martes, 22 de enero de 2008

Camiones Hispano Suiza


En Panoramio encontramos un resumen histórico de la fabricación de camiones por parte de la empresa Hispano Suiza.

En 1904 se funda “La Hispano-Suiza, Fábrica de Automóviles S.A.“. Entre los accionistas destacan Damián Mateu y Mark Birkigt. Mateu era un industrial muy conocido en Barcelona, regentaba una empresa de hierros y maquinaria fundada en 1801 por su abuelo. Birkigt era un relojero y mecánico hábil que ya había construido anteriormente motores de gasolina.

En 1908 la Hispano Suiza construye un coche económico con un nuevo motor de 12/15 CV. Su éxito hace que el bastidor se aplique también a furgonetas y al primer autobús de la empresa. Posteriormente se amplía la gama con otro bastidor de 25/30 CV. Sobre él se montan en 1909 los primeros camiones de 2 y 4 toneladas de carga útil. La única diferencia, además de la carrocería, consistía en una desmultiplicación añadida mediante cadena de transmisión que aumentaba su potencia y limitaba la velocidad a unos 15 Km/h.



Uno de los primeros camiones Hispano-Suiza de 1909.



Furgoneta Hispano-Suiza sobre chasis de 25/30 CV.

Las mejoras se suceden y se desarrolla una nueva versión de bastidores de 15/20 CV y de 30/40 CV. Los motores derivan de los de turismo, pero con la potencia limitada hasta un tercio del original, para hacerlos más robustos. El modelo 30/40 CV fue declarado reglamentario en el ejército español en 1915.



Camión 30/40 CV en 1914.

En 1911 se decide el traslado de la fábrica a unos locales más amplios en el barrio de la Sagrera, en Barcelona. También se construye en París una segunda fábrica de automóviles. Mark Birkigt, en sólo tres años, diseña 23 vehículos y motores, con la más avanzada tecnología de su tiempo, cuatro válvulas por cilindro, compresores, doble árbol de levas en cabeza, doble encendido, cigüeñal de cinco apoyos, engrase a presión, etc.

En 1914, la Primera Guerra Mundial obliga a cerrar la fábrica de París. Se comienza la fabricación de motores de aviación. Para poder montarlos en aviones franceses deben pasar una dura homologación de 50 horas de funcionamiento continuo. Con el tiempo catorce empresas francesas, una inglesa, una americana, tres italianas, y una japonesa llegaron a fabricar motores de aviación Hispano Suiza bajo licencia. Casi 50.000 motores se produjeron durante la guerra. La célebre cigüeña, que desde 1919 identificaba los vehículos de la marca, tiene su origen en el dibujo que llevaba una escudrilla de aviones de caza franceses equipados con motores Hispano Suiza. De estos motores de 8 cilindros en V se hicieron versiones de cuatro cilindros para los automóviles y camiones de la marca.

En 1917 se creó una filial, “La Hispano, Fabrica Nacional de Automóviles y Material de Guerra“, para la que se construyó una fábrica en Guadalajara. Aunque el presidente también era Damián Mateu y todos los diseños eran de Birkigt los vehículos producidos allí no llevaban la bandera Suiza en su escudo. Esta empresa se dedicó a la producción de camiones, sobre todo el modelo militar 30/40 CV para la guerra de Africa, algunos automóviles económicos, aviones, cañones y otro material militar. Llegó a contar con un aeródromo propio y se construyó bajo licencia el avión De Havilland DH9.





Automóviles camiones Hispanosuiza, al servicio del ejército español en África.

En 1923 se fabrica el motor tipo 204 de 50/60 CV y se ofrecen un sinfín de carrocerías especiales, tales como volquetes de basura, regadores, autobombas de bomberos y autobuses en varios acabados. En 1923 se creó “La Societé Françoise Hispano Suiza“, aunque el capital seguía siendo mayoritariamente español. Birkigt trabajaba desde París, diseñando los vehículos y motores de todas las fábricas.



Camión volquete Hispanosuiza, destinado al transporte de basuras.

En 1929 se crearon los chasis T-60, T-68, el T-69 y T-70. El T-69 fue uno de los vehículos más habituales en nuestras carreteras. Disponía de una carrocería muy elaborada, motor de 6 cilindros que le proporcionaba más de 100 CV y unos 100 Km/h de velocidad máxima. Se fabricaron toda clase de versiones, desde autobuses con imperial para más de 80 plazas sentadas, hasta camiones para transportes especiales con reductora que les permitía una velocidad máxima de 30 Km/h.

Camión cubierto Hispanosuiza, de tres toneladas de carga, para transporte de mercancías en general.

A principios de los años treinta, la bomba de inyección Bosch permite construir motores diesel de tamaño y prestaciones razonables para un camión. En 1935 la Hispano ya había desarrollado un motor diesel, en colaboración con la empresa húngara Ganz. Los motores Ganz, con potencias de 48 a 173 CV, se montaron en chasis de 40/50 CV, T-69 y 50/60 CV.




Camión-cuba Hispanosuiza, utilizado por la Campsa para el transporte de petróleos.

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