Julio Barrón nació en 1899 y era el hijo mayor de Sotero
Barrón Llorente y Luisa Rodríguez Benavente. Al igual que sus hermanos Sotero e
Isabel estudio hacia el 1921 en el Real Conservatorio de Música y
Declamación de Madrid, pero no se dedicó profesionalmente a la música,
aunque tocaba el violonchelo. Estudió medicina y ejerció como médico en
diferentes lugares, acabando su vida profesional en Huesca. Fue uno de los
impulsores de la creación de la Sociedad Oscense de Conciertos y su
primer presidente.
En junio de 1910 Julio había terminado con éxito los exámenes de la última convocatoria. A sus 11 años una de las asignaturas aprobadas, en régimen de enseñanza libre, era la Historia Universal, que correspondía al cuarto año. El 17 de septiembre de 1913 le fue expedido por el Rectorado de la Universidad de Valencia el título de bachiller. En aquella época el grado de Bachiller duraba seis años, en dos ciclos de dos y cuatro años. Los alumnos accedían a estos estudios después de realizar un examen de ingreso a sus 9 años. Seis años más tarde, el 27 de junio de 1919 Julio obtuvo una plaza de alumno interno en la Beneficencia provincial de Madrid. El 23 de octubre de 1923 ya está ejerciendo como médico en la pequeña ciudad cordobesa de Baena, y obtiene una licencia de caza.
El 9 de junio de 1924, en la localidad cordobesa de
Valenzuela, se celebró la toma de dichos del médico Juan J. Oliván
Hidalgo e Isabel Ruiz García. Para ello se desplazaron desde Baena el notario,
Gerardo de la Mora, sus oficiales, Vique y Quesada, el médico, Julio Barrón, el
farmacéutico, Francisco Parreche y el procurador, José María Baena. Quiso la
fatalidad que no pudieran llegar a la hora citada a causa de una horrorosa
tormenta que descargó durante el trayecto.
Ya en aquellos tiempos Julio Barrón era una persona activa en
el mundo cultural de Baena. El domingo 22 de julio de 1924 se celebró, en el
salón de actos del Centro Católico una velada literario musical, en
conmemoración del tercer aniversario de la fundación de la Biblioteca conocida
con el nombre de Francisco Valverde. En la velada actuaron algunos
socios de la biblioteca y del Ateneo popular, con su sección de música. a cargo
de Julio Barrón. Los parlamentos de Hilario Pérez, el señor Cubillo y el presidente,
Moral, fueron muy muy aplaudidos, así como las piezas de música que la orquesta
interpretó. En noviembre de ese mismo año obtuvo en Córdoba la autorización para
conducir automóviles.
El 3 de febrero de 1925 Julio Barrón, renovó sus licencias de
uso de armas y para cazar. El 2 de junio de ese mismo año se casaron Francisco
Torrico Gómez, practicante municipal de Baena y María de los Dolores Lomeña
Fernández, en la parroquia de Santa María la Mayor, oficiando el presbítero
Emilio Millán Moreno, capellán del Hospital, y como padrinos el médico titular
Rafael del Moral y su esposa Los testigos fueron los médicos Enrique Puyol y
Julio Barrón, por una parte, y por la novia Hilario Pérez Baena, Administrador
de Correos, y el Secretario del Ayuntamiento de Fernán-Núñez, el señor Ayala.
El 19 de junio de 1927 iniciaron las vacaciones de verano los
alumnos de instrucción primaria, que asistían a clase en el Ateneo Popular de Baena.
