martes, 18 de julio de 2023

Adolfo Joaritzi Lasarte

Adolfo Joaritzi Lasarte nació en Barcelona en 1835, fue redactor del diario barcelonés La Corona de Aragón. Después se estableció un tiempo en Madrid, donde fue redactor de La Discusión. Allí participó en la sublevación del cuartel de San Gil en 1866 de los progresistas contra Isabel II. Participó activamente en la revolución de 1868 en Madrid y fundó el periódico La Igualdad. Una vez triunfó la revolución, se adhirió al Partido Republicano Democrático Federal, con el que fue elegido diputado​ por Manresa a las elecciones generales de 1869, abandonó su escaño al ser nombrado por sus partidarios presidente de la Junta Revolucionaria Republicana, de ideología federal, que se había sublevado en Cataluña.​ Activo en la revuelta federalista de 1869,​ razón por la que tuvo que exiliarse hasta agosto de 1870. Fue nuevamente elegido diputado por Tarrasa en las elecciones de 1871,​ pero murió poco después, el 16 de octubre de 1871.

Retrato de Baldomero Lostau.

Hijo de una familia culta y acomodada, realizó sus primeros estudios en Gerona y Perpiñán, ciudad francesa adonde emigró su padre al ser perseguido por su afiliación al Partido Progresista en 1843. Siendo niño tomó parte en las conspiraciones de su progenitor, cruzando la frontera con correspondencia para los revolucionarios del Ampurdán en 1848. De regreso en España, cursó el bachillerato en el instituto de Gerona y la carrera de abogado en la Universidad de Barcelona, ciudad donde fijó su residencia. Ligado todavía a los círculos progresistas, fue encarcelado en el transcurso de la Revolución de 1854; adquirió protagonismo político luchando en las calles de Barcelona contra las fuerzas del Gobierno reaccionario de O’Donnell en 1856. Siendo su verdadera vocación la de escritor, pronto se labró un nombre en la prensa barcelonesa; fue redactor de La Corona de Aragón, diario de tendencia progresista, y de El Debate, periódico demócrata de corta vida fundado por el republicano José Rubau Donadeu y por él mismo en febrero de 1863. Asimismo, en este tiempo fue presidente del Casino de la calle del Hospital que reunía a progresistas y demócratas. Además de los artículos periodísticos, escribió un folleto político, Los progresistas, los demócratas y los individualistas (1861), donde abogaba por la unión de los liberales progresistas y demócratas y por la unidad del “gran partido demócrata” basada en la defensa del principio de la soberanía nacional.

En 1864 hizo una incursión por la literatura escribiendo y arreglando para el público español un voluminoso libro de viajes y aventuras por los cinco continentes, Viaje dramático alrededor del mundo. Puesto en contacto con los escritores y jefes del Partido Demócrata de Madrid, se trasladó a la capital, donde escribió en La Discusión, durante la etapa de Pi y Margall, y en otros periódicos. Activo militante republicano del Partido Demócrata, ingresó en las sociedades secretas madrileñas hacia 1865 y tomó parte en el levantamiento del cuartel de San Gil de junio de 1866. Desatada la represión política y enmudecida la prensa demócrata, regresó ese año a Barcelona para volver a Madrid unos meses antes de la Revolución de 1868, y participó en los trabajos clandestinos del Círculo de Antón Martín, sociedad que había ayudado a crear y que presidía su paisano el exdiputado Estanislao Figueras.

Al triunfar la Revolución el 29 de septiembre, Joarizti fue vocal de la Junta de la plaza de Antón Martín y de la Junta Revolucionaria Provisional de Madrid, siendo el único que votó en contra del acuerdo del 3 de octubre, por el que se reconocía al general Serrano como jefe del Ejército y se le encomendaba la formación de un gobierno provisional que dirigiese el país hasta la reunión de las Cortes Constituyentes. La nueva Junta definitiva le nombró concejal del Ayuntamiento interino de Madrid el 9 de octubre, cargo que ocupó hasta primeros de enero de 1869. Durante esos meses desplegó una amplia actividad política en la capital: participó en las reuniones del Circo Price que transformaron al Partido Demócrata en el Republicano Federal (octubre de 1868) y fue elegido vocal del Comité Central Republicano de Madrid (cargo que ocupó de noviembre de 1868 a marzo de 1870) y del Comité Nacional del partido (de diciembre de 1868 a junio de 1869), ambos presididos por José María Orense.

