sábado, 7 de septiembre de 2024

Instituto General y Técnico

El Instituto Provincial de Educación Secundaria de León se creó el año 1843, inaugurándose el curso escolar en 1846, cuando se estableció su sede en el Seminario Conciliar de San Froilán, pasando después a San Marcos, ocupando la planta baja del edificio, y compartiéndose durante cinco años, con la escuela de veterinaria, y al Colegio de los Padres Escolapios en la calle Corral de Villapérez. En 1901, por el real decreto de 17 de agosto de 1901 del Conde Romanones, los antiguos institutos pasan a llamarse Institutos Generales y Técnicos.

Vista aérea del Instituto Padre Isla hacia 1926. A la izquierda, aún en construcción, el hotel Oliden. 

A comienzos del siglo XX al Instituto asistían 331 varones y cuatro mujeres que se incorporaron paulatinamente desde 1907. Debido al mal estado del edificio y a la necesidad de ampliación del mismo se decide trasladar la institución a una nueva sede, construida sobre el entonces solar del mercado de ganados, ubicación hoy del Instituto "Juan del Enzina" de la calle Ramón y Cajal. Esta decisión es tomada entre 1904 y 1905 pero se demorará más de diez años en llevarse a cabo. El proyecto del nuevo edificio se encargó a los arquitectos J. L. Oriol y Emilio García Martínez, que se inspiraron en el Palacio de Correos de Madrid, de estilo «Monumentalista» y Modernista. En una de sus torretas se instaló un observatorio astronómico.

Después de siete años de obras, el nuevo edificio se inauguró el curso 1917/1918. En aquellos tiempos se crearon varias revistas culturales, entre las que destacan «Nosotros» y «Los anales».

Hace cien años contaba entonces la ciudad de León con poco más de 20.000 habitantes.  En el mes de marzo de 1909 comenzaron las obras cuyo presupuesto ascendía a 740.626 pesetas con 35 céntimos. El 7 de julio, el secretario Mariano Domínguez Berrueta encerró en una caja de plomo sepultada bajo un sillar el acta con los nombres de los que intervinieron en el acto inaugural, esperando que después de siglos sería descubierta. No llegó a transcurrir medio siglo. Por prescripción gubernativa, en 1966 se derribó el edificio y apareció intacta la caja de plomo. En la actualidad el Instituto ‘Padre Isla’ cumple sus funciones docentes en el Paseo de la Facultad Veterinaria, en un nuevo edificio inaugurado en 1966.

En 1917 no hubo ninguna fiesta de inauguración. El edificio costaba de dos plantas. La primera planta comprendía nueve aulas, museo de Historia Natural, laboratorio de Química, un gran Salón de Estudio, Sala de Profesores, Dirección, Secretaría, Oficinas, Conserjería, Portería y Servicio para alumnos y otro para profesores. Existía agua abundante en todo el edificio debido a un gran pozo que un motor llevaba a unos depósitos en la parte alta, al lado de las viviendas de los subalternos. En la segunda planta estaban instalados los laboratorios de Física y Agricultura, un gran salón destinado a Paraninfo, que terminó siendo capilla, y la vivienda del director. Las del conserje y el portero estaban situadas encima de la casa de este último, a las que se accedía por la parte trasera del edificio, en la calle Ruíz de Salazar, a través una pequeña «puerta de apelación» o recurso de los impuntuales cuando la principal estaba ya cerrada. Contaba el edificio con un patio exterior de entrada, rodeado de verjas de hierro.

Mientras pervivió el nuevo edificio, aunque el profesorado estuviese integrado por personas de ambos sexos, para los alumnos el centro era exclusivamente masculino. Desde el punto de vista didáctico, el plan de estudios de mayor vigencia por aquel entonces era el de 1903 y se debía al ministro de Instrucción Pública Gabino Bugallal Araujo. Duró 23 años y sería nuevamente adoptado por la República en 1931, dejando la asignatura de religión como voluntaria. 

En 1926 se estableció el Plan Callejo, del entonces ministro de Instrucción Pública, don Eduardo Callejo de la Cuesta, catedrático de Derecho de la Universidad de Valladolid. Al proclamarse la República el 14 de abril de 1931, el nuevo ministro de Instrucción Pública, Marcelino Domingo sustituyó el Plan Callejo y promulgó por decreto el 7 de agosto un nuevo plan provisional que no era otro que el de 1903. Esta plan estuvo vigente provisionalmente durante los dos primeros años de la República, siendo reemplazado por el Plan del ministro Villalobos, catedrático de Medicina de la Universidad de Salamanca.