Estos alumnos eran jóvenes que sobrepasaban la edad para asistir a las escuelas
públicas y también un crecido número de hombres de todas las edades, hasta un
total de ochenta. Aneja al Ateneo se hallaba la Biblioteca Francisco
Valverde, que continuaba abierta durante todo el verano, desde las ocho de
la mañana a las diez de la noche. Entre sus fondos estaban el Diccionario Espasa,
Los Episodios Nacionales, de Galdós, El Tesoro de la Juventud y El
Cancionero, de Juan Alfonso de Baena. En la Sección artística del Ateneo se
educaron musicalmente la mayoría de los instrumentistas que formaban la banda
que había actuado recientemente en Córdoba. La Junta del Ateneo estaba
presidida por Rafael Santaella Ariza, y eran presidentes de las diferentes
secciones, Hilario Pérez, oficial de Correos, de la Biblioteca, José Leiva,
maestro Nacional, de Instrucción, Julio Barrón, médico y violonchelista, de Música
y José Tatán, abogado, de la Comisión de veladas y conferencias.
Son varias las notas que nos han quedado de su actividad
profesional como médico. El 3 de agosto de 1927, en Valenzuela, se encontraba
enfermo de algún cuidado el niño Manolo Olivan Ruiz, por lo que se reunieron los
doctores Julio Barrón, de Baena y el señor Moratino, de Santiago de Calatrava,
en la provincia de Jaén), con el padre del niño, Juan Oliván. En septiembre de ese
mismo año Julio Barrón Rodríguez se compró un automóvil, de marca Chevrolet,
que matriculó con el número 2.874 de Córdoba.
Otras veces era su propia familia la que estaba enferma. Así,
el 3 de febrero de 1931 se encontraba en Baena, muy mejorada de la enfermedad
que le aquejaba su hija Isabelita Barrón Villarreal. El 11 de agosto de ese
mismo año Julio Barrón cesó como forense interino de Baena, por haber tomado
posesión el sustituto José Antonio Mejías. Pocos días después, el 12 de
septiembre participó Julio Barrón, con una peseta, en una suscripción abierta
por la Diputación de Córdoba, a favor de la vecina Esperanza García que había
dado a luz a tres niños.
El 15 de agosto de 1932 Julio Barrón Rodríguez entraba a
formar parte de la Junta del Distrito del Colegio de Médicos de Córdoba, por el
distrito de Baena. Un mes después, el 13 de septiembre en Baena aconteció un
sangriento suceso. A las ocho de la noche, en la Avenida de Cervantes, cerca de
los Grupos Escolares, discutieron por antiguos resentimientos, Francisco
Serrano, alias Eurea, casado y con cuatro hijos, y Miguel Gallardo Pérez,
soltero, el cual era constantemente objeto de burlas por parte de Serrano. En
la refriega Francisco sacó una antigua y formidable pistola, disparó contra
Gallardo, que resultó herido en la región pectoral izquierda, con orificio de
entrada en el segundo espacio intercostal, interesándole la pleura y sin
orificio de salida. Trasladado al hospital de Santa Marina, fue asistido de
primera intención por el médico de la Beneficencia Julio Barrón y ayudado por
el practicante Francisco Torrico, los que calificaron su estado de suma
gravedad. El agresor fue detenido y conducido a la cárcel de este partido,
donde se constituyó el Juzgado, compuesto por el Juez de Instrucción Bernabé
Pérez, con el secretario y oficial de lo criminal señor Valenzuela, instruyendo
les diligencias de rigor. No había acabado el mes, el día 26, cuando trabajaba
en las labores del campo el vecino de Baena, Vicente Morales Aguilera de 29
años, casado, recibió una coz de la caballería que guiaba, causándole una
herida incisa de cuatro centímetros en la región occipital y la probable
fractura de la base del cráneo. Fue asistido de primera intención en la casa de
Socorro por el médico de la misma, Julio Barrón y ayudado por el practicante
señor Gieb, calificando su estado de pronóstico grave. fue trasladado al
hospital de Santa Marina, donde se le dejó encamado. Aquí acaban las noticias
de las andanzas de Julio Barrón por tierras cordobesas.
