En la revista HORNAGUERA de enero/marzo de 1960, de la empresa Hullera Vasco Leonesa S. A., aparece la descripción de la fábrica de aglomerados que la misma tenía en La Robla.
Fabricación de aglomerados
Al igual que en muchas otras ramas de la Industria, Alemania ha conquistado en estos últimos años la supremacía en la fabricación de aglomerados. El control de los carbones empleados, el secado de los mismos, la homogénea dosificación de la mezcla y un prensado eficaz, consiguieron economías insospechadas de combustible y mantuvieron la prioridad de los carbones como fuente principal de energía, tanto en usos industriales como domésticos.
Para conseguir idénticos resultados, oportunamente proyectamos y llevamos a cabo la instalación de la Planta de Aglomerados en La Robla. La más moderna de Europa en esta especialidad.
Las ventajas conseguidas con esta nueva instalación, podemos sintetizarlas así:
1º. Revalorización y empleo racional y eficaz de los menudos y finos de flotación.
2º. Satisfacción de una primerísima necesidad nacional en el orden industrial y en el de consumo doméstico.
3º. Economía de un 25 por 100 en consumo de aglomerante (brea).
4º. Economía del 10-15 por 100 en desperdicios, al elevar considerablemente el índice de cohesión.
5º. Homogeneidad constante de los productos elaborados.
Estos resultados anteriores no dependen en modo alguno de misteriosos procesos de fabricación, ni de circunstancias privativas y sí de largo y minucioso estudio de la técnica alemana y del fruto de nuestra ya larga experiencia, ya que la fabricación de aglomerados fue iniciada por esta Sociedad en el año 1895 y proseguimos ininterrumpidamente hasta la fecha (Medalla de Plata en el I Congreso Nacional de Ingeniería, Madrid, 1920).
La ineludible necesidad de mezclar carbones de distintas características dada la escasez de carbones nacionales para usos concretos con los diversos problemas que plantea la debida homogeneidad de la mezcla; el secado de la misma a fin de emplear menos brea en su aglomeración y aumentar el poder calorífico del producto, y el proceso propiamente dicho de la fabricación, constituyen las tres fases más importantes de la misma, siendo controladas y examinadas en el laboratorio todas las operaciones, a fin de conseguir para cada distinta clase de aglomerados, las características más adecuadas y el índice de cohesión óptimo para su consumo racional.
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