Cistierna sería el lugar escogido para establecerse la empresa francesa Houllières de Cistierna et d'Argovejo, con domicilio legal en la Rue des Ponts Corvines en Lille, Francia. En 1900, contaba dicha sociedad con un capital inicial de más de dos millones y medio de Francos y aparece inscrita en el Registro mercantil de León el 26 de marzo de 1906. Don Paul Verdier, natural de Chateau de Contailmaison, Picardía, administrador delegado, elegido como tal en el consejo de la sociedad el 6 de septiembre de 1904, da poder al director gerente Don León Pinault, de nacionalidad francesa, residente en Cistierna, para que compre unas 10 hectáreas de terreno en la margen izquierda del Esla, entre el puente del ferrocarril de la Robla y el puente de Hierro ubicado en Redimora. Los terrenos estaban situados en los pagos conocidos como la Caldera y el Convento.
Los terrenos adquiridos eran los mejores prados y fincas de regadío junto al río Esla, así, poco a poco, sin volver la vista atrás, el pueblo abandonaba su fisonomía agrícola pastoril, por un prometedor futuro industrial y minero. A partir de 1904, después de un proceso de compra bastante problemático por la cantidad de propietarios afectados, se comienza a construir en el pago de la Caldera el edificio de Los Lavaderos, una notable construcción, derruida a finales de los años ochenta.
La sociedad francesa también edificará hacia 1905, en la calle Padre Isla de Cistierna, hoy Nº 28, una casa compuesta de: planta baja, único piso con cinco balcones y desván abuhardillado de cinco mansardas hacía el exterior. Aún se conserva en el interior de este interesante edificio, alguna de las extraordinarias y bellas chimeneas en mármol rojo con intradós de cerámica vidriada, decoradas con motivos de candelieri. En la planta baja se instalarían las oficinas, despacho del director, caja fuerte de 6 toneladas. En el primer piso residirá el Director Gerente Don León Pinault y, en ocasiones, el delegado Don Paul Verdier. Hasta hoy día, este edificio es conocido en la villa como Casa de los Franceses. Al contrario de lo ocurrido con Los Lavaderos, aquí, es de agradecer la reciente y respetuosa restauración efectuada por los actuales propietarios, la familia Vázquez-Escudero.
Entre 1903 y 1906 la actividad de la empresa gala, se dirigirá además de la frenética adquisición de terrenos, a la compra de minas y a la construcción de un ferrocarril minero de vía métrica desde Cistierna hasta el Triaje, en terrenos de Santaolaja de la Varga. Al mismo tiempo, desde Trapa en Argovejo, inician la construcción de un tranvía aéreo de baldes para transportar el mineral hasta la estación de cribado y carga del Triaje.
El 28 de agosto de 1904, Don León Pinault, Director Gerente de la Sociedad concluye una importante compra de minas con Don Eusebio Cosío de Riaño y Don Bernardino Tejerina de Argovejo, que vendían las minas Teja 1 y Teja 2. En total 9 minas localizadas en Argovejo, Remolina y Ocejo, un coto minero de 402 hectáreas, por el que la sociedad pagó el precio de 586.000 pesetas.
En diciembre del mismo año, la sociedad compra a Don Vicente Miranda Tascón, vecino de Orzonaga, una mina en Argovejo, llamada Guadalupe 1, de 12 pertenencias, por el precio de 12.000 pesetas y los derechos de otra denominada Guadalupe 2, de 40 pertenencias.
En Santaolaja los franceses adquieren las minas y tierras situadas en los pagos de Comarco (bajo el Castro), Urquiello (junto al río) y, Arenales (en la margen derecha del río frente al Castillón). Las minas de Santaolaja se denominaban: Mentan, Fidelio, Pedro, Petra 1 y Petra 2 y las vendían sus propietarios Don Pedro Díez y Don Esteban Izaguirre.