Manuel Santamaría Andrés, zamorano nacido en 1896, tomó posesión de su plaza de profesor en 1922 e impartió clases como Catedrático de Preceptiva Literaria y Literatura Española, disciplinas para las que utilizaba el libro ‘Estilística’, de propia autoría y muy conocido a raíz de su publicación en 1932. Con la llegada de la República, Manuel Santamaría intervino en la política provincial como diputado, afiliado a Acción Republicana. Al comienzo de la Guerra Civil, Santamaría fue cesado como Catedrático, con la subsiguiente suspensión definitiva de empleo y sueldo e inmediato encarcelamiento en San Marcos. Al cabo de un proceso sumarísimo, Manuel Santamaría fue condenado a muerte por «un delito de traición». El 21 de noviembre de 1936, a las siete de la mañana, fue fusilado en el polígono de tiro de Puente Castro. 

Hipólito Rafael Romero Flores (Valladolid 1895-Madrid 1956) había cursado la carrera de Filosofía y Letras en Madrid, combinando los estudios con un empleo administrativo en la Compañía de los Ferrocarriles del Norte. Llegó a León en 1930 procedente de Lugo como Catedrático de Filosofía. Sustituía a José Gaos, quien sólo ejerció unos meses en el Instituto de León. A raíz de la Guerra Civil, Gaos se exilió y nacionalizó en Méjico, donde, además de la labor docente universitaria, se empleó como traductor de Heidegger y Husserl. Romero Flores fue presidente del Ateneo Obrero Leonés y director de su revista, junto a Victoriano Crémer que actuaba de secretario. Después de las elecciones de febrero de 1936, Romero Flores ocupó interinamente por unos meses el cargo de Gobernador Civil de León. Hombre moderado de izquierdas, militaba junto con Félix Gordón Ordás y Nicostrato Vela Esteban (padre del pintor José Vela Zanetti), en Izquierda Republicana, el partido presidio por Manuel Azaña. En septiembre de 1936 es detenido, encarcelado en San Marcos y trasladado al poco tiempo a Valladolid, donde se libra de ser fusilado gracias a la intervención de doña Irene Rojí, esposa de Severiano Martínez Anido, a la sazón ministro de la Gobernación del primer gobierno de Franco. A la detención se sumó la suspensión de empleo y sueldo y confiscación de todos sus bienes.

Salió de presidio en 1938, ganándose la vida como pudo dando clases particulares hasta 1947, año en que recupera la Cátedra en el Instituto de Palencia “Jorge Manrique”. Morirá en Madrid, atendido en última instancia por su amigo Gregorio Marañón, a causa de la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, dolencia hereditaria. Romero Flores tenía ya cierto reconocimiento intelectual y gran agudeza en la interpretación de la contemporaneidad, como acreditan sus varios libros de ensayo: ‘Reflexiones sobre el alma y el cuerpo de la España actual’ (1933); ‘Perfil moral de nuestra hora’ (1935); ‘Estudio psicológico sobre Lope de Vega’ (1936); ‘Unamuno: notas sobre la vida y la obra de un máximo español’ (1941), (que sufrió los hachazos de los censores); ‘Biografía de Sancho Panza, filósofo de la sensatez’ (1952), (Premio Aedo de biografía, reeditado por la Junta de Comunidades Castilla-La Mancha en 2005 y prologado por Julián Marías). Fue colaborador de prestigiosas revistas, entre las que cabe citar ‘Espadaña’ y ‘Revista de Ideas Estéticas’. Es de resaltar su clarividente premonición a las puertas de la hecatombe nacional cuando se pregunta en ‘Perfil’, su obra más importante: «¿Desembocaremos en Rusia o en Italia? ¿Opresión bolchevique o tiranía fascista? Quizá no tardaremos en verlo». Romero Flores dejó inéditos un diario, correspondencia, varias obras literarias y un extenso tratado sobre dos filosofías ante la Segunda Guerra Mundial, la inglesa y alemana. 



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