La Sublevación de Jaca del 12 de diciembre de 1930 fue un pronunciamiento militar contra la Monarquía de Alfonso XIII, siendo presidente del gobierno el general Berenguer.
Las fotografías y los pies de foto son de la revista "Nuevo Mundo" del 19 de diciembre de 1930, una semana después de los hechos.
En cuanto el general Las Heras, gobernador militar de Huesca, Tuvo noticia del movimiento de Jaca, salió en automóvil camino de esta localidad, acompañado del teniente coronel de Estado Mayor Martínez Cajén, un capitán, un teniente de la Guardia civil y un número de ésta. Dieron frente á los rebeldes, cerca del sitio llamado de la Peña. En el encuentro resultó herido el general Las Heras, y muerto el capitán de la Guardia civil. El señor Martínez Cajén —que es el que está en la moto la fotografía— fué hecho prisionero; pero logró escaparse muy poco tiempo después.
Las fuerzas que guarnecían Huesca, al tener noticia de la sublevación, salieron de la plaza y ocuparon en la carretera y sus cercanías posiciones defensivas, en las que permanecieron toda la noche del sábado para detener el avance de los sediciosos.
Carretera de Jaca á Huesca. Al amanecer, la lucha entre los sublevados y los adictos al Gobierno. Rendición y huida de los rebeldes. En la carretera, abandonados por los fugitivos, los camiones en que los revolucionarios se dirigían á Huesca.
Los sublevados abandonaron en su huida, tras el combate del amanecer del domingo, camiones, ametralladoras, municiones, armas, vestuario... Sobre esta camioneta que utilizaron en su avance hacia Huesca las tropas rebeldes, se ve una ametralladora que no llegó á disparar...
El periodista madrileño señor Quílez, examinando en la carretera el armamento que un sublevado abandonó en su huida.
Plaza Mayor de Ayerbe, llena de acento regional, graciosa y típica como un escenario de zarzuela clásica. Un palacio, un campanario muy de tierra aragonesa. Al fondo, la majestad de las montañas de Huesca, hoscas y frías. En la noche del sábado, los revolucionarios proclamaban en Ayerbe la República y muy pocas horas después abandonaban el pueblo camino de Huesca. En el siguiente día —domingo, lleno de inquietudes, de ecos, de alarmas— las tropas leales llegaban á Ayerbe y formaban en su pintoresca Plaza Mayor, sobre un escenario de zarzuela clásica.
Las fuerzas del Gobierno en el escenario en que se inició el movimiento de rebeldía.
El epilogo triste del domingo: después del encuentro de por la mañana, en la carretera, los sublevados que no se rindieron entonces marcharon á Ayerbe, donde se entrejaron á las fuerzas del general Dolla. Ya han desarmado á los rebeldes. Ya los suben á los camiones para su traslado á Huesca. Comienza la rígida actuación de la Justicia militar...
Ya han llegado á Jaca, tras del encuentro en la carretela, las fuerzas de Artillería de montaña que formaban parte de la columna del general Gallego. Los soldados descansan de la jornada en el patio del cuartel en que se alojaba el regimiento de Galicia, iniciador del fracasado movimiento...
La escuadrilla de carros de asalto pertenecientes a la Escuela de Tiro de Carabanchel, situados en la carretera de Cuatro Vientos, en espera de las órdenes del general Orgaz, que mandó la columna enviada por el Gobierno contra los rebeldes.
La entrada al aeródromo de Cuatro Vientos, en la tarde del lunes. Han pasado ya los sucesos de por la mañana. Las tropas de la columna enviada por el Gobierno han tomado el campo de Aviación. En los pabellones, oficiales, soldados y obreros detenidos. Durante la tarde y la noche, el Juzgado militar no cesa de tomar declaraciones para esclarecer la rebelión.
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