La construcción del ferrocarril minero se inicia en 1904 y es encargada a los contratistas Don Andrés Pontviane y Hermanos de nacionalidad francesa y a Don Juan López. El ferrocarril tenía un recorrido de 6 kilómetros y partía de los lavaderos situados en el pago de la Caldera y discurría por los terrenos del pago del Convento. Después de pasar por el puente denominado Puente de los franceses, se unía por la izquierda en sentido ascendente dirección Riaño, a la carretera de Sahagún a Arriondas, transitaba junto a ella entre el Kilómetros 58 y 59.
Al llegar a la altura del arroyo de Santa Marina (hoy entrada a la cantera de Don Baldomero Robles), el ferrocarril cruzaba a la parte derecha de la carretera, y por la Vega de San Pedro y Vega del Escobio se adentraba en el Valle del Duerna ó Urquiello, que de esas dos formas se llama el río que viene de Ocejo, hasta llegar a la estación de cribado y carga en el Triaje. Para tamaña empresa, fue necesario perforar tres túneles en roca caliza; de ellos, dos aún subsisten, el otro fue destruido hace unos 10 años cuando se amplió la curva situada enfrente del complejo industrial de Vegamediana.
En las peñas que flanquean la hoz del Duerna, por su margen derecha, fue necesario levantar una poderosa plataforma de piedra ganada a la roca para instalar las vías. Actualmente, por esa plataforma discurre la carretera a Ocejo de la Peña.
Además del citado Puente de los Franceses en Cistierna, hubo de construirse otro en Santaolaja, conocido como Puente de los ojos, un poco más arriba del segundo túnel sobre el Duerna. Ambos puentes son de piedra calar con buenos sillares ligeramente almohadillados. El primer puente no tiene arco, el segundo presenta dos arcos de mediana luz.
La construcción del ferrocarril minero fue motivo de enconados litigios entre numerosos vecinos de Santaolaja y los contratistas Pontviane Hermanos y López. Los perjuicios en la ocupación de fincas e incluso la afección a un molino ubicado en el barrio de abajo de dicho pueblo, terminaron por involucrar a la sociedad minera, que también se querelló contra los contratistas.
El tranvía aéreo integraba dos líneas: una principal y otra secundaria. Se comenzó en el año 1906 y fue una formidable obra de ingeniería debido a lo accidentado del terreno. La línea de baldes tenía que trasponer el puerto de Trapa (Argovejo) 1.650m, un collado que comunicaba el municipio de Crémenes con el de Cistierna. La misión del tranvía era transportar el carbón producido en las minas de Argovejo y Remolina hasta el Triaje en Santaolaja, donde estaban las instalaciones de cribado y carga, para después trasladarlo en el tren minero a los lavaderos de Cistierna.
En Trapa llegó a levantarse un auténtico poblado minero con viviendas y una taberna regentada por Don Vicente Tejerina Álvarez natural de Argovejo. En la instalación del tranvía trabajó un montador de nacionalidad francesa, junto al ingeniero español Don Ángel Chueca Sáinz, representante de la sociedad anónima domiciliada en Bilbao Sociedad Española de Construcciones Metálicas.
El tranvía se armaba con cables metálicos que descansaban sobre caballetes de madera asegurados en pozos con cimentación a base de un hormigón de cal y canto. Entre el caballete 25 y 26 se construyó la Estación de Ángulo para las labores de cambio de dirección. En lo alto del puerto se construyó la Estación de Trapa necesaria para el cambio entre la línea principal y secundaria.
En Trapa, los baldes trasponían el puerto por una trinchera practicada en la roca, de 34 metros de larga por 6 de ancha y 7 de altura. Misteriosamente este gran corte en roca no viene documentado en las labores de construcción del tranvía aéreo.
Hacia el día 4 de noviembre de 1906 estaban instalados 48 caballetes, pero los cables, cojinetes, poleas, carriles, aparecían dispuestos por el suelo esperando a ser instalados.