Al ser nombrado Figueras director del diario federal La Igualdad, Joarizti, que había colaborado en su creación, entró en él como redactor, siendo su director entre el 23 de noviembre y el 10 de diciembre de 1868. Desde sus páginas combatió la escisión de los demócratas “cimbrios”, por entrar en la coalición monárquica gubernamental, y realizó una enérgica campaña contra las quintas de 1869. Esta actividad de propagandista la completó con su participación en las manifestaciones públicas y en las asociaciones populares, siendo elegido presidente del Club Democrático Republicano de Antón Martín al inaugurarse la sede de la calle de la Yedra el 10 de enero de 1869, organizando desde él el armamento del distrito de Hospital con la ayuda de Tomás Berenguer. Convertido en uno de los jóvenes líderes del republicanismo, ese mismo mes de enero fue elegido diputado de las Cortes Constituyentes por la circunscripción de Manresa y poco después 1.er comandante del batallón de Cazadores de la Audiencia de los Voluntarios de la Libertad de Madrid. Desde el “Club de la Yedra” se opuso a la Constitución monárquica de 1869, incluidos los actos para festejar su promulgación, y combatió a los candidatos al trono, participando así en la campaña patriótica contra el “rey extranjero” y a favor de la República Española.

Después de pasar unas semanas en Andalucía por motivos de salud, llegó a Barcelona a mediados de agosto para iniciar una gira por la provincia. Fue uno de los diputados que se alzaron en la insurrección federal de 1869, presidiendo la Junta Superior Revolucionaria de la Provincia de Barcelona (a la que pertenecían también Pablo Alsina, José Anselmo Clavé y Baldomero Lostau), que fue la que llamó al levantamiento general tras fracasar el movimiento de la capital, el 27 de septiembre. Joarizti capitaneó entonces una gran partida que reclutó más de mil quinientos hombres en Esparraguera, Martorell, donde se le unieron los voluntarios del “Xich de les Barraquetes”, Villanueva y Geltrú, Tarrasa y otras localidades. Durante los diecisiete días que duró la campaña guerrillera llegó a enfrentarse en dos o tres ocasiones con las fuerzas del Gobierno, hasta que el día 13 de octubre la partida se entregó en Moyá. Marchó Joarizti a Piera y luego a Barcelona, en cuyo puerto embarcó para Marsella.

Tras estar exiliado en París, Ginebra y Aix, se acogió a la amnistía de agosto de 1870. A su vuelta a España, se alejó de la vida pública por agravársele la tisis que venía padeciendo desde hacía dos años, motivo por el que renunció a dirigir La Lucha, diario de Madrid fundado por Ignacio Sastre en enero de 1871. Fue elegido diputado por San Feliú de Llobregat y por Tarrasa, optando por esta última circunscripción, en las elecciones generales de marzo de 1871. Aunque su delicado estado físico le impidió tomar parte activa en las primeras Cortes amadeístas, trasladándose de Madrid a Piera, a casa de su amigo Pablo Castells, y luego a Barcelona, con su familia. Su último escrito fue un largo artículo sobre “Las reformas y la revolución”, que vio la luz en La Ilustración Republicana Federal de Madrid y su último acto público fue su renuncia, por falta de salud, a formar parte del Directorio del Partido Republicano Federal, el cual le había elegido para este cargo en su Asamblea Federal de abril de 1871.

Al morir, a la edad de treinta y seis años, dejó viuda y una niña huérfana de cuatro años de edad que había sido adoptada por el matrimonio. Varios miles de ciudadanos asistieron a su entierro y a la gran manifestación celebrada en Barcelona el 23 de octubre, que partió de la plaza de Cataluña y acabó en el cementerio, con los discursos de Lostau, Rubau, José Roig y Minguet, José Puig Pérez, en representación de la prensa madrileña, y otros federales, y la colocación de dos coronas sobre su tumba, una de ellas enviada por el general Pierrad. Su hermano Miguel fue uno de los ingenieros que introdujeron en España el fotograbado y otras novedosas técnicas de impresión.

