Huéscar declaró la guerra a Dinamarca en noviembre de 1809 por ayudar a los franceses durante la ocupación napoleónica, pero se olvidó de declarar la paz cuando Fernando VII regresó a España tras la derrota de Napoleón.
Huéscar, un municipio de algo menos de 8.000 vecinos del norte de la provincia de Granada, inició en 1809 una historia de película al declararle la guerra a Dinamarca, un conflicto bélico sin víctimas que se prolongó por olvidado 172 años.
Para poder entender el origen de este conflicto debemos remontarnos hasta principios del siglo XIX, en plena Guerra Napoleónica. España realizó un envío de más de 3.000 hombres a la península de Jutlandia, con el objetivo de evitar el desembarco de tropas británicas. Este movimiento se suscribía a los acuerdos que la corona de Fernando VII tenía con Francia en ese momento.
Cuando Napoleón empezó la invasión de la Península Ibérica, rompió a su vez la alianza con España. Las tropas enviadas a Jutlandia fueron desmovilizadas para evitar el generar un conflicto aún mayor en territorio francés, enemigos de España desde el comienzo de la invasión. De esa forma Huéscar decidió de forma simbólica declarar la guerra a Dinamarca.
En 1981, el que era archivero municipal de Huéscar, Vicente González Barberán, descubrió un documento que atestiguaba que el municipio granadino estaba en guerra desde 1808, situación que se solventó con la declaración de Paz con Dinamarca firmada ese mismo año y con el hermanamiento entre Huéscar y Kolding.
El armisticio fue firmado por el embajador danés Mogens Wandel-Peterson y el representante del Estado español, José Antonio de Yturriaga, primo de González Barberán. Tras "arduas negociaciones" se llegó a un acuerdo de paz entre ambas naciones. La relación entre Huéscar y el país danés se mantuvo después del armisticio, con los habituales intercambios de alumnos entre Kolding y Huéscar, así como la colocación de placas en calles en honor a Dinamarca y la ciudad de Kolding.
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