 32 ediciones realizadas contienen un total de 164 noticias: 3 de origen alemán, 2 registradas por el equipo CEA que rodaba la película Romancero Marroquí y 8 procedentes de la "Zona roja" (utilizadas como recurso de “contrapropaganda”), las restantes las hizo el Departamento.
Este importante salto cuantitativo se debe también a la ayuda fundamental recibida de Alemania, pues en la zona nacional se carecía de estudios para la sonorización y el montaje y de laboratorios para el revelado. Así, tras los primeros contactos infructuosos realizados por la anterior Delegación de Prensa y Propaganda, una representación de la Cámara Oficial Cinematográfica de Alemania viaja a Burgos para estudiar los términos de un acuerdo global sobre cinematografía entre ambos gobiernos. Poco después, García Viñolas se traslada a Berlín en junio de 1938 para formalizar dicho acuerdo. Por lo que respecta a la producción de noticiarios, se obtienen condiciones ventajosas que permiten el inicio de la actividad al estar garantizados el suministro de película virgen y su procesado, montaje y sonorización en laboratorio. Así, las doce primeras ediciones del Noticiario Español, presentadas entre junio de 1938 y enero de 1939, y varios documentales se revelaron en los laboratorios alemanes Geyer, el resto se realiza en Barcelona, de los números 13 al 17, y Madrid, del 18 al 32. De todo ello se encarga la productora TOBIS Filmkunst a cambio de que la distribución la realice la empresa filial Hispano-Tobis en la zona nacional y de que el noticiario UFA pueda seguir exhibiéndose aquí. Además, el DNC contaba con Joaquín Reig Gozalbes, destinado desde el principio de la guerra en Alemania por la Oficina de Prensa y Propaganda como Delegado de Propaganda Cinematográfica. para supervisar el proceso técnico y ejercer funciones de corresponsal y editor del Noticiario, estableciendo así un puente entre Berlín y Burgos. Reig será un personaje clave en esta etapa, pues en muchos casos deberá tomar decisiones de responsabilidad sobre el montaje de los materiales o la selección de noticias.
Laya Films
Laya Films fue una productora cinematográfica, creada en Barcelona en noviembre de 1936 por el Comissariat de Propaganda de la Generalitat Republicana, durante la guerra civil española.
En septiembre de 1936, Jaume Miravitlles, militante del partido Esquerra Republicana, propuso al gobierno catalán la creación de un Comisariado de Propaganda que fue muy activo y eficaz en el campo editorial y cartelístico. En noviembre de aquel año, creó su sección de cine, Laya Films, y ofreció su dirección al pintor, decorador y escritor Joan Castanyer, que había colaborado en varias ocasiones con los realizadores Jean Renoir, Jacques Becker y Pierre Prévert. Como residía en París, Castanyer trajo a un equipo técnico francés para poner en marcha la productora y los equipos de sonido fueron instalados por el ingeniero de sonido René Renault. La mayoría de los reporteros cinematográficos de otras naciones que acudieron a España a realizar un seguimiento de la guerra civil española desde el punto de vista antifascista, fueron contratados por esta productora.
Se estima que Laya Films realizó una treintena de documentales y un centenar de noticiarios semanales en catalán, que solían incluir entre 9 y 11 noticias cada uno. Buena parte del material se ha perdido y el historiador Esteve Riambau considera que sólo un tercio se ha conservado. Según ha podido documentar, en primavera de 1938 Laya Films tenía en su archivo 90.000 metros de película y 130 copias para la distribución.
Los primeros documentales de Laya Films fueron El entierro de Durruti -del que el SUEP anarquista también rodó un documental- y Un día de guerra en el frente de Aragón a los que el mismísimo Miravitlles prestó su voz. Siguieron muchos entre los que conviene destacar Cataluña mártir, de J. Marsillach (1938), con copias en varios idiomas para denunciar los bombardeos sobre Cataluña. En paralelo a documentales testimoniales sobre la guerra, Laya Films produjo documentales de temática cultural y laboral para ofrecer una imagen de normalidad en la retaguardia y afirmar las señas de identidad del pueblo catalán. Pero su serie más importante fue su noticiario semanal España al día, que empezó en diciembre de 1936. Los primeros números se grabaron en catalán y a partir del quinto se coeditaron en español con la empresa Film Popular que al poco tiempo convirtió la versión en español en un noticiario independiente.
En cuanto a la distribución, Laya Films difundió los grandes títulos del cine soviético sin poder exhibirlos en Barcelona donde la CNT ejercía un férreo oligopolio. Creó entonces en enero de 1938 la empresa Catalonia Films S. A., desligada de la Generalitat, para su distribución fuera de la capital catalana.
NODO
El Noticiario Cinematográfico Español, más conocido como NODO (acrónimo de Noticiarios y Documentales), fue un noticiero propagandístico semanal del régimen franquista que se proyectaba en los cines españoles antes de la película, entre 1943 y 1981.
El Instituto LUCE
El Instituto LUCE ( Unión Cinematográfica Educativa ) fue una sociedad anónima italiana , creada en 1924 durante los veinte años del fascismo.
Famosa por haberse convertido en una poderosa herramienta de propaganda del régimen fascista, es la institución pública más antigua del mundo dedicada a la difusión de películas con fines educativos e informativos.
El Archivo Luce Cinecittà es el archivo cinematográfico histórico más grande y antiguo de Italia. Fundado en 1924 como el Istituto Luce y ahora parte de Cinecittà, el archivo conserva miles de títulos de noticieros, documentales y películas que narran la historia de Italia desde la década de 1920 hasta la actualidad. Un archivo invaluable, un recuerdo precioso que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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