El pasado 13 de enero dos buques de guerra españoles y un avión del ejército llevaron a cabo una vigilancia de cerca a la fragata rusa 417 Admiral Gorshkov. La fragata “Méndez Núñez” y el el patrullero de altura “Serviola” monitorizaron el paso de este buque por el noroeste de la Península, cuando se encontraba navegando hacia el sur por el Canal de la Mancha. Esta vigilancia que se prolongó durante dos días y se enmarcaba en las Operaciones Permanentes de vigilancia y disuasión de las Fuerzas Armadas en territorio nacional.
El pasado viernes 13 se realizó la interceptación del buque ruso, que se encontraba en el Mar Cantábrico, a unas 20 millas náuticas (unos 37 kilómetros) al norte de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) española. Hasta allí había llegado escoltado por varios buques aliados de diferentes países por cuyas aguas había navegado la fragata rusa desde que salió de un puerto de Rusia. La última fue la fragata francesa “D656 Bretagne”, la cual dio el relevo al patrullero “Serviola”. Ese mismo día, horas después, la “Méndez Núñez” se hizo cargo de la vigilancia del “Admiral Gorshkov”. Había salido del Arsenal de Ferrol la tarde del jueves y se encontraba en la zona por la que pasaría, por lo que sustituyó al “Serviola” hasta que el buque ruso entró en aguas portuguesas. Estuvo junto a él hasta el sábado, cuando se situaron a la altura de la desembocadura del río Miño. En ese instante, el buque español cedió esas tareas de seguimiento a las autoridades portuguesas, que continuaron a su lado por el Océano Atlántico a lo largo de su costa hasta que finalmente la abandonó.
Pero además de por estos dos buques de la Armada, el “Admiral Gorshkov” también estuvo controlado en todo momento por un avión D4 de vigilancia marítima del Ejército del Aire, que llevó a cabo la localización y seguimiento del buque ruso.
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