Según informa el diario El Pais, el Ministerio de Defensa ha decidido comprar 27 miniaviones espía, para reforzar la protección de las tropas españolas en Afganistán y Líbano, por un importe de 3.090.000 €. Este tipo de aviones se utiliza en misiones de reconocimiento cercano, para la protección de bases y convoyes. Un juguete más para el juego de la guerra.
Los miniaviones no tripulados Raven 11Ba (Cuervo), fabricados por la empresa californiana Aerlyper, miden poco menos de 1,5 metros de envergadura y pesan 2,5 kilos. Estos aviones van dotados de cámaras de vídeo, tanto ópticas como infrarrojas, de alta resolución que les permiten operar de día y de noche. Disponen de una autonomía aproximada de hora y media de vuelo, a una velocidad media de 30 kilómetros por hora y una altura de entre 30 y 170 metros sobre el suelo.
El lanzamiento de los aviones se realiza a mano, en vez de necesitar una catapulta, como en modelos anteriores. El aparato puede volar con ruta programada o dirigirse por control remoto y el operador dispone de un ordenador portátil en el que recibe imágenes de alta resolución en tiempo real. Al aterrizar se desmonta, pero puede volverse a armar de nuevo.
Este contrato es independiente del que se adjudicó en abril pasado para la compra de cuatro aviones no tripulados Searcher MKII-J, de 300 kilos de peso y 12 horas de autonomía de vuelo.
Estos aviones los fabrica la empresa israelí IAI y le han costado al Ejército de Tierra 14,37 millones de euros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario