China y EEUU llevan meses protagonizando el juego del gato y el ratón. Las tensiones entre las dos principales potencias del mundo llevan meses acrecentándose. El derribo de un globo espía chino hace unas semanas lo cambió todo, pero la campaña masiva para desinstalar TikTok de los móviles gubernamentales ha dejado claro el nivel de histeria masiva que se tienen mutuamente con respecto a qué datos podría estar recogiendo el uno sobre el otro. El sabotaje y la vigilancia se han convertido en dos factores a tener en cuenta en cada una de las relaciones comerciales que se llevan a cabo entre EEUU y China.
Y la última sospecha recae hoy en los puertos. Concretamente en las grúas.
Según el Pentágono, las grúas de carga gigantes que hay en los puertos estadounidenses (que son fabricadas en China) representan un riesgo de espionaje, ya que creen que podrían estar recopilando inteligencia utilizando un software que rastrea los contenedores de envío. Es decir, a los funcionarios les preocupa cada vez más que las de origen chino que operan en la mayoría de sus puertos puedan brindar a Pekín una posible herramienta de vigilancia escondida a simple vista.
Un caballo de troya. Así es como han comparado algunos miembros del Departamento de Seguridad Nacional y del Pentágono a las grúas del fabricante chino ZPMC. Según ellos, estas contienen sensores sofisticados que pueden registrar y rastrear la procedencia y el destino de los contenedores que EEUU recibe y envía, lo que da pie a que recopilen información sobre los materiales con los que comercia EEUU para sus operaciones militares en todo el mundo.
Por otro lado, tal y como explica Bill Evanina, un ex alto funcionario de contrainteligencia de EE. UU en un reportaje de Wall Street Journal, las grúas podrían proporcionar acceso remoto a alguien que busca interrumpir o sabotear el flujo de mercancías: "Las grúas pueden ser el nuevo Huawei". Recordemos que EUU prohibió también a sus funcionarios usar dispositivos de la marca china tras advertir que podían estar usándose para espiar, algo que el fabricante chino siempre ha negado.
Las grúas ZPMC llegaron a EEUU hace unos 20 años. Principalmente ofrecían buena calidad en relación al bajo precio, mucho más barato que las que se pueden encontrar en el país. Es por eso que esta empresa china se ha convertido en un importante proveedor para Occidente, sobre todo para los puertos automatizados y ya trabajan codo a codo con Microsoft y otros para conectar equipos y analizar datos en tiempo real.
El problema es que ahora ZPMC controla alrededor del 70% del mercado mundial de grúas y ha vendido su equipo en más de 100 países. Y estas operan a través de un software fabricado en China y controlado por un equipo chino que trabaja con visas estadounidenses, algo que ha encendido las alarmas de EEUU. Además, en 2021, los agentes del FBI registraron un buque de carga que entregaba grúas ZPMC al puerto de Baltimore y encontraron equipos de recopilación de inteligencia a bordo.
El gigante asiático, como no podía ser de otra manera, dice que todas estas sospechas están impulsadas por la "paranoia" estadounidense de obstruir el comercio y la cooperación económica con China. Un funcionario chino decía sin tapujos que "Jugar la 'carta de China' y hacer flotar la teoría de la 'amenaza de China' es irresponsable y dañará los intereses de los propios Estados Unidos".
Y no anda desencaminado. La tensión entre ambos países crece y el incidente reciente de los globos como un supuesto medio de vigilancia chino ha llevado al debate internacional cómo el espionaje podría estar cambiando de métodos y cómo las naciones se controlan entre sí, yendo más allá de las herramientas de recopilación de inteligencia tradicionales de espías y satélites.
Y es que en los últimos años, la Seguridad Nacional estadounidense ha advertido de una variedad de equipos fabricados en China que podrían facilitar la vigilancia o el sabotaje en los EEUU, como pueden ser los sistemas de inspección de equipaje o los transformadores eléctricos. Pero sobre todo, lo que más preocupa es el hecho de que China fabrique casi todos los nuevos contenedores de envío del mundo. Y no solo eso, que también controle el servicio de datos de esos envíos.
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