El día tiene 24 horas para todo el mundo. Para una población mundial actual de 8.000 millones de personas, esto supone un total aproximado de 190.000 millones de horas humanas.
En promedio unas 9,4 horas se utilizan para cuidarse a uno mismo, en relaciones sociales, alimentación, higiene y formación, entre otras cosas. Otras nueve horas, de media entre todas la edades, a dormir.
De las 6 horas restantes, el cultivo y la recolección de alimentos, su preparación, los desplazamientos y las tareas relacionadas con el comercio, las finanzas, las ventas, la legislación, la gobernanta y la vigilancia ocupan alrededor de una hora cada una.
La gestión de los residuos solo ocupa 1 minuto de la jornada mundial, en claro contraste con los 45 minutos dedicados a ordenar y mantener nuestras viviendas. Toda la construcción de infraestructuras y edificios se realiza en unos 15 minutos.
Sorprendentemente, el tiempo dedicado a actividades como las comidas, los desplazamientos diarios, la higiene y el aseo personal y la preparación de alimentos no cambia de forma sensible en función de la riqueza material quien las realiza. En cambio, el tiempo dedicado a cultivar y recolectar alimentos varía mucho en función de la riqueza: desde más de 1 hora en los países de renta baja, hasta menos de 5 minutos en los países de renta alta.
La economía mundial ocupa unas 2,6 horas de la jornada humana media. Esta actividad económica está dominada por la agricultura y la ganadería, seguidas de actividades como el comercio, las finanzas y el derecho, y la industria manufacturera.
La extracción de materiales, el suministro de energía y la gestión de residuos, todas ellas requieren de unos 7 minutos.
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