Esta sociedad minera de capital y dirección francesa, explotó el venero estudiado por el ingeniero Casiano de Prado en el siglo XIX, una capa de carbón que, desde Aleje, tomaba la dirección N.E, atravesando la collada de Tejedo hacía La Trapa en Argovejo, y después, por Peña Verde pasaba al término de Remolina, donde las capas tomaban la dirección S. hasta llegar cerca del pueblo de Ocejo de la Peña.
El esfuerzo de la empresa francesa, no llegó más allá de 1914 cuando abandona el proyecto. El estallido de la Gran Guerra en julio de 1914 parece que algo tuvo que ver con este hecho, pues a partir de esa fecha no hay presencia de franceses en Cistierna. Recordemos que Lille y su región, de donde eran oriundos los franceses que vivían en Cistierna, fue prácticamente arrasada al estar dentro del frente Franco-Alemán hasta 1918.
Las infraestructuras mineras de la sociedad Houilleres de Cistierna et Argovejo fueron inmediatamente aprovechadas por propietarios minoristas del carbón locales como Don Tiburcio Vallinas farmacéutico de Cistierna, Don Esteban Corral y Don Gabriel Rodríguez el carrero.
A partir de los años cuarenta hasta los setenta se hizo con las minas, terrenos y lavadero de Cistierna, la sociedad minera Carbones del esla, propiedad del empresario catalán Don Joaquín Molíns. Durante todos esos años hasta los setenta en que terminó la actividad, el gerente de la empresa Carbones del Esla, fue Don Emilio Brum Boix, esposo de Doña Filo, profesora en el patronato de Cistierna, muy recordada en la villa por su humanidad y excelente pedagogía en la enseñanza de las matemáticas. Desaparecido el ferrocarril minero, la empresa de Don Joaquín Molíns bajaba el carbón hasta Cistierna en camiones, utilizando el mismo recorrido que antes hacía el tren hullero.
En cuanto al material motor empleado en los primeros años de funcionamiento del ferrocarril, registrado como Minas de Comarco a la Estación de Cistierna, la primera referencia de que disponemos data de 1906, fecha en que se incorpora una locomotora del tipo 030-T adquirida directamente al fabricante La Meuse, con número de fábrica 1969.
Minas de Castilla la Vieja y Jaén
Hulleras de Cistierna y Argovejo. — En Cistierna, provincia de León, se ha celebrado una junta privada con objeto de tratar del reconocimiento preliminar, ante la recepción oficial, de una vía férrea que unirá las minas con la estación perteneciente á la línea de los ferrocarriles de la Robla. Estuvieron presentes los inteligentes Ingenieros.de caminos, canales y puertos, Sres. D. Rafael Zumárraga, Ingeniero jefe interino, D. Federico Jiménez, D. Alfredo Pérez, conductor; el distinguido Ingeniero de Minas señor de La Rosa; Mr. P. Verdier, Administrador delegado de la Sociedad; Mr. León Pinault, Director gerente, rodeados del personal técnico, Ingenieros y empleados, Sres G. Brés, Borie, Chambo, Sacrez, Degos, Lyon, Laynaz y Voisin, contratista de las obras de la Sociedad. La administración de la Sociedad está confiada á valiosas individualidades de gran competencia industrial y comercial, pertenecientes parte al elemento francés, parte al español. No se ha retrocedido ante el enorme gasto de un ferrocarril de más de 8 kilómetros en una región montañosa. En la actualidad se está construyendo un cable aéreo de 7 kilómetros, de una potencia de 60 toneladas por hora, y se hará todo cuanto sea posible para que esté terminado en el plazo de tres meses. Las instalaciones mecánicas, cribas y lavaderos de moderna construcción, aseguran a la Sociedad un éxito completo, valorado por las distinguidas personalidades que figuran en la dirección de este importante negocio.
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