En el diario La Iberia de Madrid, del 30 de septiembre de 1869, aparecieron las siguientes informaciones:

— El desperfecto que los revolucionarios de San Andrés de Palomar causaron en la línea de Zaragoza, junto a los talleres, con el fin de que no pudiese venir a Barcelona ninguna locomotora, quedó reparado ayer tarde, después que la columna que salió de esta capital desalojó de aquel pueblo los pocos sublevados que había, quienes huyeron a las montañas inmediatas. Hecha la reparación, se resolvió que el tren-correo, que no había podido salir por la mañana, lo hiciera por la tarde, como así se verificó; mas al llegar cerca de la estación de Sardañola, el conductor vio la vía obstruida por una locomotora que había caído en una alcantarilla, de la cual una partida de gente armada había arrancado los rails é impedía que se recompusiera. Retrocedió el tren a esta capital, donde llegó a las siete de la noche. Es de creer que no se recibirá el correo de Madrid sino a una hora muy adelantada de la noche. Las demás líneas están expeditas y se hace el servicio con regularidad. Sin embargo, la línea de Granollers suspendió ayer los trenes especiales para San Andrés. Los partes para Madrid se expiden por la línea de Valencia, pues la de Zaragoza no comunica más que hasta San Andrés. 

En el diario El Imparcial de Madrid, del 2 de octubre de 1869, aparecieron las siguientes informaciones:

Ayer estuvo ya en comunicación con Manresa la referida estación del ferro-carril dé Zaragoza. Por la tarde llegó una locomotora hasta el puente de la riera de las Arenas, inmediato a Tarrasa. Desde allí recibió las noticias que fueron trasmitidas a esta capital. Además de haberse quemado en una longitud de tres metros el mencionado puente, los sublevados destruyeron parte de otro puente entre Olesa y Monistrol que ayer quedaba ya arreglado. Todos los postes telegráficos desde San Vicente a Olesa estaban derribados y rotos los aisladores de porcelana. Entre Sabadell y Sardañola también estaban derribados los postes en una extensión da tres kilómetros. La empresa estaba trabajando con actividad para que hoy pudiese continuarse el interrumpido servicio de la línea con la debida regularidad. 

COMITÉ REPUBLICANO FEDERAL DE LA PROVINCIA DE BARCELONA.

Republicanos: La vasta extensión que en Cataluña ha adquirido en pocas horas la justa rebelión del pueblo contra el arbitrario gobierno de Madrid hace necesaria en la provincia una dirección a la altura de las circunstancias.

En este concepto el comité provincial ha llamado a los diputados Joarizti, Alsina y Tomás y Salvany, resignando en ellos todas sus facultades para que, asociándose de las personas que juzguen conveniente, se constituyan en Junta superior revolucionaria de la provincia.

Republicanos: El comité presta todo su apoyo a la Junta suprema. Oíd vosotros su patriota voz, obedeced sus órdenes y estad seguros de que la unidad en la acción hija de la unidad de dirección, nos llevará al triunfo de nuestra causa necesaria para la salvación de los intereses y la honra de la patria.

¡Viva la República democrática-federal!

Barcelona 27 de setiembre de 1869,—Por acuerdo del Comité.—A. Altadill.—Baldomero Lostau.—Eugenio Litran,—Antonio Clavé.

AL EJÉRCITO. 

Soldados: También para vosotros hace el pueblo la revolución; hora es ya de que concluya para siempre la servidumbre a que os obliga la mas inicua de las leyes: la ordenanza. La revolución os llama para que os libertéis colocándoos a su lado. La licencia absoluta será vuestro primer premio; la seguridad de libraros para siempre vosotros y vuestros hijos de un servicio obligatorio deshonroso, una de las ventajas del triunfo de la revolución. No mas castigos en los cuarteles, no mas la mancha de la mano del jefe en el rostro del soldado, no mas la privación de la libertad que tienen todos los ciudadanos menos vosotros.

Venid a nuestro lado, venced con nosotros, y después de la victoria, volved todos libremente a vuestras casas a consolidar con el pueblo el triunfo de la revolución y un gobierno popular justo y digno del espíritu de la época y de la nación española.

¡Viva la república democrática federal!

Barcelona 27 de setiembre do 1869.—Adolfo Joarizti.—José Tomás y Salvany.—Pablo Alsina.— José Anselmo Clavé. — Baldomero Lostau.

















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