El NAe São Paulo (A-12) era un portaviones de la clase Clemenceau construido en Francia con el nombre de Foch (R 99) y comprado por la Armada de Brasil en el año 2000, donde cumplió hasta febrero de 2017, la función de buque insignia, siendo puesto fuera de servicio por los fuertes recortes al gasto militar brasileño.
Brasil ha procedido el pasado viernes 3 de febrero a hundir de manera controlada el portaviones, Sao Paulo que estaba fuera de servicio y que contenía en su interior 760 toneladas de amianto.
El hundimiento tuvo lugar a 350 kilómetros de la costa brasileña, en un área con una profundidad de 5.000 metros. El hundimiento contó con la participación de buzos, que colocaron cargas explosivas para perforar el casco.
El portaviones, estaba en un estado tan deteriorado que apenas podía fondear, por lo que fue vendido en 2021 por la Armada brasileña al astillero turco Sok, especializado en desguace de barcos, pero el Gobierno turco revocó la autorización para realizar esta operación para acallar las protestas de los grupos políticos de oposición.
La empresa MSK Maritime Services & Trading compró el buque, de acuerdo con el astillero turco Sok para realizar el traslado del barco en diciembre de 2021, renunció posteriormente a la propiedad de la nave ya que la Armada brasileña no aceptó hacer las inversiones necesarias para que el buque pudiese atracar para ser reparado y posibilitar que las autoridades internacionales permitieran fondear el buque en los puertos intercalados en el trayecto de viaje al desguace. Esta decisión se produjo después de que en su viaje hasta Turquía se le negase la entrada en el Mediterráneo y también atracar, en su viaje de vuelta, en el puerto de Pernambuco.
Tras ello, la nave salió de Brasil el 4 de agosto del 2022, en un viaje que generó protestas en todo el mundo y que llevó a Greenpeace a monitorizarlo en tiempo real.
Antes del hundimiento el grupo saudí Sela hizo una oferta de 5,9 millones de dólares por el casco del buque para llevarlo a Arabia Saudí en un barco semisumergible.
Que desperdicio de acero. Los costes de los seguros hacen que sea más aceptable abandonarlo en el mar que achatarrarlo.
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