Unión Minera del Norte, S.A., también conocida por sus siglas UMINSA, llegó a ser una de las más importantes empresas del sector de la minería del carbón, al poseer explotaciones en las cuencas mineras leonesa, palentina y asturiana. Era propiedad del empresario leonés Victorino Alonso. En sus mejores momentos tuvo una producción anual de más de 2.000.000 de toneladas de carbón, empleando cerca de 1.500 trabajadores.
El despegue de Victorino Alonso en el sector minero comenzó cuando adquirió en 1994 Minero Siderúrgica de Ponferrada, una empresa que se encontraba en quiebra técnica y que era propiedad de Caja España, uno de sus acreedores. Ya en 1989, Alonso se convirtió en accionista de Hullas de Barruelo, que explotaba la zona hullera de la comarca del Rubagón, en Barruelo de Santullán (Palencia).
En 1994, a través de su empresa Lexomosa, absorbió Carbonia y Minas de Ventana, formando Carbones León Norte, S.A. (CARLENOR). En marzo de 1998, CARLENOR cambió su denominación por Unión Minera del Norte, S.A. (UMINSA) para adquirir, tres meses más tarde, Antracitas de Fabero, Antracitas de Brañuelas, Mina de Fontoria, Explotaciones Mineras de Caboalles, Minas Santa Leocadia y la totalidad de Hullas de Barruelo.
En 2002 la trama carbonera, denunciada por el ex diputado regional asturiano y ex dirigente sindical nacional de la mineria Anton Saavedra, el caso Carlenor, el asunto MSP, las subvenciones a la Hullero Vasco Leonesa, y posteriormente, el caso La Camocha, policialmente conocido como operacion Baltasar.
Una vez quebradas las empresas UMINSA y Coto Minero Cantábrico SA, que llegaron a recibir, en torno a 1.700 millones de pesetas entre ayudas al carbón y contratos públicos, parte de su capital pasó a operar en empresas madrileñas como Ferpi Transportes y Obras SA y otras.
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