China busca energía y materias primas. En 2009 firmó un tratado con Turkmenistán para el suministro de 14 millones de metros cúbicos de gas natural, que incluía la inauguración de un gaseoducto que iba hasta China. El acuerdo también incluye el paso por Uzbekistán y Kazajistán.
Para poder poner en marcha proyectos de extracción de materias primas en países en vías de desarrollo hacen falta infraestructuras y energía. En Afganistán la central hidroeléctrica de Kajakai, que suministra electricidad a las poblaciones de Kandahar, Lashkar Gah, y Qalat, fue rehabilitada desde el año 2004 por la empresa Louis Berger Group con fondos de la cooperación norteamericana. Esta misma compañía también participa en la reconstrucción de carreteras en Afganistán.
El tercer grupo de la central se prevé instalar en 2013, con lo que dispondrá de 51 Mw de potencia total.
Otra gran central de electricidad afgana es la central diésel de Tarakhil que proporciona electricidad a Kabul. Su coste fue de 305 millones de dólares, el doble de lo que habría de haber costado una planta similar en otro sitio del mundo. La planta de 105 megavatios la construyó con fondos de USAID la empresa Louis Berger en el 2007.
China y los otros países emergentes asiáticos necesitan materias primas. Algunas de estas las encuentran en países cercanos, como Afganistán. Se trata de enormes recursos minerales de hierro y cobre que necesitan de infraestructuras para su transporte.
Se ha comenzado a reconstruir la red ferroviaria afgana, para extraer el mineral de cobre que explotan las empresas chinas se ha construido un ramal desde Hayratán hasta la frontera de Uzbequistán para conectar con su red ferroviaria y se proyecta otro ramal de 900 kilómetros que una Hajigak con el puerto iraní de Chabahar, para extraer los minerales de hierro que explotarán empresas indias.
El tramo entre Hayratán y Uzbequistán tiene una longitud de 75 kilómetros con un ancho de 1.520 mm (Ancho de vía soviético) y ha costado 165 millones de dólares con una parte financiada por el Banco de Desarrollo Asiático. Esta linea empezó a funcionar el 20 de agosto pasado, operada por la empresa pública uzbeca UTY, que tiene un contrato por tres años. La red afgana permite conectar con la terminal de carga cercana al aeropuerto de Mazar-i-Sharif y las minas de cobre de Aynak.
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