En los años de la Guerra Civil Julio Barrón se encuentra entre
Aragón y La Rioja. El 5 de marzo de 1938 llegó a San Román de Cameros, en Logroño,
procedente del Hospital Costa, de Zaragoza, para hacerse cargo de ese partido
Médico. Llegó allí con su hija Marí Rosa y estableció consulta diaria de
Medicina general y enfermedades de la piel, en la fonda de Catalina Ruiz, de
una a tres de la tarde. Durante ese año la familia se movió entre Zaragoza y
San Román. El 26 de octubre volvió de Zaragoza, después de unos días de
ausencia, Julio Barrón, acompañado de su madre, Luisa Rodríguez y su hija Rosa
Mari. Ya al año siguiente, el 25 de enero de 1939 llegó a San Román de Cameros,
procedente de Zaragoza, Anita Villarreal, la esposa de Julio Barrón.
El 30 de noviembre de 1940 obtuvo, en la oposición para el
ingreso en el Cuerpo dé Médicos titulares, una plaza en el distrito 2º de
Huesca, y allí acabaría su vida profesional. Por su actividad profesional
durante los años de guerra, el 13 de marzo de 1944 la Administración de rentas
Públicas de la provincia de Zaragoza le reclamaba a Julio 77,66 pesetas correspondientes
al año 1937. Tres años más tarde, el 4 de noviembre de 1947 se celebró en
Madrid el IV Congreso Nacional de Sanidad Municipal. A
las nueve y media de la mañana, en el palacio del Senado, se procedió a la
discusión de la segunda ponencia, La tuberculosis en el medio rural, de
la que eran autores los doctores Laureano Lugo Ferreiro y Julio Barrón
Rodríguez. Intervinieron en la discusión de la misma numerosos congresistas,
que después se trasladaron al Cine Capitol.
El 22 de enero de 1952, el diario local Nueva España
informaba de que se proyectaba la fundación de una Sociedad Oscense de
Conciertos, para lo que se había celebrado una reunión el sábado anterior
en el despacho del director del Instituto Nacional de Enseñanza Media Ramón
y Cajal, a la que asistieron los miembros de la Comisión Organizadora.
El objeto de los organizadores era constituirla para dar audiciones musicales
que sirvieran de solaz espiritual y de educación artística al mismo tiempo,
agrupando al efecto a todos los amantes de la buena música y a todos los
oscenses entusiastas. A aquella reunión asistieron José María López Valencia,
Miguel Dolç, Diego Tejera, Julio Barrón, Ricardo del Arco, María Asunción
Martínez Bara, Manuel Cabeza, Patricio Parra, Emilio Martínez Torres, Franco
García Bragado y Manuel Artero. La Sociedad Oscense de Conciertos comenzó
su andadura, pocos días después, el 31 de enero, con la actuación del trío
Renzi-Roidi y Selmi interpretando obras de Beethoven, Pizetti y Mendelssohn en
el ya desaparecido Teatro Principal. El primer presidente de la Junta Directiva
de la entidad fue Julio Barrón.
El día 5 de octubre de 1955 empezó la
temporada 1955-1956 de la Sociedad Oscense de Conciertos, con uno dedicado en
homenaje póstumo al que fue uno de sus fundadores y Asesor Artístico hasta el
día de su fallecimiento, el 7 de julio de ese año 1955, Ricardo del Arco y
Garay, erudito historiador y arqueólogo, catedrático y Archivero provincial y
Cronista Oficial de Huesca, muerto víctima del atropello de un camión, en las
mismas calles de Huesca. En la
fotografía anterior, el presidente de la Sociedad, Julio Barrón, dedica unas palabras a
honrar la memoria de Ricardo del Arco. En segundo término, la pianista Pilar
Bayona, que tuvo destacadísima intervención en el festival.
Esta Sociedad musical había organizado el concierto con la colaboración de la pianista zaragozana Pilar Bayona y del Orfeón de Huesca. Pilar Bayona tuvo a su cargo la primera parte del programa, formado por la Marcha fúnebre de Chopin, y la Sonata número 23, Appasionata, de Beethoven. En la fotografía anterior se puede ver a la Orquesta y Orfeón de Huesca durante el concierto. La segunda y tercera partes del programa estuvieron a cargo del Orfeón Oscense, que había fundado hacía ya cinco lustros, su director, José María Lacasa Coarasa.
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