María de la Salud Bernaldo de Quirós y Bustillo nació en Madrid el 26 de marzo de 1898. Fue la primera mujer en España en conseguir un título de piloto internacional de aeroplano. Aprobó el examen a principios de octubre de 1928 y recibió la licencia de la Escuela Nacional Aeronáutica el 24 de noviembre de 1928. Era la quinta hija de los Marqueses de los Altares, ambas familias de ascendencia asturiana, de la localidad de Llanes. Se casó dos veces, primero contrajo matrimonio con su primo Ramón Bernaldo de Quirós y Argüelles, III Marqués de Argüelles. Tuvieron dos hijos, María en 1918 que falleció en 1919 y Ramón que nació y murió en 1920. Casi al mismo tiempo su marido falleció a causa de la gripe. Se volvió a casar en junio de 1922 en Madrid con José Manuel Sánchez-Arjona y de Velasco fijando su residencia en la Casa de los Vázquez en Ciudad Rodrigo.
En marzo de 1928 tres aviones que volaban de Sevilla a Valladolid aterrizaron forzosamente debido a una avería. Fue cuando María se interesó por los aeroplanos después de tantas charlas con el capitán Antonio Rueda. Su formación aeronáutica le fue encomendada a José Rodríguez Díaz de Lecea. Realizó su primer vuelo en solitario el día 7 de septiembre de 1928 con una avioneta D.H 60 “Moth”, perteneciente al Real Aero Club.
La revista Estampa, en su número del 25 de septiembre de 1928, le dedicó su portada a su primer vuelo en solitario. Para celebrar la obtención del título fue invitada a una fiesta organizada por la revista Motoavión en el aeródromo de Getafe. Una vez ya obtenido el título de piloto, la empresa inglesa de Havilland Aircraft Company, fabricante del De Havilland le vendió uno de sus aparatos de Havilland DH.60 Moth que ella misma bautizó como “mosquito” a mitad de precio, para que promocionara la aviación por las distintas ciudades españolas, exhibiendo su avioneta y participando en algunos festivales.
En 1929 voló sobre el coche del Infante Don Jaime de Borbón y Battemberg, Duque de Segovia cuándo éste llegó a La Coruña, lanzando flores a su paso. El mismo año, gracias a la aclamación del público recibió la insignia de aviación militar del Real Aero Club, una distinción poco frecuente. Mantuvo una relación con su instructor Díaz de Lecea, lo que la llevó al divorcio secreto de su marido en 1933, -distanciados desde 1930- convirtiéndose en una de las primeras mujeres que aprovechó la Ley del Divorcio de 1932 de la Segunda República. Se posicionó como una "mujer moderna" en varias entrevistas publicadas en la prensa. En una ocasión, comentó: "A medida que la opinión pública evoluciona, la gente se dará cuenta de que las mujeres pueden hacer algo más que simplemente bordar."
En marzo de 1929 un grupo de más de cien aviadores civiles y militares firmaron una petición dirigida al general Kindelán para que se concediera a María el título y la insignia de piloto militar honorífico, al igual que sus compañeros varones. Sin embargo no lo consiguió. Al comienzo de la guerra civil española llevó a cabo algunos vuelos de enlace y reconocimiento para el bando nacional.
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